Reseña de El umbral de Franco Bifo Berardi (Tinta Limón, 2020)
No es arriesgado afirmar que posiblemente nunca se ha escrito y hablado tanto sobre un tema, urbe et orbi, como ha sucedido este último año con el coronavirus. No es para menos, en tanto la pandemia que todavía atravesamos ha significado la irrupción de algo completamente desconocido e inesperado que no solo supo derrumbar la economía a nivel global, sino que ha significado -y esto es lo fundamental- un cambio radical en nuestros modos de ser en común.
La filosofía no ha quedado exenta del flujo de ríos de tinta que han corrido a propósito del virus, aunque acaso se haya apresurado en dictaminar, con optimismo o pesimismo dependiendo del caso, el curso que la pandemia le imprimirá a nuestras sociedades. La célebre sentencia de Hegel sobre el búho de Minerva, quien “sólo levanta vuelo al anochecer”, nos advierte que la filosofía no ha venido al mundo para profetizar, sino para pensar cuando los acontecimientos ya han sucedido.
En ese contexto, sin embargo, el filósofo italiano Bifo Berardi ha sido una excepción en el modo en el que ha abordado la cuestión. Las reflexiones que fue publicando online, al calor de los acontecimientos, tienen la apertura necesaria para no cerrar el pensamiento con conclusiones taxativas sobre el devenir de nuestras sociedades a partir de la experiencia viral. Posiblemente uno de los aciertos haya sido utilizar el género de crónica o de diario -cada meditación está fechada-, y ello es lo que le permite expresarse en el justo medio entre la experiencia personal y la teoría, entre la afirmación y la interrogación.
Berardi, quien ha venido desarrollando una filosofía política de corte autonomista, se pregunta si este tiempo suspendido que implica la pandemia y los consecuentes lockdowns que la han sucedido, de un modo u otro, en todo el globo, harán sucumbir las formas políticas de desigualdad que atraviesan al mundo en el ciclo neoliberal abierto por el thatcherismo y que, para él, tienen un nudo de continuidad con la filosofía del nazismo hitleriano: la idea de una selección natural a partir de la que se impone el más fuerte. Esa patética primera afirmación de Boris Johnson de que “muchos morirán”, bajo la que subyace la idea de que el Estado no tiene mucho para hacer, hace eco con la ideología supremacista de Trump y con las disparatadas afirmaciones igualmente racistas de Bolsonaro.
Como muchos de nosotros, Bifo estuvo atento a las múltiples realidades políticas locales y a su conexión global en este extraño contexto pandémico. Y si bien define a este tiempo como el de una “psicodeflación” que, en efecto, se opone al período de expansión económica inmediatamente anterior, no aventura cuál será el destino final de este tiempo que comienza. En todo caso, lo que intenta mostrar es que la época está abierta a lo que nosotros podamos hacer con ella. Su esperanza es que, luego de este tiempo detenido, el reinicio del proceso sea a través de otro principio, el de lo útil y no el de la acumulación de lo abstracto. Su pensamiento, por si fuera necesario aclararlo aquí, es ciertamente anti-capitalista.
Pero Berardi no es ingenuo, sabe que su palabra entra en tensión con muchos indicios de la realidad. La detención nunca fue absoluta: incluso en el momento de la cuarentena más estricta, la desigualdad siguió incólume. Por poner un ejemplo, frente a los privilegiados que podían permanecer sin salir de sus casas, decenas de miles debían poner el cuerpo al concurrir a su trabajo fabril, o para desarrollar servicios esenciales o, sin más, para conducir una bicicleta de delivery.
Sin embargo, frente a las invectivas del francés Houellebecq que dijo tempranamente que nada iba a cambiar o, en todo caso, que si algo cambiaba iba a ser para peor, o contra la apreciación agambeniana del infierno totalitario de la vida integralmente conectada, Berardi desde su necesario utopismo no dice que es el comienzo del momento emancipatorio, pero muestra aquí y allá cuáles son los indicios para una posible emancipación. En efecto, como señala por allí: “lo inevitable generalmente no sucede y lo imprevisible prevalece”. La pandemia parece ser ella misma el mejor ejemplo de esa sentencia.
La publicación en papel de estas crónicas y meditaciones, como reza el subtítulo de El umbral, es un acontecimiento interesante porque permite leer con cierta distancia aquello que algunos leímos online en el momento inicial de este proceso tan extraño que todavía continuamos viviendo. Esa distancia le brinda una perspectiva histórica y, al mismo tiempo, confirma la agudeza de su pensamiento.