“La primera lección de esta pandemia es que estamos ante otro fracaso masivo y colosal de la versión neoliberal del capitalismo. Si no aprendemos esto, la próxima vez será peor”.
El apocalíptico pronóstico, con un ineludible contenido de denuncia, pertenece al respetado filósofo, lingüista y politólogo estadounidense Noam Chomsky. Su crítica mirada sobre lo que ocurre en el mundo coincide con el diagnóstico de no pocos intelectuales y analistas internacionales, que vienen advirtiendo cómo la crisis del Covid-19 desnudó las profundas desigualdades que el neoliberalismo provocó, y ocultó, durante años.
Sectores que se cansaron de promover la virtual desaparición del Estado observan ahora que ese mismo Estado ha sido el que se cargó la pandemia al hombro, con políticas sanitarias de emergencia y planes económicos de asistencia y rescate a todos los sectores de la producción.
Pero lejos de admitir su estrepitoso fracaso, el neoliberalismo busca defender lo indefendible. Y, para hacerlo, apela al respaldo de sus socios de toda la vida.
Como se sabe, en la Argentina tiene la complicidad de Clarín, un diario que esta semana publicó una tapa realmente tóxica: “El FMI proyecta una caída de 9,9% en la economía, el doble del promedio mundial”, fue el título principal de ayer. Otra vergonzosa mentira de un medio que cruzó el punto de retorno y ya no puede volver al periodismo.
Porque la realidad es muy diferente a la que buscó manipular Clarín. Porque la verdad es que varios países europeos prevén una caída de su economía superior al 10 por ciento, mientras que en Estados Unidos se estima un derrumbe que llegará al 8 por ciento. Pero Clarín oculta estos datos y sostiene su falsedad intelectual con un “promedio mundial” que fue dibujado con datos de China, Malasia, Tailandia, Indonesia y otros países asiáticos en los que el impacto económico de la pandemia fue significativamente menor, en comparación con el resto del mundo.
Evidentemente, hay cuestiones que a Clarín no le conviene aclarar a sus lectores. Porque en su afán de avanzar contra el gobierno, va contra la vida. Es un mensaje muy perturbador.
Su mentira enloquece al trabajador que despidieron o al que debió cerrar su negocio en medio de la cuarentena. Incita a la violencia social, al enojo, al desprecio por las medidas que se están tomando frente a una crisis global sin precedentes. Como si realmente no fuera importante que se hayan salvado miles de vidas.
Pandemia y neoliberalismo es un cóctel peligroso.
Como dice Chomsky, será cuestión de aprender.