Planillas de cálculo en una laptop marcan en colores los días que su hija adolescente debe asistir a las clases presenciales. El embarullado cronograma se mezcla en su escritorio con un minucioso informe sobre la gestión de la provincia de Buenos Aires para frenar la pandemia y vacunar a la mayor cantidad de gente en el menor tiempo posible. Cecilia Moreau combina con cierta naturalidad su rol de madre con el de vicepresidenta del bloque de diputados del Frente de Todos.
En diálogo con Contraeditorial, la diputada nacional destaca el trabajo realizado por el Congreso durante la pandemia, que marcó la consolidación del Frente de Todos y abrió el desafío de convertirse en un proyecto “que encabece el debate de ideas en la Argentina en los próximos 50 años”.
Al referirse a la falta de aportes serios de la oposición, la legisladora bonaerense cuestiona sus insistentes negativas a debatir la reforma judicial y no duda en calificar de “delirantes” las modificaciones que impulsan en torno al Impuesto a las Ganancias.
“El desafío es lograr que el Frente de Todos sea un proyecto para los próximos 50 años”.
La referente del Frente Renovador también apunta contra los medios de comunicación, que tienen una doble vara a la hora de informar sobre los planes de vacunación contra el Covid-19. “Si lo hace el PRO es una confusión o es una cuestión de malentendidos, se piden disculpas y siguen para adelante. Ahora si viene del gobierno, del campo popular y, sobre todo, del peronismo, no se lo perdona. Hay que terminar con este chantaje de los medios y de la oposición”, afirma.
-El contexto regional muestra un aumento de casos de Covid-19 en Paraguay, en Colombia, un récord de muertos en Brasil, una crisis en Perú por la venta ilegal de oxígeno y a Chile que vuelve a una cuarentena total en las grandes ciudades. ¿Esto muestra que estamos frente a la segunda ola? ¿Alberto Fernández tomó medidas correctas hasta ahora?
-Sí. Yo lo veía cuando en Formosa paso lo que pasó, y aclaro que condeno cualquier accionar violento por parte de las fuerzas policiales, pero también veías en Paraguay, a pocos kilómetros, que las marchas gigantes se llevaron puesto al ministro de Salud y a varios funcionarios, porque están en una situación en donde los casos se están incrementando. Ni que hablar de la vacuna porque no hay respiradores. Creo que se invisibiliza mucho lo que el gobierno nacional y el de la provincia de Buenos Aires viene haciendo para prevenir este desastre sanitario que nos podría haber pasado, porque venimos de cuatro años donde el gobierno de Mauricio Macri, en todos sus niveles, no solo no construyó nada, sino que destruyó lo que estaba hecho. Hubo destrucción y abandono de las escuelas y los hospitales, vacunas vencidas en galpones, volvieron enfermedades que hace años no teníamos… Hubo un relato por parte de la oposición. Primero que no teníamos la cantidad suficiente de tests, pero todos los testeos se hicieron. Después dijeron que era la cuarentena más larga del mundo, pero hoy vemos como otros países que estaban saliendo de la pandemia tuvieron que volver a la cuarentena, incluso más estricta y con la campaña de vacunación avanzada, como ocurre en el Reino Unido o en Francia. En la Argentina no faltaron respiradores, no colapsó el sistema sanitario y, en el medio, se construyeron 12 hospitales, pero no fue tapa de ningún diario. Me parece que hubo un manejo eficaz de los recursos que teníamos, que eran pocos, sin duda. Pero gracias a todas las medidas de prevención, de asistencia, de presencia del Estado pudimos evitar -hasta acá- el colapso del sistema sanitario.

-¿El Congreso también pudo dar respuestas frente a la pandemia?
-Nosotros trabajamos para adelante, sabiendo que había que cuidar y llegar a los sectores más vulnerables. Por eso el Congreso sacó el ATP, que sirvió para que muchas pequeñas empresas familiares puedan seguir funcionando, y el IFE que fue fundamental para llegar a aquellos que no podían salir a trabajar. Y después, la Ley de Plasma que sirvió para que muchísima gente se pueda recuperar. Con las vacunas nos dijeron barbaridades, hasta el punto que Elisa Carrió denunció penalmente a Alberto Fernández por envenenamiento, pero nosotros fuimos para adelante con la Ley de Vacunas. Siempre se habla muy mal del Congreso, sin embargo nunca se visibiliza o se muestran las cosas que se hacen bien. Creo que durante esta pandemia vinimos a trabajar con un personal que realmente puso el cuerpo. Y pudimos lograr todas estas cosas, más el aporte solidario de las grandes fortunas. Sin embargo, cuando se habla del Congreso es mala palabra.
