El actor Darío Grandinetti afirmó que una de las enseñanzas que dejará la pandemia del Covid-19 es “la necesidad de la presencia del Estado” y consideró que si esta crisis hubiera ocurrido durante el gobierno de Mauricio Macri, la Argentina hoy estaría como el Brasil de Bolsonaro.
“Estamos pidiendo una limosna en comparación a lo que están haciendo otros países”, opinó Grandinetti al referirse al proyecto de un impuesto extraordinario a las grandes riquezas.
Entrevistado por Cynthia Ottaviano en “Volver a las fuentes” (AM 990), el actor también sostuvo que esta pandemia global profundizó las desigualdades y puso en valor el rol del Estado para asistir a la población.
“Las cosas esenciales se siguen comprando, de alguna u otra manera, lo que dejó de comprarse son las boludeces”, afirmó Grandinetti desde España, donde cumple la cuarentena por el coronavirus.
A continuación, la entrevista completa:
– Cynthia Ottaviano: Dario muy buenos días. Te saluda Cynthia Ottaviano desde la Argentina.
– Darío Grandinetti: ¿Qué tal Cynthia? Muy buenos días ¿cómo les va?
“Cada tanto me impongo el ejercicio de no olvidar que hay muchos que están muchísimo peor”.
– CO: Aquí en tiempos de pandemia como se puede, pero contanos vos cómo te está tratando en España.
– DG: Más o menos como a todos. Con la incertidumbre y con la ansiedad de ver cuándo se vuelve a la nueva normalidad, pero también con la convicción de que lo mejor que hay para hacer es mantenernos guardaditos en casa lo más posible. Entiendo que es complicado. Sobre todo si estás confinado en un lugar no muy cómodo, no muy fácil de llevar adelante. Como siempre y en todo momento las desigualdades se notan, se acentúan. Cada tanto me impongo el ejercicio de no olvidar que hay muchos que están muchísimo peor. Pienso “basta, ya no puedo más, ya quiero salir” y queriendo cosas que son irrelevantes. Quiero la cotidianidad pero cuando me agarran esos ataques trato de recordar que hay gente que de verdad la está pasando mal en un momento como este.
– CO: Habrán quedado en evidencia las banalidades en cuanto al consumo que a veces se extrañan, ¿no?
– DG: Sí, yo creo que sí. Otra cosa que creo que va a quedar muy marcada, o al menos es mi deseo, es la necesidad de la presencia del Estado. Incluso aquellos que pretenden achicarlo son los primeros en reclamar que intervengan en situaciones como esta. Entonces a la hora de votar, hay que votar un proyecto que amplíe al Estado para poder después ir a reclamar que lo achiquen. Si achicamos al estado, ¿con qué autoridad moral vamos a reclamar que se ocupen de nosotros cuando lo necesitamos?
– CO: Ocurre que esas contradicciones se dan. Habrá que chequear la información. Aquí están llegando algunas empresas vinculadas al patrimonio de la familia del expresidente, que ahora resulta que están pidiendo el salario complementario que está pagando el Estado, que aquí se llama ATP. Las contradicciones que estamos viendo. ¿Llegan de alguna manera noticias de la Argentina a España? ¿Cuáles son?
“Si la economía no puede funcionar pues entonces será hora de que de verdad digamos: ¡señores, este sistema económico mundial no sirve!”.
