Entrevista a Fidel Narváez, excónsul de Ecuador en el Reino Unido, quien mantuvo un estrecho vínculo con el creador de WikiLeaks cuando el australiano vivió asilado en la embajada ecuatoriana. Hoy, Narváez es una de las pocas personas que puede ingresar a la Corte y seguir, paso a paso, el juicio que determinará si Assange será extraditado a los EE.UU., donde podría ser condenado a 175 años de prisión.
El 7 de septiembre comenzó, en el Reino Unido, el juicio que determinará si Julián Assange es extraditado a Estados Unidos. De ser enviado a suelo norteamericano, el creador de WikiLeaks, podría ser condenado a 175 años de prisión.
Para conocer los detalles sobre el avance del juicio y recordar cómo ha sido la persecución contra Assange, Contexto dialogó con Fidel Narváez, excónsul de Ecuador en el Reino Unido quien, durante los años en los que el creador de WikiLeaks vivió asilado en la embajada ecuatoriana en Londres, compartió encuentros, charlas y tejió un estrecho vínculo con él.
“Las esperanzas de que no sea extraditado son muy pocas”.
Narváez es una de las pocas personas que puede entrar la Corte para seguir, paso a paso, el juicio que determinará si Assange es extraditado a Estados Unidos. El excónsul ecuatoriano conoce – como pocos – cómo ha sido la larga historia de persecución que desde Estados Unidos se desató contra Assange.
– ¿En qué situación está hoy en caso Assange?
– Está en una etapa terminal. Está en una etapa decisiva de lo que ha sido una persecución feroz y permanente desde el mayor poder militar y económico del planeta.
Julián Assange está en una prisión de máxima seguridad, desde hace más de una año y medio, esperando este juicio de extradición a los Estados Unidos, desde donde se han puesto cargos contra de él, que implican una condena de 175 años de prisión, por la revelaciones de WikiLeaks que datan del año 2010. Concretamente, todas las revelaciones que se refieren a la guerra de Irak, a la guerra de Afganistán, lo que se conoce como el “Cablegate”, es decir la enorme cantidad de cables diplomáticos del Departamento de Estado de Estados Unidos e información sobre los manuales de tortura en la cárcel de Guantánamo, entre otras publicaciones.
“Hay cero posibilidades de que tenga un juicio justo en Estados Unidos”.
Las esperanzas de que no sea extraditado son muy pocas debido a lo que es un abuso del Poder Judicial del Reino Unido, pero, obviamente, por la presión norteamericana.
– ¿Qué posibilidad hay de que Julián Assange, en caso de que se apruebe la extradición, tenga un juicio justo en Estados Unidos?
– Prácticamente hay cero posibilidades de que tenga un juicio justo en Estados Unidos. Esto lo dicen las organizaciones de derechos humanos más influyentes del mundo que activamente se oponen a la extradición de Julián Assange, me estoy refiriendo Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Reporteros sin fronteras y las mayores organizaciones sobre la libertad de expresión.
A eso se suma que el propio sistema de derechos humanos de las Naciones Unidas califica las condiciones carcelarias en los Estados Unidos como violatorias a los derechos humanos.
En cuanto al juicio, se sabe exactamente cuál es la corte que procesaría a Julián Assange una vez que estuviera en los Estados Unidos. Es la Corte de Alexandria en el estado de Virginia, más conocida como “la Corte del espionaje”. Ahí es donde se desarrollan todos estos juicios que tienen que ver, supuestamente, con la seguridad nacional de los Estados Unidos. Ahí es donde se llevó a cabo, durante todos estos años, lo que se conoce como “un gran jurado”, que es una figura jurídica que en los Estados Unidos tiene la posibilidad de levantar en secreto una investigación contra una persona. Es decir, esa persona no necesariamente sabe que se lo está investigando, pero “el gran jurado” elige un fiscal, que escoge al jurado, escoge a los testigos, levanta evidencia contra una persona y esos cargos se revelan solo cuando esta persona está apresada, que es lo que sucedió con Julián Assange. Cuando él solicitó el asilo, sabía de la existencia de la investigación del gran jurado, pero todavía no había cargos revelados. Cuando Lenín Moreno lo expulsa tan traicioneramente de nuestra Embajada, se develan los cargos.

¿Por qué esta corte no garantiza un juicio justo? Primero, porque el jurado que estaría a cargo del juicio sale, obviamente, de la población que vive en ese condado que es el área de Estados Unidos donde está concentrado, todo el conglomerado de las agencias de inteligencia: la CIA, el FBI, la NSA, entre otras.
Por eso, se sabe ya que en más del 90 por ciento de los casos los acusados son declarados culpables.
En ese juicio, Julián Assange no tendría la posibilidad de argumentar su motivación para haber hecho esas publicaciones. Puede ser la motivación más loable, que de hecho lo fue, porque fue entregar un servicio al público sobre crímenes cometidos por el gobierno norteamericano, pero eso no va a jugar ningún papel. Él no va a tener esa oportunidad.
