Entrevista realizada por Luis Zarranz y Emanuel “Peroncho” Rodríguez en el programa Fuera de Contexto que se emite los sábados, de 16 a 18 horas, en El Destape Radio. Repite los domingos a la medianoche. FM 107.3 –http://eldestaperadio.com En Spotify: Fuera de Contexto Radio.
– Luis Zarranz: Vamos a saludar al invitado el día de hoy en “Fuera de Contexto”, se trata de un amigo de la casa, Pedro Rosemblat, comediante, militante, compañero, quien se suma a nuestro programa. Bienvenido Pedro.
– Pedro Rosemblat: Hola Luis, un saludo para toda la querida audiencia del Destape Radio, una alegría estar aquí compartiendo este momento con ustedes.
– LZ: El gusto es nuestro. Queríamos arrancar por el peronismo, ¿Recordás en qué momento te hiciste peronista?
– PR: En mi cabeza siempre lo sitúo en una fecha, que fue el 25 de Mayo del año 2004, cuando tenía apenas 14 años. Se trató de una movilización que se hizo hacia Plaza de Mayo para celebrar la fecha patria. Hubo un festival realizado por Casa Rosada donde tocaron, entre otros artistas, Silvio Rodríguez y Charly García.
– LZ: Yo estaba ese día, recuerdo que se largó a llover.
– PR: Exactamente. Creo que era domingo. Ese día fui con mi primo, que es hijo de un militante montonero. Gracias a él, logramos acceder a un lugar específico que estaba detrás del escenario y ahí vimos a todos: estaban Néstor, Cristina, Charly, la plaza llena. Lo recuerdo como un día bastante fundacional para mí. Desde el sentimiento, ese 25 de Mayo del 2004 me hice peronista.
– Emanuel “Peroncho” Rodríguez: ¿Qué eventos políticos peronistas ubicarías en un eventual top tres?
– PR: En primer lugar pondría el conflicto de la 125 en el año 2008. En medio del 2004 y del 2008 hubo años de crecimiento y de fortalecimiento de la identidad del kirchnerismo, pero para mí ese conflicto fue incluso hasta más fuerte que la campaña presidencial del 2007. Cristina asumió en diciembre, y en marzo comienza el conflicto.

En segundo lugar ubicaría a lo que ocurrió en 2015, año que recuerdo por lo mal que terminó, pero que en términos de maduración militante y de aprendizaje, fue el más importante. En términos personales, no vi venir la victoria del macrismo, estuve muy lejos de advertir esa situación que estaba pasando frente a nuestras narices. Fue un cachetazo muy importante.
El tercer evento lo sitúo en el 2019, por la esperanza, por la unidad, por la jugada de Cristina, y por haber asumido personalmente, junto con algunos compañeros y compañeras, una campaña que podríamos calificar como guerrillera y vietnamita, como le gustaba decir a Marcos Peña. Teníamos una gran efervescencia y nos unimos teniendo muy en claro el objetivo que teníamos en común, que era ganarle al macrismo.
“Lo más difícil es discutir con una generación que piensa que el camino es a través del esfuerzo individual y de desarrollar ideas en solitario que nos conviertan en el nuevo Galperín”.
Estuvimos durante cuatro años diciendo que íbamos a volver, ellos estuvieron durante cuatro años diciéndonos que no volvíamos más, y bueno, volvimos. También quiero subrayar acontecimientos como los de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la ley de Matrimonio Igualitario, entre tantos otros derechos adquiridos.
– LZ: Desde hace un tiempo asumiste la responsabilidad de transmitirle el peronismo a las nuevas generaciones, ¿Cuáles son las principales dificultades que identificás respecto a esa tarea?
– PR: Creo que la mayor dificultad es lograr que algunos pibes y pibas vean a la política como una herramienta transformadora, y que a través de ella es posible construir un país más justo. Cuando yo tenía 18 años, la política ocupaba un lugar totalmente distinto, le hablaba a la juventud de un modo más directo y contundente. Había una distancia más pequeña entre la dirigencia y la juventud. Para darte un ejemplo, Cristina era presidenta cuando yo tenía 20 años, y recuerdo cómo nos hablaba a los argentinos todos los días, y cómo en sus discursos se refería más precisamente a los jóvenes.