“En la Argentina no faltaron respiradores, no colapsó el sistema sanitario y, en el medio, se construyeron 12 hospitales… pero no fue tapa de ningún diario”.
– El 2020 fue un año de mucho trabajo para los legisladores, ¿hubo más sesiones que otros años?
– Hubo más trabajo que en los cuatro años del gobierno de Macri. Si vos hacés la estadística de lo que se trabajó en el Congreso durante los cuatro años que gestionó Cambiemos, y lo comparas con lo que se hizo en el 2020, podés comprobar que el año pasado hubo más actividad. Yo fui legisladora en el gobierno de Macri y me tocó trabajar el año pasado, y la verdad que no puedo comparar el ritmo de trabajo. El último año del gobierno de Macri tuvimos el Congreso cerrado, clausurado, mientras seguían implementando y escalonando el plan de ajuste y de endeudamiento con el Fondo. Además, la relación con Emilio Monzó se fue desgastando. Pero todo cambió. Si bien lo más visible de la actividad parlamentaria fueron las sesiones, hubo muchas reuniones de comisión, que es lo que la gente no ve y es el espacio donde se elaboran las leyes, donde se pulen para que después vayan al recinto. Además, vinieron todos los ministros, subsecretarios y secretarios del gobierno. Ningún diputado de la oposición te puede decir que hubo un funcionario que no vino a dar explicaciones. En el medio votamos el Presupuesto, la Emergencia Sanitaria y la Ley de Fuego. También votamos la ley de los acuerdos con el Fondo para que nunca más un gobierno pueda endeudar al país de manera discrecional y sin pasar por el Congreso. No puede volver a pasar esto que hizo el macrismo de dejarnos una deuda millonaria y que, además, se fugaron toda la plata.

-Una reciente encuesta de la consultora Analogías muestra que las opiniones favorables hacia Alberto Fernández crecieron poco más de dos puntos porcentuales respecto del mes de enero, por lo que su imagen positiva se ubica en un 56 por ciento. ¿Cree que la población reconoce una buena gestión de la crisis sanitaria?
– Lo que Alberto generó en la primera etapa fue seguridad. Teníamos un presidente que no estaba ni de vacaciones en Villa La Angostura, ni viendo partidos de fútbol, sino que cada vez que lo veíamos estaba trabajando para contener el desastre. Por otro lado, creo que Alberto tiene empatía con lo que está pasando, advierte que la gente necesita más presencia del Estado. Creo que la imagen positiva se debe a eso. También influye mucho el discurso que tuvo el primero de marzo en el Congreso, donde puso blanco sobre negro en relación con muchas cosas que había que decir. Discusiones que se fueron retrasando. Hay cosas que no podemos no discutir, como la reforma judicial. Otros temas importantes son la falta de empleo, principalmente en los jóvenes, y el control de precios. Tenemos que asumir que tenemos un problema real y a resolver con los precios de la canasta básica de alimentos, porque es difícil seguir subsistiendo con este desfasaje entre salario y precios en la Argentina.
“Tuvimos el Congreso cerrado, clausurado, durante el último año del gobierno de Macri”.
-¿Qué opinión tiene acerca de cómo la ciudad de Buenos Aires viene gestionando la campaña de vacunación?