Además sabemos que Assange vienen soportando una campaña brutal de difamación, de asesinato de su figura pública, que obviamente tiene dispuesto en su contra a todo es establishment político de los Estados Unidos
Pero tan importante como eso es que inmediatamente de ser extraditado estaría sometido a condiciones carcelarias aún más opresivas que las normales en una cárcel de máxima seguridad. Porque en los casos de espionaje o seguridad nacional se aplica lo que los norteamericanos llaman medidas especiales administrativas. Es decir, aislamiento total. No va a ver a ningún otro ser humano que no sea su carcelero por meses o más, mientras dure el proceso.
“Assange vienen soportando una campaña brutal de difamación”.
Quiero agregar un dato que hace aún más injusto todo este proceso que es que los Estados Unidos han hecho espionaje contra Julián Assange dentro de la embajada de Ecuador, con interés especial en sus reuniones con sus abogados. Es decir, los perseguidores, los enjuiciadores, han roto lo que se llama el “privilegio de confidencialidad entre abogado y cliente”. Ese es un principio universal que han roto con métodos ilegales. Han accedido a sus estrategias de defensa lo que también determina que él no pueda tener un juicio justo en los Estados Unidos.
– Entonces, ¿Cuál es la posibilidad de que tenga un juicio justo en este proceso de extradición?
– Entre Gran Bretaña y Estados Unidos existe una relación de la que yo no encuentro paralelo en la historia, una relación en la que una colonia y un colonizador intercambiaron sus roles. El Reino Unido, frente a los Estados Unidos carece de soberanía, en especial, en lo que se refiere a estos temas de seguridad nacional.
El Reino Unido ha ido a guerras ilegales de la mano de Estados Unidos en contra de la opinión pública de su población y me refiero concretamente a la guerra de Irak.
La mayoría de casos de extradición solicitados desde Estados Unidos siempre son atendidos positivamente. Se dan en base a un tratado bilateral sobre extradiciones pero, inclusive el propio primer ministro, Boris Johnson, reconoce que es un tratado totalmente desbalanceado a favor de los Estados Unidos.
“El Reino Unido ha ido a guerras ilegales de la mano de Estados Unidos”.
Hemos visto a lo largo del caso de Julián Assange un tratamiento abusivo por parte del sistema judicial británico. Cuando él fue expulsado tan cobardemente de mi embajada, la jueza británica se demoró 15 minutos en dictar una sentencia. No le dio, prácticamente, oportunidad de defenderse y desmereció toda la documentación que su defensa estaba preparada para presentar. Lo sentenció como “un narcisista” sin haberlo escuchado y sin haber hablado nunca con él.
Lo condenó a 52 semanas de cárcel por haber roto una fianza, algo que en este país no es un crimen, es una ofensa menor que muy rara vez se pena con cárcel, normalmente suelen ser multas o trabajos comunitarios.
A Julián Assange lo sentenciaron a 52 semanas. Eso es inédito. Es vengativo. Además, 52 semanas que se cumplieron ya hace un año, en septiembre del año pasado. Desde ese entonces hasta el día de hoy él no tiene ninguna sentencia que cumplir. Es un preso político. Julián Assange es el preso político más importante del mundo occidental en el corazón de la culta Europa, en Londres. Es una vergüenza.
– ¿La defensa había pedido un aplazamiento de esta nueva etapa del juicio debido que la acusación presentó nuevas pruebas, pero la jueza rechazó el pedido?
– Es así. Apenas Julián Assange fue expulsado de la embajada, los Estados Unidos presentaron 18 cargos contra él. Esos cargos son por solicitar, poseer y publicar información. Todos esos cargos van sumando años para una posible sentencia que llegaría a 175 años y hay un solo cargo que es por, supuestamente, intentar desautorizadamente ingresar a una computadora, algo que ni siquiera sucedió.

La defensa se preparó contra esos cargos pero, a última hora, apenas un par de semanas antes de que inicie el juicio, el 7 de septiembre, los Estados Unidos remplazaron esa solicitud de extradición por una nueva. Esta nueva solicitud de extradición tiene exactamente los mismos cargos, pero con una serie de elementos nuevos sobre los cuales la defensa no pudo trabajar. Por este motivo, Julián Assange ha llegado al primer día de su juicio sin haber podido leer por completo la nueva documentación y sin que su defensa haya podido preparar una estrategia legal correctamente.
Todo esto es agravado, y a eso me refiero cuando hablo de abuso del Poder Judicial en el Reino Unido, por las condiciones en las que él se encuentra encarcelado desde hace un año y medio, en total aislamiento, con, apenas, una o dos horas al día fuera de su celda. Y esto ha empeorado con la pandemia, de manera que en los últimos seis meses él casi no se pudo reunir con sus abogados para preparar una defensa que es, prácticamente, una defensa por su vida.
“Sería la primera vez que se quiere aplicar la “Ley de espionaje” a un periodista por publicar información”.
Por tanto, los abogados, en el primer día del juicio, han pedido a la jueza la postergación para poder dar un poco más de tiempo para prepararse para la nueva orden de extradición. La jueza lo denegó, como ha denegado casi todo lo que la defensa de Julián Assange ha solicitado.