En los últimos años, la política ha padecido una campaña de desprestigio muy importante. Los niveles de pobreza, el desempleo y la dificultad que tiene la juventud para alcanzar un nivel de vida digno, hacen que muchos pibes empiecen a ver a la política y a los políticos como una casta privilegiada. El principal problema que tenemos es la antipolítica, y debemos combatir contra eso. Luego, en la discusión profunda de la política, al peronismo lo asiste la razón, la historia, los datos y la realidad.

Lo más difícil es discutir con una generación que no ve la política como una herramienta transformadora, sino más bien todo lo contrario, que piensa que el camino es a través del esfuerzo individual y de desarrollar ideas en solitario que nos conviertan en el nuevo Galperín, señalando al Estado como un controlador compulsivo. Contra todo esto estamos luchando.
– ER: Teniendo en cuenta que el peronismo es un movimiento ligado a la unidad básica, al desarrollo territorial y a las manifestaciones multitudinarias en la calle ¿Cómo evalúas el desempeño del Frente de Todos en el terreno de las redes sociales?
– PR: Es algo en lo que pienso mucho. La campaña que va a arrancar ahora va a ser la más digital de la historia, mucho más que la del 2019. Entiendo que en ese rubro estamos mal organizados. No hay nadie que esté coordinando el accionar de los compañeros y las compañeras en las redes, y desconozco como se puede hacer eso. Nosotros le teníamos un gran temor a la potencia de ellos, que tienen una maquinaria muy aceitada respecto al big data y el estudio del comportamiento de la gente en las redes. Debemos construir una masa crítica convencida de que lo mejor que le puede pasar a este país es que el Frente De Todos vuelva a ganar las elecciones. En el 2019 esto estuvo muy claro, pero tengo la sensación de que este año nos va a costar un poco más. Hay días que nos preguntamos hacia dónde estamos yendo y en el 2019 eso no nos pasaba. Estoy seguro que esto le pasa a la gente que nos está escuchando y creo que también le pasa a la dirigencia, debido a que no hay un rumbo fuertemente marcado. Está muy claro que el actual es un gobierno de coalición, con todos sus pro y sus contra.
– LZ: Las redes sociales suelen anidar discursos de odio, sobre todo en Twitter, ¿Cómo te llevás con la parte del odio antiperonista?
– PR: La capacidad destructiva, o como decía Rodolfo Walsh, la inclinación temperamental al asesinato que posee el antiperonismo en nuestro país, es uno de los principales problemas de la Argentina, sino el mayor problema. En redes sociales me afecta muy poco, no porque no me importe la opinión de los demás, me importa mucho, pero desde que empecé a tener cierta exposición pública, me armé de cuatro o cinco personas que me importa mucho lo que digan, y si esas personas me bancan, no me importa mucho lo que me pueda decir gente que no me conoce. Me putean mucho por las redes, pero no lo tomo personal, entiendo que es la dinámica de ciertas redes sociales, dinámica que, por otra parte, perjudica mucho a la política, y advierto que hay muchos funcionarios que se sienten condicionados por lo que ven en las redes sociales.
“La campaña que va a arrancar ahora va a ser la más digital de la historia, mucho más que la del 2019. Entiendo que en ese rubro estamos mal organizados”.
Lo más singular de la política de nuestro país, es que el actual es un gobierno peronista que, por culpa de la pandemia, no tiene apoyo en las calles, y para el peronismo, gobernar sin la gente en la calle es algo muy novedoso.
A veces le exigimos al gobierno que encare algunas disputas clave y eso seguramente sería más fácil de realizar con 500.000 personas en la plaza, de paso quedaría en un segundo plano el trending topic de las redes. Como militantes y comunicadores, debemos armar estrategias para amplificar nuestras voces.
En una pregunta anterior traje a colación lo de la 125, ¿Qué fue lo que tuvo de particular ese momento?: que estábamos en la calle, al igual que en el 2019, en el 2015, en la disputa con el diario Clarín, entre tantos otros acontecimientos. Hoy en día no tenemos esa posibilidad de manifestarnos en las calles, y no existe nada que equipare la potencia de la gente en las calles, situación que es más perjudicial para nosotros que para ellos.
– ER: ¿Qué significa para vos la figura de Néstor Kirchner?
– PR: En mi caso particular, se conjugan dos cosas, el afecto personal y subjetivo, y la cuestión general, es decir, lo que significó Néstor para la historia argentina. Néstor asumió en el 2003, año en el que yo arrancaba el colegio secundario. Ese mismo año, mi papá se estaba yendo a vivir a otro país, debido a que en mi familia primaba un fuerte discurso de antipolítica, un discurso muy 2001, ese que decía que todo era una mierda y que había solución alguna para la Argentina.

