Julia y Javier, una escritora y un periodista, mantienen una relación aparentemente madura y feliz. Esa noche esperan a una amiga para cenar. Pero mientras lo hacen, reciben un regalo con una tarjeta y una dedicatoria que avivará una cicatriz en la convivencia que se creía cerrada, y que súbitamente vuelve a arder en forma de contradicciones, celos, inseguridades, que lleva a inesperadas reflexiones sobre el romanticismo y las tensiones entre hombres y mujeres. Siempre con el amor sobrevolando el feminismo, la masculinidad, el patriarcado.
Esa es la base argumental de “El reproche, pequeña comedia sobre la mentira”. No debería sorprender a nadie que Víctor Hugo Morales sea el autor de esta obra de teatro, que deviene de una original, presentada como telenovela. Se trata de un comunicador que mantiene por décadas esa estrecha y profunda ligazón con el arte y, puntualmente, con la literatura, al mismo tiempo que es un sempiterno inquisidor de la realidad, de los cambios sociales, de las variantes filosóficas que nos envuelven en el día a día.
Por eso, la charla promovida por el estreno de la obra, de su debut como dramaturgo, se sumerge de entrada en esas aristas que lo comprometieron como dramaturgo, una tarea que no había encarado hasta el momento.

–¿Por qué esta temática, Víctor Hugo?
–Uno está un poco desacomodado ante los cambios culturales que se han producido. No era bueno aquello con lo que nos correspondíamos. En los últimos años, el cambio es muy brusco. La historia de la revolución femenina en los últimos 30, o 40 años ha sido extraordinariamente importantes. Y los últimos 10, puntualmente con una gran aceleración de cambio. Frente a esto cuesta mucho acomodarse. A las propias mujeres les incomoda, pero mucho más a los hombres. Pasar de una mujer dependiente, que generaba un sentido de protección, como hace 50 años, a estas mujeres independientes de hoy, que no necesitan que las proteja un hombre, que pueden vivir sola, que pueden lanzarse a la vida con total naturalidad… No nos acomodamos tan fácilmente. Es un cambio drástico, ante el cual, los hombres estamos como atribulados. Los de mi generación vamos superando eso, con esfuerzo.
-Tenés dos hijas muy jóvenes. ¿Te significó que ellas pudieran transmitirte más cabalmente esas inquietudes y sensaciones?
-Absolutamente. El tener hijos, en general, te diría. Pero puntualmente que sean mujeres te plantea ese mundo, que conocés a través de esa generación. No tiene ningún punto de comparación la realidad de mis hijas con la de las muchachas de hace 50 años. No hay ninguna referencia de igualación posible. Y esto hizo también que uno acomodara las circunstancias como padre, que proveniente de esa misma sociedad se podría esperar un comportamiento con aquella cultura. Y el gran movimiento que hemos tenido que hacer es acomodarnos a esas circunstancias distintas en la comprensión que debemos tener, en el tipo de diálogos, en las libertades que tienen los chicos. El aprendizaje como padre ha sido más fácil para los hombres que el aprendizaje como amantes o como esposos.
“El aprendizaje como padre ha sido más fácil para los hombres que el aprendizaje como amantes o como esposos”.
El Reproche se estrena hoy a las 20 en el teatro Picadero, en Enrique Santos Discépolo 1857. La obra cuenta con la dirección de Julieta Otero; la actuación de Claudio Da Passano, Malena Figo y Mayra Homar; la producción de Marina Glezer; la escenografía de Ariel Vaccaro; el vestuario de Ruth Fischerman y la música de Mariano Otero. En los jueves sucesivos están previstas nuevas funciones.

