Reseña de Curso de Sociología, de Eduardo Rinesi. Caterva Editorial, 2021.
Al leer el libro de Eduardo (N.de la R: Rinesi, Curso de Sociología) se me viene a la mente otro libro, el de Selva Almada, No es un río. Me gustaría decir, que este no es UN curso. El personaje del magnífico libro de Almada dice acerca del Paraná, que ese no es un río como cualquier otro, es ese río que lo marcó tanto. Lo mismo me gustaría decir de este curso, que no es sencillamente un curso, es ese curso.
El libro es la publicación de las clases escritas del curso de sociología que dicta Eduardo desde hace mucho tiempo en el 6to año del Colegio Nacional de Buenos Aires. Yo lo cursé en 1997, es decir, hace 24 años. Fue tan importante ese curso para mi, para todos nosotros, que es una alegría poder recordarlo y ahora tener este magnífico artefacto que nos dió Eduardo junto a los amigos de Editorial Caterva, para trasladarse en el tiempo y entusiasmarse con las clases de Eduardo nuevamente.
El género curso es –o al menos puede serlo– una invitación a presenciar el pensamiento en acto.
Ese curso fue fantástico, lo fue en términos absolutos pero también lo fue en términos relativos. Poder tener ese curso, en el colegio, en ese contexto de profesores herméticos y la mayoría de las veces hostiles que siempre estaban marcando la falta, lo que no sabíamos, lo que no habíamos leído, lo que no habíamos entendido. En ese contexto, ese curso fue para mi y recuerdo que para mis compañeros también, un vergel, un oasis…ese curso preanunciaba otro clima, otra forma de relacionarse con el conocimiento, con los textos, con los autores y con los conceptos.
Con ese curso nos entusiasmamos con el saber y con las ciencias sociales, aprendimos por primera vez lo que era el pensamiento crítico, no sólo la teoría sino el ejercicio del pensamiento crítico, el que se dedica a conmover certezas, a cuestionar, a pensar.
Me parece que los libros de Eduardo son hermosos por lo que dicen pero también por lo que invitan a decir y a pensar. Son profundamente habilitantes, invitan a estudiar, a leer, a pensar, a escribir.

Abro el libro, entonces, como para decir algo más sobre lo que nos convoca. Y enseguida aparece la voz de Eduardo, que escribe como habla, y habla como piensa. El género curso es –o al menos puede serlo– una invitación a presenciar el pensamiento en acto. Eduardo habla en clase como piensa: reponiendo cuidadosamente a los autores en contexto, las ideas de los autores en diálogo con la historia política e intelectual, prestando especial atención a las palabras y a la forma en que entran en juego esas palabras. Pero no sólo enseñando esos fundamentales conceptos y su contexto de surgimiento sino movilizándolos siempre para pensar hoy para cuestionar certezas, como decía más arriba.
También habla en las clases casi como hablando entre amigos, definitivamente hablando entre iguales. Es posible ver ese diálogo aún en el curso escrito: los otros están ahí, formando una conversación. Eso es parte, creo yo, del profundo respeto con el cual Eduardo dicta un curso y/o escribe un libro. Es una puesta en acto de la democratización del conocimiento, del derecho a la educación que también quieren decir, igualdad en el aula no en cuanto a las funciones –claro está– sino en cuanto a las capacidades, al acceso al conocimiento.
Escribe como habla y habla como piensa. El lector va a poder escuchar la entonación, el énfasis con su característico uso de cursivas, del humor, de las pausas, de los ejemplos e iteraciones para seguir explicando.
Los libros de Eduardo son hermosos por lo que dicen pero también por lo que invitan a decir y a pensar. Son profundamente habilitantes, invitan a estudiar, a leer, a pensar, a escribir.
Y nos cuenta, recurriendo a los cuentos, a la gran literatura del Siglo XIX y saltando de ellos a las grandes obras de la biblioteca sociológica, el surgimiento de la sociología de la mano del surgimiento de la cuestión social. La cuestión social, dice Eduardo, que no es la aparición de la pobreza sino su surgimiento como problema, su visibilidad. Digo que nos cuenta como un cuento, no sólo porque recurre a la literatura como memoria cultural de ese surgimiento sino también porque resulta así de simple, así de claro, y permite ver que la complejidad está en el objeto, en la cuestión. El libro recorre los grandes autores y los grandes problemas que conforman la biblioteca de la sociología clásica europea del siglo XIX y XX; de la sociología norteamericana del siglo XX y argentina del siglo XX y XXI. Cada capítulo es una clase: luego de una hermosa primera clase introductoria que nos sitúa en el surgimiento de la sociología para pensar la cuestión social, la segunda clase está dedicada a Carlitos Marx (sic), la tercera y la cuarta a la obra de Durkheim, las siguientes tres a las formulaciones de Max Weber, la novena clase hace una recapitulación de la primera parte del curso y abre sobre las nuevas problemáticas de la sociología Siglo XX frente al surgimiento de la “sociedad de masas”, que seguirán en la clase siguiente con Herbert Marcuse como representante de la escuela de Frankfurt y su El hombre unidimensional. Las clases siguientes nos transportan al “otro lado del Atlántico” con la sociología norteamericana de Wright Mills y argentina de la mano de la obra de Gino Germani, así el curso aborda los problemas de las tres D, como le gusta decir a Eduardo, del desarrollo, de la dependencia y de la democracia que fueron tan importantes para la sociología y las ciencias sociales argentinas y de la región. Las últimas clases están dedicadas a pensar de la mano de autores muy destacados (Murmis y Portantiero, Carri, Argumedo, González, Svampa, etc) los problemas argentinos abordados por la sociología: el peronismo, la transformación de la estructura social a manos de la sangrienta dictadura, la democracia, las graves consecuencias sobre la estructura social pero también sobre la movilización política de los años noventa y dos mil, y los problemas ambientales y sanitarios que enfrentamos en estos tiempos más recientes.
El libro recorre los grandes autores y los grandes problemas que conforman la biblioteca de la sociología clásica europea del siglo XIX y XX; de la sociología norteamericana del siglo XX y argentina del siglo XX y XXI.
Aunque las clases están organizadas principalmente en torno a autores, hay una presencia fundamental (porque también la tuvo para los autores y esto se hace visible) del diálogo entre autores (que van y vienen por las clases, vuelven a aparecer como espectros) y de las problemáticas que atravesaron las épocas en las que escribieron sus obras. Creo que, más allá del interesantísimo contenido del libro, esto es lo que más me gustaría transmitir a sus futuros lectores: leyéndolo van a encontrar la guía y el impulso para leer todos los libros de los cuales Eduardo les habla y que recomienda constantemente. Este libro es una lectura de grandes libros y es una invitación a leer otros muchos libros; y entonces es para todos los que estén interesados en la sociología, pero también en la literatura, en la filosofía, en la ciencia política, en la historia. Pueden leerlo personas que no conocen nada de sociología y quieren comenzar, profes que quieren seguir pensando cómo dar sus clases y también aquellos que se han pasado la vida estudiando sobre estas temáticas. Es para estudiar sociología pero también para pensar los grandes momentos históricos, sus problemas, y también para pensar los desafíos del presente.
* Publicado en la edición 55 de Contraeditorial.