– En estos días veía el Luna Park y la cancha de San Lorenzo… y la verdad que no veía más que perversión. Una no puede decir que Larreta no sabe cómo organizar dos centros de vacunación. Organiza una muestra de arte y ves que están las sillas bien puestas, que hay distancia y que hay alcohol en gel. Lo que hubo es falta de interés por las personas que se fueron a vacunar. La realidad es que muestran lo que son, la esencia más pura y clara de lo que es el macrismo. Es la no presencia del Estado en las necesidades urgentes de los ciudadanos, de los sectores más vulnerables. Además, esta esa cosa de creer que el privado siempre es mejor que el Estado. El macrismo toma al Estado como botín para hacer negocios. Una de las cosas que más se dijo durante esta pandemia fue que (Fernán) Quirós era un gran comunicador, pero la realidad es que terminó siendo un pésimo gestor. Terminan entregando vacunas al sector privado, y el primer día que organizan el plan de vacunación se parece al recital del Indio Solari. Y le echan la culpa a los jubilados porque están ansiosos. La privatización muestra que la cosa pública es un problema para la diaria, pero es un gran beneficio para enriquecerse los bolsillos. El macrismo, en democracia y en dictadura, usó al Estado. Cuando se dieron cuenta de que la democracia había llegado para siempre, dejaron de ser un grupo empresario y se convirtieron en un partido político, pero para hacer negocios con el Estado. Pero yo creo que la gente lo entendió.

-Hubo varios desmanejos con la vacuna en los municipios de Cambiemos, pero parece que no tiene costos para ellos, sin embargo, los 70 vacunados vip del gobierno precipitaron la salida del mejor sanitarista que tiene la Argentina. Como decía Arturo Jauretche, ¿los gobierno populares son débiles ante el escándalo?
– Me parece que, a veces, los gobiernos populares no tienen los mismos medios para enfrentar estas situaciones, frente a la derecha que tiene un poder de concentración judicial, mediática, y económica que funciona con una articulación muy fuerte. Fijate que lo del ministro de Corrientes (Ricardo Cardozo) que tenía en su auto particular dos cajas de vacunas, no salió en ningún lado, no se visibilizó, no se le pidió la renuncia. El intendente de Olavarría Ezequiel Galli, que también es de Cambiemos, dejó sin frio 400 vacunas, sin embargo nadie dijo nada, no fue tapa de ningún medio. Entonces, hay doble vara para analizar las cosas, y pasa mucho en esta sociedad. Esta doble vara de si lo hace el PRO es una confusión o es una cuestión de malentendidos, se pide disculpas y siguen para adelante. Ahora, si viene del gobierno o del campo popular, y sobre todo del peronismo -y te lo digo yo que no soy peronista, yo vengo del radicalismo y formo parte de este espacio plural y heterogéneo que es el Frente de Todos- no se le perdona. Y ni que hablar al kirchnerismo. Lo que pasó en el Ministerio de Salud de la Nación estuvo mal, no me pareció bien que hubiese ido una cuadrilla a vacunar a la familia de (Eduardo) Duhalde. No creo que esté bien. Lo que peor me pareció es que haya sido en negro. Lo cierto es que, si vos te pones a mirar esa lista de 70 personas, la mayoría están bien vacunados, el tema es que no se visibilizó cuál era el criterio. La Argentina perdió a uno de los mejores sanitaristas que tenemos, especialmente para las mujeres. Ginés González García ha sido una figura muy importante. Pagó el error y se fue del ministerio. Sin embargo, la impunidad de todos los otros, te hace repensar si realmente había que tomar esa decisión con Ginés, o si los otros no lo tienen que tomar como ejemplo. Estamos muy expectantes de lo que va a decir la tapa de Clarín, hay que terminar con eso.
“Cuando el macrismo se dio cuenta de que la democracia había llegado para siempre, dejaron de ser un grupo empresario y se convirtieron en un partido político, pero para hacer negocios con el Estado”.
– Ocurre que se publican cosas que no son verdad, como lo que ocurrió con Beatriz Sarlo…
– Sarlo fue convocada a un plan que se iba a hacer de promoción de la vacuna, no a ponerse la vacuna por debajo de la mesa, como dijo ella. Al contrario, era para promocionar la vacuna cuando llegó a la Argentina. Lo que se le pedía era que se la pusiera de manera pública, con fotos en un escenario, sin Axel (Kicillof). Y estuvo un mes diciendo que a ella le habían ofrecido la vacuna por debajo de la mesa. Al contrario, era arriba del escenario, no por debajo de la mesa. Termina yendo a la justicia para decir que lo que dijo no debería haberlo dicho porque generó que había algo oscuro. Al mediodía ya estaba en los medios el título del ofrecimiento. Y al otro día fue tapa de Clarín que la mujer de Axel le había ofrecido la vacuna por debajo de la mesa, cuando ni siquiera Soledad se comunicó con ella. Entonces, hay toda una distorsión.

