El presidente del bloque de diputados nacionales del Frente de Todos (FdT), Máximo Kirchner, se lamentó ayer porque desde los medios de comunicación “se le exige” al presidente Alberto Fernández “lo que nunca se le exigió a Mauricio Macri”, a la vez que condenó la “mezquindad” de la postura de Juntos por el Cambio frente a la pandemia de coronavirus.
“Se nota mucho”, sostuvo el legislador al encabezar la presentación de la Escuela de Gobierno 2021 del Frente Nacional Peronista, en el marco de la apertura del ciclo lectivo realizada vía Zoom, en la cual estuvo acompañado del intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde; y del diputado provincial y fundador del espacio, Julio Pereyra.
Máximo Kirchner puso de relieve que “el gobierno está frente a un acoso mediático constante” en el que “cualquier medida es atacada, ya que quienes defendían una cosa hace unos días ahora dicen lo contrario”
“No hay cohesión, sólo se busca esmerilar y hacer daño. Lamentablemente, no han procesado de buena manera la derrota electoral del 2019. Y es una pena para todos”, opinó.
Consideró también que “la mezquindad que se ha visto en el reciente comunicado de Juntos por el Cambio no sorprende”, en alusión a la última declaración opositora contras las medidas de restricción para mitigar la pandemia de coronavirus. “Así gobernaron y así son como oposición. Sé que dentro de esa fuerza política hay dirigentes y dirigentas que quieren otra Argentina”, señaló.
También enfatizó que “los dirigentes de la oposición podrían visitar las terapias intensivas para no ser tan crueles” y aseveró que “esta pandemia ha demostrado que necesitamos generar una soberanía productiva”.
“A Alberto se le exige lo que nunca se le exigió a Macri”.
“No podemos estimular los agobios en una sociedad agobiada. Esta situación nos ha puesto en los límites. Vamos a tener que sacar fuerza y tener mucha voluntad, conducta y disciplina. Es un tirón más para vacunar a quienes están en situación de riesgo. Es un esfuerzo más”, subrayó.
Para Kirchner, “hay que traer cordura donde la oposición ofrece locura. Hay que ser firmes, estar enteros y entender que cuando la sociedad elige a sus gobernantes los elige para que tomen las decisiones que tienen que tomar, digan lo que digan los medios de comunicación”
En el inicio de su exposición, Kirchner consideró que “el último comunicado de Juntos por el Cambio ha desnudado lo que piensa su conducción”, y consideró que desde ese espacio “se busca frustrar la esperanza de los argentinos y las argentinas”.
“Parte de la formación política tiene que ver con la autoestima de nuestra gente, nuestra sociedad y nuestro pueblo. Siempre nos quieren hacer creer que de nada sirve, que los únicos que lo pueden hacer son ellos”, subrayó.
Para el presidente del bloque del Frente de Todos, la fuerza oficialista debe formar cuadros para que puedan “transmitir la experiencia de la gestión para no repetir errores y para los aciertos poder potenciarlos y hacerlos mejores”.
“No hay gestiones perfectas. Macri lo piensa, pero nosotros no. Durante los cuatro años de Juntos por el Cambio dimos una gran discusión interna. Nos hemos esforzado para encontrar una síntesis que le diera a la sociedad una opción de cara a las políticas que eran destinadas al fracaso de la Argentina, que son las políticas neoliberales. Argentina ya había vivido este tipo de políticas”, completó.
En ese sentido, aseveró: “El desafío nuestro tiene que ver con cómo nos pensamos de cara a los desafíos del futuro. La derecha argentina que acaba de gobernar había llegado con el mote de la eficiencia. Eran todos ceos que provenían del sector privado y que iban a hacer una gestión de la hostia. Fue una gestión de la hostia para ellos”.
