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El peligroso contagio de los anti-todo

Por Víctor Hugo Morales
El peligroso contagio de los anti-todo

La Argentina es escenario de un profundo esfuerzo colectivo frente al avance del Covid-19, en el que todos tenemos diferentes grados de participación y responsabilidad. Lo que realmente alarma es la batalla que mantienen los grupos anticuarentena, movidos por su profundo egoísmo, su miserabilidad o, simplemente, su decisión de combatir cualquier cosa que surja desde el gobierno. Se trata de una cruzada demencial que cuenta con el apoyo de los medios hegemónicos y de sectores conservadores, que insisten en hablar sobre los problemas de la economía, como si las variables de la producción, de la industria o de las finanzas fueran más importantes que la vida. 

Con el argumento de la pérdida de libertades individuales, algunos medios han dicho verdaderas barbaridades y han jugado con la inteligencia de los ciudadanos. Ocurre que hay sectores de la sociedad que tienen muy bajo el umbral de sacrificio e ignoran los padecimientos que millones de hombres y mujeres deben enfrentar a diario. Estas personas seguramente fueron las que incidieron en las últimas encuestas de opinión, que reflejaron una supuesta reducción en el apoyo a las medidas del gobierno frente a la pandemia. Afortunadamente, la mitad de la población sigue fiel al mensaje que pide que nos cuidemos y protejamos al prójimo. Está en juego nada menos que nuestra vida y la de las personas que queremos. Está en juego la sociedad que integramos.

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Otro de los hechos que seguramente influyó en esta reacción de la derecha tiene que ver con los elogios que llegaron a la Argentina desde los lugares más remotos del mundo. Este detalle, que debería llenar de orgullo a cualquiera, fue precisamente lo que puso más nerviosos aún a los medios hegemónicos de comunicación, que hoy operan como un partido único de la derecha y se han convertido en los verdaderos conductores de la oposición política. 

“Todos los grupos anticuarentena parecen cortados por la misma tijera de la irresponsabilidad”.

Se preocuparon porque la popularidad del gobierno creció en medio de la pandemia, como consecuencia de las medidas que se iban anunciando. Y comenzaron a ganar terreno. Empezaron con los ejemplos de la Ciudad de Buenos Aires y otras flexibilizaciones que se dieron, para llegar a una situación que personalmente me desbordó: días pasados tuve que asistir a una consulta médica y me sentí conmocionado al advertir la enorme cantidad de personas que circula por la calle, como si nada ocurriera y la cuarentena sólo fuera un capricho para mantener a la gente en sus casas. 

Parecidos, pero diferentes

Hay que aceptar que estos grupos anticuarentena están en todas partes. En los últimos días hemos visto noticias procedentes de Estados Unidos y España, donde los grupos que rechazan cualquier medida de prevención siguen con sus vidas con absoluta normalidad, poniendo en riesgo al resto de la población. Parecen cortados por la misma tijera de la irresponsabilidad aunque, quizás, la gran diferencia con lo que ocurre en la Argentina sea que no cuentan con el respaldo de los grandes medios de comunicación. 

“Los canales criticaban la cuarentena pero cuando se flexibilizó, salieron a condenar la medida que ellos mismos habían reclamado”.

Acá, los medios hegemónicos son los que encabezan las campañas anticuarentena, en su afán de oponerse a cualquier medida que el gobierno de Alberto Fernández sea capaz de tomar. Cuánta imbecilidad, por favor. Cómo explotan la debilidad de la información que le transmiten a la gente. Cómo juegan con sus mensajes. Cómo manipulan sus “encuestas de la angustia”. 

Olvidan que no somos niños. Un chico puede querer salir a jugar en medio de esta pandemia, pero los mayores debemos explicarles que no se puede. Las personas mayores sí tenemos que advertir la gravedad de la situación. Es nuestra obligación.

¿Cómo puede entenderse el último volantazo de algunos diarios y canales de televisión? Se cansaron de criticar las medidas de aislamiento, argumentando que la Argentina tenía la cuarentena más larga del mundo, pero cuando el gobierno finalmente anunció su flexibilización, esos mismos medios salieron a cuestionar duramente lo que estuvieron reclamando durante meses. Todo vale.

