La diferencia entre telenovela y serie se basa en que la primera propone un esquema melodramático, una estética de la pasión-acción que relega la palabra, entre otras cuestiones. Las series coreanas surgen y se emparentan en un movimiento denominado “Hallyu”, que en castellano significa “Ola coreana”: desde fines de los 90, con apoyo del Estado, Corea del Sur creó la Agencia de Cultura y Contenidos que, junto con el Ministerio de Cultura y Turismo, conformaron una División de Idioma y Marca País; tridente desde el cual se impulsa la difusión de novelas (“dramas”) por el mundo. Tal son las ansias coreanas de difusión, que ceden derechos de sus novelas a países latinoamericanos. Y, a la vez, el interés por América Latina es tal que en el año 2013 crearon KBS World Latino. En estas novelas, moda, gastronomía y paisaje (nunca faltan copos de nieve) son tan protagonistas como las gestualidades mudas y largas.

“En el aire”, si bien es una serie, toma elementos de la telenovela para construir, en un cuarteto de pasiones a destiempo, un dramón con asesinatos incluidos. Una brillante “presentadora de noticias” -significante con el cual pretenden guardar la objetividad de medios que deben, según el guion, controlar las administraciones gubernamentales, en una versión liberal del periodismo, ya que nadie los vota- se ve envuelta en una relación con su marido, un expreso y otro ex que vuelve a Corea como victorioso golfista, luego de que ella lo rechazara por “looser”.
“En el aire”, si bien es una serie, toma elementos de la telenovela para construir, en un cuarteto de pasiones a destiempo, un dramón con asesinatos incluidos.
Con la presencia constante de gastronomía, moda y paisajes, Go-Hye ran se aguanta las lágrimas frente a los cruces con su marido, Kang-Tae wook; sus refriegues con Seo-Eun joo y sus recuerdos no consumados con Ha-Myung woo ¿Quién mató al ex looser? Esa es la pregunta que estructura todos los capítulos cuando solo una prueba y sospechas varias apuntan a la exitosa periodista; pregunta que se verá enmarañada por el amor no correspondido y elementos de la tradición confuciana como la “piedad filial”, que lleva a varixs al autosacrificio y siempre al respeto a las jerarquías, que lleva a la orgullosa periodista a arrodillarse o bajar la cabeza cuando su suegra hace uso de la palabra.
“En el aire” es un serie atrapante no solo por la trama que puede resultar trillada, sino por los modos en que esos avatares se entretejen en una cultura que nos pide una comunicación intercultural para descifrar a Oriente, de sus formas de vivir y de resolver cuestiones como el amor, la política y la justicia.