Una de las tendencias más innobles que hay en el comportamiento del periodismo que llamamos mafioso, y creo que nos quedamos cortos, pero también de la derecha política de la Argentina es el amor, el apego, y la indefensión que nos crean frente al dominio de los Estados Unidos, y la certeza, definitiva para ellos, que somos el patio de atrás del país del norte. Única referencia internacional que pueden tener.
El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, y ni qué hablar de Mauricio Macri, quienes han mentido sobre las circunstancias que han llevado a la lucha con el fuego en la provincia que está incendiada en más de la décima parte de su territorio, un horror bajo cualquier circunstancia. Ellos, con la aquiescencia de la prensa hegemónica, aseguran que se pidieron a los Estados Unidos…

“El cipayismo de gobernador Valdés pidiendo ayuda a los Estados Unidos, no fue con la intención de tener una rápida colaboración porque va a ser muy difícil, sino para mostrar que el gobierno nacional “no los acompañó”, está protegida y blindada por un mentira”.
Sutilmente el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan Cabandié, cuando le preguntamos sobre este tema en el programa de la 750, reconoció que sí, que se ha pedido a nivel nacional la ayuda de Estados Unidos, de Rusia, de China, de Francia, de muchos países. Como diciendo: “Todo el mundo puede ser que nos dé una mano”.
La realidad es que el cipayismo de gobernador Valdés pidiendo ayuda a los Estados Unidos, no fue con la intención de tener una rápida colaboración porque va a ser muy difícil, sino para mostrar que el gobierno nacional “no los acompañó”, está protegida y blindada por un mentira.
Mentiras las refuta Cabandié cuando hace público el documento que confirma sin atenuantes que le ofrecieron la ayuda necesaria a la provincia, no hoy cuando el fuego está descontrolado, sino el 23 de enero pasado. Las ayudas que se pueden dar en la Argentina, que no son pocas.
Yo quiero recordar lo que ha pasado con los incendios en el mundo, lo que han durado los tremendos desastres que han provocado y que siguen haciéndolo. Los lectores de esta columna se pueden acordar lo que fue Australia, por ejemplo: no hace un año o varios, sino sólo hace un mes. O lo que fue California, tampoco hace 10 o 15 años, sino hace escasas semanas. Incendios pavorosos que arrasaban con Estados unidos y con Australia. ¿Creen ustedes que son incapaces de ir contra el fuego?

Lo que ocurre es que es un tema muy difícil de controlar. Que no tiene una fácil solución. A veces parece que lo único que se puede hacer es esperar que se apague solo… Es tremendo llegar a plantear la cuestión de esa manera, aunque suena algo exagerado. Porque cuando se lo intenta, son simplemente paliativos. No pudieron en California, que es la sexta potencia mundial. Y después tenemos a Australia, uno de los países claramente mejor organizados que hay… Lo que demuestra es que claramente no pasa por ahí, o por lo que el Estado pueda hacer para protegernos del fuego, sino que pasa por la inclemencia del fuego. Pasa por la prevención, fundamentalmente. Pasa por luchar contra los que queman pastos, contra los que se quieren sacar de encima algo que les molesta para después trabajar la tierra. Y después está la inconsciencia.
Y también la mala fe de muchos que aprovechando la circunstancia, quieren que se prenda fuego todo. No sólo las tierras implicadas de Corrientes. Que, en realidad, quieren que el mundo arda, coherentes con esta constante disposición para la mentira que tiene Macri, quien aparece con una carta, que se la tiene que haber escrito alguien que está loco, porque si no, no puede aducir tanto disparate junto, semejante cúmulo de animaladas.
Impera la mala fe de muchos que aprovechando la circunstancia, quieren que se prenda fuego todo. No sólo las tierras implicadas de Corrientes. Que, en realidad, quieren que el mundo arda.
Aprovechar políticamente todo. Macri, el rey de encumbramiento sobre la muerte. También exagerando una muerte en Corrientes, para poder subirse. Qué tiene que ver con Corrientes, justamente él. Para qué escribió Macri con este tema… Pasó por Entre Ríos, para decir que en algunas zonas hay mucha agua y en otras poca… Una imbecilidad que no tiene límite.
Lo que quiere Macri es armar agenda. Todos caemos, todos caen en hablar de él… Porque Macri quiere que hablemos de él, y que no lo hagamos tanto de Horacio Rodríguez Larreta, otro de los desfachatados increíbles de la derecha argentina que riega de plata todos los diarios, todos los canales, todos los medios para que hablen bien de él, para que su gobierno aparezca genial.
Una pelea en la que aparece todo lo sórdido de esos personajes. De ellos dos. De María Eugenia Vidal, que aunque parezca mentira, después de haber huido de la provincia de Buenos Aires, tiene pretensiones de ser presidenta. De Patricia Bullrich, que razona que “si los tipos más repugnantes del mundo, diciendo las asquerosidades mayores, avanzan, entonces yo también recorro ese camino”, y se pone a la par de los Bolsonaro o los Trump. Y mienten, y golpean y se llevan por delante absolutamente todo. Por suerte, Lilita Carrió se bajó de la idea de ser presidenta, ni sueña con eso, pero se convierte en árbitro en el comportamiento de toda esta lacra.