– ¿No habría que reconocer que el funcionamiento del Estado requiere que ciertos funcionarios estratégicos deberían estar vacunados?
– Creo que sí, pero también es cierto que con el nivel de odio y violencia que tiene la oposición, es una discusión que puede traernos más costos -aunque a mí los costos no me importan-, más disgustos de los que ya tenemos. Nosotros hoy tenemos que vacunar a los adultos mayores y al personal de salud. Pero creo que es inconcebible que tengamos que explicar que un ministro como Martín Guzmán, que tiene que salir de la Argentina a dar el debate del acuerdo con el FMI que la oposición dejó, no pueda no estar vacunado.
– ¿O que tengamos a Carla Vizzotti, quien debe estar pensando en el día a día mejores estrategias para hacer frente a la pandemia, con Covid19?
– Claro, tenemos a la ministra de Salud con Covid. Sergio Massa, por puntualizar un nombre, está en la lista de sucesión presidencial y sin embargo no está vacunado. O legisladores como Carlos Heller que estuvieron viniendo acá todos los días. Si no fuera por la labor que él hizo en la Comisión de Presupuesto no hubiésemos tenido IFE, no hubiésemos tenido ATP, Aporte Solidario o Ley de Vacunas. Esas cosas no se visibilizan. De alguna manera hay quienes ocupan cargos electivos que son personal esencial. Obviamente, que los que no somos mayores, o no tenemos enfermedades preexistentes, podemos esperar. Hay compañeros con situaciones muy complejas de salud que por la estigmatización que pesa sobre el cargo no se vacunan porque no quieren un conflicto. De alguna manera hay que terminar con este chantaje de los medios y de la oposición, porque estoy segura de que varios de ellos están vacunados, porque lo del vacunatorio vip paso en muchos lugares. Gerardo Morales reconoció que, en Jujuy, le dio la vacuna a las clínicas privadas y se vacunaron hasta los perros, con lo cual admitió que cometió el error que Horacio Rodríguez Larreta no reconoce: el de entregar las vacunas a los privados y que eso termine en vacunados vip.
“Un ministro de Corrientes tenía en su auto particular dos cajas de vacunas y el intendente de Olavarría, Ezequiel Galli, dejó sin frio 400 vacunas. Sin embargo nadie dijo nada y no fue tapa de ningún medio”.
– La apertura de sesiones es un momento para hacer balances. ¿Cree que en este año que pasó la alianza entre el massismo y el kirchnerismo se fortaleció?
-Yo creo que se consolidó el Frente de Todos, no quiero poner nombres propios. La política habla mucho de políticos y poco de política o ideas. Me pasa que todas las semanas me llama un periodista para preguntarme cómo está la relación entre Sergio Massa y Máximo Kirchner, buscando siempre una pelea, y la verdad que no existen. Están todo el tiempo buscando el conflicto. Diferencias vamos a tener siempre y está buenísimo que así sea porque somos un frente heterogéneo, plural, donde además del massimo y el kirchnerismo hay otros espacios políticos partidarios. Pero lo cierto es que el espacio político como frente se fortaleció mucho porque la pandemia nos llevó a tener que actuar con mucho compañerismo y con necesidad de ponernos espalda con espalda para ver cómo sacábamos esto adelante. Si en medio de la pandemia, con la oposición tirando piedras todo el tiempo para ver cómo hacían para que la Argentina entre en un desastre sanitario, y los medios de comunicación fomentando eso, si salíamos con diferencias terminaba todo patas para arriba otra vez. Lo cierto es que construimos un frente electoral para terminar con el macrismo y la derecha en la Argentina, y el gran desafío es convertirse en un espacio político que pueda ser parte no solo de la opción electoral, sino que encabece el debate de ideas en la Argentina los próximos 50 años. El desafío es lograr que el Frente de Todos sea un frente que se quede en la Argentina. Además, la división solo contribuye a los logros de Bullrich, de Carrió, de Fernando Iglesias, que tanto daño hacen.

-El lunes fue el Día de la Mujer y, de alguna manera, es momento para repasar los logros conseguidos y las luchas que faltan dar todavía. ¿Qué otros reclamos de las mujeres están avanzando en el Congreso?
