La empresa europea Airbus anunció a mediados de abril el cumplimiento de la revisión final de diseño de la nueva plataforma satelital europea OneSat. El cumplimiento de este hito deja más cerca el final del desarrollo de esta innovadora solución. Los satélites fabricados a partir de esta línea de productos, conocidos como satélites definidos por software (software-defined satellite, SDS), son totalmente flexibles y reconfigurables en órbita. Estas características permiten ajustar el área de cobertura, la capacidad y la frecuencia de operación del satélite de manera de adaptarse a los distintos escenarios que el mercado demande.
El desarrollo de OneSat lo está llevando adelante Airbus con el apoyo y financiamiento de la Agencia Espacial Europea (ESA), la Agencia Espacial de Francia (CNES) y la Agencia Espacial del Reino Unido (UKSA). En un mercado cada vez más competitivo, como lo es el de las comunicaciones satelitales, las agencias espaciales europeas se esfuerzan para estimular la innovación en la industria, mejorando las soluciones espaciales. El objetivo es claro: mantener el liderazgo y soberanía europea en materia de industria satelital, la competitividad y crear puestos de trabajo.
Inversión estatal europea
La iniciativa OneSat está enmarcada dentro del programa ARTES (Advanced Research in Telecommunications Systems) de la ESA. Este programa de la Agencia Espacial Europea, que ya tiene muchos años de vida, es uno de los que más se orientan al negocio y tiene como objetivo dar soporte al desarrollo de productos y servicios avanzados e innovadores en el ámbito de las comunicaciones satelitales.
Neosat y OneSat son ejemplo de inversiones estatales que finalmente se traducen en éxitos comerciales.
Previamente al programa OneSat, ARTES apoyó desde 2015 el desarrollo del proyecto Neosat que tuvo como resultado las plataformas Spacebus Neo de Thales Alenia Space y Eurostar Neo de Airbus. Hasta el momento más de 10 satélites con esta tecnología fueron vendidos a distintas empresas operadoras. Consultoras especializadas estimaron que por cada euro invertido en el proyecto Neosat los participantes obtienen un retorno de 20 euros.
Neosat y OneSat son ejemplo de inversiones estatales que finalmente se traducen en éxitos comerciales que permiten no solo atender la demanda propia de conectividad satelital, sino que también resultan en productos y servicios que se exportan y generan ingresos de divisas. En este sentido, el jefe de Sistemas de Telecomunicaciones de Airbus, François Gaullier, dijo en relación a los avances en el programa OneSat: “Esto fue posible en gran medida gracias al apoyo clave de las agencias espaciales, que refuerza aún más la competitividad industrial europea y el empleo, preservando la soberanía de Europa en el Espacio”. Elodie Viau, de la Agencia Espacial Europea (ESA), agregó: “Estos proyectos de asociación permiten a la industria participar en esfuerzos ambiciosos y desafiantes para acompañar la transformación del mercado de las comunicaciones por satélite, fortalecer el liderazgo europeo y, en última instancia, garantizar que nuestros ciudadanos estén mejor conectados“.
La plataforma OneSat no solo representa un adelanto en materia de sistemas espaciales y de comunicaciones, los exigentes plazos de desarrollo propuestos requirieron de innovaciones en la organización y metodología de trabajo conjunto entre Airbus, responsable principal del desarrollo, y sus socios industriales, los clientes y las agencias espaciales involucradas.
En 2016 la Alianza Cambiemos decidió suspender la fabricación del satélite ARSAT-3.
Airbus actualmente lleva vendidas 7 plataformas OneSat (de las cuales tres corresponden a Inmarsat para sus satélites GX7, GX8 & GX9, una al operador australiano Optus, y dos a Intelsat) y 8 Eurostar Neo, convirtiendo a estas dos nuevas plataformas en protagonistas en el mercado de los satélites geoestacionarios de comunicaciones.
Ley de desarrollo de la Industria Satelital
Argentina opera hoy, a través de la empresa de capital estatal ARSAT, los satélites geoestacionarios ARSAT-1, lanzado el 16 de octubre de 2014, y ARSAT-2, puesto en órbita el 30 de septiembre de 2015. Estos satélites fueron desarrollados y fabricados por la empresa rionegrina INVAP sobre la plataforma ARSAT-3K, cuya propiedad intelectual corresponde al operador satelital nacional.
El mismo día del lanzamiento del ARSAT-2 la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció el envío al Congreso de un plan para que la empresa estatal ARSAT continúe impulsando el desarrollo de la industria satelital en el país. El proyecto se denominó Plan Satelital Geoestacionario Argentino 2015-2035 y fue aprobado y promulgado como Ley 27.208 o Ley de Desarrollo de la Industria Satelital. El Plan Satelital Geoestacionario Argentino preveía un programa de desarrollo y de fabricación que incluía dos satélites con plataforma ARSAT-3K, la fabricación de cuatro satélites con la plataforma ARSAT-3H, de propulsión híbrida, y el reemplazo de los satélites ARSAT-1 y ARSAT-2 con satélites de propulsión completamente eléctrica, es decir, ocho satélites en total.
El desarrollo de las nuevas plataformas nacionales iba a ser solventado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, mientras que la fabricación de los satélites se financiaría con fondos propios de ARSAT y con fondos de organismos de crédito nacionales e internacionales. A fines del año 2015, el desarrollo del tercer satélite argentino comunicaciones, ARSAT-3, ya se había comenzado.
La cancelación del proyecto ARSAT-3 puso en peligro muchos años de desarrollo de la empresa INVAP en materia satelital y cientos de millones de dólares invertidos por el estado nacional.
En 2016 la Alianza Cambiemos decidió suspender la fabricación del satélite ARSAT-3. Poco después realizó un intento infructuoso de privatización del área espacial de la empresa ARSAT a través de un acuerdo con la empresa Hughes. El gobierno de Macri incumplía así todos los objetivos fijados en la Ley de Desarrollo de la Industria Satelital.
En este contexto desfavorable para la industria espacial nacional, INVAP veía como una posibilidad el desmantelamiento de sus capacidades en materia de desarrollo de satélites de comunicaciones. La solución que encontró la empresa rionegrina a esta problemática fue la asociación con la empresa turca estatal Turkish Aerospace Industries (TAI), controlada por las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa de Turquía. El resultado fue la creación de GSATCOM Space Technologies, una nueva compañía que tiene como meta el diseño y fabricación de satélites de telecomunicaciones geoestacionarios de nueva generación.
GSATCOM está desarrollando una plataforma denominada Small-Geo de alto rendimiento de 2 toneladas de peso con propulsión completamente eléctrica. La financiación de este desarrollo proviene de fondos turcos y la propiedad intelectual resultante será compartida entre TAI e INVAP. Hasta el momento la única plataforma vendida por GSATCOM corresponde al satélite ARSAT-SG1, el tercero de la flota de ARSAT, que el presidente Alberto Fernández anunció en septiembre de 2020 con motivo del lanzamiento del Plan Conectar.
Cinco años después de la cancelación del proyecto ARSAT-3 es posible dimensionar el alto costo que significó el incumplimiento de la Ley 27.208. Este hecho puso en peligro muchos años de desarrollo de la empresa INVAP en materia satelital y cientos de millones de dólares invertidos por el estado nacional para el desarrollo de esta industria. La discontinuidad, en una actividad tan dinámica como la espacial, hizo que la Argentina perdiera la oportunidad de contar con una plataforma totalmente nacional que sirva de base para el desarrollo de su propia industria de satélites de comunicaciones.
*Ingeniero Industrial