El exvicepresidente argentino, el brasileño Celso Amorim y el mexicano Barajas Durán analizaron el avance del lawfare en la región, en un seminario sobre periodismo, noticias falsas y operaciones políticas y mediáticas.
Esta tarde se realizó una charla sobre Lawfare en la que participaron Amado Boudou, economista y ex vicepresidente de Argentina; Rafael Barajas Durán, caricaturista mexicano del periódico mexicano La Jornada, intelectual, activista político de izquierda y Celso Amorim, ex ministro de Relaciones Exteriores de Brasil (1993-1994 y 2003-2010) y ex ministro de Defensa (2011-2014).
La charla se dio en el marco del Seminario “El periodismo argentino en su laberinto: guerra mediática y jurídica, operaciones políticas, noticias falsas y otras delicias de la independencia”, dictado por los docentes Gustavo Bulla y Daniel Rosso en la UBA y también contó con la participación de Federico Montero, docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad y secretario General de FEDUBA.
El primero en tomar la palabra fue Celso Amorim, quien agradeció la invitación y celebró el espacio de debate. “El lawfare viene pasando en varios países porque su significado es geopolítico. Y tiene como objetivo fortalecer a las empresas norteamericanas”, reflexionó Amorim.

Amorim hizo referencia al Papa Francisco como quien mejor citó el problema regional del lawfare. En este sentido, describió la estrategia sobre cómo el periodismo vende y deforma historias para que la justicia tome esos relatos. Luego de esto, viene el golpe blando. Así fue el golpe en Brasil contra Dilma y también la persecución de Lula.
Respecto a la Justicia y los medios de comunicación como eslabones participes del lawfare aseguró: “Los medios son la intermediación entre los grandes intereses de las corporaciones y la justicia”.
“Los medios son la intermediación entre los intereses de las corporaciones y la Justicia” (Amorim).
“En Brasil hay una alianza entre la clase dominante y las corporaciones de medios. Porque los medios son la intermediación entre los intereses de las corporaciones y la Justicia”, agregó.
Celso Amorim aseguró que la estrategia para combatir el avance de la guerra judicial debe ser regional y articulada.
Por su parte, Rafel Barajas Durán, quien políticamente es cercano al actual Presidente López Obrador, comenzó también con un agradecimiento: “Me parecen importantes estos espacios de debate para poder diagnosticar las estrategias que se están aplicando en América Latina”.

Barajas Durán abordó también la situación del lawfare en su país: “En México, la guerra judicial se usa desde la época de Porfirio Díaz, quien llevó adelante una guerra judicial a candidatos presidenciables que le quedaban incómodos para quitarlos de la contienda presidencial. El PRI también usó los mismos mecanismos durante décadas”.
“El Lawfare es posible porque el Poder Judicial se renueva con más lentitud que el Poder Ejecutivo”, agregó.
“El neoliberalismo está en una crisis de fondo profunda, y nos ha metido en una crisis humanitaria, social, ecológica. El neoliberalismo puso a la humanidad en peligro, pero al mismo tiempo se rehúsa a irse. Entre lo viejo del neoliberalismo están el aparato de medios y el aparato judicial”, reflexionó Barajas Durán.
“Entre lo viejo del neoliberalismo están el aparato de medios y el aparato judicial” (Barajas Durán).
Sobre el avance de la guerra jurídica manifestó: “La estrategia del lawfare es que el aparato judicial y los grandes medios hacen coincidir el relato judicial con el relato mediático y operan a modo de pinza. Las estrategias para combatir el lawfare es exigir la democratización de los aparatos jurídicos. Hay que evitar que los aparatos jurídicos estén infiltrados por aparatos jurídicos de otros países”.
Para finalizar aseguró: “Yo estoy convencido de que los sacrificados y sacrificadas en esta guerra jurídica son figuras éticas y que vamos a tener que reivindicarlos muy pronto”.

El cierre de la charla estuvo a cargo de Amado Boudou quien comenzó con una definición sobre el lawfare: “Cuando hablamos de lawfare hablamos de democracia condicionada. Y es un fenómeno que está ocurriendo desde México hasta Tierra del Fuego”.
Boudou describió cuáles son las características de la guerra jurídica: “El lawfare es un dispositivo disciplinario, es el poder buscando normalizar, haciendo todo estándar. Por ejemplo, la deuda externa es el mayor mecanismo de normalización, porque restringe nuestro campo de elección a futuro. Es un mecanismo disciplinario de altísimo poder porque, además, condiciona lo que tenés que hacer para seguir atado a esa deuda. La deuda es el gran mecanismo sociológico disciplinador de las sociedades”, agregó el exvicepresidente”.
“Cuando hablamos de Lawfare hablamos de democracia condicionada” (Boudou).
“El lawfare es el castigo espectáculo. Porque incorpora la segmentación del marketing, que tiene como objetivo al conjunto de la sociedad, pero también al condicionamiento de quienes toman decisiones políticas para que nadie se atreva a desafiar el orden establecido y este mundo tan desigual. El objetivo del lawfare es que no haya una lucha emancipadora”, dijo.
“Nuestras Repúblicas tienen 3 poderes, el legislativo y ejecutivo, que son poderes democráticos elegidos por el pueblo, y el poder judicial, que es un poder en el cual la democracia no ha podido permear”, sostuvo.

Boudou también del rol de la justicia en Argentina: “los tribunales se han convertido en parodia porque combinan la parodia jurídica convalidada por la parodia de la sentencia del relato mediático. Creo que estamos asistiendo a la privatización del sistema penal. Y una de las características del neoliberalismo es la privatización de todo”.
Respecto a la situación en nuestro país, manifestó: “En Argentina, como ejemplo de lawfare podemos mencionar también el caso de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, contra la cual bastó la confluencia del ataque de los grandes medios con la complicidad del sistema judicial para detener la iniciativa durante años. Otro ejemplo es el decreto que sacó Alberto Fernández durante la pandemia para declarar a las telecomunicaciones como servicio esencial y que la justicia aún sigue cuestionando”.
Para finalizar, Amado Boudou aseguró: “Cuando hablamos de lawfare, hablamos de persecución, de deshumanizar, de no reconocer al otro, de lo horrible del espectáculo público del castigo, estamos hablando de la desigualdad en el mundo, de un sistema que normaliza y asusta para que nadie se atreva a desafiar lo establecido. Estamos hablando de la democracia condicionada en México, Brasil, Ecuador Perú, Bolivia, Paraguay, Argentina. Estamos hablando, como bien decía Celso Amorim , no solo de los problemas distributivos, sino también de la soberanía para la toma de decisiones”.