A continuación, la participación completa de Máximo Kirchner en la presentación de la Escuela de Gobierno 2021 del Frente Nacional Peronista:
“Quiero agradecerte Martín (Insaurralde) las palabras que dijiste recién y la invitación, tanto a vos como a Julio (Pereyra). A Julio, en particular aparte, porque recuerdo el lanzamiento del Frente Nacional en un discurso de Néstor allá en La Boca que empezó diciendo: “Apláudanme ahora porque después no sé si me van a aplaudir”. Recuerdo ese día en particular porque yo estaba en Río Gallegos y él me llamó y me dijo: “escuchá lo de hoy porque es también para la historia”. Y fue un discurso duro, que puso la discusión política arriba de la mesa y de cara a la sociedad. Y creo que fue muy sano. Creo que es la mejor manera, aparte, de que podamos encontrar la síntesis que no solo necesitamos como espacio político en particular sino también como sociedad.
Creo que los desafíos que hay por delante son inmensos. No es nada nuevo, ya era muy compleja la situación a diciembre del 19 y lo dijimos varias veces durante la campaña y mucho antes de la campaña. Que quien asumiera el gobierno el 10 de diciembre del 2019 iba a encontrar un país mucho más parecido al 25 de mayo del 2003 que al 10 de diciembre de 2015. Y tras cartón vino la pandemia. Entonces creo que los desafíos que tenemos por delante, más allá de los nombres en particular y en este desafío en el que no voy a poder solo, porque nadie puede solo, sino que necesito de todas las compañeras y de todos los compañeros para llevarlo adelante, que es poder ampliar la base de participación dentro del Partido Justicialista. Que sea uno de los ejes donde orbite el Frente Nacional y popular que necesita mayor solidez, que necesita mayor participación y que necesita, sobre todo, más masa crítica.
“No hay cohesión, sólo se busca esmerilar y hacer daño. Lamentablemente, no han procesado de buena manera la derrota electoral del 2019. Y es una pena para todos”.
Como sabemos, un frente policlasista donde se encuentren estudiantes, trabajadoras trabajadores, empresarios y empresarias del sector pyme y de los diferentes sectores de la producción que tiene la Argentina, y en particular la provincia de Buenos Aires, para poder entre todos poder darle un futuro a nuestra gente. Y creo, por lo que pude ver en estos días (ustedes saben que me he mantenido aislado porque había almorzado con Alberto él jueves pasado) a través del comportamiento de los medios y en particular de la oposición, algunas situaciones que realmente ponen en relieve las dificultades y el compromiso que necesita nuestra sociedad por parte de los dirigentes. No sólo Alberto como Presidente de todas las argentinas y los argentinos, no sólo Cristina, no sólo Axel y Vero Magario en la gobernación de la Provincia, sino también cada intendente e intendenta de nuestra Argentina y también en particular de la provincia de Buenos Aires. Sean del partido que sean, esos intendentes o intendentas necesitan de mayor compromiso del peronismo.
Gobierne quien gobierne ese distrito, cuando uno mira posturas como el último comunicado de Juntos por el Cambio, Cambiemos o el Pro, yo no entiendo, cada tanto cambian la razón social de su frente, creo que han desnudado lo que piensa su conducción y creo que, por ahí, quizás todavía muchos de sus integrantes tienen una especie de temor reverencial a esa conducción. Lo que venimos observando, permanentemente, es que se buscan ejemplos en el mundo de cómo funcionan mejor las cosas que en Argentina. Y generalmente los ejemplos que nos traen, obviamente, es que hay lugares que funcionan mejor que la Argentina, va de suyo eso, pero más en la situación que dejaron a nuestra patria, a nuestra Nación, a nuestra República.
Uno mira un día es Uruguay y el otro día es Chile. Pero pasan dos semanas y después se desatan más problemas en Uruguay o más problemas en Chile, y siempre hay una situación donde se busca frustrar la esperanza y la autoestima de los argentinos y las argentinas. Como que no podemos. Como que no sabemos. Como que cualquiera lo hace mejor que nosotras y que nosotros. Y creo que parte de lo que tiene que ver con la formación política tiene que ver con eso también: con la autoestima de nuestra gente, con la autoestima de nuestra sociedad, con la autoestima de nuestro pueblo.

