La expectativa empieza a ser satisfecha. La esperanza parece ser una onda expansiva en toda la República. No queda un lugar donde no estén las vacunas, donde no se vayan a aplicar empezando por el personal sanitario. Y al mismo tiempo, millones de dosis estarán llegando en los próximos días. El plan de vacunación marcha pese a todos los obstáculos y mentiras que le salen al cruce.
Las imágenes de todos los camiones y camionetas fueron conmovedoras. Es una vacuna federal porque tuvieron el acierto de que se distribuya equitativamente. Así como no lo piensa el mundo, la Argentina ha concentrado la idea de distribuir. La movilización que hubo en cada una de las capitales de provincias. Lo que sucedió en cada lugar, impresionó, verdaderamente. Sucedió antes de que se termine el 2020 y tal como se comprometió el gobierno, se busca que cada argentinos que la está necesitando, tenga la posibilidad de lograrla.
Y eso a pesar de los monstruos que no se detienen.

Por ejemplo, con lo de la vacuna Pfizer y sus voceros vernáculos, que se manejan en forma corporativa. Son los que recibieron generosas pautas. Los que están entrenados en querer hacer pensar que “si es norteamericana es buena”. Y si es verdad que le pidieron a la Argentina cosas desmedidas, ¿no tendrá eso que ver con el acopio que están haciendo algunos países centrales? A lo que la Argentina ha zafado felizmente, por haber hecho las cosas a tiempo… El propio ministro Ginés González García se refirió a ese acopio cuando explicó: “Los países ricos compraron el 54 por ciento de la producción del 2021 y ellos sólo tienen el 13 por ciento de la población”.
Recorren ese camino porque la mentira los ayuda a posicionarse en contra del gobierno. Esos medios entusiasman a la negación, establecen siempre una mafiosidad que no se tolera. Favorecen al acopio, al de la vacuna y de tantas otras cosas. Quienes pensaron que el capitalismo se terminaría con la pandemia se equivocaron. Nosotros jamás creímos en esa posibilidad y lo del acopio es un reflejo fiel de ello. El mismo Papa fustigó esa actitud de las grandes potencias.
“La Argentina zafó de ello porque hizo un buen trabajo. El objetivo es justamente no quedarse atrás”, decía el presidente Alberto Fernández, mientras la Argentina le ofrece ayuda a Uruguay y a Bolivia. Porque la enorme mayoría la quieren. Yo ando con el brazo apuntando hacia adelante por si hay por ahí una vacuna. Me la voy a aplicar en cuanto pueda. Sueño con recuperar mi calidad de vida en lo posible. Como el 98% de los médicos que anunciaron que se quieren vacunar.

Pero, si bien aquélla avaricia ocurre en cada aldea, en la República Argentina, la pelea también es contra el acopio, el abuso, contra la idea de quedarse con todo de ese poder que se lleva todo por delante, la ética, la moral y la economía… con el afán de concentrar una enorme riqueza porque la codicia no tiene fin.
Precisamente en medio de una situación que tiene una complejidad tremenda. Pero Argentina hizo bien los deberes. Fue de una al Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, que tiene un enorme prestigio con una historia de más de 25 años preparando una plataforma que les permitió elucubrar la vacuna Sputnik V. Y así fue que la pudo conseguir. Parece mentira que haya que explicar esto mientras tanto en el país, esos medios hegemónicos juegan de la manera más impiadosa.
Los juzgo desde hace mucho tiempo como una verdadera mafia.

