Patricia González López es escritora, poeta y gestora cultural. Nació el 7 de agosto de 1986 en la Ciudad de Buenos Aires. Es licenciada en Relaciones Públicas y cursó una maestría en Comunicación, Cultura y Discursos Mediáticos.
A los 22, publicó su primer libro, Indecible. También es autora de Dos de Azúcar (2010), Maldad, cantidad necesaria (2013) y Doliente (2016). Antólogo el libro Esto Pasa, poesía en Buenos Aires (2015). Participó en las antologías Poesía Bajo la Autopista I y II (Clara Beter), Tres versos, un lírico (Tres +1), Libro Vivo (Milena Caserola, El asunto), Poesía Llanto de mudo 1995-2015 (Llanto de mudo) y Lámparas (Editorial Pulpo, Puerto Rico, 2018).
Los domingos a las 9 hace una columna de difusión de poesía joven llamada “La poesía no se ajusta”, en el programa El Gato Escaldado, por AM 750. También integra la dirección de la comisión joven de Centro PEN Argentina (poetas, ensayistas, narradores).
Participó en el Festival Internacional de poesía José María Heredia, de Toluca, y en el Seminario Internacional de Poesía en Pachuca, ambos en México; en la Feria Internacional del libro de La Habana; en el espacio de poesía de la Feria del libro de Córdoba, entre otras actividades.
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No le tomaron la denuncia
porque se le fueron las marcas
y no había testigos
su amiga no se animó a denunciar
por vergüenza
a la vecina no le dio pudor ni miedo
avisó a sus padres y no le creyeron
una le avisó a su mamá sobre su papá
otra le contó a alguien sobre su padrastro
sobre su tío
sobre su abuelo
algunos se callaron y la historia se repitió
hasta dejar roto el último
rastro de niñez,
la historia sigue
a ella le pegó el novio y lo abrazó
a su amiga la sacudieron y no supo qué hacer
a una del grupo le dijeron cómo vestirse
qué ser de qué hablar
le criticaron una foto y la bajó
le gritaron loca y se lo creyó
a la amiga de la amiga también
a la vecina y a una compañera de trabajo
a la prima
a una desconocida que caminaba en la calle
y a la cuñada de alguien que consiguió trabajo y se mudó
y cuando le pasó a una mujer que no tuvo dónde ir
se quedó
a otras chicas las mataron
y a sus hermanas
y a las que miraban por la tele
a unas las chuparon
a otras las cortaron
a varias más embarazaron
las dejaron
no tomaron la denuncia
y cuando los encerraron
los dejaron ir
—no podemos hacer nada señora
—no podemos hacer nada piba
para evitar tu muerte
prometemos mostrarlas en televisión
si pasa algo grave,
indignarnos cuando llegue el momento
***
¿Por qué no debería doler lo que duele?
¿De dónde sacaron que
la desesperación se elige?
Qué hacemos con
las horas de charla
con toda la
literatura universal
las canciones
el cine
qué hacemos
con el sufrimiento
los egresados
de esa escuela
si sólo debemos
estar bien.
***
Soy incoherente con la época
seguir deseando lo que tengo
es mi mejor desastre;
si no hay nada que romper
no encanta,
si la presa está cazada
no hay hombre
volver a penetrar la herida
es aburrido
nada que pueda resolver en este momento.
Sobre la editorial Santos Locos y Rubicón
Santos Locos no es la primera editorial y, en rigor de verdad, no será la última. Santos Locos surge con la idea de dejar atrás las ediciones de autor, la peregrinación de editorial en editorial y así volver a pensar en poesía como quien no puede dejar de leerla y, más importante aún, como quien no puede dejar de escribirla.
Ahora, Santos Locos se suma al proyecto Rubicón de Contraeditorial para ofrecer periódicamente una selección de poesía, presentando poetas y sus obras.