Entrevista realizada a Andrés Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires, en el programa “Caballero de Día”, que se emite de lunes a viernes de 10 a 12 por AM 990.
– Roberto Caballero: Primero que nada me quería remontar al fallo de la semana pasada del tema del Memorándum, para ver si vos tenés alguna explicación, una lectura política de lo que ha sido un fallo que en términos jurídicos es impecable. Digo, si no hay delito, no hay delito. Si no hay delito no se puede condenar a nadie; si no hay delito hay que cerrar la causa. Desde el punto de vista jurídico, está claro. Pero desde el punto de vista político: ¿qué lectura hiciste de esa resolución del Tribunal Oral Federal 8?
– Andrés Larroque: Bueno, me parece que es una muestra de insanía de nuestro poder judicial. Es esencial que para que funcione el Estado de derecho, la República y la democracia, los tres poderes siempre estén de cara a la sociedad.
– RC: Me pareció que era una pregunta pertinente para alguien que estuvo seis años requerido por una causa que se armó en base a ningún delito. Y eso es lo que ha resuelto el tribunal oral. Entonces, obviamente, imagino mucha alegría por lo que ha sido ese fallo pero también con una lectura política porque esto sucede ahora, y no hace tres años.
– AL: Lógicamente, hay que reconocer que esto es lo que planteó desde el primer momento el mismo Poder Judicial en distintas instancias, el juez (Daniel) Rafecas, la Cámara en su momento, el propio fiscal de Casación. Pero, bueno, por la intervención política y claramente comprobada del ex-presidente Mauricio Macri, esta causa se reabrió. Y no solo se reabrió, sino que se conectó con otra denuncia que había hecho después (Claudio) Bonadío, en su momento, para claramente tratar de tendenciarla hacia el lugar que ellos buscaban, que fue desde un primer momento, usar la denuncia para tergiversar el proceso electoral de 2015. Y luego, por supuesto, para plasmar la persecución política de Cristina y al conjunto de personas que estaban implicadas en la denuncia.

– RC: Hablamos con Javier Timerman, hermano de Héctor, y nos decía que más allá de la actuación de la parte del Poder Judicial más complicada con el macrismo, a él lo había sorprendido la falta de solidaridad de ciertos sectores que habían creído a pie juntillas lo que se denunciaba sobre, nada más ni nada menos, Hector Timerman. ¿Sentiste algo parecido a lo largo del proceso vos?
– AL: Sí, en el caso de Héctor eso ocurrió y fue muy notorio. En el caso mío, al principio, lo que hubo fue mucha confusión por parte de los compañeros y las compañeras porque te hacen una denuncia de esa magnitud, e inclusive en algún momento, Bonadio le agregó la calificación de “traición a la patria”. Pero cuando las cosas se fueron conociendo, cuando nosotros pudimos leer esas 300 fojas de la impresentable denuncia de (Alberto) Nisman y lo pudimos compartir con los compañeros y compañeras más cercanas, esa confusión desapareció. Nadie dudaba de nosotros pero se construyen mentiras de tal magnitud que siempre es necesario poder explicar y aclarar. Finalmente me parece que con la intervención de las distintas instancias, fue notorio que era una denuncia absolutamente descabellada, y la reapertura lo único que hizo fue sumarle rasgos bochornosos a lo que siempre careció de sentido jurídico.
“Hay una deuda urgente a saldar y es la deuda interna”.
– Néstor Restivo: Te queríamos llevar al tramo final, si se quiere, de la campaña electoral para las elecciones de noviembre. ¿Cómo estás viendo la campaña, la reacción de la gente en el territorio bonaerense? Uno entiende que hubo desgano, críticas y eso se está revirtiendo, no tanto con las medidas en sí, sino con el trabajo militante en el día a día. ¿Qué estás viendo en el territorio de la provincia?
– AL: Yo creo que el resultado de las PASO funcionó como un despertador. Más allá del resultado y de la elocuencia de los líderes, nos tomó por sorpresa claramente. Vivimos un momento absolutamente excepcional: el distanciamiento que generó la pandemia, la dinámica propia de los protocolos, la forma en que nosotros encaramos la pandemia que tenía que ver con la situación sanitaria que teníamos. Lógicamente, la oposición, que nunca, o por lo menos ya hace bastante tiempo no había prestado atención a ese tipo de restricciones, ya venía realizando actos y actividades que tienen que ver más con la normalidad, y quizás nosotros entramos a la campaña en modo pandemia. Me parece que ahora la situación es otra, a partir de la campaña de vacunación hemos recuperado niveles altos de normalidad y eso también se plasma en la campaña.