Desde el principio, Néstor poseía ciertas formas desfachatadas que hacían que lo sintiera muy cercano a los jóvenes, cercanía que también propuso para gobernar. Era jodón, chicanero, hablaba medio mal, no era el típico político coacheado. Mi familia no era peronista, más allá de haber tenido a un tío con una historia de militancia muy fuerte, pero en mi casa, mi mamá y mi papá no eran peronistas, se hicieron todos peronistas luego de la llegada de Néstor a la presidencia.
Néstor fue, en mi vida, la puerta de entrada al peronismo, por lo tanto, significó un antes y un después. Fue un dirigente que estiró los límites de lo posible, algo que actualmente está muy presente, cuando pareciera ser que, ya sea por el contexto o por tal o cual cosa, no se pueden tomar ciertas decisiones. Bueno, lo que hizo Néstor no se podía tampoco, y lo hizo igual, pero de la misma manera que uno no le puede a todos los diez de la selección que sean Maradona, no le puede exigir a todos los políticos que sean como Néstor.
– LZ: Yendo a tus inicios, ¿Cómo surgió la idea de crear la cuenta llamada ´ El Pibe Trosko´?
– PR: Hoy en día soy un twittero rehabilitado, pero en aquel entonces, año 2012, era un adicto a Twitter. Fuimos a la Plaza de Mayo un 24 de marzo, gobernaba Cristina, la ministra de Seguridad era Nilda Garré, y la izquierda cantaba en contra de Nilda, Cristina, Berni, en fin, contra el peronismo. Luego de la marcha, volviendo en el subte con mi primo Nicolás y con un compañero de militancia, empezamos a hacer chistes sobre esa situación, preguntándonos quiénes eran los que nos puteaban, si los leninistas-guevaristas o los guevaristas-marxistas-stalinistas. De modo que la idea del ´Pibe Trosko´ surgió como una chicana juvenil, que era una cuenta fake de twitter que, en un principio, tuvo una muy buena recepción por parte del mainstream de Twitter de aquella época, que no estaba compuesto por kirchneristas, sino más bien por periodistas de TN, América, algunos “Tuitstars”, quienes recibieron muy bien al ´Pibe Trosko´, hasta que la cuenta comenzó a crecer, empezó a circular mi nombre y también empezaron a hacer acusaciones diciendo que era parte de un plan de Abal Medina y de la Jefatura de Gabinete. En conclusión, se trató de una joda juvenil a la izquierda.
“Me putean mucho por las redes, pero no lo tomo personal, entiendo que es la dinámica de ciertas redes sociales”.
– ER: ¿Recordás qué tipo de teorías conspiranoicas surgieron en aquel entonces en relación a la cuenta ´Pibe Trosko´?
– PR: Un montón, hubo mucha gente que me escribía convencida de que era tal persona y se referían a mí con otro nombre, también hubo mensajes de algunos dirigentes compañeros pidiéndome que tire tuits apoyando a tal o cual concejal durante el armado de las listas, a lo que yo respondía que me parecía demasiado obvio, pero era muy chico, tenía pocas herramientas para decir no y medio que terminaba cediendo. En aquel momento me afectaba mucho más el odio que recibía en las redes, me acusaban de un montón de cosas falsas y me afectaba mucho, hoy en día me importa un carajo que me acusen falsamente.
– LZ: Me imagino que los militantes del PO pensaban que eras del PTS, y los del PTS pensaban que eras del PO.
– PR: Tal cual, me pasaba mucho eso, nadie se hacía cargo de ser el pibe trosko, aunque algunos compañeros de izquierda se reían mucho.

– LZ: ¿Cómo fue el cambio de pasar a ser un anónimo detrás de una cuenta de Twitter a la masividad televisiva con ´El Cadete´ de Roberto Navarro?
– PR: Fue rarísimo y lo sigue siendo para mí, llegó en un momento un tanto inesperado, durante el 2016, año en el que decidí no estudiar más en la Facultad para trabajar en los medios. Laburaba con Daniel Tognetti en el programa ´Siempre es Hoy´ de Radio Del Plata, la audiencia era altísima en aquel momento, de las radios compañeras era de las más escuchadas, pero estaba pasando por una situación financiera muy difícil, no pagaban sueldos.