– El primero es que logramos que se entienda -por lo menos dentro del Congreso- la necesidad de una reforma judicial en serio y a fondo. No solo con lo que tiene que ver con las cuestiones federales, sino también para ayudar en esta otra pandemia que tenemos que es la violencia de género. No es algo que vamos a resolver de un día para el otro porque hay una cuestión cultural, pero tenemos que empezar entendiendo que no podemos seguir siendo dominados y tutelados por una justicia estrictamente patriarcal. Hay una subestimación permanente sobre la palabra y lo que le pasa a la mujer cuando se acerca a la justicia, a la policía, a hacer una denuncia. Todavía cuesta mucho que la mujer sea contenida en el ámbito de la comisaría. Este es un enorme desafío que tenemos: entender que la reforma judicial tiene que ver con las cuestiones del día a día de la gente. Hay una necesidad de una justicia más rápida y no de esta justicia que nunca llega. Si vos tenes una deuda por alimentos, o un conflicto familiar, no lo llegas a resolver. Hay también una justicia para ricos y una justicia para pobres. Y hay una justicia para hombres y una justicia para mujeres que se ve claramente. Además, desde el Congreso tenemos que trabajar en este reconocimiento que venimos pidiendo desde hace mucho tiempo, que es el reconocimiento de los trabajos de cuidado, que durante la pandemia se vio y exacerbó. También hay otro tema, el de la brecha salarial, que todavía sigue siendo muy desigual. Una mujer en un mismo cargo que un hombre gana menos. Por otro lado, trabajamos la problemática del colectivo trans-travesti. En el Congreso ya se implementó el cupo laboral, pero son colectivos que debemos empezar a sumar, a reconocer y a darles oportunidades. Sin embargo, pese al cupo y a la paridad nos cuesta ser igualmente escuchadas. Por ejemplo, a las mujeres que trabajamos en el Congreso nos pasa que cuando hay sesiones de toda la noche llegamos a nuestras casas después de que nuestros hijos se fueron al colegio. Entonces, ¿cómo podemos establecer un sistema laboral que reconozca estas situaciones? Somos madres, hay una responsabilidad que recae sobre nosotras. Por eso, hay que buscar más igualdad, no todos tienen la suerte de contar con la ayuda de otro, o de tener un compañero.
“La otra pandemia que tenemos es la violencia de género”.
– ¿Cree que están dadas las condiciones para que el proyecto de reforma judicial avance en la Cámara de Diputados? ¿La oposición está dispuesta a debatir?
-Yo creo que cometen un grave error. Buscan títulos en los medios desde lo que hace Cristina y no generan ideas propias, y la verdad que a mí me parecería bien que se sentaran en una mesa de discusión a decir “nuestras propuestas son estas”. Me parece mal esa cosa miserable de oponerse a todo, porque no le sirve a la Argentina. Sin conocer la propuesta, de antemano, te dicen que no. Lo que en definitiva no superan es que la Argentina tomó otro camino y que en las urnas les dijo basta.
“Cumplimos lo que prometimos en campaña… Si el macrismo decía lo que iban a hacer no los votaba ni la madre”.
– Habla de que la oposición debería hacer propuestas. ¿Qué le parecieron los aportes que hizo con relación al proyecto del Impuesto a las Ganancias?-Están delirando. Todavía recuerdo las publicidades de Macri donde decía que en su gobierno nadie iba a pagar Impuesto a las Ganancias. No solo no pasó eso, sino que más trabajadores terminaron pagando, y más plata. Este proyecto de Ganancias tiene dos grandes virtudes, por un lado aliviana el bolsillo del trabajador, y por el otro, cumple una promesa de campaña. Hay que decir que Alberto y Cristina lo están haciendo en los distintos temas y lo que le molesta a la oposición es eso, que cumplan lo que prometieron en campaña. Porque venimos de un gobierno que prometió mucho y no hizo nada de lo que prometió, todo lo contrario. Eso fue el macrismo estructuralmente. Si decían lo que iban a hacer no los votaba ni la madre. Honrar la palabra es muy importante, y en el proyecto de Ganancias se refleja. El proyecto va a tener modificaciones seguramente; se va a incluir lo de los concubinos y lo de los hogares monoparentales. Pero de ahí a plantear una cosa que desde lo fiscal es imposible de sostener me parece que es otra vez mostrar mala leche básicamente en una deuda que es de ellos.