jueves, marzo 23, 2023
Sin Resultados
Ver Todos los Resultados
Contraeditorial
  • Editorial
  • Opinión
  • Nacional
  • Economía
  • Mundo
  • Sociedad
  • Cultura
  • Editorial
  • Opinión
  • Nacional
  • Economía
  • Mundo
  • Sociedad
  • Cultura
Sin Resultados
Ver Todos los Resultados
Contraeditorial

Setenta años no es nada

Por Estela Díaz
“No me quedé jamás en la retaguardia de sus luchas”

Hace 70 años Eva Duarte de Perón, Evita, pasaba a la inmortalidad. Murió de cáncer, con sólo 33 años. Joven, muy joven, justo en una edad emblemática para la cultura occidental, la edad Cristo. En esto también les jugó una mala pasada a sus enemigos. Digo enemigos, porque eran mucho más que adversarios políticos, querían la muerte y demostraron unos años después en los bombardeos a la Plaza de Mayo, que no dudaban en matar, incluso, a su propio pueblo.

“¡Viva el cáncer!”, decían las pintadas en las paredes. Hoy podemos verlas actualizadas en bolsas negras colgadas en las rejas de la casa de Gobierno o en guillotinas en marchas en la plaza. O en un trasnochado video, que desde un decrépito discurso busca el negacionismo y convoca a una épica golpista. Cambiaron significativamente las circunstancias. Hoy no necesitan de ejércitos militares porque las fuerzas de la reacción cuentan con otras armas: los especuladores económicos, los medios hegemónicos de comunicación y el partido judicial.

Articulos Relacionados

De Walsh a Cristina, una ucronía traumática

De Walsh a Cristina, una ucronía traumática

Cartas de amor por YouTube

El peronismo va a una trampa

En estos días se puso en cuestión una frase que hace síntesis del pensamiento y la acción de Evita respecto a las políticas de Estado frente a las necesidades sociales. Ella deploró la caridad para colocar las respuestas estatales a quiénes necesitan desde el paradigma de la justicia social. A eso se refiere cuando dice que donde hay una necesidad nace un derecho, ni más ni menos. No son dádivas, ni paliativos que garantizan desigualdades presentes y futuras. Son derechos que promueven inclusión y ascenso social. Redistribución de riquezas y recursos, también simbólicas, no sólo materiales. Por eso Evita creó la República de los Niños, los complejos vacacionales como el de Chapadmalal, con acceso y vista al mar más espectacular que cualquiera de los hoteles llenos de estrellas de la ciudad feliz. Por eso también llevaba a las censistas al Teatro Colón con vestidos de gala. Porque fue una fanática de la igualdad.

Evita escribió “Mi mensaj”e los últimos días de su vida donde señala conocer y haber visto de cerca a los enemigos del pueblo y de Perón. Y remarca que le ha reiterado hasta el cansancio, con distintos tonos de voz -podemos imaginar que también a los gritos-, que la guía para tomar decisiones está en el pueblo: los descamisados, los trabajadores, las mujeres; el pueblo y los pueblos del mundo. Una mirada sobre el mundo, que conocía y recorrió, que también hoy vive circunstancias acuciantes, luego de tantas décadas de neoliberalismo, con la pandemia del Covid y ahora la guerra en Europa, que afectan la provisión de alimentos y energía.

¿Qué decir hoy desde este legado y desde un gobierno peronista que está frente a especuladores parecidos a la oligarquía que ella denunció con tanta pasión? Los descamisados, los grasitas, las mujeres que hoy hacen frente desde los hogares que las tienen de sostén y enfrentando las crisis.

Evita diría que ahí es donde hay que dar y buscar las respuestas. En “La Razón de mi vida” ya señaló que era necesario un ingreso para las mujeres en los hogares, pensado desde políticas universalistas y no focalizadas que sólo son paliativos que reproducen desigualdad.

Mientras tuvo fuerzas se reunió con las conducciones gremiales para poner el centro en las condiciones laborales de las y los trabajadores, pero también en la organización y movilización popular. Por ahí están las claves del presente.

Con todas las diferencias de los años transcurridos, las contradicciones se actualizan y se deben enfrentar según cada momento histórico. Redistribuir riqueza y recursos materiales y culturales para las mayorías populares fueron y son las medidas que han permitido crecimiento, estabilidad y pagar las deudas, primero con el pueblo y luego con los organismos internacionales de crédito. Para saber de qué lado hay que estar es cierto que 70 años no es nada.

* Ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires.

Share this:

  • Facebook
  • Twitter
  • WhatsApp
  • Telegram
Tags: EvitaJuan Domingo Perónperonismo
Nota Anterior

Nunca más a golpistas ni a neoliberales

Siguiente Nota

Una república sin los pobres en el centro es una ficción

Dejá una respuesta Cancelar respuesta

Recomendados

Psicoanálisis y política: ¿por qué una izquierda lacaniana en América Latina?

Por Equipo organizador de las Jornadas de Izquierdas Lacanianas

El desarrollismo, válvula de escape de los grupos económicos

El desarrollismo, válvula de escape de los grupos económicos

Por Santiago Fraschina y Lucas Gobbo

El tiempo que pasa, la verdad que huye

El tiempo que pasa, la verdad que huye

Por Ricardo Ragendorfer

“No me quedé jamás en la retaguardia de sus luchas”

Setenta años no es nada

Por Estela Díaz

  • Quiénes somos
  • Contactanos

© 2020 Contraeditorial / Todos los derechos reservados. Registro de la Propiedad Intelectual en trámite. Director: Roberto Caballero. Edición 1071 - 23 de marzo de 2023. Argentina

Sin Resultados
Ver Todos los Resultados
  • Editorial
  • Opinión
  • Nacional
  • Economía
  • Mundo
  • Sociedad
  • Cultura

© 2023 JNews - Premium WordPress news & magazine theme by Jegtheme.

 

Cargando comentarios...