Sin autoestima no hay formación política posible que se pueda llevar adelante. Siempre nos quieren hacer creer que de nada sirve, que los únicos que saben hacerlo son ellos y, realmente, ese discurso llegó a penetrar medianamente a fines del 2015 y así ganaron una elección por 600000 votos, mintiendo a todo el pueblo. Prometiendo desde aquella eliminación de Ganancias al Fútbol Para Todos y los 3000 jardines. La lista es larga y la verdad es que tampoco quiero someter a nadie a un inventario de las mentiras del macrismo, sino que en realidad lo que tenemos que ver es que hay que ser serios, muy serios. Porque la gente sufre, sufren diferentes estamentos de nuestra sociedad. Sufren los de más abajo, las de más abajo, aquellas que están en la informalidad que no encuentran trabajo. Que han visto perder el poder adquisitivo de su salario, que tienen miedo a perder el trabajo y que tienen miedo a enfermarse.
Y las respuestas que van encontrando, muchas veces de algunas opciones políticas, son la promoción del miedo y la promoción del fracaso. Que han decidido tratar constantemente de potenciar todo el agobio que cada una y cada uno de los argentinos sufrimos como sociedad ante esta pandemia. No hace falta estimular el agobio, el cansancio y también como vemos muchas veces, cierta desesperanza por esta situación que parece no tener fin.
El macrismo dejó un país quebrado, endeudado, con esos hospitales que hubo que salir a terminar, que les faltaba muy poquito. La provincia de Buenos Aires no es el único lugar donde se ven este tipo de situaciones. Es a lo largo y a lo ancho de nuestra patria. Entonces creo que formar a los compañeros y las compañeras, a los ciudadanos y ciudadanas que se acerquen a un partido político, en este caso sería el Justicialista, el peronismo, es necesario. Es necesario que compañeras y compañeros que han tenido la experiencia de la gestión puedan transmitirle a otras y otros esas experiencias. Para no repetir errores y para poder potenciar los aciertos y hacerlos mejores.
No hay gestiones perfectas. El que piense que hay una gestión perfecta… bueno Macri lo piensa, pero nosotros no. Nosotros, durante los cuatro años del macrismo dimos una gran discusión interna. Hemos discutido, hemos debatido, nos hemos esforzado para encontrar síntesis que le dieran a la sociedad una opción de cara a lo que era una política destinada al fracaso en la Argentina, que son las políticas neoliberales. No había que ser alguien que tuviera condiciones para adivinar el futuro, para saber cuáles iban a ser los resultados de las decisiones económicas y políticas que tomaba Mauricio Macri. Argentina ya había vivido este tipo de políticas y habían fracasado. Quizás en algún otro país del mundo, con diferencias inmensas con la Argentina en cuanto a su extensión territorial, a su conformación social, a sus asimetrías culturales sociales y económicas que están al largo y ancho de la patria, ese tipo de políticas puedan funcionar pero en la Argentina no.
“No sorprende la mezquindad que se ha visto en el reciente comunicado de Juntos por el Cambio”.
¿Argentina necesita mirar el mundo? Obvio. A veces me llama la atención cuando alguien habla del mundo… Argentina siempre ha mirado el mundo. Tanto que entre el 2003 y el 2015 se canceló una deuda con el Fondo Monetario Internacional, que se integró al G20, que pudo desarrollarse, no sin problemas, pero que pudo darse una política propia, una política pensada, no solo en función de cómo nos integramos al mundo sino de cómo integramos la Argentina. Porque es necesario integrar la Argentina, nuestro norte, nuestra Patagonia y nuestro centro de esta provincia de Buenos Aires. En esa cuestión que se plantea entre el interior de la provincia y el Conurbano, un lugar permanentemente atacado por los sectores más recalcitrantes de la derecha, que ni saben qué sucede, que ni saben de las características de los cordones industriales que posee, ni del valor agregado que produce mucha materia prima.