En plena pandemia, luego de sufrir una prolongada internación a raíz de haber contraído Covid, Víctor Hugo se lanzó a la escritura de esta obra, como así de otra, de tinte más político que finalmente decidió desestimar. “Una ficción sobre el poder y los medios. El resultado me pareció una sucesión de lugares comunes. La mandé a la basura”
-¿El gérmen de “El reproche” fue para una obra de teatro o para un radioteatro?
-Yo no hice más que un diálogo. Hago mucho el ejercicio de plantearme un tema… Pongo: “El gobierno hizo muy bien en acordar con el Fondo Monetario Internacional”. Respuesta: “Con lo cual vos estás de acuerdo que el Fondo se meta otra vez en nuestra vidas”. Y sigue: “Yo no quiero decir eso. Lo que quiero decir es que no teníamos más remedio”. La réplica sería: “Con lo cual, vos cedés soberanía porque no tenés más remedio. Perdés principios”. Y así podría seguir. Juego de esa manera. Lo hacía cuando relataba fútbol. Lo hice esta mañana misma, cuando empecé mi programa de radio. Estar en un lado y en el otro, es un mecanismo que fortalece el pensamiento. Te permite ubicarte e ir encontrando tu punto en la discusión.
–¿Y con la primera versión, la de la telenovela, fue igual?
–Puse una frase: “Con cuántos tipos estuviste en este viaje”. Un reproche. Y a partir de eso, responde ella: “Es una tontería”. “Pero vos no decías que me querías a mí”, le vuelve a reprochar. Y ella replica: “¿Pero vos no estabas casado…?’”. Y empecé a jugar con eso… Así de simple. Yo había pescado, sin proponérmelo, cuando una chica les contaba a sus amigas: “Fulanito me reprochó las relaciones que yo había tenido antes, qué tarado… “. Después, cuando vi el diálogo me dije: “Aquí hay algo”. Debo reconocer que me gustó. Se lo mandé a seis personas y todos me hicieron la devolución, distintas devoluciones. Y Marina Glezer, en la suya, me dijo: “Con esto hay que hacer un radioteatro”. Y ahí empezó todo.

-¿Ella sabía de tu pasión por los radioteatros?
-El mundo ése de los diálogos teatreales es extraordinario. Yo siempre fantaseé que podría haber sido escritor de guiones televisivos de las novelas de amor. No te digo de la calidad de Sergio Vainman, Jorge Maestro, Alberto Migré, María Herminia Avellaneda, pero yo siempre fantaseaba cómo hubiera hecho ese diálogo, o cosas por el estilo. El diálogo es un hecho literario muy interesante. Para el ensayo, para el amor. Para lo que sea.
“El diálogo es un hecho literario muy interesante. Para el ensayo, para el amor. Para lo que sea”.
La obra se emitió finalmente en la AM 750, como parte del ciclo Radioteatros. Fue protagonizada en las voces de Cecilia Roth, Divina Gloria y Marcelo Subiotto, con dirección de Marina Glezer. Luego la dramaturga, directora y actriz Julieta Otero tuvo un aporte decisivo para que ese texto se convirtiera en forma de obra teatral. “Leyó lo que había escrito con detenimiento. Puntualizó defectos y sugirió cambios. Resultó una experiencia extraordinaria. En principio porque siempre me advirtió exigiría un gran trabajo. Pero me atrapó el desafío. Trabajamos casi como en un taller, como mucho de ida y vuelta”.
-No la pasaste nada bien con el Covid. Pero se puede decir que “El Reproche” es consecuencia de la pandemia.
-Una consecuencia positiva. Significó meterme en un tema que en principio no tiene que ver con lo que suelo hacer. Siempre eso me significa una bocanada de aire fresco, un desafío y también una enorme satisfacción cuando veo que ese sueño se transformó en esta realidad. En aquellos meses de encierro un escape fue escribir.
-¿Estás nervioso por el estreno?
-Sí, quiero que pase de una vez. Ya quiero que sea viernes. Ocurren muchas cosas. Miedo a defraudar, timidez, no puedo sobrellevar esa idea. Si fuera mínimamente elegante no ir, no iba… Por supuesto voy a ir aunque no vaya a estar a la vista de la gente. Me preguntó la directora si quería la silla del medio en la segunda fila… Y le dije que noooooo…. No me conoce nada. No voy a estar a la vista de nadie… Estaré ahí guardado… Ojalá que pase rápido. Al menos la primera función…