– RC: La sociedad en general votó al Frente de Todos en su momento, entre otras cosas, porque era y, sigue siendo creo yo, la esperanza de construir algo alternativo al neoliberalismo. Después de la última crisis, que estuvo derivada un poco de la elección, ¿la unidad está en riesgo? ¿Se han suturado ciertas heridas? ¿O siempre va a ser una unidad en la tensión?
– AL: Yo creo que en el 2019, claramente la gente se expresó contra el neoliberalismo y el macrismo, y hoy me parece que lo que nos está pidiendo es mayor claridad respecto a un proyecto nacional que tiene que resolver tanto dolor atravesado producto de la pandemia económica y producto de la pandemia sanitaria. Creo que nosotros tenemos que ser muy claros respecto a ese camino y a los objetivos. Desde ya, la unidad es un activo per se que tiene el Frente de Todos desde el 2019, y lo que nosotros debemos mostrar es cómo damos a esa unidad un perfilamiento más claro respecto a cuáles son los debates y necesidades de la sociedad. Cuando ya en el 2019, la situación era muy grave y hoy con todo lo que agregó la pandemia, claramente me parece que se debe profundizar y ser sumamente claros respecto a cuál es el rumbo del país y en el caso nuestro, de la provincia de Buenos Aires.

– NR: En el cambio de gabinete, ante la incorporación de intendentes y demás, ¿qué estás viendo como una dinámica diferente a lo que era el gobierno de Axel en términos de construcción política y recuperación del electorado?
– AL: Cuando se da un resultado con estas características, sí o sí, hay que dar señales, me parece que tanto a nivel nacional como en la provincia se buscó generar esas señales para la ciudadanía y también para la propia dirigencia política. En el caso nuestro, me parece que lo que se buscó es esa cotidianeidad de coordinación natural que se podía dar, que se comience a desarrollar dentro del gabinete que lo hace mucho más eficaz, más profundo. Y que ello también da una idea de integración del conjunto de la fuerza política, porque a diferencia de lo que ocurre a nivel nacional, quizás un poco en el caso de la provincia de Buenos Aires, había una demanda de ciertos sectores de sentirse más parte. Se tomó esa decisión y entendemos que ha sido para bien.
– RC: Causó mucho revuelo el tema del anuncio del gobernador Kicillof de garantizar el viaje de egresados a pibes y pibas que terminen el secundario. La mayoría de las críticas, más allá de la cuestión electoralista, traducen cierto prejuicio alrededor de este tipo de cosas. ¿Qué se le puede responder a esos sectores que creen que está bien subsidiar otro tipo de cosas y no un viaje de egresado de pibes y pibas en la provincia de Buenos Aires?
– AL: Sí, que viene de la comprensión de cómo funciona la economía, porque más allá de la cuestión reparatoria para aquellos pibes y pibas que la pasaron tan mal, sabemos lo que significaron las restricciones que afectaron a todos los sectores de las sociedad, pero cuando sos joven la necesidad de esparcimiento y la misma dinámica de la vida fue muy afectada por esas restricciones. Pero bueno, más allá de esa situación y con una honda preocupación en recuperar lo perdido en materia educativa, también estuvo la ampliación del programa ATR, el agregado de clases los días sábados para recuperar aquellos contenidos perdidos y la contratación de 30000 docentes a los efectos de poder responder a esa demanda. Más allá de todo eso, hay una incomprensión de cómo funciona el ciclo o proceso económico, cosa que no pasa en otros países. Porque si nosotros observamos el nivel de inversión social que ha desarrollado el propio Joe Biden en Estados unidos, o inclusive Jair Bolsonaro en Brasil, me parece que los sectores liberales de la Argentina no tienen una comprensión clara de qué rol debe tener el Estado para dinamizar el proceso económico, sobre todo en una situación de crisis como la que tenemos. En ese sentido, más allá de la cuestión preparatoria y de lo que tiene que ver con poder asistir al conjunto de los sectores sociales en la provincia, también hay una razón pragmática económica que parece que ellos pierden de vista porque fundamentalmente creen que el Estado solo está para financiar sus negocios y no para resolver los problemas de la gente.