Pero creo que nuestro desafío, más allá de describir este tipo de situaciones, tiene que ver también con cómo nos pensamos de cara a los desafíos del futuro. Porque la derecha argentina que acaba de gobernar había llegado con el mote de la eficiencia, ustedes recuerdan que eran todos CEOS que venían del sector privado, por lo tanto al provenir del sector privado iban a hacer una gestión de la hostia. Bueno, fue de la hostia para ellos mismos, pero no para el resto de la sociedad. Además del desprecio por todo aquello que la sociedad elige y por esos dirigentes que se forman muchas veces dentro del Estado.
Néstor Kirchner fue intendente, entre 1987 y 1991, de una ciudad como Río Gallegos, que en ese momento tenía entre 40.000 y 50.000 habitantes. No venía de la Coca Cola ni del sector privado. Era un hombre que sabía de qué se trataba administrar el Estado. Entonces creo que la formación de las compañeras y los compañeros es muy necesaria. La formación política y la formación humana, porque podemos transformar la realidad siempre que nos transformemos a nosotros mismos. No somos seres estáticos y las ideas son estáticas, pero sí hay conceptos y márgenes dentro de los que nos movemos. Y esos conceptos y márgenes dentro de los que nos queremos mover tienen que ver que ver con darle a la Argentina un futuro diferente. Porque la derecha ofrece el futuro para una pequeña porción de la sociedad a la que le ofrece “este es el siglo 21” mientras empuja a la mayoría al siglo 19.
Para poder desarrollarse, la Argentina necesita que las hijas y los hijos del pueblo puedan tomar leche, puedan comer carne y puedan alimentarse bien para poder dar paso a los desafíos que trae el paso del tiempo. La preparación de una persona, el aspecto cognitivo de una persona, las etapas en que puede aprender y en que puede desarrollarse. Porque si no termina siendo un futuro chiquitito para aquellos que por el esfuerzo de su familia o porque han tenido suerte… pero chiquitito en cuanto a que 46 millones de personas pueden tener la oportunidad de recibir una educación necesaria y una alimentación necesaria para tener esa educación.

Cuando la cosa viene mal, en muchos clubes de diferentes categorías del fútbol se dan cuenta enseguida porque los pibes van a entrenar mal alimentados y tienen que comer en sus clubes, en sus escuelas o por el laburo que hacen las organizaciones sociales, políticas o los mismos intendentes e intendentas. Entonces, creo que tenemos un desafío muy grande por delante. La situación es muy compleja. Es un gobierno que está bajo un acoso mediático pocas veces visto. Cualquier medida enseguida es atacada. Quienes defendían una cosa hasta hace unos días, al otro día dice absolutamente lo contrario. No hay un grado de cohesión, sólo se busca esmerilar y hacer daño porque, lamentablemente, no han procesado de buena manera la derrota electoral del 2019. Y es una pena. Pero no es una pena para nosotros, es una pena para todos los argentinos y argentinas, incluso para aquellos que aún siguen creyendo en Juntos por el Cambio o el nombre que haya tenido o vaya a tener.
Porque mucha gente, por ejemplo, no se anotó para vacunarse en la provincia de Buenos Aires desde fines de diciembre, porque sus propios dirigentes y referentes le decían que esa vacuna era un veneno. De esa manera, le birlaron la posibilidad de anotarse a gente que cree en ellos. Porque esa gente, que cree honestamente en sus referentes políticos, no se anotó desconfiando de la vacuna.
