jueves, marzo 30, 2023
Sin Resultados
Ver Todos los Resultados
Contraeditorial
  • Editorial
  • Opinión
  • Nacional
  • Economía
  • Mundo
  • Sociedad
  • Cultura
  • Editorial
  • Opinión
  • Nacional
  • Economía
  • Mundo
  • Sociedad
  • Cultura
Sin Resultados
Ver Todos los Resultados
Contraeditorial

Vacuna: quien la nomina domina

Por Hamurabi Noufouri
Vacuna: quien la nomina domina

Si es cierto que vemos a través de las palabras, no lo es menos que evaluamos a través de los nombres, pues con ellos definimos “con claridad, exactitud y precisión […] la naturaleza de una persona o cosa” (DLE). De aquí que en la remake de la miniserie “Raíces”, su mujer le diga a Kunta Kinte que “tu nombre te define”, pues resistirse al que el amo le imponía era impedir que se apodere de su identidad.

Por eso en la medida que las vacunas anticovid representan de mínima aumentar nuestra esperanza de vida y de máxima recuperar algo de aquel mundo que perdimos en 2020, quien les ponga nombre, captura esa esperanza, pues define el tipo de expectativas que podemos tener acerca de su eficacia para hacer lo que prometen.

Articulos Relacionados

De Walsh a Cristina, una ucronía traumática

De Walsh a Cristina, una ucronía traumática

Cartas de amor por YouTube

El peronismo va a una trampa

oco faltó para que las autoridades sanitarias tuvieran que salir a tranquilizar (o desilusionar) a la población asegurando que ni la Sputnik V inocula el “comunismo” ni la de Pfizer, “capitalismo” o “neoliberalismo”.

Cuando se decide denominarlas por pertenencia, se convierte en “propiedad” principal de la vacuna la “forma” en que ella exprese la identidad asignada. Lo cual suscita la primera trampa lingüística en el caso de que se usen gentilicios nacionales, pues no será evaluada según lo que esa identidad colectiva “es”, sino con lo que “se supone que es”, en el ámbito de pertenencia de quien decide unilateralmente nombrarlas, a despecho de cómo fueron nombradas por sus creadores.

Se ha insistido tanto en denominar con gentilicio nacional (“rusa”) a la “Sputnik V” y con nombre empresario (Pfizer) a la “BNT162b1” que poco faltó para que las autoridades sanitarias tuvieran que salir a tranquilizar (o desilusionar) a la población asegurando que ni la primera inocula el “comunismo”, “putinismo”, “autoritarismo”, etc., ni la segunda “capitalismo”, “trumpismo”, “neoliberalismo”, etc., tal y como quedó demostrado que el uso del jabón ideado por antiguos iraquíes y alepinos, el alcohol descubierto por Al Razi en Bagdad o la cuarentena inventada por Avicena en Isphahán, en ningún caso trasmiten “islamismo”, o de sus no menos imaginarios efectos colaterales derivados como “yihadismo”, “radicalismo islamista”, “integrismo musulmán”, etc.

Negarse a denominar a todas por nombre de laboratorio o todas por gentilicio del país donde se la fabrica es engañar mediante “falsos neutros”.

Estos y otros avances fueron resultado de la Revolución Científica, producida por el primer cruzamiento mundial de datos que le cambió la vida a la especie humana y que se dio en idioma árabe. Quizás su mayor legado fue establecer que a ninguno de ellos se los puede llamar “islámicos”, pues demostraron que la ciencia, para serlo, no puede ser de ninguna identidad colectiva en exclusiva porque de lo contrario no sería “universal”. Legado que hoy se ve traicionado por partida doble por esa asimetría identificatoria que subrepticiamente convierte la denominación en calificación, cuando naturaliza denominar unas vacunas por nacionalidad y oculta la de otras utilizando detrás del nombre del laboratorio fabricante, sin dejar opción para unificar la forma de designarlas.

Negarse así a denominar a todas por nombre de laboratorio (Gamaleya, Sinovac, BioNTech, Pfizer, Moderna, etc.). o todas por gentilicio del país donde se la fabrica (“rusa”, “china”, “alemana”, “estadounidense”, etc.), es engañar mediante “falsos neutros” que asignan características químicas o farmacológicas a las de nombre empresarial, pues las inviste automáticamente de interés científico y valor medicinal universal, frente a las denominadas con gentilicios, que por eso quedan restringidas a particularidades “culturales o nacionales” o al valor exótico del souvenir turístico.

Recuperar la autonomía conceptual que independice nuestra esperanza de manipulaciones verbales requiere abandonar aquella zona de confort y llamar a las cosas por su nombre.

La adicción naturalizada a esta coacción verbal es más sencilla de padecer que de desactivar debido, no solo a que el estereotipo solo escucha lo que lo confirma, sino al confort provisto a “nombradores” y “oyentes” por la sensación de posesión y dominio sobre lo nombrado que confiere esa “unilateralidad denominativa” que sintetiza el refrán “quien nomina domina”, y por el otro, a que a diferencia de lo que sucede con la narrativa histórica, el lenguaje en principio siempre parece neutral y por lo tanto, como Schiller predecía y Klemperer demostrara, “crea y piensa por nosotros”.

Condición necesaria para recuperar la autonomía conceptual que independice nuestra esperanza de manipulaciones verbales requiere abandonar aquella zona de confort, llamando a las cosas por su nombre, o al menos con propiedad antes que por “pertenencia”, pues la Historia no es solo lo que contamos sino como lo nombramos.

*Doctor por la Universidad de Salamanca y director del Doctorado y la Cátedra Unesco en Diversidad Cultural de la Untref.

La vacuna, la esperanza y el monstruo

Share this:

  • Facebook
  • Twitter
  • WhatsApp
  • Telegram
Tags: coronavirusPfizerSuptnik Vvacuna
Nota Anterior

Anmat: “La Sputnik V tiene menos incidencias de eventos adversos que las otras vacunas”

Siguiente Nota

El mundo es un pañuelo verde

Recomendados

Psicoanálisis y política: ¿por qué una izquierda lacaniana en América Latina?

Por Equipo organizador de las Jornadas de Izquierdas Lacanianas

El desarrollismo, válvula de escape de los grupos económicos

El desarrollismo, válvula de escape de los grupos económicos

Por Santiago Fraschina y Lucas Gobbo

El tiempo que pasa, la verdad que huye

El tiempo que pasa, la verdad que huye

Por Ricardo Ragendorfer

“No me quedé jamás en la retaguardia de sus luchas”

Setenta años no es nada

Por Estela Díaz

  • Quiénes somos
  • Contactanos

© 2020 Contraeditorial / Todos los derechos reservados. Registro de la Propiedad Intelectual en trámite. Director: Roberto Caballero. Edición 1071 - 23 de marzo de 2023. Argentina

Sin Resultados
Ver Todos los Resultados
  • Editorial
  • Opinión
  • Nacional
  • Economía
  • Mundo
  • Sociedad
  • Cultura

© 2023 JNews - Premium WordPress news & magazine theme by Jegtheme.