A punto de perder estado parlamentario la Ley de Humedales duerme en la Comisión de Agricultura. El diputado nacional explica cuál es la principal razón. La presentación de la Ley de Envases y los caminos verdes que se abren luego de la cumbre climática de Glasgow.
El diputado nacional del Frente de Todos y presidente de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano de la Cámara baja, Leonardo Grosso, responsabilizó a las grandes empresas ligadas al agro por las postergaciones en el tratamiento parlamentario del proyecto de ley de Protección de Humedales. “Tenemos un modelo productivo primarizado y dependiente, y los principales defensores del mismo impiden la aprobación de nuestra Ley de Humedales; los negocios inmobiliarios y las corporaciones y multinacionales ligadas al agro son las responsables”, denunció.
“Nuestro país debe salir de la falsa contradicción entre producción y protección del ambiente”.
En diálogo con Contraeditorial, el también candidato a Concejal por San Martín, también se refirió al proyecto de ley de Envases, otra de las iniciativas verdes que el Frente de Todos presentó en la Cámara de Diputados, destacando que la propuesta va a permitir “que las y los cartoneros trabajen mejor y puedan reciclar más”.
“Es una ley que brindará un impulso significativo al ordenamiento en el tema residuos. Todavía tenemos 5000 basurales a cielo abierto en el país. El 40 por ciento de los residuos que llega a esos lugares es reciclable. El objetivo entonces es reducir el enterramiento porque hay materiales que pueden ser recursos y aprovecharlos. Esto potencia la industria del reciclado y también genera puestos de trabajo”, explicó.
Finalmente, analizó la cumbre climática de Glasgow donde Argentina planteó que cuenta con reservas que le permiten mostrarse como uno de los pocos países con una huella ecológica positiva: “Tenemos una posición política internacional muy clara, la Argentina es deudora financiera pero acreedora ambiental y vamos a poner en valor nuestros recursos naturales para la mitigación del cambio climático”, aseguró.
– Estamos llegando a fin de año y la ley de Humedales duerme en la Comisión de Agricultura, ¿Faltó decisión política por parte del ejecutivo para que avanzara?
– El trabajo realizado desde la Comisión de Recursos Naturales fue mancomunado con distintos bloques políticos, profesionales y organizaciones ambientales y sociales. Hicimos todos los esfuerzos políticos y técnicos para alcanzar un dictamen unificado de once proyectos de ley con estado parlamentario. Consideramos que en este contexto donde el mundo está debatiendo la mitigación del cambio climático y esquemas de compensación, es fundamental que la Argentina avance en su ordenamiento ambiental del territorio y en inventario nacional de humedales, previniendo de esta manera el avance corporativo sobre la frontera agropecuaria o la quema intencional. Actualmente tenemos algunas discusiones técnicas en torno a la Ley en la Cámara de Senadores. Nos parece fundamental, como a lo largo de todo el proceso librado, que podamos definir correctamente lo que es un humedal, los rasgos distintivos a una superficie terrestre y acuática y su valor ecosistémico intrínseco, siendo la única posibilidad de hacer un uso racional de los mismos. Nuestro país debe salir de la falsa contradicción entre producción y protección del ambiente, eso nos abriría la ventana a transitar el cauce legislativo y aprobarlo en el recinto. Tenemos un modelo productivo primarizado y dependiente, y los principales defensores del mismo impiden la aprobación de nuestra Ley de Humedales: el negocio inmobiliario y las corporaciones y multinacionales ligadas al agro son las responsables. Hace algunos meses a causa de la bajante del Río Paraná que trajo consecuencias sobre el ecosistema y el trabajo de nuestros pesqueros, cientos de personas se movilizaron al Congreso. Debemos entender como pueblo que los humedales son provechosos racionalmente para la agricultura, la pesca, el pastoreo, la recreación y el turismo; y al mismo tiempo, y más en este contexto internacional, son reguladores del clima, mantienen fuentes y caudales de agua, regulan inundaciones y sequías. No podemos dejar que la acción antrópica siga depredando. Más de mil millones de personas en el mundo dependen de ellos para su sustento y el 40% de las especies de la tierra viven y se reproducen en humedales.

– Recientemente se presentó el proyecto de Ley de Envases con Inclusión Social, ¿Por qué este proyecto es fundamental para los cartoneros y los recicladores?
– Es una ley que permitirá mejorar las condiciones de trabajo del sector y aumentar los índices de reciclado. En Argentina tenemos al menos 150.000 cartoneros y cartoneras que realizan una labor fundamental para la gestión sustentable de los residuos. Cada cartón, cada lata o botella que recuperan es un problema menos para la gestión municipal de los residuos. Es hora de reconocer ese trabajo. Gracias a su esfuerzo se evita que estos materiales terminan en basurales o contaminando los cursos de agua. Y en cambio, pueden volver a la industria para convertirse en nuevos productos. Por eso necesitamos fortalecer los circuitos de reciclado en todo el país promoviendo lo que se conoce como “separación en origen” de los residuos, la recolección diferenciada de lo que se puede reciclar y lo que no. Esta ley va a permitir eso: que las y los cartoneros trabajen mejor y reciclen más.
– El proyecto se basa en el principio de “responsabilidad extendida al productor” ¿que implica esto?
– Implica que cada cual asuma la responsabilidad que le corresponde en el cuidado de la casa común. Las empresas que colocan envases en el mercado tienen responsabilidad en lo que sucede con esos envases después de consumido el producto. Deben brindar una solución. En primer lugar, guiándose por criterios ecológicos y no sólo de marketing en el momento del diseño. Los envases deben ser amigables con el ambiente. Que sean fácilmente reciclables. Que incorporen materia prima reciclada en su elaboración. En segundo lugar, asumiendo los costos de gestión adecuada de esos envases. La ley prevé dos opciones: la organización de sistemas de envases retornables por parte de las empresas o el pago de una tasa que cubra los costos de la gestión.