Mientras Larreta pone una montaña de plata para ganarle a Macri. Mano a mano compite con Larreta que también ha regado de dinero a todos los medios para que difundan lo que él dice, también idioteces y posicionamientos que no tienen ningún valor del punto de vista de las necesidades que la gente tiene.
Lo que quiere Macri es armar agenda. Todos caemos, todos caen en hablar de él… Porque Macri quiere que hablemos de él, y que no lo hagamos tanto de Horacio Rodríguez Larreta.
Asistimos a esa pelea. La intestina, la bochornosa del ex presidente que dice: “Éste me servía café y ahora quiere ser presidente, en mí lugar…”. Y por supuesto la de Larreta que dice: “Con Macri nos vamos al horno, todos, él nos va a arrastrar a todos al fango”. O sea: si él no aparece, por lo menos puedo mostrar que hice bicisenda, y los caminos para los micros, y una ciudad de Buenos Aires con edificios parecidos a las grandes ciudades como puede ser Nueva York. Es una absoluta mentira… Pero, con la prensa hegemónica comprada por su gobierno, es lo que va a vender.
Macri es más un provocador que un hombre que teniendo tan pocas luces se mete en temas de los que él no debería hablar nunca más. Fue presidente de la República y no sirvió para nada más que para beneficiar a la élite dominante: en eso estuvo bien. Pero para una minoría. Lo sabe todo el mundo. Y no debió padecer la pandemia. Y tuvo muchísimo dinero entregado desde el exterior para levantar a su gobierno neoliberal, para hacer negocios. Tuvo un inmenso apoyo del periodismo cipayo y mafioso interpretado particularmente por Magnetto y los Saguier, a nombre de los grupos Clarín y La Nación. Lo tuvo absolutamente todo y fue un verdadero inútil, que terminó perdiendo una elección por 8 puntos, aunque gobernando medianamente bien, no podía perder. Y sin embargo, la perdió.
Macri habla porque el aire es gratis, O el que compró en La Nación o el que comparte ideológicamente y a través de los negociados espurios con el Grupo Clarín. Y el que tiene naturalmente con todas las voces de la derecha.
Macri también dice en esa carta absurda que de la Argentina se va todo el mundo. Es algo que pasó siempre: son países de inmigrantes y los hijos, se convierten en migrantes. Son historia de ida y vuelta. Los atrae el mundo, los atrae el desafío. Y la verdad, si a los veintipico no querés probar cómo te va en otro lado… Eso sucede con la mayoría de la población, la argentina, la norteamericana, la de cualquier parte del mundo. La argentina se va afuera, pero menos que cuando estaba en el gobierno Macri. Y justo ahora que se va menos gente, él dice que los aviones salen repletos de argentinos repugnados por lo que pasa en el país. Una manera de hacer una pobre política, porque lo cierto es que los porcentajes de emigración son los siguientes: Colombia, 5,7; Perú, 4,7; Ecuador, 6,8; Bolivia, 7,6, en Chile, 3,4. Y en Argentina, 2,3. Esta es la realidad.
La carta de Macri es una vergüenza.
La refutación de Cabandié es muy oportuna. También lo es la de Florencia Carignano, la responsable de Migraciones. Pero dónde están los otros, por qué no ponen, cada uno de ellos, el mensaje que corresponde para acabar con tanta mentira. Porqué cada uno juega su propio partido y, en general, se defienden tan mal. No, no se puede mentir de esa manera.
En este panorama nos movemos… Fue dentro de este contexto que hay que desmentir a Valdés, a Macri, a todos los que rayen… Porque el fuego arrasa con todo. Igual que Macri.