Iván Schargrodsky, quien era amigo mío, trabajaba con Roberto Navarro, a quien le había ofrecido tener su programa los días de semana en C5N, ahí fue cuando me llamó para hacer ´El Cadete´. En ese momento ya no estaba 678, no estaba TVR, no estaba Duro de Domar, no había nada, y de humor mucho menos. El programa de Navarro era muy denso, abrumador en muchos casos, porque el macrismo era muy avasallante, habían llegado para quedarse, encima justo había ocurrido el episodio de los bolsos de José López, situación por la cual el kirchnerismo se había convertido en una cosa muy sarnosa. Un sector muy grande de la dirigencia comenzaba a despegarse del kirchnerismo, pero había un montón de compañeros y compañeras que nunca pusieron en duda su apoyo a Cristina, y por suerte, ´El Cadete´ fue muy bien recibido, anduvo re bien y me dio la posibilidad de hacer teatro en el momento que Navarro fue echado de C5N. Se armó una cosa como de nichos de resistencia que funcionaban como espacios catárticos, en los que sentíamos que no estábamos solos, que no estábamos vencidos y nos reíamos de ellos. Nunca me voy a olvidar de los compañeros y las compañeras que resistieron durante el macrismo, aunque ahora nos volvamos a pelear, los que estuvimos bancando esa parada nos acordamos quienes somos, esos que bancamos a Cristina cuando eso significaba ser un chorro y un corrupto, y por suerte, al final no éramos pocos.
– ER: ¿Por qué no seguiste en la TV, más precisamente en C5N?
– PR: Fue raro, la variable más importante en la tele es el rating, y Navarro tenía mucho rating. A Navarro lo echaron de C5N por ser un periodista muy identificado con Cristina Kirchner, y por ser quien la defendió con más vehemencia durante el macrismo.
“De la misma manera que uno no le puede a todos los diez de la Selección que sean Maradona, no le puede exigir a todos los políticos que sean como Néstor”.
Durante las PASO del 2017, la Argentina se fue a dormir con un triunfo de Esteban Bullrich, y nos despertamos con un triunfo de Cristina Kirchner. Ese día, Navarro se quedó hasta las 5 de la mañana al aire diciendo que nos estaban cagando, que habían escondido los votos y que había ganado Cristina. Efectivamente, las PASO las ganó Cristina, las generales las perdimos, y el macrismo, al ganar las elecciones, creyó que se podía llevar todo puesto. Y quienes dirigían el Grupo Indalo creyeron lo mismo. No los juzgo, al final el macrismo se llevó todo puesto, y los dueños del grupo tomaron decisiones, y entre ellas decisiones, una fue echar a Navarro de C5N para enviarle un mensaje de mesura al gobierno de Macri, algo que resultó errado, porque el macrismo no negocia y si te tiene en la lista negra te va a buscar. De modo que Roberto Navarro fue echado por kirchnerista, y yo no pensaba quedarme en un espacio en donde ser muy kirchnerista era algo malo.
A mí Navarro me servía mucho de paraguas y de chaleco antibalas en los momentos en que intentaban meterse con mi contenido. La tele tiene una lógica muy chota, berreta y comercial atada a la guita y la pauta, y de repente un día llegaba uno y me decía que no podía hablar de esto o de lo otro. Cuando Navarro empezó a pudrirla con el canal, yo le dije que si él se iba yo me iba con él, y así fue.
En C5N no les gustaba mucho que yo esté en el programa, a quienes sí les gustaba era a la audiencia que miraba el programa de Navarro, los de C5N querían que yo me quedara para aislarlo a Roberto, adjudicándole a Navarro un mote de loco malo, como que se trataba de un demente que se cagaba a trompadas con Baby Etchecopar y que no tenía capacidad de raciocinio. Un poco esas fueron las razones, y otro poco fue que estaba en Octubre y mandé a todos a cagar para irme de vacaciones.

– LZ: Lo que son las vueltas de la vida, ahora estamos aquí en esta radio creada por Navarro. Tuviste un amplio recorrido por varias radios, ¿Qué es lo que más te atrae del universo radial?
