“Dos contra el hielo”, la nueva producción de Netflix, narra la historia de la expedición danesa Alabama. El reconocido capitán Ejnar Mikkelsen, interpretado por Nikolaj Coster-Waldau, se encuentra varado en el hielo de Groenlandia junto a su tripulación. Una disputa por el frío territorio del norte divide a Estados Unidos y Dinamarca en 1909. El capitán y un joven mecánico, Iver Iversen (Joe Cole), emprenderán un largo camino a través del hielo con el fin de demostrar que Groenlandia no está geográficamente dividida y es un solo pedazo de tierra.

Una estética apropiada y una serie de recursos típicos de la plataforma norteamericana permiten esta vez tocar el sensible tema del reclamo por la soberanía desde una visión romántica de los hechos. El marinero que se embarca sin rumbo pero convencido de que su patria se lo agradecerá. El 2 de marzo se estrenó el film, ¿casualidad?
Problemas clásicos de una expedición en zonas heladas y una puesta en escena que da cuenta de los problemas psicológicos que sufren dos personas que caminan solas cientos de kilómetros sobre un blanco infinito. Las tensiones en Copenhague para debatir los costos políticos y económicos de la expedición también son parte de una historia que intenta construir sentido de pertenencia.
La plataforma norteamericana toca esta vez el sensible tema del reclamo por la soberanía desde una visión romántica de los hechos. El marinero que se embarca sin rumbo pero convencido de que su patria se lo agradecerá. El 2 de marzo se estrenó el film, ¿casualidad?
El director danés Peter Flinth no se olvidó de darle lugar al rol de la mujer en la aventura, a partir del imaginario masculino y desde la imagen transformada en cuerpo. Como parte de los latiguillos cinematográficos de la época, también se revive la figura del hombre rudo que puede enfrentar la adversidad sin mostrarse vulnerable.
Imposible no recordar a Darwin mientras avanza el film. También ronda el imaginario de la lucha por la soberanía a principios del siglo XX. Y cómo no pensar en las frías aguas de nuestro Atlántico sur, la Isla de los Estados, la Antártida y, claro, las Islas Malvinas. La disputa constante por parte de las potencias y la construcción del sentido a través del poder cinematográfico que sigue contando una parte de los hechos.
Una de las producciones más vistas en Netflix durante la última semana desde su estreno en Argentina, 101 minutos de duración para esta coproducción de Islandia, Dinamarca y Estados Unidos. Una película que, dependiendo del contexto, podría cumplir con el objetivo de entretener.
* El autor es docente e investigador de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.