El Frente de Todos se encamina a otro debate intenso en el Congreso de la Nación, para que el 29 de diciembre la Cámara de Diputados y Diputadas transforme en ley una nueva fórmula de movilidad jubilatoria, luego de que el modelo implantado por Cambiemos esquilmara los bolsillos de la seguridad social.
El gobierno de Alberto Fernández busca restablecer, con ligeros cambios, una fórmula ya probada durante el kirchnerismo entre 2009 y 2017, y que tantos réditos trajo a los jubilados y las jubiladas. El proyecto oficial, que obtuvo la media sanción del Senado el 10 de diciembre y dictamen de mayoría en las comisiones de Diputados, se rige por un concepto claro: los beneficiarios de la seguridad social en la Argentina deben volver a ser parte y protagonistas del crecimiento de la economía del país, como un sector más dentro de la distribución de la riqueza generada por la sociedad.
El primer objetivo es que los haberes crezcan en términos reales y así vayan recuperando los 20 puntos que perdieron con el macrismo.
Como en tantas pujas legislativas recientes, el punto crítico para que la Casa Rosada obtenga su objetivo no se ubica tanto en el plano de las explicaciones, donde la bancada del FdT se siente fuerte y con abundancia de elementos para poner sobre la mesa, sino en el territorio mediático, que amplifica el rechazo de la oposición sin mayores exigencias argumentativas y desentendiéndose de los pésimos resultados que ayer nomás acarreó la propia fórmula de Cambiemos.
Claves de una fórmula probada
En pocas palabras, el gobierno plantea una fórmula anclada en un modelo de crecimiento y en sintonía respecto de otras variables centrales de la economía. El primer objetivo es que los haberes crezcan en términos reales, y así vayan recuperando los 20 puntos que perdieron con el macrismo en la Rosada. Luego, que las prestaciones acompañen esa suba del salario real de la masa laboral activa. Por último, que se mantenga un equilibrio sustentable entre los ingresos y gastos de los que dispone el Estado para administrar el sistema.

En concreto, la fórmula se compone de dos ponderaciones: un 50% resulta de la evolución de los salarios y el otro 50%, de lo recaudado por el sistema previsional. También es central la actualización, que es cada tres meses: una en marzo, otra en junio y luego en septiembre y diciembre.
En cuanto a la manera de medir los salarios y lo recaudado, para lo primero se propone una vuelta al criterio de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) o tomar el índice de Salarios del INDEC, según lo que resulte más beneficioso. En lo que toca a la percepción impositiva, la idea es ponderar la diferencia entre un período y el otro respecto de los impuestos con destino al sistema previsional. Y para preservar el equilibrio integral, la fórmula tiene un tope de crecimiento del 3% por sobre la evolución de los recursos.
Los términos de debate
“No hay nadie que se realice en una comunidad que no se realiza. Es imposible discutir una fórmula desanclada de un proyecto de país”, resumió la diputada nacional Florencia Lampreabe, del Frente de Todos y vicepresidenta segunda de la Comisión de Previsión y Seguridad Social de la cámara baja, encargada de darle dictamen a la iniciativa en un plenario junto a la comisión de Presupuesto y Hacienda.
La nueva fórmula de movilidad jubilatoria busca que los beneficiarios de la seguridad social vuelvan a ser parte y protagonistas del crecimiento de la economía del país.
En una conferencia de prensa virtual para exponer los ejes de la propuesta del Poder Ejecutivo, Lampreabe lamentó “la tergiversación que hace la oposición, planteando que es una fórmula de ajuste a jubilados o jubilados”. Y afirmó que si bien el gobierno de Alberto Fernández tiene que recuperarse de “una doble pandemia: la pandemia macrista y luego la pandemia en sí”, de todos modos “en este tiempo los jubilados igual tuvieron un aumento del 35%”.
En cuanto al pedido opositor para incluir a la inflación en el cálculo, la diputada sostuvo que eso pondría un límite a los incrementos e impediría recomponer los haberes. “Con la inflación actual como techo, nunca se podrá recuperar lo que perdieron los jubilados durante el gobierno macrista”, advirtió.
Para la legisladora, lo que está en debate son dos mecanismos que ya estuvieron en vigencia, pero mientras uno, por nueve años, mejoró la situación de los beneficiarios, el otro, en apenas dos años de Cambiemos, “redujo la capacidad adquisitiva de los haberes en casi un 20%”.

Otro de los expositores de la charla virtual fue el economista Fernando Ausas, asesor del secretario administrativo de la cámara baja, Rodrigo Rodríguez, quien remarcó que la fórmula de movilidad propuesta “tiene un anclaje en la recuperación del ciclo económico”, ya que “la masa prestacional debe ser vigorosa para recuperar el consumo privado, motor primordial de la actividad económica”.
Ausas precisó que “el principio es que la masa prestacional, además de ser un elemento de justicia social, es una pieza funcional y necesaria del programa económico de desarrollo y crecimiento” del Frente de Todos.
“Es imposible discutir una fórmula desanclada de un proyecto de país”, afirmó la diputada nacional Florencia Lampreabe.
El economista explicó que “la fórmula ata el haber previsional al crecimiento de los recursos del Estado, que crecen cuando crece la economía, la cantidad de puestos registrados y el salario real”. En ese punto, sostuvo que los intereses de los sectores activo y pasivo deben alinearse, en un sistema de solidaridad de los primeros hacia los segundos.
“No hay fórmulas mágicas”
El tercer participante de la videoconferencia, Miguel Fernández Pastor, abogado especialista en seguridad social y uno de los mayores expertos en la materia, recordó que “Macri decía que los jubilados iban a ganar el 5% en 2018 y así sucesivamente”, pero que “era el cuento del tío, una mentira flagrante”, toda vez que para ganarle a la inflación con esa fórmula hacían falta tres puntos del salario para que la movilidad jubilatoria creciera uno.
El abogado consideró que entre las muchas virtudes del proyecto oficialista, “la principal es que vuelve socios a los beneficiarios de la seguridad social del crecimiento económico”. También advirtió que “no existen fórmulas mágicas, sino fórmulas que distribuyen adecuadamente el ingreso, pero para eso hace falta que el ingreso exista”. Por eso, señaló que el mecanismo elegido “debe ser una herramienta que ayude, incentivando la demanda para que haya crecimiento económico y que vuelva en crecimiento de salario y recaudación, para que vuelva a crecer la movilidad y así sucesivamente”.
“Una redistribución más una justa es lo que hace a la solidaridad de un sistema de seguridad social”, explicó Miguel Fernández Pastor.
En cuanto a incorporar la inflación al cálculo, Fernández Pastor aseguró que “es un error estratégico enorme, por una razón muy sencilla: si se incluye, cuando se llega a esa marca, ya se cumplió el mandato de no perder con la inflación, pero cuando viene la gran crisis o un pico inflacionario, la primera decisión que se toma es eliminar las fórmulas indexatorias, las que van atadas a la inflación”. Es decir, concluyó, que “seríamos socios en la pérdida y nos dejarían afuera en el crecimiento económico”.
“No existen jubilados ricos en sociedad pobres, sí conozco jubilados pobres en sociedades ricas. Entonces, el objetivo de la fórmula es redistribuir el ingreso nacional adecuadamente, para lo cual necesitamos tener ingreso nacional. Eso, más una justa redistribución es lo que hace a la solidaridad de un sistema de seguridad social”, enfatizó el especialista.