Porque, por detrás de la maldad, hay un interés: que no le vaya bien al gobierno. Este gobierno no les sirve ni a Magnetto y ni a todos los que tienen intereses específicos: por ejemplo, este año les congelaron las tarifas. Están acostumbrados a robarse todo y se les animaron a decirles que este año la ganancia no va a poder ser la misma. Que todos vamos a tener que resignar algo, un poco, nada demasiado, para ellos insignificante. Pero no. Aflojemos un poco con la voracidad por las ganancias. Si hasta se les prometió que en 2021 vamos a estar un poco mejor y ellos podrán, entonces, ganar un poco más.
El ciudadano debe saberlo: enfrentarlos cuesta, por ejemplo, la mentira que se despacharon cuando inventaron que Putin había dicho que no habría vacunas para los mayores de 60 años. Y que “eso descolocó al gobierno”. Qué habrá pensado la gente en su desesperación. Que el gobierno miente, o que son unos chambones que se dejaron engañar. Nada de eso. A pesar de que los medios cuentan con payasescos personajes que se arrodillan ante ellos y que les hacen el coro: verbigracia, el diputado Mario Negri, personaje del radicalismo residual, traidor de lo que ha sido históricamente su partido con políticos de la talla de Hipólito Yrigoyen o el mismísimo Raúl Ricardo Alfonsín. Tuvo el tupé de ironizar un agradecimiento a Putin porque “avisó antes de que llegue la vacuna”.
La respuesta en forma de feroz cachetada fue que en las últimas horas en medio de la vacunación masiva en Rusia, también incluyeron, de la misma forma, a los mayores de 60, y con una eficacia admirable.

Pero ellos lo pusieron en tapa y ejercieron esa influencia en quienes después deliran y van por las calles gritando contra la cuarentena, la vacuna y contra cualquier otra acción que el gobierno realice. Es usted quien tiene la responsabilidad de saber y entender qué es lo que hacen y porqué lo hacen. No se trata de vender más diarios cada día. No, es quedarse con Telecom, es quedarse con los millones del fútbol, es quedarse con todo. Con la complicidad de muchos pobres miserables que desde la oposición juegan para el mismo lado. Claro, mientras ya comenzaron a vacunarse los mayores en Rusia, muchos seguirán pensando que no les alcanzará la Sputnik V…
No nos dan descanso un solo día, por la mañana y por la tarde van renovando la maldad.
Y si no recordemos algo que operaron. “La vacuna contra el coronavirus: el plan del gobierno deja afuera a 15 millones de adultos si el país no compra más dosis”. Y hasta deslizaron “la campaña deja al resto en un limbo”. Claro que luego, perdido en el texto, aclaraban: “La estrategia de vacunación argentina compartida por la mayoría de los países del mundo obedece a inmunizar a los grupos poblacionales que hasta este momento han tenido mayores niveles de internación y las tasas de mortalidad más altas”.

Pero queda el título que vuelve loca a la gente. Como lo hicieron hace pocas horas en TN. El titular era: “Vacuna rusa: se filtró una información que advierte sobre los efectos adversos”. También decía que “al parecer”, el reporte pertenece al Anmat y contiene el resultado del resultado de 12.296 voluntarios. La realidad es que en el informe se detalla sobre los efectos adversos serios que fueron 12 casos en total, que tres de ellos se dieron en adultos mayores de 60 años… Cólicos renales, trombosis venosas y otras complicaciones que, también afirma el informe, “probablemente no estén relacionados con la vacuna. Casi seguro”. ¿Y entonces? Lo mismo, igualito, salió en el diario de los Saguier. Se mancomunan en un juego de perversión periodística cotidiana.
Son unos terribles sinvergüenzas. Toda la nota era una gran mentira.
Es mucho el daño que hacen. En el prólogo de mi libro “La batalla cultural” hablo del monstruo, como ese pulpo que tomaba los barcos y los hundía, el Minotauro… para, en definitiva, hablar de este monstruo: Magnetto. Es alguien que está como en las películas donde hay un gran loco que quiere destruir al mundo y que puede apretar el botón. Nuestra desgracia es que él lo aprieta todos los días. Y nos hace un enorme daño.
Así entramos en la última semana del año, los últimos días que podemos aprovechar para ver si le podemos sacar un poco de lustre a este eclipsado 2020. Aunque eclipsado sea una palabra metafórica pero que no son dice con claridad sobre el túnel horrendo por el que toda la humanidad ha transitado. Y por supuesto, también la Argentina que estos monstruos se empeñan en empeorar.