“El mundo está devastado, pero nos quieren hacer creer que la crisis se reduce a la Argentina”.

Es extraño lo que ha ocurrido con algunos colegas, con quienes – por supuesto – podemos tener todo tipo de discrepancias sobre cómo vemos al mundo. Algunos somos hinchas del Estado, mientras otros defienden al mercado. Algunos sabemos, o pensamos, que el establishment se roba todo, mientras otros prefieren protegerlo. Se trata de discusiones que – a riesgo de ser pretencioso – podríamos llamar ideológicas. Pero, ¿cómo se pueden tener semejantes discrepancias con un tema en el que está en juego la vida? ¿Cómo se puede plantear que la economía argentina va a quedar devastada, cuando esta situación se repite en todo el mundo, aún en los países que no tomaron ninguna medida preventiva frente al Covid-19?

Hay que entender que la paralización de la economía es global. En Estados Unidos – la principal economía del planeta – 132 mil empresas cerraron sus puertas y las que subsistieron, debieron cerrar sucursales. En Europa se está viviendo una situación realmente tremenda, al punto que la Unión Europea (UE) ya anunció la implementación de una suerte de Plan Marshall. El mundo está devastado, pero nos quieren hacer creer que la crisis se reduce a la Argentina y responde a la impericia de los que gobiernan. 

Prat Gay, Patricia Bullrich, Pichetto, Cavallo, López Murphy, Machinea y Roque Fernández fueron algunos de los voceros de la derecha.

Los nombres de los responsables de muchas de estas críticas merecen un párrafo aparte: el ex ministro de Economía Alfonso Prat Gay, la ex ministra de Seguridad Patricia Bullrich, y el senador y ex candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, Miguel Ángel Pichetto. Incalificables, por donde quiera que se los mire. Pero, al parecer, no alcanzó con sus disparates y hace escasos días se sumaron los cuestionamientos de los economistas y ex funcionarios Domingo Cavallo, Roque Fernández, Ricardo López Murphy y José Luis Machinea. Sí, no es una broma de mal gusto, todos ellos se animaron a criticar las medidas económicas del gobierno, olvidándose del desastre que dejaron durante sus gestiones. Hicieron mucho daño señores, por favor dejen de opinar. Pero no lo hacen, repiten obviedades y por eso creen tener la razón. Dicen que el país va a tener dificultades. Y sí, claro. Dicen que vamos a tener muchos problemas en septiembre. Y sí, seguramente. Dicen que muchas personas se van a quedar sin trabajo. Y sí, en Estados Unidos ya lo hicieron 45 millones de trabajadores. 

Como dijo Alberto Fernández, en la Argentina hubo “pandemias que arrasaron con más de 20 mil pymes en cuatro años”.

Reitero, afirman obviedades. Pero lo que no es una obviedad, sino un disparate mayúsculo, es afirmar que todos estos problemas son una exclusividad de la Argentina y que el gobierno no hizo nada para sobrellevar esta situación sin precedentes. No sólo se aplicaron políticas de asistencia sanitaria y auxilio económico a empresas, sino que el presidente Alberto Fernández acaba de anunciar el inminente lanzamiento de una serie de 60 medidas para recuperar a la Argentina. 

Durante el anuncio, Alberto Fernández aprovechó para recordar lo que ocurrió en la Argentina durante la gestión de Mauricio Macri como gerente de las corporaciones. “Hubo pandemias que vivió la Argentina sin que ningún virus haya pasado, y esas pandemias arrasaron con más de 20 mil pymes en cuatro años”, afirmó el presidente.

Es preciso tener memoria y no dejarse engañar. Y recordar que pese a todo lo que digan, la nave va.

*Extraído del análisis editorial de Víctor Hugo Morales en C5N

El “amigo” Horacio

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Tags: Alberto FernándezAnticuarentenamacrismomedios hegemónicos
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