Es muy complejo encontrarse en esta situación porque es muy complejo el diálogo cuando hay una decisión de destruir pase lo que pase. El diálogo no es un fin en sí mismo, el diálogo debe llevarnos a un lugar, el diálogo debe construir un camino pero no agotarse en el mismo diálogo. Entonces creo que muchas veces terminamos entrampados en lógicas mediáticas, que poco tienen que ver con el deseo de la gente. El 2019, si uno miraba los medios nunca hubiera entendido el resultado de las PASO, por ejemplo. Y lo que sucedió es que muchas veces hay dos realidades: una que se construye en los medios y otra que vive la gente. Y esa realidad que vive la gente es la que nos obliga a nosotros a tener los dos talones bien pegados al piso. A no creernos nunca, por algún número bueno, número malo o por algún trato mediático más o menos preferencial, que tenemos que definir las cosas a partir de esa lógica. Nuestra lógica es tratar de que nuestra sociedad viva mejor. Es la lógica que hizo del peronismo un partido político representativo de trabajadoras, de trabajadores, de esos marginados que muchas veces hoy escuchamos a referentes de Juntos por el Cambio que le dan o buscan darle una pátina peronista, maltratados y despreciados.
Estas son las cosas que nosotros vemos a diario. Soy de los que piensan que necesitamos a todos y a todas. Con aquellos que busquen obstruir será la sociedad la que valorará si está bien que tengan esa postura o no. Tanto en la provincia de Buenos Aires como a nivel nacional, se ha hecho un esfuerzo enorme para tratar de que ningún argentino y ninguna argentina se quede sin cama o sin un respirador, y que pueda conseguir las vacunas.
“Los dirigentes de la oposición podrían visitar las terapias intensivas para no ser tan crueles”.
Creo que uno podría hablar de un montón de estadísticas, están ahí, pero lo importante en este momento es hablar también de la empatía que tenemos como personas, como seres humanos. Hay que tratar de pensar que en cada hospital de nuestro país, hay médicos y médicas qué habrán votado Alberto, que habrán votado a Macri, que habrán votado a la izquierda, a Espert o no sé a quién, pero que se debaten todos los días y se ponen en riesgo por una pandemia que no va a fijarse si estamos afiliados ni mucho menos cómo pensamos. Entonces creo que tenemos que tener un mayor grado de responsabilidad. Es obvio que este tema de las restricciones generan grados de antipatía. Aplauso, medalla y besó al que se da cuenta de eso, pero es lo que sucede. Y negar lo que sucede en una pandemia me parece que no sería lo más indicado, porque la gente se muere y no se puede jugar con cosas que no tienen repuesto. La vida no tiene repuesto.
Entonces creo que en estos cursos de formación política para estimular el debate, para generar la masa crítica necesaria, para seguir un proceso de construcción que necesita la Argentina. Porque los partidos políticos son necesarios. Porque después hay que gobernar y ya vimos lo que pasó en los últimos cuatro años. Nosotros tenemos que construir un gobierno. Los gobiernos se construyen. El gobierno municipal se construye desde mucho antes de que el intendente sea intendente, lo mismo ocurre con el gobierno provincial. Es un trabajo que lleva mucho tiempo, que requiere de la participación de centenares o miles de argentinos y argentinas para poner en funcionamiento. Para que haya un acople que evite las propias pérdidas de tiempo que hace el conocimiento de las funciones y el día a día, digamos, de las pautas burocráticas del Estado. Todo esto hay que aprenderlo y hay que llegar de la mejor manera preparada porque el tiempo vale oro. En la gestión, cada día que pasa, cada decisión que se toma tiene que ver con mejorar o no la calidad de vida no sólo de aquellos que menos tienen, de aquellos que viven esperando que el Estado aparezca en sus barrios, sino también para aquellos que tienen un trabajo formal, por ejemplo aquellos a los que le pudimos dar una mano grande con Ganancias. Fue un esfuerzo titánico del Estado nacional, porque lo hizo en medio de la pandemia.