– PR: La radio es una soga o un cable a tierra a un tipo de comunicación que se está perdiendo, a un tipo de vínculo, medio y audiencia que está mutando hacia algo muy digital y efímero, a lo cual también estoy subido y me interesa, pero es un poco mas random. A mí me gusta esa idea de saber que la gente me escucha mientras cocina, mientras labura, mientras estudia, sobre todo teniendo en cuenta que nos encontramos en una época que está muy ligada a la imagen, y me parece muy importante sostener la radio, sino te volvés un muñequito de torta preso de la estética.
La radio es donde más cómodo me siento, y creo que lo que mejor se hacer es conducir un programa de radio, es donde dejo de sentirme un sapo de otro pozo, algo que quizás me sucede cuando estoy arriba de un escenario y comparto con actores, o cuando hago videos de Youtube y veo a los pibes que se manejan con un lenguaje totalmente distinto al mío. En la radio me siento local, a alguno le podrá gustar más o menos, pero ahí me siento cómodo y lo disfruto mucho.
– ER: ¿En la radio es en donde más riesgos tomás?
– PR: Sí, pero al no quedar registrado visualmente, convivo más livianamente con las críticas o los comentarios. La radio tiene algo muy lindo que es que, si un día te sale mal el programa, tenés revancha al día siguiente, es como si volviera a nacer todos los días. Los programas son todos diferentes, por ahí un día yo llego de mal humor, pero Maitena llega contenta, y un día Mati llega cruzado pero Jimena llega con buena data, es todo muy dinámico. Lo bueno del Destape Radio es que hay mucha gente escuchando, y para los que sostenemos un discurso político, que haya gente escuchando es lo más importante.
“La tele tiene una lógica muy chota, berreta y comercial atada a la guita y la pauta”.
– ER: De no haber existido el macrismo, ¿Te hubieras dedicado al humor?
– Pedro Rosemblat: No, creo que no me hubiera dedicado al humor si no hubiese existido el macrismo. Pienso que si hubiese ganado Scioli, iba a terminar laburando con algún compañero que pegara alguna subsecretaria de algo y hubiera terminado laburando con él. Cuando ganó Macri sentí que se trataba de un chiste y de una película de terror a la vez, y fue ahí cuando me decidí por el humor, sentí que iba a hacer mucha falta, y estoy convencido de que si no hubiera ganado Macri, no me hubiese dedicado al humor.
– LZ: Bueno, ya sabemos qué cosa positiva te dejó el macrismo.
– PR: Es cierto, en términos personales me ayudó a tomar una decisión.
– LZ: ¿Cómo vivía el Pedro humorista esa mezcla entre chiste y pesadilla que fue el macrismo?
– PR: De forma esquizofrénica. Muchas veces hacíamos una función en la que nos pasábamos dos horas descansando a Marcos Peña, y cuando terminaba nos poníamos a pensar en la situación de la gente que nos venía a ver, a quienes les habían ajustado el salario en un 30%, o los habían echado del laburo, y sentíamos que era muy difícil hacer reír a quienes no llegaban a fin de mes, situación que no cambió mucho. Lamentablemente, el que no llegaba a fin de mes en 2019 sigue sin llegar a fin de mes en el 2021. En estos contextos, para quien tiene una identidad política asumida, la risa es algo muy potente, porque es algo que se comparte, se hace entre muchos y ayuda a bajarle un poco el precio a esa imagen tan demoníaca que tienen ellos. Porque a veces parece algo imposible, ellos están dispuestos a hacer cosas que nosotros no y pareciera que nos van a ganar siempre, pero el humor nos permite ridiculizar esa imagen que tienen, son hijos de puta, son bravísimos, todo lo que quieras, pero también son unos boludos.

– ER: ¿Cómo ves la cuestión de reírnos de determinadas cosas que los humanizan un poco? Voy a ir al hueso y te voy a dar un ejemplo, la silla de ruedas de Gabriela Michetti.
– PR: En esos casos, si tuviera que defender el chiste no podría hacerlo. Durante los cuatro años de macrismo lo hice, y era un momento del show muy efectivo, porque no giraba en torno a la discapacidad de Michetti, sino en torno a lo que habían construido de ella, cuestión que también incluía su discapacidad. Pero también esa cosa de la política muy soft y muy lavada, casi desinteresada, hasta inofensiva. No podría decirte que debemos reírnos de la discapacidad de Michetti porque es una hija de puta, porque no lo creo realmente. Sí creo que era un componente de una fuerza política que se mostraba muy avasallante, que era muy contundente en sus acusaciones contra nosotros, y lo que hacíamos nosotros formaba parte de una respuesta hacia ellos. Hoy en día no hablo más de Michetti, lo hacía cuando era vicepresidenta, si hoy salgo al escenario y hago un video hablando de Michetti nadie se va a reír, pero en el 2016, putear a Michetti tenía otro impacto, tenía más fuerza.
