El debate sobre la educación en tiempos de pandemia parece sintetizarse en falsos binomios: escuela abierta o escuela cerrada, presencialidad sí o presencialidad no. Sin embargo, la discusión suele perder de vista la escasa cantidad de camas en las terapias intensivas a causa del avance de la segunda ola de Covid-19, limitando todo el debate a la importancia de la escuela como institución contenedora y educadora, que nadie discute.
En diálogo con Contraeditorial, el licenciado en Ciencias de la Educación Gabriel Brener analizó el reciente debate que se generó en la Comisión de Familias, Niñez y Juventudes de la Cámara de Diputados, con la presencia de expertos que habían sido convocados para hablar sobre “Los efectos de la pandemia y los desafíos post pandemia”, pero finalmente terminaron intercambiando opiniones sobre la presencialidad escolar, un tema que no logra consenso ni en tiempos en donde los muertos por la pandemia superan los 75.000.
Brener, educador y especialista en Gestión y Conducción de Sistema Educativo (FLACSO), cuestionó que la “presencialidad cuidada” de la que habla UNICEF, la Sociedad Argentina de Pediatría y ciertos políticos, no especifique que “cuando el nivel de riesgo es medio o alto hay que suspender la presencialidad para no entrar en un negacionismo que le pida a la escuela normalidad en tiempos de excepcionalidad”.
“Siguen con una idea caprichosa”, dijo Brener al referirse a la posición del gobierno de Larreta.
En este sentido, criticó a quienes replican el argumento del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, que “las escuelas son lo último que se cierra y lo primero que se abre”, porque no tienen en cuenta el nivel de circulación que generan los colegios abiertos. “Es un dato concreto que fue confirmado por revistas de divulgación científica que ellos mismos ponderan, y por casi todos los países de Europa, pero siguen con una idea caprichosa”, subrayó Brener.
En este sentido, analizó que la posición inflexible con respecto a la presencialidad “tiene que ver con una especulación electoral y de cierta confraternidad con su votante medio”, en tanto sostuvo que “en ese guiño, se está cometiendo un acto de enorme irresponsabilidad”.
“Si vos le exigís normalidad a la escuela, en tiempos de excepcionalidad hay algo de negacionismo en esa exigencia y se expresa en las reacciones virulentas de algunos legisladores”, expresó Brener en alusión a la efusiva exposición que realizó – en la reunión de la comisión parlamentaria- la diputada del PRO, Silvia Lospennato, en defensa de la presencialidad.
“Es un acto de demagogia responder así ante aquellos que están hastiados, cansados de la cuarentena, porque estas situaciones de distanciamiento -que no le gustan a nadie- tienen que ver con el cuidado de la vida y de los demás”.

Por otro lado, Brener se mostró sorprendido ante la decisión del gobierno de Larreta de suspender las clases virtuales los últimos tres días de esta semana. “No encuentro un argumento de porqué en la ciudad de Buenos Aires suspendieron las clases de manera virtual en estos tres días de la semana”, exclamó.
El especialista en educación coincidió con los planteos de la antropóloga del Conicet Mariana Chaves, sobre la imposición de una visión porteño-céntrica y clasemediera en la discusión, y sobre la necesidad que exigirles a los privados, y no solo al Estado, respuestas ante la falta de conectividad para la virtualidad.
“Cuando se plantea que las visiones porteño-céntricas o clasemedieras terminan siendo dominantes, es por la voz dominante en los medios de comunicación masiva porque es la que mejor conjuga con el arbitrio del mercado, entonces, en ese punto, las voces que plantean el retorno a la presencialidad, sin lograr advertir ciertos límites de realidad, nos ponen en riesgo”, subrayó.
De esta forma, el académico reflexionó sobre la necesidad de “salir de la estatura del sócalo televisivo o del imperio del deseo individual y también de la demagogia punitiva” para asumir la “incomodidad del rol adulto”.
Con relación a cómo debería pensarse la educación en tiempos de pandemia, y de postpandemia, Brener llamó a recuperar las ideas que tienen que ver con una pedagogía del cuidado, que puede “dotar de estatura política al cuidado” y pasar a hablar de “la solidaridad como un imperativo pedagógico”.
“Hay que salir de la estatura del sócalo televisivo y del imperio del deseo individual”.
Respecto a la revisión de los proyectos curriculares, indicó que hay que buscar “maneras de evaluar de un modo más ciclado, pensar no solamente en unir 2020 con 2021 y 2022, sino ciclar en términos de la propia estructura de niveles”.
En este sentido, ejemplificó que para el nivel primario hay que pensar en evaluaciones para un primer ciclo, y no para cada grado en particular. Es así como valoró la resolución 174/12 del Consejo Federal de Educación que determinó la unidad pedagógica de primero y segundo grado, en tanto señaló la necesidad actual de pensar un ciclo primario que integre a la unidad de primero-segundo, el tercer grado.
“De igual manera se puede pensar un primer ciclo de la secundaria, de modo tal que en los momentos donde se produce mayor dificultad en la retención de matrícula, o en los aprendizajes de la lecto-escritura, pensar -dada la pandemia- en proyectos ciclados”, finalizó.
Las diferencias políticas entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio por la presencialidad en las escuelas, quedaron expuestas durante el encuentro de diputados del miércoles pasado en el Congreso de la Nación
Brener participó de la reunión de comisión que se realizó el miércoles pasado en la Cámara de Diputados. Para el debate, realizado por videoconferencia, también se convocó a Luisa Brumana, representante de Unicef en Argentina; a Alejandro Castro Santander, docente, investigador y escritor Psicopedagogo Institucional por argentinos por la Educación, a María Eugenia Cobas, vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Pediatría, a Delia Méndez, coordinadora nacional del programa de inclusión educativa ‘ACOMPAÑAR’ Puentes de Igualdad del Ministerio de Educación de la Nación; y Ianina Tuñon, coordinadora e investigadora responsable del Barómetro de la Infancia del Observatorio de la Deuda Social Argentina en la Universidad Católica Argentina, entre otros.