Contraeditorial adelanta fragmentos de “La Batalla Cultural. Mentiras, infamias y omisiones del monopolio mediático”, el nuevo libro de Víctor Hugo Morales y Alberto Mahr (Colihue) en el que se describen las técnicas del engaño del “Grupo” y el brutal ataque montado contra Milagro Sala, entre otras campañas de manipulación.
PARA COMENZAR
Si te pidiera que imaginaras cómo sería el diario de mayor tirada en la Argentina, cuya versión digital es la tercera más visitada en el mundo de los diarios en español, y que lejos tiene el récord de audiencia de medios digitales en nuestro país, dudo que tengas una imagen como esta.
Un diario que lidera el negocio de la información y que por esa posición predominante debería tener un compromiso con la verdad, con la seriedad, con un tratamiento maduro, cuidadoso y profesional de las noticias. Sin dudas que con una respetada línea de opinión, pero que no esté viciada de intereses ajenos a su función social de informar.

En este libro, lo que haremos es analizar una serie de casos con ciertas herramientas de análisis, herramientas para nada difíciles de utilizar por cualquiera que tenga interés en “desarmar” el mundo que nos construye el “kraken mediático” que bien bautiza Víctor Hugo. Nuestras fuentes están a un click de distan- cia: a veces, algo tan sencillo como consultar el diccionario de la RAE o una entrada en Wikipedia, sin necesidad de avanzar sobre bibliografía más compleja, puede llegar a ilustrar al ciuda- dano acerca de algunos mecanismos que están más a la vista de lo que creemos.
El monstruo está ahí, respirando, con su cara más horrible que, supuestamente, debería resultarnos amable. El medio más importante de la Argentina DEBERÍA ser serio y confiable. Pero así ES
MILAGRO SALA, LOS TENTÁCULOS DEL KRAKEN SE DESPLIEGAN (Editorial de Víctor Hugo Morales)
Ya modelado por los arquitectos de la infamia, con la argamasa de los títulos, las fotos, los supuestos, los condicionales y toda la batería de guerra del Grupo, el nombre de Milagro es una obra al que un perturbado acuchilla y arranca del marco hecha pedazos.
Imputada por amenazar con bombas a un policía, desafía no yendo a declarar. El señor feudal de la región dice que fue escrachado por la mujer y ahí nomás piden seis años de prisión para Milagro.

Arrasan con Milagro y su obra. Los títulos gozosos de aquellos a los que el Papa designa hombres sin escrúpulos anuncian la persecución en capítulos de historieta parecidos en el formato de la última página de los chistes y las adivinanzas.
“Milagro Sala desafiante”. Es una negra que los mira a los ojos. Y sostiene. Es una raza que siempre miró la tierra y con tupaqueros como ella redescubre el sol. No la soportan. Qué se cree. Desafiante, esa negra. Mirá vos. Así que, para bajarle el copete, Morales, el gobernador la acusa de “chorra”. La detienen. Le allanan la casa. Los rótulos, los epígrafes desfilan en zócalos de los bares, con la clientela sorbiendo el café con los ojos endurecidos ante la pantalla. “Lógico. Si robó, está bien”, se dice, sin preguntarse, sin saber. Otro día, otra medialuna: “Milagro Sala está en un calabozo común y hace cuatro horas empezó una huelga de hambre”. Ingenioso hombre del Grupo, encabeza una de las ignominias jugando con que Sala no produjo un Milagro. Que lo parió. Piden su detención. Acusan, cuando no, de desfalcos, insultos y escraches, inculpan de autos que le encuentran a Milagro y que, luego, no serán. La vida de Milagro es lujosa, canalla. De rebote, son rastreados todos sus contactos y la cerca, como el ten- táculo de un kraken, los envuelve.