– DG: Hoy salió una nota muy importante al ministro de economía, Guzmán, sobre la renegociación de la deuda. Una nota nota bastante objetiva. Últimamente lo que llega, muy a favor de Alberto, es toda su gestión respecto a la pandemia. Se compara a la Argentina como el país de Sudamérica que mejores medidas ha tomado. En ese sentido muy bien, pero fuera de eso no hay otras cosas de las que se ocupe la prensa más que de la pandemia. Por suerte al menos en el diario no leo. Leo en twitter algunas cosas que sugieren algunas mentes en Argentina. Me gustaría que presenten un argumento científico de salud. Ni siquiera un premio Nobel en salud o en epidemiología. Aunque sea de un curandero. ¡De alguien! Un argumento que diga “¡Che! Acá dice este que si hacemos esto no pasa nada, por tal y tal cosa”. Algún argumento que tenga que ver con lo único importante, a lo que la mayoría de los líderes mundiales y ciudadanos le prestan atención hoy, que es la salud. Y si la economía no puede funcionar pues entonces será hora de que de verdad digamos: ¡señores, este sistema económico mundial no sirve!. Porque si no escavás para construir base, para aguantar un empujón de tres o cuatro meses, ¿cómo se le va a pedir que aguante al tipo que cobra un sueldo mínimo?, ¿con qué autoridad se le pide que se ajuste el cinturón cuando el FMI nos lo pide? Este sistema económico no es capaz de aguantar tres meses parado porque no compramos boludeces. Porque en realidad las cosas esenciales se siguen comprando de alguna u otra manera. Lo que hemos dejado de comprar son boludeces que no sirven demasiado (ríe). Es un sistema económico basado en que la gente compre boludeces.
– CO: Ahora, este sistema económico que también es social, es político, es cultural, creés que podrá cambiar después de la pandemia? Hay personas que sostienen que el mundo será otro. Pero en cuanto a lo estructural, a la clave que estás dando sobre cómo tenemos formado el paradigma, ¿creés que tenemos posibilidad de modificarlo?
– DG: La pandemia no va a cambiar nada. Lo único que va a cambiar es que los ciudadanos vamos a tomar nota de lo que está pasando. La gente es la que hace que cambien los sistemas. El pueblo, no las enfermedades. La humanidad ya ha sufrido fiebre amarilla, fiebre española y no cambió nada. Al contrario, se acentuó el capitalismo y la desigualdad. Si bien en estos momentos tan graves y candentes, donde está todo en carne viva aparecen los miserables diciendo las cosas que dicen, echando trabajadores porque no son capaces de aguantar ni siete días, siendo que sus empresas son de las más ricas. Que un presidente haga poner a los muertos en la lista de recuperados porque ya no contagian más, tenemos al presidente de Brasil haciendo las cosas que hace y diciendo las cosas que dice, a Estados Unidos mandando a su gente a tomar lavandina. Con esos líderes y con este panorama, la verdad que no… A muchos de los que he nombrado es probable que los vuelvan a votar. Entonces no es muy esperanzador… La gente cambia y se cuida a la hora de votar pero si vuelve a ganar Bolsonaro y si vuelve a ganar Trump, la verdad que no.
“Mientras está todo en carne viva aparecen los miserables echando trabajadores, porque no son capaces de aguantar ni siete días, siendo que sus empresas son de las más ricas”.
– CO: Aquí se está debatiendo como en países de Europa poner un nuevo impuesto a las riquezas y a las grandes fortunas.
– DG: Es mucho más floja la propuesta argentina que la de otros países. En Alemania quieren aplicarle durante 5 años el 5%, no por una única vez el 1%. En Francia también lo están pensando, acá en España también lo quieren hacer. En Argentina estamos pidiendo una limosna en comparación a lo que están haciendo en otros países.
– CO: Y aún con esa limosna que estamos pidiendo, como vos decís, sabemos que hay una gran resistencia, e incluso cuando se habla del control de fuga de capitales hasta Susana Giménez dijo que felicitaba a los evasores.