– ¿Por qué Estados Unidos reclama su extradición si ninguna de esas publicaciones – los supuestos delitos – Assange las hizo en ese país, sino en Europa?
– Primero hay que decir que sería la primera vez que se quiere aplicar la “Ley de espionaje” a un periodista por publicar información. Hasta el momento todos los antecedentes que hay se refieren a la aplicación de la Ley de espionaje en relación a la difusión de información confidencial, cuando se trata de alguien que sustrae esa información. Se reconocen claramente las dos figuras, una que es la fuente, que es quien sustrae la información, y por otro lado, el medio que la publica esa información. Nunca antes se había tratado de castigar al medio que publica la información. Eso es lo que se está intentando en este momento. Eso es gravísimo. Ese es el precedente tan peligroso para el periodismo como tal. El riesgo es para cualquier persona en cualquier parte del mundo.
En segundo lugar, en efecto, Julián Assange no es norteamericano, no ha publicado en Norteamérica, pero fueron los norteamericanos los humillados con la develación de sus crímenes de guerra: matanzas, ejecuciones extrajudiciales, torturas, etc.

Esa es otra de las razones por la que hay que impedir esa extradición, porque sentaría un precedente muy peligroso para cualquier periodista en cualquier parte del mundo que en el futuro quiera publicar información sensible que a los Estados Unidos les incomode.
– ¿De concretarse la extradición, que mensaje estaría enviando la sentencia?
– Es una clara amenaza para cualquiera que se atreva a realizar lo que Julián Assange y WikiLeaks realizaron.
Hoy se sabe que, cuando arrancó la persecución contra Julián Assange, hace más de 10 años, la decisión fue la de perseguirlo judicialmente, abrirle juicio en múltiples países y destruir la reputación de esa persona. Cómo funciona el Lawfare, tan de moda hoy. Primero te destruyo tu reputación y te resto cualquier posibilidad de apoyo del público. A Julián Assange lo han acusado de “hacker”, que no lo es, de “violador”, que no lo es, de “espía ruso”, que no lo es, etc.
“Fueron los norteamericanos los humillados con la revelación de sus crímenes de guerra”.
La administración de Barack Obama, en determinado momento, puso a descansar este tema porque se encontró con lo que en Estados Unidos lo llaman “El problema del New York Times”. Es decir: si van a castigar a WikiLeaks por lo que publicó, deberían castigar The New York Time porque publicó lo mismo. Entonces, la administración Obama puso a descansar este tema, pero con la administración Trump es otra cosa y el mensaje es: “no te atrevas a humillarnos porque te vamos a destruir”.
– Teniendo en cuenta el poder que está contra Julián Assange, y el peso que ese poder tiene en los estratos judiciales, tanto del Reino Unido como de los Estados Unidos, ¿cuál es el camino que queda recorrer para conseguir la libertad de Assange?
– El tema es político. Ciertamente se está dilucidando en una Corte y valga la pena puntualizar que el juicio está en una primera instancia, cualquiera de las dos partes que pierda tiene la posibilidad de apelar a la Corte Suprema, donde tenemos mayores esperanzas de que se podría hacer justicia.
– Y en ese caso, ¿Assange seguiría detenido en estas condiciones mientras dure la siguiente etapa del juicio?
– Esa pregunta nos las hacemos todos y la respuesta no está dada. En este momento Assange debería estar defendiéndose en libertad, o por lo menos con una fianza. El argumento para que él no tenga una fianza en este momento es que él ya rompió una fianza e hizo uso de un derecho humano universal que es el derecho de asilo.
“A Assange lo han acusado de “hacker”, que no lo es, de “violador”, que no lo es, de “espía ruso”, que no lo es”.
Si es que Assange pierde y tiene que apelar, es imposible que lo dejen pelear en libertad. Pero si él gana y son los norteamericanos los que apelan, yo entiendo que él tiene todo el derecho a defenderse en libertad.
Volviendo a la pregunta de qué camino queda, la respuesta es pelear políticamente. Si alguien piensa que las Cortes de Justicia europeas son angelicales, infalibles, impolutas, peca de ingenuidad. Todas las Cortes son susceptibles a presión política. Dicho sea de paso, el Ejecutivo británico tendrá la alternativa de aprobar o vetar esa extradición. El antecedente más claro es el caso Pinochet, quien debió ser extraditado de acuerdo a las Cortes y fue el Estado británico el que impidió esa extradición.
La sociedad civil, las organizaciones de derechos humanos, las organizaciones que defienden la libertad de expresión, los periodistas, los estudiantes de periodismo y los dirigentes políticos todos al unísono deben rechazar la criminalización del periodismo. Porque, de concretarse esta extradición, sería la criminalización del periodismo, la aplicación de la extraterritorialidad de leyes draconianas en contra de la libertad de publicación y de la libertad de expresión. Solamente la solidaridad le dará a Assange la posibilidad de vencer esta guerra.
Publicado en Contexto