El banderazo del 8N fue también la manifestación de los youtubers: algunos de ellos abandonaron por un rato las pantallas en el mundo digital y se subieron a una tarima para protagonizar un acto político.
Álvaro Zicarelli; El Presto, Eduardo Prestofelippo; Esteban “El Exter”, entre otros, son emprendedores de emociones extremas que intentan liderar una especie de República Youtuber de ultraderecha. Expresan lo que François Dubet llama en su último libro “la época de las pasiones tristes” en la que “emociones como la ira, la indignación y el resentimiento atraviesan las redes sociales y la opinión de los panelistas televisivos”.
Por eso, estas movilizaciones son una propaladora de discursos y declaraciones intensas. Hay, en una mayoría de los manifestantes, una gramática común de la exaltación, de la indignación y del odio.
Someten al gobierno a una demanda imposible: demandan libertad en el mismo momento en que están utilizando esa libertad para hacer esa demanda.
La declaración de una manifestante nos llamó especialmente la atención: “Queremos libertad para circular, libertad para opinar, libertad de prensa. No recorten más nuestras libertades. ¡Viva la democracia republicana!”.
¿Cuál es la novedad de este discurso? La novedad es que quien lo pronuncia pide lo que ya tiene. Más aún: lo tiene en el mismo instante en que lo reclama.
Libertad para circular cuando está circulando, libertad para opinar cuando está opinando, libertad de prensa cuando estas palabras las leemos en un diario.
Son discursos políticos paradójicos porque disuelven la consistencia de la palabra pública: es la democracia debilitando a la democracia.
Por eso, someten al gobierno a una demanda imposible: demandan libertad en el mismo momento en que están utilizando esa libertad para hacer esa demanda.
Usan lo que dicen que no tienen (libertad), para pedir lo que ya tienen, (libertad).
En el mismo acto hay una falsedad – decir que no tienen lo que tienen – y su propia desmentida – pedir con lo que dicen no tener lo que efectivamente tienen. Por supuesto, estamos ante discursos políticos paradójicos porque disuelven la consistencia de la palabra pública: es la democracia debilitando a la democracia.

De allí que, estas manifestaciones, entre otras cosas, son el intento de recrear un espacio público con discursos descartables. La democracia necesita de palabras consistentes para que la fuerza no termine descartando a las palabras. Por eso, lo que está en discusión hoy en la Argentina – tras el repliegue de la ciudadanía hacia lo privado para protegerse del virus – es cuál será el diseño del futuro espacio público. Hay dos opciones: uno integrado por discursos y palabras legitimadas, otro compuesto por discursos y palabras que forman parte del arsenal de “las pasiones tristes”.
La síntesis de estos últimos discursos es: no importa lo que digo porque lo único que me importa es que lo que digo produzca daño. Son pertrechos de una democracia de guerra. Además, son discursos cuya eficacia está desvinculada de su contenido. Crean un vocabulario en la superficie que tiende a degradar el espacio público.
La democracia youtuber es aquella donde los propietarios logran instalar un escenario de “desposesión imaginaria”
En 2012, en pleno cacerolazo contra el gobierno, el youtuber Álvaro Zicarrelli dijo ante una cámara televisiva refiriéndose a la Presidenta: “guanaca, víbora, arpía, ustedes hicieron guita con la dictadura, yegua (…) mentirosa, miope, cerrada y negligente”. Consecuencia de ello fue despedido del Senado donde se desempeñaba como director de Asuntos Globales. La estructura de este discurso es elemental: un sustantivo que se repite junto a adjetivos que se diversifican. Se trata de un relato originado en un diccionario de sinónimos: su virtud consiste en nombrar de todas las maneras posibles la supuesta maldad o la inmoralidad de la Vicepresidenta.
Eduardo Prestofelippo, es un youtuber cordobés que fue candidato en las últimas elecciones por el Partido Libertario y que fue imputado por la justicia de Córdoba por amenazas e incitación al odio y a la violencia. Prestofelippo se dirigió a la actual Vicepresidenta a través de las redes sociales diciendo: “Vos no vas a salir viva de este estallido social. Vas a ser la primera – junto con tus crías políticas – en pagar todo el daño que causaron. Te queda poco tiempo”. El eslabón final de esa cadena de sinónimos es la amenaza de exterminio.
La República Youtuber es aquella que se opone a la existencia de aquello a lo que se oponen. Es decir: sus actos de oposición son actos de exterminio.
El actor protagónico de esta democracia youtuber es el “propietario”: son los que denuncian que se les sacó algo que poseen. Es decir: son propietarios “despojados”. Es la identidad opuesta a la del usurpador. ¿Qué se les usurpa? Las libertades, la república, la justicia, las propiedades. Por supuesto: es un despojo imaginario. Por eso, denuncian que se les sacó algo que poseen. Cualquier gobierno democrático tiene dificultades ante ello: porque no puede reponerles lo que nunca han perdido. Los gobiernos no pueden darles lo que ya tienen. Entonces, la democracia youtuber es aquella donde los propietarios logran instalar un escenario de “desposesión imaginaria”. En ese marco artificial el problema no son los desposeídos sino los propietarios que pierden sus posesiones.
Pero, ¿a qué se oponen estos opositores de las pasiones tristes? Se oponen a que el gobierno gobierne.

Por eso, es una oposición agregativa: van incorporando nuevos ítems a su menú de demandas en la medida en que el gobierno incorpora nuevas políticas a la discusión pública. De este modo, el discurso opositor en estas manifestaciones es exactamente el discurso gubernamental invertido: el gobierno dice reforma judicial, ellos dicen no a la reforma judicial; el gobierno dice cuarentena, ellos dicen no a la cuarentena; el gobierno dice vacuna rusa, ellos dicen no a la vacuna rusa. Y así hasta el infinito.
Es decir: la oposición que desarrollan es la oposición a la existencia del mismo gobierno. No lo quieren en tiempo presente pero tampoco en tiempo pasado. Es decir, no sólo no lo quieren gobernando: además, lo que no quieren es que haya sido elegido.
De este modo, la República Youtuber es aquella que se opone a la existencia de aquello a lo que se oponen. Es decir: sus actos de oposición son actos de exterminio.
El discurso opositor en estas manifestaciones es exactamente el discurso gubernamental invertido.
Hace pocos días, líderes políticos de América y Europa firmaron la Declaración de La Paz por la democracia. Entre otros, participaron los presidentes Alberto Fernández y Luis Arce; el vicepresidente segundo de España, Pablo Iglesias; el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero; Jean Luc Mélenchon, Alexis Tsipras, Rafael Correa, Andrés Arauz, Evo Morales y Dilma Rousseff; los candidatos a la presidencia Andrés Arauz (Ecuador), Daniel Jadue (Chile), Gustavo Petro (Colombia), Verónica Mendoza (Perú) y Caterina Martins (Bloque de izquierda, Portugal).
Allí afirmaron: “Una ultraderecha que se expande a nivel global, que propaga la mentira y la difamación sistemática de los adversarios como instrumentos políticos, apelando a la persecución y la violencia política en distintos países, promueve desestabilizaciones y formas antidemocráticas de acceso al poder”.
“Esta acción antidemocrática se potencia allí donde encuentra poderes comunicacionales a su servicio, que acumulando un inmenso poder de influencia, pretenden manipular y tutelar las democracias en defensa de sus intereses políticos y económicos”.