“Denunciaron a De Vido por darle fondos multimillonarios a Milagro Sala”. “Multimillonarios” es una palabra que nunca usarán contra los que ciertamente lo son. El vocablo, cuando se emplea, es para abofetear a otros. “La Corte rechazó intervenir”. La Corte sería un fraude desde entonces. Llegaban dos integrantes que un gobierno republica- no había designado a dedo. Usted y usted, les dijo. Y fueron. Milagro, sus miles de viviendas, su dignidad, su lucha, las piletas para que los pibes pusieran sus pies y sus cuerpitos magros en el agua y no en el charco barroso de la cuneta, no pueden ser un mérito ante ese tipo de personas. Menos, con una asesina. Gerardo Morales, el aspirante de los ojos pardos que los quiere azules achaca a Milagro tres asesinatos. El hombre anda justificando que la tiene presa hace tres meses .Y falta demasiado, cuatro años faltan, para que el Presidente del Tribunal Supremo de Jujuy admita la verdad. La delincuente no era Milagro. Pero aún deben pasar cuatro años para que una parte de la verdad conozca la luz. En el medio, hay cuatro años de tinieblas y mentiras, de cárcel y dolor, de noches enteras bocarriba en un catre de la cárcel preguntándole a Dios.

No molestes, Milagro. ¿Acaso no fue tu gente allá por marzo del 2016 a retirar 30 millones de pesos de un banco, porque el gobierno, en vez de enviártelos, como decirlo, en una camioneta, en bolsas, te lo enviaba a través del banco? El título es bien elocuente. “Detuvieron a tres miembros de la Túpac por retirar casi 30 millones de un banco”.
Hay algo que Milagro muestra, que todos ustedes estaban mal de la cabeza. Mirá este título: “Como era la ruta del dinero K desde Jujuy a la Quinta de Olivos”. ¿Para qué mandarlo a Jujuy y no dejarlo ya aquí? Tomarse ese trabajo para disimular. Era más sencillo que ustedes dijeran que tenían cuentas que pagar aquí y ya lo dejaban en Olivos. Es absurdo: llevarlo allá y después traerlo, arrastrando bolsas a la vista de todo el mundo. Te vieron, Milagro. Mirá: “Yo vi entrar a Milagro Sala a la Quinta de Olivos”. La mujer que denuncia estaba allí. Intuía, sospechaba, conjeturaba, recelaba, olía, el estofado. Y así y todo vas con la plata. La bajadita de la fake era una faca que clavaban en la espalda de la verdad. Lean esto: “Denuncia: Mabel Belconte dio detalles esta noche sobre los presuntos viajes de la líder de la Tupac de Jujuy a Buenos Aires para llevarle valijas con plata a Máximo Kirchner”. No terminaba allí la cuestión, pero es bueno relajarse un poco para apreciar cuál era el origen de la plata que luego le encontraron a Máximo Kirchner en un Banco del Caribe. El cabezal con Mabel Belconte, cuando había que explicar atropelladamente el nivel de crueldad de Milagro, y la cárcel concerniente, establecía por fin: “Y habló de amenazas: ‘Milagro es una mujer de temer’”. No alcanzaba que le entregara bolsas a Máximo en la puerta de Olivos, con Mabel Belconte parada en la vereda de enfrente. Milagro es una mujer muy peligrosa a la que se le tenía tanto miedo como lo demuestra el hecho de aparecer en las pantallas del Grupo, denunciándola y volviendo a Jujuy, tan feliz de la vida. En tanto, “Piden llamar a declarar a los supuestos valijeros de Máximo”, Milagro se hacía la canchera: “La irónica carta de M.S. desde la cárcel por la nueva ruta del dinero K”. Qué descaro, cuánto atrevimiento. Hay temple ahí, en eso de animarse a la burla con un sucedido de esa trascendencia.

Belconte era la que vio todo y por eso clamaba que debían prestar comparecencia los autores del valijeo. Y de la otra parte, el sarcasmo pitorrero de Milagro. Era buena idea detener hasta al mismísimo abogado de Milagro, como lo hicieron. Era injusto que ante la certidumbre de los crímenes, hubiera que ir a la ONU, como debió hacerlo el gobierno de Jujuy para justificar la cárcel de Milagro.
Sigue la infamia: “Allanaron la casa de Milagro Sala: encontraron 30 valijas”, hasta había una máquina de contar billetes. Al cabo de cuatro meses presa, a nadie se le ocurrió lanzarlas al espacio. La mantuvieron allí, cerquita de la máquina. ¡Tontos de pacotilla! El fiscal, sabueso de inconmovible astucia, dijo que detectaron “olor a dinero en las valijas”. Muestra el Grupo a los perros en una foto-título, olfateando las valijas: “Así revisaban los perros de la policía”. Por si no había quedado claro, la maquinita de contar reaparecía en impactante nota del Grupo.