– DG: Sí, es parte de una cultura. Cuando el presidente anterior habló del blanqueo en una reunión con los empresarios dijo “…aquellos que sentíamos que el Estado nos estafaba y por eso nos llevábamos el dinero afuera, ahora lo vamos a poder traer, ahora no vamos a tener que escondernos más…”. Casi textual lo estoy recordando. Eso dijo para justificar su estafa. Se llame como se llame y se dediquen a lo que se dediquen, es algo que está prendido en mucha gente. Ha calado en una clase social. Tienen la excusa de “el Estado me estafa entonces me llevo mi plata para que el Estado no me estafe”. Todo esto es parte de una sociedad que celebra al evasor, lo premia, lo justifica y lo defiende. Por supuesto todo esto puede hacerse gracias a la complicidad mediática. Sino, sería imposible.
“No hace falta ser muy imaginativo para darse cuenta lo que podría haber ocurrido en manos del gobierno anterior”.
– CO: Así y todo, con esta reflexión que nos aportás sobre la complicidad mediática, creo que son actores decisivos construyendo en el campo de la opinión pública pero teniendo intereses en el campo económico, incluso ahora en la deuda. Sin embargo, hay personas aquí en la Argentina que en algún momento defendieron la Ley de Medios pero que ahora creen que ya no tiene tanta importancia.
– DG: (risas) ¡Yo qué sé! ¡También hubo un 40% que votó al mamarracho ese que tuvimos como presidente durante 4 años! Y todavía hay gente que lo defiende. Por supuesto que es para defender intereses propios. Les da igual quien sea, este muchacho u otro que hubiesen decidido poner o elevar a la categoría de figura política. Son ellos los titiriteros. Defienden sus propios intereses. Si la mayoría de estas personas tienen bonos en su poder. ¡Pero ya pasó la otra vez! ¿Quiénes eran los principales buitres que apretaban el pago de la deuda y que no entraban en el arreglo anterior? Muchos eran nuestros. Personas conocidas y funcionarios del macrismo.
– CO: Gran parte de esto se retrata en “Tierra arrasada”, no? Vos sos la voz de ese documental que se va a estar estrenando hoy en Cinear.
– DG: Sí. Quiero decir que estoy muy orgulloso de haber formado parte de ese documental. Estoy muy agradecido a Tristán Bauer, Jorge Devoto y todos los que me convocaron para hacerlo, porque me parece que era necesario como aquellas canciones urgentes de los años 70 que había que escribirlas para retratar lo que estaba pasando, y que todavía hoy son recordadas por muchos de nosotros y siguen siendo emblemas e íconos de la resistencia, lucha y una forma de pararse frente a las injusticias. Celebro mucho que se haya hecho esta película e insisto: estoy muy feliz de haber participado y muy contento de que se pueda ver ahora. Es un muy buen momento para recordar y para reflexionar qué hubiera pasado en una situación como esta.
– CO: ¿Qué creés que hubiera pasado?
– DG: Uf! Para empezar imaginate un país que tenga que enfrentar una pandemia sin Ministerio de Salud. ¡Ya eso sólo da para agarrarse la cabeza! Un país con una gobernadora que se ufanaba de no inaugurar ningún hospital. ¿Y el problema que hay con el dengue? No hace falta ser muy imaginativo para darse cuenta lo que podría haber ocurrido en manos del gobierno anterior. Estaríamos como Brasil, como Chile, que son esos países que ponen siempre como ejemplo.
– CO: Darío no quiero dejar despedirte pidiendote con esa sensibilidad de artista que tenés un mensaje para la audiencia argentina.
– DG: Lo único que se me ocurre decirles es que hagan caso a lo que dicen los que saben: los médicos, los epidemiólogos. Todo lo que se está haciendo en la Argentina es en función de los expertos, y no saben todo tampoco. En todo el mundo está pasando lo mismo. Hubo un rebrote en China y se supone que son los que más saben sobre todo esto. Hubo un rebrote en Alemania que es el país que siempre ponen como ejemplo. Confíen. Se está haciendo lo que se tiene que hacer. ¡Hay que quedarse en casa y aguantar, no hay otra! Saldremos bien o sanos, al menos. Las economías se recuperan, las vidas humanas no, como dijo nuestro querido presidente.