“Estar endeudado con el Fondo Monetario Internacional no es bueno. Por lo tanto lo que uno tiene que hacer es buscar cómo pagar sin que eso signifique un esfuerzo desmedido de la gente. Eso lo hemos conseguido. Yo confío que la Argentina continúe su proceso de crecimiento que nos permita sobrellevar esta deuda. Con más tranquilidad”
Esa frase prenunciada por el presidente Alberto Fernández sobrevive en este lío inmenso que los criminales del FMI, asociados con Mauricio Macri, pata de ese mundo despreciable de la economía capitalista superimpiadosa, ha hecho con la Argentina. Nos ha puesto en un berenjenal tremendo, en el cual, es muy difícil avanzar: uno da cuatro pasos para un lado, o para el otro, pero no se puede avanzar salvo que no se tenga ningún tipo de problemas con la injusticia.
Hay un dolor, unaa tristeza es inevitable en todo esto. El mundo se hace muy despreciable cuando ganan Macri, Clarín, el Fondo. Y sin embargo, en medio de esa sensación, el diálogo con un mismo es bien difícil.
-¿Qué hubieras hecho, el default…? ¿Podés imaginarte el país que tendríamos hoy?
-Este lunes sería el principio de algo, al menos…
-El principio de qué, de un dólar ilegal por las nubes, de una inflación espantada, de un cierre de toda la producción…
-Estoy harto del FMI.
Hay un dolor, unaa tristeza es inevitable en todo esto. El mundo se hace muy despreciable cuando ganan Macri, Clarín, el Fondo.
Pues muy bien: ¿cómo cotiza el hartazgo en términos económicos? Así podríamos estar horas frente al espejo. Ahí tenemos a gente como Alicia Castro que advierte que un ejército de tipos del FMI, más de cien, van a vivir entre nosotros, en todas las dependencias. Vas a mirar para el costado y verás a un tipejo de esos… Qué tragedia, qué desgracia. Pero también está Sergio Chodos, una palabra muy respetable, diciendo que sí, que es una tragedia, pero que hay que enfrentarla. Y está Aníbal Fernández defendiendo el acuerdo. Pero también aporta su beneplácito un Suárez Lastra… La tendencia es darle la razón al que está enojado, dolorido, preocupado. Pero también al que nos dice que el default era una barbaridad, que no hay cuerpo que aguante. A la vez, uno se queda pensando que si siete de cada diez hicieron el lío que hicieron en el 2010 hasta que Macri les pagó, podemos imaginar el 100 % de todos ellos, siendo enemigos…
¿Pero nunca un poco de épica, nunca un portazo, nunca la emoción de los principios, siempre lo menos malo, siempre el famoso diálogo, los puentes?
Estamos harto del FMI, muchísimos de nosotros. Al tiempo que nos damos cuenta que debe ser la situación más difícil para acomodar un criterio, con el que verdaderamente se pueda estar de acuerdo. Podemos estar horas luchando por no resignarnos a perder siempre con la derecha, con los ladrones, con esos criminales, pero también por ser serios con los de abajo, con los que sufren los horrores y los errores de un mundo tan injusto. ¿Qué tipo de inflación peor de la que ya tenemos se generaría? ¿Hasta dónde escaparía el dólar ilegal? ¿A 300? Imaginemos en una circunstancia así, porque está perfectamente en el mapa del recorrido de quienes dominan los mercados y nuestras vidas.
Un acuerdo que nos satisfaga parece imposible. Aunque busquemos mil caminos para comprenderlo. Tal vez el sol que retornó en estos días a nuestro clima, sea una metáfora: sigo pensando en el arreglo, en un escenario de default, con pocas reservas, con la suba del dólar, con la inflación, pero también se sabe que nos pone con un condicionamiento muy importante por las revisiones del Fondo en cada desembolso, cada tres meses. Cuando haya que pagar, por ejemplo, miles de millones, ellos vienen y te muestran los millones, y te incitan: ¿los querés? Le pasan la mano por los billetes para tentarte, hacen un pequeño sonido. ¿Los querés? Si los querés, debés hacer lo que yo te digo… Y el gobierno debe mostrar sus números y su conducta para poder recibir este dinero. Si no, no se lo dan.