Ustedes imaginen que el macrismo había dicho que iba a eliminar Ganancias como si hablara de algo liviano, sin conocer las cuentas del Estado y cómo funcionan las cuentas del Estado. Es un esfuerzo enorme que hace el Presidente, las funcionarias y sus funcionarios para para poder dar pequeños respiros en medio de este agobio pandémico. Uno siempre espera encontrar mayor empatía de quienes constantemente desde los medios señalan con el dedo todas las imperfecciones que se les ocurran. Como si la pandemia no existiera. Casi un capricho. Desde los medios de comunicación se le exige a Alberto lo que nunca le exigieron al presidente Mauricio Macri. Y se nota mucho. Y creo que nosotros necesitamos estar muy juntos, pero no entre nosotros y nosotras sino con la gente. Necesitamos de todos y todas, y también pedirle que ayuden a los compañeros y compañeras que estén conectados en los diferentes distritos, y que se encuentren en provincias, en distritos o en diferentes lugares gobernados por un signo político diferente al del peronismo. Que se pongan a disposición, que nosotros estamos para ayudar y para construir. Que es un momento en el que muchísimas argentinas y muchísimos argentinos necesitan, no solamente de la presencia del dirigente, sino de no estimular este tipo de agobios.

La verdad que no sorprende la mezquindad que uno ha visto en el reciente comunicado de Juntos por el Cambio. A mí no me sorprende. Así fue como gobernaron y así son como son como oposición. Sé también que dentro de esa fuerza política hay dirigentes y dirigentas que quieren otra Argentina. Entonces tenemos que trabajar y ver la manera de cómo le damos a la sociedad un camino, un sendero por dónde empezar a salir lentamente de esto. Hemos vacunado muchísimos argentinos y muchísimas argentinas, en un mundo en el que entre otros países se manotean las vacunas. Es un mundo complejo, difícil, donde las empresas se deslocalizan y se van porque les ofrecen cuestiones impositivas o porque hay salarios de miseria. En ese mundo lo importante es tener una base productiva nacional. Que un país produzca jeringas parecía que al neoliberalismo le daba lo mismo, pero cuando son necesarias es muy bueno tener un lugar donde se produzcan.
Pasa como con los respiradores, pasa con todo el ropaje que necesitan nuestros médicos ahora para meterse en esas terapias intensivas a salvarle la vida a argentinos y argentinas. Terapias intensivas que recomiendo a algún dirigente de la oposición podría visitarlas para no decir las cosas que dicen, para no ser tan crueles. Para no ser tan crueles con aquellos que van perdiendo a un amigo, una amiga, un familiar, un abuelo, una abuela, un padre o una madre bajo los efectos de esta pandemia. Es importante que un país produzca, que tenga una base productiva. Eso es independencia también y de eso se trata muchas veces las peleas que fuimos dando, que damos y que vamos a dar. Poder producir en nuestro país diferentes cosas no significa no interactuar con el mundo. Algunas a mayor escala, otras a menor escala pero siempre tener la oportunidad. Y esta pandemia sirve para demostrar que necesitamos generar una soberanía productiva, porque estos problemas como la pandemia se dan cada vez más frecuentemente.
Recuerdo la del 2009 y quizás ahí el compañero Julio recordará lo que fue aquella pandemia, lo que fue atravesar una campaña en medio de aquella pandemia. Creo que tenemos una oportunidad. Que estamos todos para ayudar, todos para sumar que nadie puede solo, ni nadie puede sola. Por eso el pedido, no sólo de los compañeros y de las compañeras de ayudar al intendente o la intendenta del mismo signo político, sino también a aquellos de otros signos políticos porque es un momento donde necesitamos salir adelante, donde necesitamos entender que nuestro país debe darse, a como dé lugar, una política productiva que asegure su independencia para atravesar no sólo momentos como estos, sino otros como seguramente sobrevendrán.