– ER: Formaba parte de la fuerza política que había metido a 150 de los nuestros en cana.
– PR: Claro, totalmente, lo cual es mucho peor que cualquier chiste.
– LZ: ¿Tenés algún método a la hora de hacer humor?
– PR: Sí, depende el contexto. Las partes guionadas de la radio, en general, las asume Gerardo Delelisi, quien es un excelente humorista. En el teatro, quien logra la espectacularidad en el escenario es Martín Rechimuzzi. A mí me gusta mucho escribir guiones y trabajo tanto en teatro como en Youtube con dos compañeros, Soledad y Nicolás, quienes me ayudan desde la época de ´El Cadete´ y me acompañan en este proyecto comunicacional que abarca la radio, el teatro y las redes.
– ER: ¿Por qué crees que es tan malo el humor político de la derecha?
– PR: Creo que el kirchnerismo tuvo mucho que ver con eso. Quizás si uno tuviera que colocar en el espectro ideológico a Enrique Pinti o a Tato Bores, los pondría dentro de la antipolítica, más cercano a la derecha que al progresismo. El kirchnerismo sacó a la superficie intereses y debates que nos obligaron a posicionarnos respecto a determinadas cuestiones, y eso hizo que quede mucho más evidenciado para quién laburas o para quién haces lo que estás haciendo. Nosotros no concebimos la Argentina sin ellos, yo no pienso que puede haber una Argentina sin radicales, sin Sociedad Rural, sin macrismo o sin entidades financieras, yo lo único que quiero es que no sean ellos los únicos que decidan hacia dónde vamos, a diferencia de ellos, que si pudieran rearmar un país, lo armarían sin nosotros. Ese desprecio y ese odio que los conduce a pensar en la posibilidad de construir un país sin un 40% o 50% de la población, les impide hacer un análisis lúcido y pararse sobre un lugar piola.
“No me hubiera dedicado al humor si no hubiese existido el macrismo, cuando ganó Macri me pareció un chiste”.
– ER: Tengo una teoría romántica que coincide con esto que nos marcaste. El humor es una potencia alegre, por ende, necesita nacer de potencias alegres, y tal vez, la concepción política que nos une a nosotros y esa convicción de creer que la patria es el otro, nos concede esa potencia alegre, en cambio, a ellos, que piensan todo lo contrario, se les esfuma esa posibilidad.
– PR: Coincido totalmente, y te agrego algo, hay varios twitteros de derecha que me hacen reír mucho, sobre todo durante las decadencias de nuestros gobiernos, pero no se vuelven mainstream porque su audiencia es muy poco demandante, les alcanza con escuchar que Cristina es chorra, no hace falta ninguna vuelta de tuerca, con mostrar una caricatura de Cristina con una valija llena de dólares alcanza. Lo que hace Jorge Lanata es muy precario, y no lo digo porque yo la quiera a Cristina, pienso que es precario hasta para un macrista intelectual. Lo único que le demandan a los Lanata y a los Borenstein es que puteen a la yegua, por eso es muy probable que Borenstein y sus seguidores crean que ponerle el mote de ´Arquitecta Egipcia´ a Cristina es una genialidad.
– LZ: Antes de la pandemia, estabas haciendo teatro con Martín Rechimuzzi. Teniendo en cuenta el contexto actual ¿Están pensando alternativas?
– PR: Previo a la pandemia, más precisamente luego del triunfo de Alberto Fernández, con Martín Rechimuzzi veníamos pensando cuál iba a ser el rumbo del nuevo show y nos estaba costando mucho, de modo que la pandemia anuló esa discusión. Por separado, tomamos la decisión de fortalecer nuestro trabajo digital, es decir, nuestros respectivos canales de Youtube. Eso fue lo que hicimos durante la segunda mitad del 2020, y a fin de año coincidimos en la necesidad de volver a retomar un espacio conjunto. Así fue que a partir de enero de 2021 empezamos a hacer un streaming por Youtube los domingos, que es un poco raro, es como un programa de tele por Youtube pero sin mucho formato, es más bien un encuentro digital. Por suerte anduvo bien, nos divertimos haciéndolo y la gente se caga de risa, es una buena alternativa hasta que podamos volver a hacer teatro.