Se complica la pesquisa: “Milagro Sala tenía un búnker en Buenos Aires. ¿Allí armaban bolsos de dinero?”. ¿No era que, como gritó Bel- conte, lo traían de Jujuy a Olivos? ¿Para qué tanta vuelta?
El dramatismo crece. A Belconte la internaron de urgencia. “La que denunció a Máximo Kirchner”. Que le habrá hecho Máximo, cabe preguntarse.
La mujer aclara: “Quise matarme por miedo a que Milagro les haga daño a mis hijos”. Ah.
“Tras un intento de suicidio, la diputada Mabel Belconte dijo que tiene miedo de que Milagro salga libre”. Lógico, por ahí Milagro salía y la mataba, así que le ganó de mano. Y mis hijos, por los cuales temo, que se arreglen.

Una foto de la frustrada suicida y la que la quería asesinar, acompaña el título: “Piden filmaciones de la Quinta de Olivos para verificar si Milagro Sala llevaba valijas con dinero”. Como si supieran de ante- mano dónde estaba lo que se sorprendieron encontrar.
Fueron meses atroces aquellos del encarcelamiento. Milagro ordenó el arrebato de un bebé de una rival política. Había ocurrido cinco años atrás, pero alguien pensó que cualquier fechoría de la época, el Grupo estaría de acuerdo en adjudicársela a Milagro. Hubo curiosidad los días siguientes por si encontraban demasiadas cunitas y máquinas de contar pibes, en la casa, pero nada de eso surgió. Raro. Ni los perros de la policía acertaron.

Un fiscal de Jujuy, siempre hay uno, pero puede ser el mismo, asegura que “López tenía relación directa con Sala”. El dinero de López no había salido del Banco Finansur manejado por un integrante de la directiva de Boca, junto a Macri. Y no era de Calcaterra. La mano venía por el lado de Sala, que algunas veces lo puenteaba a Máximo. “Piden investigar si los millones de López son retornos de la Tupac”. Policías que llevan del brazo a López con chaleco, miran la cámara haciéndose esa pregunta. ¿Era justo que lo esperaran a Macri con un cartel que reclamaba “Free Milagro Sala”?
A un juez de apellido Aróstegui le dio por sobreseer a Milagro en decenas de causas penales. Decenas, dice el Monstruo. ¿De dónde habría salido Aróstegui, Francisco? Es digno preguntarse si no sería el valijero que iba del búnker de Buenos Aires a Jujuy y luego volvía a Olivos.

El dinero, la plata, los bolsos, los autos.
La nota más vista del 20 de julio de 2016 en el Grupo era “secuestraron un BMW de 80 mil dólares e investigan si es de Milagro Sala”. Pero después eso fue declarado nulo, aunque acusatoriamente el encabezamiento de otra noticia era que “el dueño del BMW de 80 mil dólares secuestrado niega ser socio de Milagro Sala”. El Grupo hace una nota en esas semanas sobre la defensa de Cristina a Milagro. Pide que la liberen. Así que Morales le responde, según el título que “Milagro tiene mucho que explicar”. Median desesperadas huelgas de hambre de la protagonista y sus seguidores.Una diputada radical se gana un lugarcito. Alejandra Martínez: “Milagro está presa porque le robó al pueblo”. Y en eso aparece la ONU, y “pide que liberen a M.S.”, la Facultad de Filosofía de Córdoba la premia y Francisco, que aparece fotografiado con Milagro, le envía un rosario. Notas que para el kraken mediático son como la granada que les explota en la mano: no pueden dejar de comunicarlo, y les cuesta digerirlo como artículo publicado. Queda el Grupo, a la vista de todos, humillado, pero, lamentablemente, no vencido.