La historia del macrismo en la Ciudad de Buenos Aires va a cumplir 14 años a fines de 2021. Los cuatro años del PRO a la cabeza del Gobierno nacional pusieron a la vista de todos los argentinos y argentinas lo que los porteños y porteñas vivimos desde el 10 de diciembre del 2007: un partido político que gobierna pensando en unos pocos, privilegiando negocios particulares, profundizando los problemas preexistentes y generando problemas nuevos.
Aunque el actual jefe de Gobierno quiera marcar sus diferencias con Macri a partir del estilo, con profundizar un poco en los hechos de su gestión se ve el sello indeleble de Juntos por el Cambio en todas y cada una de las decisiones que toma. Entre los recortes a la educación pública, los desacatos a las medidas nacionales, la privatización de la vacuna, las listas truchas que le entregaron al PAMI y el desamparo en el que dejó a todos los porteños y porteñas que necesitan un apoyo económico en este contexto, aparece otro tema que es parte del corazón de la gestión de Macri y Larreta: la privatización del espacio público al servicio de los negocios del sector inmobiliario. El caso más emblemático, los terrenos de Costa Salguero.
En diciembre de 2019, la Legislatura votó un proyecto enviado por Larreta que le permitía al Gobierno porteño vender esos terrenos. A esa ley, ahora declarada inconstitucional, le siguió otro proyecto en 2020 que permite hacer en Costanera Norte un “desarrollo inmobiliario”. En un predio de 17 hectáreas con una vista privilegiada del Río de la Plata y de fácil accesibilidad desde todos los puntos de la Ciudad, lo único que se le ocurre al oficialismo de la Ciudad es venderlo para que se hagan edificios.

La actual concesión de los terrenos vence una parte el 31 de julio y otra el 31 de diciembre. Esto significa que hay una gran oportunidad para que los porteños y porteñas recuperemos ese espacio para transformarlo en un gran parque público. Ninguna ciudad del mundo que se desarrolla a la vera del río le da la espalda al mismo. La Ciudad de Buenos Aires sí. Esa vista hermosa y característica del Río de la Plata, parece estar reservada para unos pocos: aquéllos que puedan pagar los U$S 9.000 que va a costar cada metro cuadrado de las torres que se construyan en las hectáreas en donde hoy está Costa Salguero.
Estaríamos interpretando mal la realidad si pensáramos que esto es sólo una puja por algunas hectáreas. En el conflicto de Costa Salguero se pone sobre la superficie la discusión de qué Ciudad queremos, de cómo queremos vivirla y por lo tanto que proyecto político necesitamos para gobernarla.
Nos preguntamos entonces: ¿Un gobierno puede hacer oídos sordos a una audiencia pública en la cual se inscribieron más de 7 mil personas, estableciendo un récord histórico? ¿Y dónde más del 97% de los oradores se manifestaron en contra del proyecto inmobiliario que el gobierno impulsa? ¿Queremos vivir en una ciudad en la cual todo se piense desde la óptica del negocio?
Hoy tenemos un fallo judicial favorable que declara inconstitucional la ley 6.289 que habilitaba la venta de los terrenos. Y la lucha sigue.
Definitivamente Costa Salguero fue un ejemplo de participación popular; esa que tanto reclamamos que se institucionalice desde las Comunas y los distintos órganos correspondientes y que el GCBA no cumple. Miles de porteños y porteñas dijeron presente en una audiencia pública y ahora están juntando 40 mil firmas para que ingrese a la Legislatura un proyecto de ley que propone construir ese parque público con el que soñamos.
No todo se compra y se vende. En la Ciudad de Buenos Aires queremos que el Estado tome decisiones para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, escuchándonos y respetándonos.
La Ciudad no pierde una oportunidad si no vende esos terrenos. Sí la pierden los que van a hacer el negocio inmobiliario en un terreno de todos. Pero la única oportunidad que no vamos a permitir que se pierda es la de tener para el disfrute de todes un parque público con acceso al río que mejore nuestra forma de vivir en la Ciudad.