“Los sectores liberales creen que el Estado solo está para financiar sus negocios”.
– RC: El otro día Máximo Kirchner, presidente del bloque del Frente de Todos, planteó que cuando la oposición siente que tiene un poquito de poder, como pasó en las PASO donde se vieron triunfantes, empiezan a pensar en términos de sacar de la presidencia y de la Cámara de Diputados al oficialismo, y empiezan a pensar en trabar el funcionamiento, incluso, de las instituciones. ¿Vos creés que ahí hay un riesgo? Porque por un lado tenés una Corte Suprema, que es una cabeza de los tres poderes del Estado, que no da demasiadas garantías, ésta es mi opinión por supuesto, y por el otro puede ser también que funcione ya ni siquiera como un grupo A, sino que incluso vayan por la presidencia de la Cámara de Diputados. ¿Puede generar esto alguna complicación en el funcionamiento de las instituciones y en la gobernabilidad de acá al 2023?
– AL: Mira, nosotros tenemos la reciente experiencia del gobierno de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal en la provincia, que mostraron que las instituciones para ellos son plastilina, las instituciones republicanas y aquello de lo que tanto se jactan cuando les toca tener una posición dominante. Por supuesto que no tienen empacho en hacer uso y abuso y traspasar todo límite a la hora de saciar sus ambiciones. Y la verdad que resultan muy preocupantes estas expresiones que ha planteado la ahora candidata a diputada en la Ciudad María Eugenia Vidal, porque nosotros tenemos el antecedente histórico, no sólo de la presidencia de Mauricio Macri, sino también de aquel experimento o esperpento, como le queramos llamar, que fue el grupo A y que tantos dolores de cabeza le trajo a la Argentina. Porque finalmente no piensan en la sociedad ni en la gente y siguen sus propias ambiciones, y nunca hay que dejar de recordar que estamos viviendo un momento muy delicado. Aunque Clarín quiera permanentemente decirnos que en la Argentina no hubo pandemia y pareciera que es el único país del mundo que desarrolló su gobierno en condiciones de normalidad, porque de esa manera juzgan la gestión tanto de Alberto como de Axel, hay que recordar que estamos en un momento híperdelicado que exige la mayor de las responsabilidades para toda la dirigencia política.
– RC: La última tiene que ver con el Fondo Monetario. Allí se está negociando en virtud, me imagino yo, de una idea que es obviamente, reestructurar esa deuda impagable. Creo que el presidente dijo 19 mil millones de dólares que habría que pagar si no se llegara a ningún tipo de acuerdo. ¿Cómo creés que tiene que ser ese acuerdo? ¿Cómo creés que se tiene que plantar el gobierno en relación al Fondo Monetario para resolver el asunto?
AL: -Yo creo que hay una deuda urgente a saldar y es la deuda interna. Esto ya ocurría en 2019, ni hablar ahora que el conjunto de la sociedad lleva sobre sus espaldas el peso de la pandemia. Esto ha sido hablado hasta el hartazgo: acá quien tiene la responsabilidad es el Fondo, es decir, no puede estar la sociedad argentina en vilo por el Fondo, sino que es el Fondo, en todo caso, el que tiene que estar en vilo por el desastre que, ha confesado, realizó en función de solventar las aspiraciones políticas de Mauricio Macri, y la cantidad de recursos que se otorgó a Argentina a simple efecto de sostener un gobierno neoliberal. Cuando nosotros vemos que ese mismo volumen de recursos es el que aporta el Fondo para que el conjunto de los países puedan atravesar esta situación de pandemia. Es decir, le dieron lo mismo a Mauricio Macri para sostener la fiesta neoliberal en Argentina, que lo que están aportando para que el mundo enfrente la pandemia. Entonces me parece que ese solo dato habla las claras de una situación que debería avergonzar al Fondo, y el Fondo es el que debería poder plantear las respuestas a esas incongruencias que ellos mismos han generado.
*Producción: Camila Valsangiacomo