La diputada nacional del Frente de Todos, Florencia Lampreabe calificó de “inédita e histórica” la decisión del intendente de Hurlingham, Damián Selci, de otorgar a las trabajadoras municipales un adicional de 3.000 pesos por las tareas de cuidado que realizan.
En diálogo con Contraeditorial, la autora de un proyecto de ley que, precisamente, propone el reconocimiento de las tareas de cuidado que realizan las mujeres, afirmó que “es la primera vez que un municipio a nivel nacional, y por lo que estuvimos rastreando a nivel mundial, toma una iniciativa que reconoce los trabajos de cuidado de manera material, es decir, como parte del salario”. “Y además – agregó – que reconoce que somos las mujeres las que mayormente llevamos adelante ese trabajo que no está reconocido”.
La Municipalidad de Hurlingham pagará a las mujeres un adicional de 3.000 pesos por las tareas de cuidado que realizan en sus hogares.
El adicional de 3.000 pesos por tareas de cuidado sólo lo cobrarán las trabajadoras y se incorporará en el recibo de sueldo como un ítem más, junto al presentismo y otros conceptos.
Al respecto, Lampreabe manifestó que se relevó a nivel nacional que las tareas de cuidado “representan el 15 por ciento del PBI y son la principal actividad económica”, por lo que el reconocimiento del municipio de Hurlingham “es un paso fundamental en términos del reconocimiento de un trabajo que no es amor, sino trabajo no pago”.
Consultada sobre si esta iniciativa se puede hacer extensiva a otros municipios, Lampreabe indicó “que tanto la remuneración como la jerarquización de estas tareas es una línea en la cual se puede empezar a trabajar; además de ser, por supuesto, un ejemplo para otros municipios y entidades públicas y privadas”.

El proyecto que Lampreabe presentó en la Cámara Baja, junto a la diputada Paula Penacca, va en el mismo sentido que la iniciativa propuesta por el municipio de Hurlingham. “Básicamente lo que establece es una remuneración, una asignación por trabajos de cuidado a todas las mujeres en todo el territorio nacional”.
El texto plantea en su espíritu esencialmente lo mismo que Selci llevó adelante en su municipio: remunerar el trabajo de cuidado como una política de género, de reducción de la diferencia de oportunidades entre varones y mujeres.
El proyecto de Lampreabe propone remunerar el trabajo de cuidado como una política de género, de reducción de la diferencia de oportunidades entre varones y mujeres.
“Las mujeres tenemos nuestra vida comprometida al cuidado de otras personas: hijos, hijas, las tareas domésticas, también de personas enfermas, y de la limpieza. Esto condiciona muchas veces la situación en la cual llegamos a jubilarnos, y en la vida misma condiciona nuestros ingresos”, subrayó la politóloga.
En este sentido, Lampreabe explicó que esta es una de las causas por la que las mujeres se encuentran en los deciles más pobres de la sociedad. “La desigualdad en la distribución de las tareas de cuidado explica, en gran medida, un fenómeno que se conoce como la feminización de la pobreza y, también, la infantilización de la pobreza. Por eso decimos que el reconocimiento de las tareas de cuidado además de ser una política de género, es un política redistributiva, porque reduce la desigualdad social”, agregó.

Con respecto a cómo la pandemia visibilizó la desigualdad entre varones y mujeres a la hora de realizar las tareas de cuidado, la diputada de FdT explicó que las medidas sanitarias impuestas a causa del COVID19 “pusieron en evidencia algo que los feminismos vienen instalando hace tiempo, un debate para visibilizar esas tareas que quedan en el marco de la privado, de los hogares”.
Asimismo, Lampreabe señaló que en la sociedad está instalada la idea de que “hay un trabajo que ocurre afuera, que es de primera categoría, y hay un trabajo que ocurre dentro del hogar, de segunda categoría”. A su vez, especificó que “tareas feminizadas, como la enfermería y las tareas de limpieza, son las más precarizadas y peores pagas”.
Finalmente, marcó que hay que trabajar en la jerarquización de las tareas de cuidado, lo que significa “ponderar de otra manera” esos trabajos, y generar, a su vez, más ámbitos donde las mujeres puedan descargar parte de esas tareas, como espacios de cuidado en los propios lugares de trabajo.