“La Territorial” es una cofradía de Juntos por el Cambio (JxC) que nuclea a un grupo de dirigentes bonaerenses, encabezados por el diputado provincial Alex Campbell, quien fuera subsecretario de Gobierno y Asuntos Municipales en la gestión de María Eugenia Vidal. El propio Mauricio Macri los bendijo el 7 de abril al reunirse con ellos en San Isidro.
Fue al día siguiente de su sonado cónclave con quienes integran la mesa nacional de la alianza opositora. Allí se endureció la estrategia partidaria para esta coyuntura: difundir y promocionar el contagio de Covid-19. Ya se sabe que hasta fue emitido un comunicado, donde se especifica el rechazo absoluto a cualquier medida gubernamental para contener y reducir la segunda ola de la peste, justo cuando en esas horas se contabilizaban 20.870 nuevos infectados.

De modo que el miércoles, ante la alegre muchachada de Campbell, el ex presidente insistió con el asunto. Y quizás por decoro, no hizo referencias al gran aporte del diputado nacional Ricardo Buryaile en la materia: viajar en avión a sabiendas del resultado positivo de su hisopado.
Macri, en cambio, los motivaba con una arenga de vestuario.
–Salgan a jugar este partido con todo; vayan a fondo –remarcó, tras dar la orden de infamar la política sanitaria del gobernador Axel Kicillof.
Desde un rincón, su secretario privado, Darío Nieto, asentía con un leve cabeceo, mientras la concurrencia aplaudía a rabiar.
Fiel a la prédica del líder, no había en ese lugar barbijos a la vista.

Apenas unas horas después, Macri, Nieto y 15 de aquellos 16 dirigentes, terminaron aislados por contacto estrecho con un caso positivo de coronavirus, nada menos que el de Campbell.
¿Acaso ese sujeto habría tenido la ocurrencia de emular la patriada de Buryaile? Lo cierto es que asistió a la reunión con absoluta consciencia de que podía estar contagiado de su esposa –quien convalecía por dicho mal– y sin aguardar el resultado de la PCR que se hizo aquella mañana.
Curiosamente, tal como lo reconoció en su cuenta de Twitter ese mismo día, era la segunda vez que contraía el virus.
La anterior fue en junio del año pasado.
Esa circunstancia supo traer aparejada dos singularidades: se trataba del primer legislador de JxC en contraer la enfermedad, y se lo señalaba como quien había contagiado a la ex gobernadora Vidal. Pero, además, en su lecho de enfermo se enteró de una mala nueva: el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, lo investigaba por su rol en las maniobras efectuadas por el régimen macrista desde la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
En este punto es necesario retroceder al 27 de octubre de 2017.
El fisgón menos pensado
Aquel había sido un viernes muy atareado en la Gobernación bonaerense, ya que la señora Vidal había lanzado su reforma tributaria que, entre otras metas, quitaba beneficios a los sindicatos, además de subir el impuesto inmobiliario en un 56 por ciento. Tal anuncio fue efectuado por Campbell, cuyo apellido no tiene parentesco con las sopas popularizadas, en los ’60, por Andy Warhol.

Este politólogo de –por entonces– 35 años, que había sido concejal en San Fernando tras ser vencido dos veces en su intento por ganar la intendencia de dicho distrito, era un funcionario dócil, obediente y, a la vez, ambicioso.
Por la noche debía cenar con su novia, Melina Gadano, una ascendente modelo de la agencia regenteada por Leandro Rud. Pero previamente se reunió con la recién electa senadora Felicitas Beccar Varela, famosa alguna vez por sus apariciones en el programa Jugate conmigo, de Cris Morena. Entre ambos flotaba la alegría, ya que él era su padrino político.

En eso estaba cuando, de pronto, recibió un mensaje por WhatsApp.
“Hola Alex, ¿cómo estás? –leyó en su smartphone–. Te molesto porque recién salgo de ver a Susana Martinengo. Y hablamos algunas cosas sobre las cuales me dijo que estaría bueno hablarlas con vos. Si la semana que viene tenés un ratito, paso a verte. Abrazo”.
El remitente no era otro que el esbirro de la AFI, Leandro Araque.
La tal Martinengo era la coordinadora de Documentación Presidencial, con despacho junto al de Macri. No es una novedad que, entre sus quehaceres no oficiales, resaltaba la de recibir informes de inteligencia que le entregaban en mano algunos agentes del grupo de la AFI conocido como “Los Súper Mario Bross” –entre los cuales se destacaban Jorge “El Turco” Saez y el ya nombrado Araque– para elevarlos, a través del secretario Nieto, hacia el “uno”, así como la buena de Susana lo llamaba a Macri.

