Hay fotos y fotos. Y hay cumpleaños y cumpleaños. Así como algunos generan escándalo y exigen respuestas del más alto orden institucional, hay otros que solo cosechan sonrisas y crónicas divertidas de la prensa compinche. Por ejemplo, a fines de diciembre de 2020, en plena pandemia y con una campaña vacunatoria sin arrancar, Elisa Carrió celebró sus 63 años con un festejo a todo trapo en su casa de Capilla del Señor, con “70 invitados, folklore, mariachis y diversión asegurada hasta las 3 de la mañana”, según consignó el sitio Infobae, con fecha del 28 de diciembre.
Entre otros asistentes de lujo, en la fiesta de Lilita estuvieron presentes el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; y su segundo al mando, Diego Santilli, hoy precandidato a diputado nacional de Juntos en la provincia de Buenos Aires. También disfrutó de la velada el radical cordobés Mario Negri, mandamás del interbloque cambiemita en la cámara baja. Al final, hubo música mexicana, y un grupo aguantador “se quedó hasta las 3, a pura guitarra, vino y, como corresponde, alcohol en gel”.

A pesar de lo ameno del relato, por entonces regía el DNU Nº1033, dictado ocho días atrás, para establecer el Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (Dispo), que entre otras medidas de cuidado ante el brote pandémico prohibía “los eventos culturales, sociales, recreativos, religiosos o familiares y actividades en general de más de VEINTE (20) personas en espacios cerrados”, aclarando que “la misma limitación regirá en espacios al aire libre si se trata de espacios privados de acceso público y de los domicilios de las personas, salvo el grupo conviviente”.

Esto echa por tierra el gesto exculpatorio que Infobae tuvo hacia la cumpleañera cuando señaló que los asistentes (50 más de lo permitido) “se distribuyeron en distintas mesas ubicadas en amplias galerías de su ‘minichacra’, como la denominó un invitado, lo que permitió la distancia social”.
En la velada de Carrió –repasa la crónica– “hubo muchos políticos, con una fuerte presencia del ala moderada de Juntos por el Cambio, del radicalismo y de su propia agrupación, obviamente, mezclados con algunos familiares y amigos personales de toda la vida de la dirigente”.
Otros dirigentes opositores mencionados en el convite fueron los diputados nacionales Carmen Polledo y Pablo Torello, el legislador porteño Agustín Forchieri, el exgobernador bonaerense Daniel Salvador, el diputado por Entre Ríos Atilio Benedetti y Mario Barletta, ex embajador en Uruguay durante el gobierno de Mauricio Macri.

Y la lista sigue, porque las ganas de festejar eran, evidentemente, grandes: estuvieron Alfonso Prat Gay, Pedro Lacoste (su exviceministro de Economía); los lilitos Adrián Pérez (exsecretario de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior) y Fernando Sánchez (ex secretario de Fortalecimiento Institucional de la Jefatura de Gabinete), y Mario Quintana (ex vicejefe de Gabinete).
Por supuesto, la barra más numerosa la aportó la fuerza política de la anfitriona. Por la Coalición Cívica estuvieron Maximiliano Ferraro (presidente del partido) y los diputados nacionales Juan Manuel López, “Toty” Flores, Paula Oliveto, Mariana Zuvic, Mónica Frade, Marcela Campagnoli, Lucila Lehmann y Mariana Stilman, junto a la senadora bonaerense Elisa Carca.

Al mejor estilo “vida de famosos”, la nota de Infobae cuenta que “los invitados se mostraron relajados, se iban sentando adonde querían y comieron un buffet frío hasta que apareció un grupo folklórico y logró que muchos se animaran a cantar”. Carrió apenas interrumpió la diversión con “unas breves palabras, sin ninguna alusión política”.
Luego –porque cuando Lilita festeja, festeja– llegarían los mariachis. Y la chaqueña, que gusta del exhibicionismo, “aprovechó para ponerse un sombrero mexicano, con el que posó para las fotos”. Lo que siguió fue una guitarreada, con canciones de Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina.
Lejos (muy lejos) de la polémica estimulada por la oposición político-mediática ante las fotos de la reunión por el cumpleaños de Fabiola Yáñez, el único escándalo provocado por la mega fiesta de Lilita habría sido el sincretismo de estilos musicales y, retrospectivamente, la mezcla de dirigentes opositores que hoy están más a los codazos que Juntos.