Con nuevos impuestos, suspensión de obras y un tijeretazo general en el gasto público, Horacio Rodríguez Larreta presentó su Presupuesto 2021 para la ciudad de Buenos Aires. El jefe de gobierno apeló a una clara estrategia de victimización política, al sostener que este ajuste se debe a la baja en los recursos por coparticipación para su distrito que meses atrás dispuso la Casa Rosada.
Frente a este escenario, la lapicera de Rodríguez Larreta contempla recortes por un lado y una mayor presión fiscal por el otro, con la implementación de nuevos gravámenes a las operaciones financieras con Leliqs y a los gastos con tarjetas de crédito. Dos medidas que el alcalde presentó como inevitables y “transitorias”, pensadas para “compensar” la quita de fondos.
El Jefe de Gobierno porteño eligió la estrategia de la victimización para justificar su política de ajuste.
Para el año próximo, el Ejecutivo porteño estima recursos totales por $587.568 millones y gastos por más de $ 612 mil millones, lo que proyecta un resultado financiero deficitario en $25.074 millones. “Representa un 64% menos que al cierre del 2020, esperando alcanzar para el ejercicio 2022 nuevamente el equilibrio presupuestario”, detallaron los contadores de la Ciudad.
Con el ajuste, el PRO prevé una recaudación en 2021 de $19.700 millones. “De esta manera –sostuvo–, junto a los $32.300 millones estimados por la reducción del gasto, la Ciudad buscará compensar los $52.000 millones que no recibiría en caso de seguir vigente el Decreto 735/20”.
Otra de las medidas previstas es que las operaciones financieras con Leliqs paguen Ingresos Brutos.
Los cambios impositivos acarrean la eliminación de la exención al Impuesto sobre los Ingresos Brutos a las Leliqs y a las operaciones de pases, así como la creación del impuesto a los Sellos a las tarjetas de crédito. Según las previsiones de la Ciudad, las tres medidas permitirían recaudar $10.608 millones por las Leliqs, $1.392 millones de las operaciones de pases y $7.700 millones de los Sellos (un canon estimado de 1,2% a los gastos con tarjetas).

En su mensaje a la Legislatura, el larretismo se refirió a un “presupuesto de contingencia”, a la espera de una resolución de fondo por parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, donde fue a quejarse por lo establecido por Alberto Fernández en septiembre pasado. El presidente dejó sin efecto el decreto por el cual Cambiemos había modificado la coparticipación en favor de la Ciudad –el distrito más rico del país–, lo que supuso una merma del 1,18% para las arcas públicas porteñas.
El Ejecutivo macrista agregó que el recorte para 2021 incluye la “suspensión, ralentización y postergación de obras”, entre ellas, la adquisición de equipamiento policial, trabajos en la red de subte y de ciclovías y el traslado de la cárcel de Devoto y del Mercado de Liniers a la provincia de Buenos Aires.
El gobierno porteño frenará varias obras públicas, entre ellas, los trabajos en la red de subte y los traslados de la cárcel de Devoto y el Mercado de Liniers.
La “austeridad” larretista incluso llegó a un “mantenimiento mínimo y esencial del espacio público” y la revisión de “los grandes contratos y servicios que brinda la Ciudad”, dos áreas donde la administración PRO suele destinar enorme cantidad de recursos. El impacto, por ejemplo, se sentirá en materia de recolección de residuos, donde podría traducirse la frecuencia de recolección.
De acuerdo a la presentación oficial, las áreas sociales como educación, salud y desarrollo social “comprenden la mayor parte del gasto”, en tanto que la seguridad mantendrá “su proporción en el presupuesto total y representa el 15,8 % del total proyectado para el próximo ejercicio, con un crédito previsto de $ 97.084,3 millones”.
El fuerte ajuste provocará una reducción en la frecuencia de recolección de los residuos.
Por otra parte, el presupuesto contiene las mismas variables macroeconómicas que figuran en el proyecto nacional: una variación de la actividad económica del 5,5%, un tipo de cambio de $102,4 hacia fin de año y variación en el nivel de precios del 29%.
La propuesta de Rodríguez Larreta, que llegó con casi dos meses de atraso, ahora deberá ser defendida por el ministro de Economía y Finanzas de la Ciudad, Martín Mura, que el miércoles próximo acudirá a la Legislatura porteña.