“Todavía tenemos 5000 basurales a cielo abierto en la Argentina”.
– ¿En términos ambientales qué beneficios traería la ley?
Los beneficios son múltiples y no sólo ambientales. Es una ley que fomenta el reciclado. Eso significa menos extracción de recursos naturales al reemplazar materia prima virgen por reciclada. Además del ahorro energético que implica. Por lo tanto también en términos de emisiones tendríamos una disminución. Por otro lado, es una ley que brindará un impulso significativo al ordenamiento en el tema residuos. Todavía tenemos 5000 basurales a cielo abierto en el país. El 40 por ciento de los residuos que llega a esos lugares es reciclable. El objetivo entonces es reducir el enterramiento porque hay materiales que pueden ser recursos y aprovecharlos. Esto potencia la industria del reciclado y también genera puestos de trabajo.
– ¿En Argentina hace falta una ley territorial marco que pueda establecer cómo deben utilizarse los ecosistemas?
– Soy de los que creen que las leyes deben aplicarse. Tenemos distintas leyes ambientales que han sido fruto de luchas políticas y ambientales de muchos años. Lo que realizamos desde la Comisión de Recursos Naturales, invitando a todos los actores políticos y territoriales de las provincias para aprobar la Ley de Humedales, es una expresión. A veces parece que las discusiones se terminan en una ley, pero nuestro pueblo ya se encuentra discutiendo y organizándose hace mucho tiempo y permanentemente. Quienes enfrentan el avance de la frontera agropecuaria son las organizaciones campesinas e indígenas. La ley debe ser expresión de eso. Nuestro país tiene una Ley General del Ambiente con un conjunto de principios de protección, no regresión y responsabilidad, al mismo tiempo que obliga al ordenamiento del territorio y la participación pública ciudadana. El año pasado aprobamos también el Acuerdo de Escazú, permitiendo a las organizaciones, las y los ciudadanos, y cualquier ente, acceder a la información ambiental. Aprobar una Ley de Etiquetado nos permite discutir a futuro un modelo de producción y alimentación distinto, y actualmente nos encontramos discutiendo una ley de evaluación de impacto ambiental para prevenir inversiones y obras que no protejan el ambiente y nuestras generaciones futuras. De manera general, necesitamos modificar nuestro paradigma, y toda nuestra legislación debe estar bajo el paraguas del paradigma ecocéntrico, vivimos y nos desarrollamos con la naturaleza, no sobre ella.

– En la Cumbre climática de Glasgow se reunieron 200 líderes para enfrentar de forma urgente la emergencia climática. ¿Cree que esto implicará cambios contundentes para el ambiente, o como dice Greta Thumberg es puro “bla bla bla”, siendo que estuvieron ausentes varios países desarrollados, que son quienes más responsabilidades tienen en la emisión de gases de efecto invernadero?– En primer lugar, nos parece fundamental que nuestro gobierno esté predispuesto a discutir la transición climática, y que el primer hecho importante haya sido la inversión productiva-ambiental en hidrógeno verde, permitiendo no solo generar fuentes de trabajo sino también desarrollando una tecnología del futuro que no daña el ambiente a partir del uso de masas de agua oceánicas. El país lo necesita. El sector energético produce la mayor emisión de gases, más del 80%. Definitivamente la no participación de potencias mundiales como China y Rusia hacen que los acuerdos sean más débiles, pero me parece que es parte de una discusión geopolítica mundial donde sus líderes se encuentran disputando roles hegemónicos tras un Estados Unidos y una Unión Europea con complicaciones económicas y políticas. Los países más desarrollados son más responsables política y ambientalmente de que más de las emisiones de CO2 presentes en la atmósferas en la historia se dieran en los últimos 25 años de este sistema capitalista depredador. Los países ricos del Norte Global son responsables del 92% de las emisiones que provocan el calentamiento y el 10% más rico de la población causa el 50% de las emisiones. Como decía anteriormente debemos discutir el paradigma productivo y concentrador. El rol que le toca desempeñar a Gran Bretaña como anfitriona en este cónclave internacional es fundamental, ya que la inclusión de los reclamos de países del Sur Global deben ser tenidos en cuenta. En 2015 el Norte Global se comprometió a girar compensaciones por 100 mil millones. La COP26 debe ser el escenario para que los países como Argentina en desarrollo, puedan alcanzar objetivos concretos. Es fundamental que terminemos de darle forma jurídica y legal al artículo 6 del Acuerdo París del 2015, dejando claro los mecanismos de compensación y financiamiento. El Sur Global necesita que los bancos de desarrollo comprometan sus carteras y reciban inyecciones de capital del Norte Global. Tenemos una posición política internacional muy clara, la Argentina es deudora financiera pero acreedora ambiental y vamos a poner en valor nuestros recursos naturales para la mitigación del cambio climático. Buscamos y queremos que los organismos internacionales escuchen y acepten nuestro reclamo, para poder desarrollarnos y no aumentar los niveles de temperatura, que de hecho ya están superando el 1,5° definido por los científicos de la ONU. Necesitamos las inversiones y el capital de las fuentes de financiamiento internacional, generando un gran pacto de solidaridad ambiental como propone nuestro presidente Alberto Fernández. La crisis sanitaria y económica mundial que logramos superar nos presenta nuevas oportunidades como humanidad, innovar deuda ambiental como categoría de acreedores ambientales nos da peso y valor internacional como país soberano.