– ER: ¿Cómo te llevas con Youtube? ¿Cuáles son los desafíos que te planteas en esa plataforma?
– PR: Miro para adelante y tengo la sensación de que es un espacio que va a crecer muchísimo, creo que en cinco años va a haber más gente mirando Youtube que la que hay hoy y me interesa ocupar ese espacio. Soy muy consumidor de Youtubers, y trato de aprender cómo se vinculan con sus audiencias y cómo trabajan sus contenidos. En la plataforma existe algo un poco engañoso y es la sensación de que no existen intermediarios, aunque se trate de una plataforma gigantesca que cotiza en bolsa más que cualquier empresa argentina y es propiedad de Google. La sensación que uno siente en Youtube es de estar habitando un mundo libre, así que le mando un aplauso a Youtube, que ha logrado que esa falsa sensación de libertad parezca real.
– LR: Recién dijiste que sos muy consumidor de Youtube, ¿Qué mirás en la plataforma?
– PR: Un montón de cosas, desde nutrias comiendo arroz en Japón, hasta contenidos más elaborados como Tiranos Temblad o Navaja Crimen. También me gusta mucho lo que hace Néstor Montalbano, un compañero que compagina sucesos que acontecieron durante un año, también miro lo que hace Noelia Custodio, Martín Rechimuzzi, y la novedad es que empecé a mirar Twitch, miro lo que hacen los streamers, quienes quizás están muy lejos de nuestro discurso político e ideológico, pero me parece resulta muy interesante como modelo comunicacional, lo que están haciendo allí, lo que hace Coscu acá, lo que hace Ibai en España, Markitos Navaja, Pimpeano, a todos ellos los miro bastante.
“La sensación que uno siente en Youtube es de estar habitando un mundo libre, así que le mando un aplauso a Youtube, que ha logrado que esa falsa sensación de libertad parezca real”.
– ER: ¿Cómo te llevás con la masividad que hay en Youtube?
– PR: Yo no creo que la televisión desaparezca, pero sí creo que va a ir perdiendo representatividad, mientras las plataformas adquieren representatividad. En la actualidad, hay una tendencia que crece día a día respecto a la gente que prefiere realizar sus contenidos en las plataformas digitales, y no como era hace algunos años, cuando era imprescindible estar en la televisión para poder hacer eso. Me gustaría que esa tendencia me encuentre con un canal lo más profesional posible y con el mayor alcance posible. Hay que encontrar la manera para que las audiencias que tenemos banquen los contenidos que hacemos, logrando una relación mucho más directa que la que se puede construir desde los medios tradicionales.
– LZ: Durante esta charla, percibí la admiración que sentís por Martín Rechimuzzi al nombrarlo, ¿Qué admirás de él y qué potencia en vos la dupla que componen?
– PR: Yo nunca estudié ni teatro, ni clown, ni stand up. La primera vez que me sugirieron la posibilidad de hacer algo en vivo lo llamé a Martín, y todo lo que aprendí, lo aprendí con él. Si no hubiese sido por él yo no hubiese hecho teatro jamás. Martín es un actor formado en el mundo de la improvisación con experiencia en la docencia, y es una persona extremadamente graciosa, tanto en el escenario como fuera de él. Es de esos amigos que cuando compartís un asado te hace cagar de risa, o que cuando te fumás un porro o te tomás una birra, te hace descostillar de risa, y uno quiere estar cerca de las personas que lo hacen pasar buenos momentos. Más allá de sus dotes teatrales y humorísticos, es una gran persona, un gran compañero, muy solidario y cariñoso, lo quiero mucho y disfruto mucho trabajar con él.

– ER: ¿Cómo surgió la sección de tu canal de Youtube llamada ´Esta Semana en Springfield´?
