A modo de introducción:
El presente trabajo constara básicamente de tres momentos de reflexión, primero vamos a aclarar algunos presupuestos y categorías que resultan ser clave para comprender el alcance de el tema sobre el que queremos reflexionar, en un segundo momento nos introduciremos en el modo de vivir la fe que el pueblo tiene y por ultimo y a modo de conclusión buscaremos la relación que existe entre fe y cultura en el pueblo pobre y trabajador de América latina en general y en argentina en particular, en esta ultima particularidad, hay una novedad que introducir y es propia de nuestro país en términos sociopolíticos y culturales, esta realidad es el peronismo como fenómeno que atraviesa la vida y la política de nuestra patria y de nuestro pueblo, particularidad que no se da en ningún otro país de Latinoamérica y que marca de alguna forma el modo de vivir, la cultura de nuestro pueblo, que a grandes rasgos y en búsqueda de una vida mas digna y mas humana parece ser cristiano y peronista.
1. Pueblo:
Cunado nosotros hablamos de pueblo desde el punto de vista sociológico nos encontramos con bibliotecas enteras que intentan definir y delimitar esta categoría, desde la perspectiva de la teología de la liberación y en particular desde la teología del pueblo, el pueblo es pueblo pobre y oprimido, y de ahí surge la idea de este sujeto colectivo como sujeto de liberación, sujeto que aguarda activamente la liberación, la noción de pueblo de la que nosotros partimos no es una noción socio económica identificando al pueblo con el proletariado urbano/ rural, sino en un sentido histórico cultural, es decir, el pueblo es una categoría símbolo, como también lo es la sabiduría y la cultura popular. que designa a todos los que –sea cual fuere su lugar en el proceso productivo– comparten el mismo proyecto histórico de liberación. La teología del pueblo lo comprende como categoría histórica, ya que únicamente en la historia concreta puede definirse lo que es “pueblo”, en relación con una memoria, una praxis y un destino histórico comunes, y comprende además un ethos cultural que define taxativamente un modo común de vivir, un estilo de vida propio. Convergen en la categoría pueblo tres elementos, un modo de vivir que es praxis popular, una historia que es memoria colectiva y un destino común. Esta categoría pone sobre la mesa la defensa, la trayectoria, el camino que hace una comunidad en busca de la liberación de este ethos cultural concreto.

Este pueblo, así definido y delimitado es a la vez sujeto político y sujeto creyente, uniendo fe y política en la búsqueda histórica de su propia liberación de las estructuras de mal largamente arraigadas en su vida y en el devenir histórico, el pueblo camina por medio de la organización de la comunidad con la liberación como horizonte.
2. Cultura.
Desde la perspectiva de nuestra reflexión, la teología del pueblo en argentina y la teología de la liberación en toda América latina, entiende a la cultura como la define el concilio vaticano II y posteriormente el documento de puebla, como una realidad subjetiva, como un medioambiente en el que se desarrolla e ethos cultural de los individuos y estos como miembros de una comunidad, siendo hijos y padres de su propia cultura, por esto mismo, la cultura desde este punto de vista es una realidad dinámica, que es constantemente creada y creadora retroalimentando así esta relación indisoluble y tripartita entre, individuo, pueblo y cultura. Cada comunidad va así desarrollando su vida en el marco de una cultura que se va transmitiendo con valores profundos e invariables y elementos menos importantes y mas superficiales que van cambiando de forma constante y dinámica.
A esta realidad se suma el hecho de que los grupos humanos, las comunidades, no son estáticas y son diversas, y esa diversidad es creadora de nuevas culturas que convergen entre sí, nuestro país fue conformado y constituido por diversos pueblos, corrientes migratorias y realidades encontradas, indios, mestizos, españoles y así se fue generando un ethos cultural propio de este pueblo, que transita el devenir de la historia. Es así como en nuestro pueblo puede verse que convergen diversas culturas, preponderantemente la cultura popular, relacionada con los pobres y oprimidos, proveniente de una historia de indios y mestizos y la cultura moderna, que se enraíza en la ilustración europea, que se pone de manifiesto sobre todo en las elites de nuestro país y en una clase media desclasada que constantemente mira hacia las potencias imperiales y busca congraciarse y asemejarse a ellas.
2.1. Cultura popular-Fe popular.
Esta categoría resultas clave para nuestra reflexión, dado que es el centro desde donde se vinculan fe y cultura en nuestro pueblo, así como podemos hablar de una cultura popular lejos de las estructuras impuestas por el establishment, también podemos hablar de un cristianismo popular que esta lejos de las grandes estructuras y nace del ADN cultural de nuestro pueblo que transita caminos de esperanza y organización para alcanzar la liberación.
La cultura popular, encuentra su origen en la conquista de América, si bien median cinco siglos de historia y de cultura, podemos situar el origen en el encuentro entre la cultura indígena y la cultura europea, la idolatría y el culto al dios dinero de los conquistadores, y la vehemencia de los evangelizadores que pisaran estas tierras generaron un cambio en el ecosistema cultural de los pueblos originarios, planteando nuevos interrogantes y encontrando nuevas respuestas existenciales desde el cristianismo a las preguntas más fundamentales de la existencia humana, así se genero un modo propio y original de pararse frente a la vida y frente a la muerte, con características singulares y ya atravesadas por el cristianismo. Dice Rafael Tello que esta cultura naciente esta profundamente marcada por el “deseo de reconocimiento de la dignidad humana y en una actitud existencial que reconoce la presencia de Dios en la vida diaria y el destino eterno de la misma” esta actitud ante la vida de aquellos proto oprimidos llega hasta nuestros días en el pueblo, oprimido, pobre y trabajador.
3. Cultura popular, fe del pueblo y organización política.
Hasta ahora hemos intentado definir y delimitar las categorías que son esenciales para este momento de nuestra reflexión, sabemos que hay un pueblo que vive en un ethos cultural, donde deviene su historia y junto con su memoria colectiva es creado por la cultura y creador de esta, sabemos también que existen estructuras de mal que oprimen a este pueblo y estas estructuras son verdaderos lasos de muerte que amarran su vida y pretenden someterlo, y sabemos que en su historia esta metido desde sus orígenes el proyecto liberador del evangelio de Jesús, portador de una esperanza que es en definitiva el bien arduo posible que busca la liberación como concreción de un proceso vital e histórico, además este proceso, en el pueblo argentino esta atravesado por una historia política que pone al pueblo como sujeto en el centro de la escena.
Entendemos que al mal estructural se lo vence con estructuras virtuosas, y la forma política de esas estructuras es la organización, la comunidad organizada es este pueblo en sentido subjetivo que valga la redundancia se organiza para dar respuesta al mal, desde la mirada empapada en la fe que esta inscripta en su inconsciente cultural y colectivo, este pueblo, pobre y oprimido, sabe que esta llamado sobrenaturalmente pero en la historia a la liberación, este pueblo organizado, busca transitar de modo singular desde su propio modo de ser original, el camino que lo conduzca a una vida mas digna, mas libre, mas justa y humana. Es ahí en ese lugar donde la fe y la cultura y también la historia y la política se encuentran en nuestro pueblo, en la búsqueda de hacer realidad efectiva aquí y ahora la liberación.
Juan Manuel Rega, es licenciado en teología y se especializó en filosofía política, es miembro de CLACSO y es parte del Grupo de trabajo sobre Ética, política y teología, además es miembro de la sociedad argentina de teología; es sacerdote y vive su ministerio en barriadas populares, con personas en situación de calle y junto a los sectores más vulnerados.