Duele horrores tener que recorrer ese camino, pero el acuerdo también logra despejar vencimientos para crecer, mejora un horizonte incierto respecto de los vencimientos con el Club de París, con los organismos multilaterales como del BID o el Banco Mundial, como aportó para ayudarnos a pensar y repensar este tema, la formidable doctora Julia Strada, del CEPA. Aclara que evita la puesta en marcha de reformas regresivas de carácter estructural, evita la devolución de los pagos ya realizados, así como una meta de déficits entre 2022 y 2024 que es realizable; y mantener la asistencia monetaria por parte del Banco Central en línea con lo acordado. Y también está el hecho de asegurar la sostenibilidad del endeudamiento después del 2025
¿Pero nunca un poco de épica, nunca un portazo, nunca la emoción de los principios, siempre lo menos malo, siempre el famoso diálogo, los puentes? Algo que no sea solamente los buenos modales. Le pese a quien le pese. Milagro Sala sigue presa, por ejemplo. Ellos hicieron todo lo feo. De este lado se juega con un nivel republicano que te hacer parecer un poco zonzo.
Pero el acuerdo no garantiza evitar la exposición de los incumplimientos, y por ende, el default, ante cada revisión trimestral. Hasta qué punto se podrá cumplir para soportarlo, efectivamente, más allá de la ignominia que significa tenerlos adentro.
Cómo ganó Macri. Cómo ganó el PRO, Clarín, la Sociedad Rural. Todos están contentísimos. Andan disimulando pero se arrastran de placer porque les ha salido bien. Ahora estamos discutiendo lo de Alberto Fernández y Martín Guzmán, pero no lo que ellos nos hicieron.
Y nadie de este lado de la vida puede compartir esa sensación de la derecha. Nadie puede dejar de sentir dolor, nadie puede estar feliz con este acuerdo siendo del arco político que votó a este gobierno. Plenamente feliz, nadie. Entendiendoló, muchos, por suerte, porque de otra manera no se podría vivir esta situación, si el gobierno estuviera perdiendo los apoyos políticos importantes. Son todo un conjunto de opiniones dentro de las cuales hay un núcleo indudablemente más duro, recostados a la izquierda, que siempre ha tenido una presencia muy fuerte. Un primer análisis de las posiciones del todo el arco político, muestra que en el Frente de Todos hay un consenso mayoritario a favor del entendimiento, con la excepción de un grupo abigarrado de dirigentes de movimientos sociales.

Y mientras, la izquierda y los libertarios lo rechazaron, Juntos por el Cambio todavía no definió su posición aunque siempre habrá los criminales de la política que aporten su desvergonzada actitud, sea cual fuere el tema. Que muchos de ellos estén de acuerdo, motiva todavía más desencanto. Lo destacaron como un acuerdo como positivo, los responsables de la deuda que todavía tienen el tupé de hablar. “Algo me va a dar”, dice un amigo, cuando la escucha hablar a María Eugenia Vidal. O a Macri. Patearon el tablero con las definiciones, pero no se privaron de hacer de comentaristas de una situación de la que nunca nadie se hizo cargo.
Por eso es entendible que los apoyos internos fueran sin entusiasmo, con cierta prudencia. Todos estamos esperando, por otra parte, la letra chica. Además, el entendimiento va a pasar por el Congreso, no como el que nos dejó Macri. El oficialismo dice una verdad incuestionable: nos estamos haciendo cargo de una deuda que no asumimos, que no está ni en rutas, ni en hospitales, ni en viviendas. Es un acuerdo serio y razonable. El mejor acuerdo posible.
Esperemos que así sea. Porque a este gobierno le está haciendo falta la mirada épica. Algo que no sea solamente los buenos modales. Le pese a quien le pese. Milagro Sala sigue presa, por ejemplo. Ellos hicieron todo lo feo. De este lado se juega con un nivel republicano que te hacer parecer un poco zonzo.
Este 1-F tan especial va a tener el toque inolvidable del pueblo frente a la Corte Suprema de Justicia, la bochornosa, la, vergonzosa, la corrupta, la de Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti,
Mientras estaremos pendientes también de lo que va a suceder este martes, en este 1-F tan especial, que va a tener el toque inolvidable del pueblo frente a la Corte Suprema de Justicia, la bochornosa, la, vergonzosa, la corrupta, la de Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti, A propósito de la marcha, hay enormes presiones de lo peor de la derecha. “En los diarios hay una tendencia a querer criminalizar la marcha. La presentan como una marcha destituyente contra el Poder Judicial. Lo cual es un disparate. Cuando los representantes no te representan, lo que hay que hacer es salir a la calle”. Va por ahí exactamente: lo dice el doctor José Manuel Ubeira. “Un poder del estado no funciona como lo indica la constitución nacional. El fin del lawfare, el fin de la persecución judicial y también una necesaria reforma judicial para democratizar el único poder del estado que no lo hizo después de la dictadura cívico militar”, afirma la doctora Natalia Salvio.
La invitación es para este 1° de febrero. El pueblo diciéndole así no va más a lo que llamamos justicia en la Argentina.