– PR: ´Esta Semana en Springfield´ surgió en Instagram como un posteo suelto. Estaba leyendo las noticias y vi ocho seguidas que no podía creer, entonces comencé a exagerar un poco las noticias. Decía algo así como que habían cerrado 48 hospitales, que devaluaron 59% el peso en un minuto, que aumentó la tarifa de luz 700%, y Antonia Macri subió este maravilloso video a las redes. Intentaba desmantelar el armado de la comunicación del macrismo en los medios hegemónicos a través del humor, todo esto fue en 2017. A principios del 2018, todos los viernes subía diez noticias, luego se volvió algo periódico en Instagram, y el año pasado, cuando llegó la pandemia, tomé la decisión de fortalecer mi pata digital profesionalizando mis contenidos, y eso que eran diez placas en Instagram, se convirtió en una sección de mi canal de Youtube llamada ´Esta Semana en Springfield´, sección que se ha consolidado de tal manera que la gente me manda noticias de manera desinteresada para que las haga, a tal punto que a veces ellos hacen la mayor parte del laburo.
– ER: ¿Cómo manejas esa tensión presente en tu canal de Youtube entre la reflexión política y la comedia?
– PR: Mi primo siempre me habla del engaño en el buen sentido. Ellos con Mariana Fabbiani nos engañaban, porque era un programa que tenía un objetivo político y cada vez que podía nos la ponía, pero armaban toda una parafernalia alrededor para que no se note. Mi primo siempre me habla de eso, me pide que engañe un poco, para que aquel que llega al canal y no viene de la política y llega por la parte humorística, se quede a ver los contenidos. A veces le aviso a la audiencia que voy a hablar de política al final, y me dicen: “Dale boludo, hablá ahora, no me hagas esperar hasta el final”, entonces tengo que transitar por la delgada línea entre la reflexión política y el humor y encontrar un equilibrio.
– ER: ¿Seguís siendo fan de Los Simpson o sos de los que consideran que luego de la temporada 13 o 14 empeoró respecto a sus guiones?
– PR: Ya no lo miro más, lo miré tanto que se me hizo carne, lo tengo incorporado y forma parte de los consumos culturales que me formaron, y creo que le ha pasado a mucha gente.
– LZ: ¿Quiénes son tus referentes de la vida?
– PR: Mi primer referente fue Maradona. Yo era súper futbolero de chico y siempre fui muy maradoniano. Siguiendo con el fútbol, no puedo dejar de mencionar a Riquelme, ya que soy hincha de Boca y recuerdo que cuando tenía diez años, mi viejo me levantó un miércoles a la mañana para ver la Intercontinental contra el Real Madrid. Después, yendo más a lo personal, tengo que nombrar a mis viejos, quienes me ayudaron a entender el vínculo con el trabajo. En lo político, sin lugar a dudas debo nombrar a Néstor Kirchner y a Cristina Fernández de Kirchner, y en términos de formación política, recuerdo que en la unidad básica donde me encontraba, la voz de la sabiduría la ponía Alberto Rodríguez, un compañero militante que fue montonero y estaba a cargo de los espacios de formación de aquella unidad. Los sábados, cuando terminaba nuestra jornada militante, nos quedábamos mirando películas que él elegía, siempre vinculadas o con la dictadura, o con procesos de dictaduras en otros países. Recuerdo que cuando terminaban las películas, Alberto Rodríguez se ponía a llorar desconsoladamente, y ahí entendí el valor de comprometerse con los sentimientos y las convicciones de la militancia. De él aprendí a estar más cerca de los vecinos y de la comunidad que de los funcionarios y los dirigentes.
– ER: Imaginate que estás en la piel de Alberto Rodríguez, estás a cargo de un grupo de jóvenes y tenés que explicarles el macrismo a través de una película, ¿Cuál sería?
– PR: Creo que todavía no se realizó una película que cuente lo que significó el macrismo para nosotros. Cuando ganamos las elecciones, nosotros subimos a Youtube una suerte de documental que se llama “Goodbye Macri”, y cada vez que lo vuelvo a ver me emociono siempre en los mismos momentos. Cuando anuncian el triunfo, nosotros teníamos una cámara en el búnker del Frente de Todos, y en un momento una chica mira a cámara y dice: “Néstor, esto es por vos. Volvimos”, es muy cortito, dura tres segundos, pero en esos tres segundos te das cuenta que la pasó como el orto los últimos cuatro años y que se despertaba todos los días sin poder creer cómo perdimos contra estos marmotas.
Lo más importante que tiene nuestro espacio es la identidad, y personalmente creo que nada que se haga de acá en más superará el documental ´Perón, sinfonía del sentimiento´ de Leonardo Favio. Ningún millennial podrá hacer algo parecido para plasmar la identidad más poderosa de la Argentina, que es el peronismo.
*Producción: Camilo Caballero