También hay indicios que la ubican en un lugar más trascendente que el de una simple mensajera. Hasta es señalada como hacedora del seguimiento al ex funcionario del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta (detenido con posterioridad), de quien era vecina en el distrito de San Martín.
Robustece tal hipótesis alguna sapiencia suya en semejantes lides, dado que aquella mujer –que se asomó a la política como puntera del Movimiento de Dignidad Nacional (Modin), del militar carapintada Aldo Rico– llegó a ser directora de Seguridad de ese municipio en 2001. A la vez está acreditado que Martinengo tenía con el agente Sáez una amistad previa a estos asuntos.
Lo cierto es que su directiva al agente Araque para hablar “de algunas cosas” con Campbell no solo dejó al desnudo su papel ejecutivo en aspectos puntuales del espionaje delictivo sino que Campbell y ella tenían entre manos algunas epopeyas en común.
La progresión argumental de esta historia dio su siguiente paso el 31 de octubre, cuando Araque le escribió a la secretaria de Campbell, en referencia a la entrevista con él, solicitada cuatro días antes.
“¡Hola Erika! –fue su saludo, tratándola por su nombre de pila–. Estoy por llegar. Te aviso, para cuando te llamen del ingreso, que estoy con Sáez”.
Su respuesta fue: “Ok. Pero anunciate igual”.

Araque obedeció. Y su ingreso con Sáez quedó debidamente asentado.
Tales fueron los prolegómenos de una comedia casi shakesperiana.
Tinieblas vaticanas
En virtud del profuso material incautado por el juez Villena en el smartphone de Araque –una extraordinaria cantera informativa compuesta por unos 2.500 archivos, con carpetas audios y filmaciones– surge que su lazo con Campbell fue extendiéndose en el tiempo. Y se conoce su propósito.
Resulta que a los jefes y ejecutores de esta simpática asociación ilícita enquistada en el Estado (nacional y provincial) los desvelaba –en este caso– la figura del Sumo Pontífice. Porque algún bromista les había hecho creer que el Papa Francisco trabajaba, desde las tinieblas vaticanas, en un armado político de corte “populista” con dirigentes del ámbito local.
Ya a comienzos de 2018, otro “servilleta” de la AFI, identificado como Leandro Mata, le mandó a Araque una voluminosa carpeta con información y seguimientos al ex intendente platense Pablo Bruera. Y remata la encomienda con un críptico anuncio: “Ahora voy por el obispo”.
La respuesta fue: “Sos un groso, amigo. Ya le paso a Alex”.

El obispo es Jorge Lugones, titular de la diócesis de Lomas de Zamora. También era fisgoneado su hermano, Luis Lugones, un alto dirigente del PJ de La Plata. La proximidad de monseñor con el Papa y los frecuentes contactos de su hermano y suyos con Bruera no podían sino explicarse por el hecho de estar unidos en aquella presunta conspiración. Pero nada –y menos tratándose de la AFI macrista– es lo que parece.
En realidad los fisgones no se habían tomado la molestia de averiguar el lazo familiar entre ellos: Bruera es sobrino de los Lugones. Simplemente eso.
Por aquel entonces, Alex fue noticia, pero por otra razón: su glamorosa boda con Melina, ante 500 invitados en el Palacio Sans Souci.
Era inimaginable que, en medio de tan feliz evento, se desarrollara esta escabrosa historia.
De hecho, en coincidencia con la boda hubo un significativo atentado en un local partidario de Bruera, que incluyó el robo de computadoras.
En junio del año pasado, el juez Villena lo citó al ex intendente para explicarle con lujo de detalles la operatoria que desplegó la AFI contra él.
Aquel hombre pidió ser querellante en esa causa, al igual que Cristina Fernández de Kirchner y una larga lista de ex funcionarios, figuras opositoras al régimen macrista y empresarios rivales.
Esa nómina sumó a referentes de JxC que también habían estado bajo el radar de la AFI, como Rodríguez Larreta y Diego Santilli.

La ex gobernadora tomaría un camino idéntico. Hasta es posible que se lo haya comentado a Alex en la reunión que mantuvieron el día del contagio.
Al final, el traslado del expediente desde el despacho de Villena al del juez federal de Lomas de Zamora, Juan Pablo Auge, desaceleró esta trama.
Alex Campbell continuó su vida como si nada.
El 10 de diciembre de 2019 ocupó su banca en la legislatura bonaerense.
En octubre pasado se abocó a la construcción de “La Territorial”.
En la actualidad, la “Hada Buena” continúa siendo su jefa política.
Y el Covid-19 pasó a ser para él una tradición anual.