La secretaria de Inclusión Social del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, Laura Alonso, explicó los alcances del nuevo programa Sembrar Soberanía Alimentaria – que apoyará la producción, elaboración y distribución de alimentos de la agricultura familiar – y formuló duros cuestionamientos a las medidas puestas en práctica por el gobierno de Cambiemos. “El macrismo degradó la política alimentaria, no solo en términos de financiamiento, sino también en potencia y alcance”, afirmó.
“Asumimos con una emergencia alimentaria ya declarada, y la pandemia vino a profundizar ese deterioro social que ya existía, por lo que toda la política alimentaria se volcó principalmente a la asistencia”, destacó la funcionaria en diálogo con Contraeditorial.
El programa Sembrar Soberanía Argentina está destinado a productores de la agricultura familiar.
Respecto a ese trabajo de asistencia, Alonso explicó que “llevan invertidos 60 mil millones de pesos en distintas modalidades, como la compra de comida y la Tarjeta Alimentar que llega a un millón y medio de personas, y a 2.800.000 niños y niñas de 0 a 6 años”.
Asimismo, la funcionaria remarcó que en el marco de la pandemia “se revalorizó la asistencia a los comedores escolares, que cubren a los niños de 6 a 12 años que asisten al nivel primario”, aunque reconoció que en los comedores se “terminaron entregando bolsones de alimentos para toda la familia”.

Otra herramienta que destacó Alonso fue la asistencia directa a los comedores a través de transferencias monetarias, en el marco de la multiplicidad de instrumentos que se generaron para dar cobertura a unas 11 millones de personas.
Sembrar Soberanía Alimentaria
La funcionaria también se refirió al nuevo Programa Sembrar Soberanía Alimentaria, una herramienta de financiamiento que lanzó el Ministerio de Desarrollo Social para fortalecer el vínculo del Estado con los desarrollos locales, además de fomentar modelos de producción agroecológicos.
“Se llevan invertidos 60 mil millones de pesos en distintas modalidades de asistencia alimentaria”.
Sembrar Soberanía Alimentaria viene a complementar el programa Prohuerta, que cumple 30 años de funcionamiento, y está destinado a productores de la agricultura familiar que no solo se autoabastecen, sino que producen a nivel local y regional.
“Otra de las políticas vinculadas a la producción de alimentos es el programa Prohuerta, que funciona desde el Ministerio de Desarrollo Social y el INTA. Lo que advertimos fue que alcanza a cierta escala de productores, pero que no resulta suficiente para atender la situación de muchos otros que hoy se están dedicando a producir en las zonas periurbanas”, explicó Alonso.

En este sentido, resaltó que con los productores de la agricultura familiar se pueden pensar nuevos modelos de producción de alimentos que resulten más sanos para el ambiente y las personas. “Es en esos lugares donde nosotros podemos discutir el modelo alimentario. Encontramos enormes ventajas en la producción agroecológica, no solo en términos económicos, sino en la calidad de lo que se produce” subrayó.
“En los comedores escolares se terminaron entregando bolsones de alimentos para toda la familia”.
Consultada sobre qué implica pensar en la tan mencionada soberanía alimentaria, la funcionaria manifestó que se trata de comenzar a “discutir la matriz y el modelo de producción de alimentos”. “También implica – agregó – revisar un montón de cuestiones ligadas a qué comemos, cómo se producen los alimentos y cómo trabajan los productores”. Al respecto, consideró “importante” acompañar y poner el foco en los productores “que están pasando del modelo tradicional – vinculado a los agroquímicos – al modelo agroecológico”.
Educación nutricional
Es un error considerar que cuando se habla de políticas alimentarias, todo se limita a la producción, compra o distribución de alimentos. En realidad, la educación nutricional es otro de los pilares fundamentales de una verdadera política integral, según señaló la secretaria de Inclusión Social.

“La política alimentaria tiene una pata muy grande en la asistencia, pero también desarrollamos con un grupo de nutricionistas una política muy activa en relación a la educación nutricional”, afirmó.
En este contexto, se están desarrollando encuentros con responsables de comedores escolares para plantear ciertos parámetros fundamentales en materia de educación alimentaria.
Al respecto, Alonso señaló que “la educación alimentaria también está vinculada a la cuestión cultural”, por lo que es preciso contemplar y, sobre todo, recuperar “muchos hábitos alimentarios vinculados a cuestiones ancestrales de las distintas regiones de nuestro país”.
“Es necesario que recuperemos la ingesta de ciertos productos autóctonos que quedaron fuera de la dieta de los argentinos”.
“Es necesario – insistió – que recuperemos la ingesta de ciertos productos autóctonos, como la quinoa en el norte de nuestro país, en nuestros hábitos alimentarios. Aportan un valor nutricional enorme y, en los últimos años, han quedado fuera de la dieta alimentaria de los argentinos”.
Producción y trabajo
Otro de los objetivos del programa Sembrar Soberanía Argentina es la posibilidad de generar nuevos puestos de trabajo, y por lo tanto, incluir a un mayor número de personas a la actividad productiva.
“Nosotros estamos convencidos de que no hay mejor forma de incluir que la de generar trabajo. Y este programa tiene la fuerte vocación de ampliar las posibilidades de muchos”, aseguró.
Finalmente, Alonso hizo hincapié en que Sembrar Soberanía Alimentaria es un instrumento que “fortalecerá el vínculo entre el Estado y el desarrollo local”, y que va más allá de una tradicional articulación con las organizaciones del sector, para estar más cerca de los pequeños productores.