Esto tiene que ver una cuestión estratégica, con una mirada estratégica de lo que es una nación. No hace falta aquellos que hayan leído alguno de los libros de Juan Domingo Perón, cómo planteaba estas situaciones de manera más que inteligente y como también lo llevó adelante primero Néstor y después Cristina, con todas las políticas de sustituir importaciones para que la Argentina no solo tuviera trabajo interno, no solo hubiera argentinas y argentinos que pudieran acceder a su vivienda, comprar una casa para su alquiler, acceder a la Universidad, a la Jauretche por ejemplo.
“La derecha argentina que acaba de gobernar había llegado con el mote de la eficiencia. Eran todos ceos que provenían del sector privado, que iban a hacer una gestión de la hostia. Fue una gestión de la hostia para ellos”.
Que tantos argentinos y argentinas fueron primera generación en las universidades que pudimos ir abriendo, también es generar igualdad y mirar el futuro. Quiénes más miran el futuro son los que más han apostado a que la educación no sea solo una cuestión para unos pocos y unas pocas, y que la llevaron a los territorios, muchas veces olvidados o tratados como ciudades dormitorio o como provincias inviables. Ante eso hay que rebelarse. Me acuerdo cuando empezamos a hablar de los presupuestos con los que contaban los compañeros intendentes e intendentes de la provincia de Buenos Aires, comparándolos con el presupuesto de la Ciudad de Buenos Aires. Y es asombroso cuando uno lo mira. Es asombroso el trabajo que hacen muchos intendentes e intendentas con esos recursos. Entonces, ese laburo que se hace día a día, todo lo que falta, todas las calles que faltan asfaltar, todas las cloacas y agua que todavía nos faltan poner… somos muy conscientes de todo eso.
El mismo gobierno nacional lo ha expresado desde su gestión, a partir que asumió Alberto y como lo había hecho Cristina anteriormente, sabiendo que la Argentina no son las cuarenta manzanas de la Ciudad de Buenos Aires, que concentran la cantidad de poder que hace que esa ciudad haya puesto dos presidentes y que esos dos presidentes hayan gobernado como lo hicieron De la rúa y Macri. Entonces, veo que dicen que está la maldición de la Provincia de Buenos Aires, que su gobernador no puede ser presidente. Bueno, hay una bendición en la Argentina, se ve que cualquiera que ocupa un cargo en la Ciudad de Buenos Aires puede llegar rápidamente a la presidencia de la Nación…así gobiernan después.
Porque la Ciudad de Buenos Aires es un lugar particular. A veces, su dirigencia se forma de una manera muy diferente a la que se forma la dirigencia del resto del país, aunque siempre parecen mirarnos desde la ciudad de Buenos Aires desde un altar, como si fuéramos dirigentes, militantes o simplemente ciudadanos y ciudadanas de segunda por vivir más allá de la General Paz. Entonces creo que el desafío que tenemos por delante también es integrar a la Ciudad de Buenos Aires a la visión de un país. Y creo que en eso tenemos que trabajar porque si no termina pasando, por ejemplo, como cuando tenemos que tomar estas medidas para cuidar a los ciudadanos y a las ciudadanas y empieza todo un tironeo que realmente llama la atención. Como si un punto más o menos en alguna encuesta…
Creo que tenemos un desafío enorme por delante, que hay que acompañar a Alberto, que hay que acompañar a Axel, a Martín en Lomas, a Leo en Malvinas, a Watson en Varela. Cada compañero que está dando una pelea y que sé, porque aparte cuando hablamos diariamente les pregunto cómo está la gestión, cuántas camas tienen ocupadas, qué se puede hacer, en qué se puede ayudar. Creo que tenemos un momento como este para poder conversar. Es bueno compartir, es bueno dejar nuestras reflexiones y entender que se hace un laburo muy grande y que no podemos estimular los agobios en una sociedad agobiada. No hay argentino o argentina que no nos sintamos así. Es obvio que esta situación nos ha puesto en los límites y vamos a tener que sacar fuerzas de donde no tenemos. Hay que tener mucha voluntad, mucha conducta y mucha disciplina. Es un tirón más para vacunar a quienes están en mayor situación de riesgo y después seguir con el resto de la sociedad. Es un esfuerzo más, no estamos tan lejos como estábamos hace unos meses. Entonces creo que vale la pena que intentemos entre todos y todas traer cordura allí donde allí donde la oposición ofrece locura. Y hay que ser firmes. Hay que estar enteros y hay que entender que cuando la sociedad elige a sus gobernantes, los elige para que tomen las decisiones que tienen que tomar, digan lo que digan los medios de comunicación.
“Esta pandemia sirve para demostrar que necesitamos generar una soberanía productiva”.
Entonces mandarles un abrazo, no suelo participar en zoom, así que me gusta ver a la gente. Uno siente mucho… hoy se hace muy difícil para quienes nos gusta militar aprender de nuestros compañeros y de nuestras compañeras, de nuestros vecinos y de nuestras vecinas, esta situación del zoom. Cuando uno ve cómo la gente quiere salir y le cuesta hacer caso a las restricciones, entendamos que tenemos que hacer caso a estas restricciones, a medida que avanza el proceso de vacunación y observamos el esfuerzo titánico de los médicos y las médicas y los enfermeros y enfermeras titánicos del que pocas veces se habla en los medios de comunicación.
Ustedes imagínense ver tantos enfermos y enfermas que caen de a montones en internaciones y tanta muerte junta. Pensemos en esas personas que están ahí. Entonces creo que hay que tener un grado más de empatía. No solo se trata de si podemos salir o no a tomar una cerveza. Eso es menor, pensemos un segundo en esa gente que se está rompiendo toda, y cuando digo rompiendo es rompiendo toda, para que argentinos y argentinas que quedan internados producto de la pandemia y necesitan asistencia médica puedan vivir y salir airosos de ese trance.
Así que agradecerles, digamos lo que tenemos que decir, dejemos muy en claro aunque a muchos no les caiga simpático, cuando la posición no hace las cosas bien. Es obvio que es una oposición que tiene un fuerte acompañamiento de los medios de comunicación, son sus preferidos. Son el caballo del comisario por llamarlo de alguna manera. Ya los hemos derrotado en el 2019. Entonces lo que tenemos que hacer es ponernos a trabajar como venimos haciendo hasta acá y como viene haciendo el Gobierno nacional a través de las ATP, las IFE, las diferentes políticas que hizo para estimular la economía y para evitar que cayera todo lo que pudo haber caído el consumo.
Obviamente que el impacto de la pandemia es enorme en el sistema productivo argentino y en el poder adquisitivo de la gente. Ojala el expresidente Macri nos hubiera dejado, miren lo que les digo, la Argentina del 12 de agosto del 2019. Pero por ganar un par de intendencias más en la provincia de Buenos Aires, por ocho diputados nacionales más, la Argentina perdió 20.000 millones de dólares de reservas entre el 12 de agosto del 2019 y el 28 de octubre del mismo año, en lo que fue la campaña más cara de la Argentina, con el préstamo más caro del Fondo Monetario Internacional.
Escuchando las palabras del Papa, que le pide a los organismos multilaterales de crédito que aflojen un poquito porque nuestras sociedades están agobiadas, ya no solo económicamente como viene pasando desde hace mucho tiempo sino también ahora sanitariamente, creo que es demasiada presión y no puede salir nada bueno de ello. Entonces a trabajar fuertemente para incorporar la mayor cantidad de ciudadanos y ciudadanas a la formación política, a la militancia, a la gestión donde cada uno puede aportar un pequeño granito de arena en el día a día, y a entender que el desafío que tenemos por delante no es vencer electoralmente a las fuerzas neoliberales sino también sacar a la Argentina adelante, para generar más y mejor trabajo. Para ponerla de pie y para superar este duro trance global, que en la Argentina obviamente tiene un impacto que el gobierno ha logrado morigerar de la mejor manera. Para aquellos que dudan de esto, pueden mirar no otros continentes como les gusta hacer sino a los países vecinos”.