Mientras el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a pesar de la crítica general de la comunidad educativa, se obstina en su plan para volver a la presencialidad escolar el 17 de febrero, el Frente de Todos advirtió que el protocolo presentado con ese fin por el alcalde Horacio Rodríguez Larreta carece de condiciones mínimas de aplicabilidad y que su negativa a abrir el diálogo “es una estrategia de marketing electoral que lo único que hace es generarle más estrés a las familias porteñas”.
“De nuevo, el gobierno de la Ciudad se llevó puesta a la comunidad educativa en su conjunto”, resumió Paula Penacca, diputada nacional del FdT, quien aclaró que su espacio está de acuerdo con la necesidad del retorno a la presencialidad de las clases “pero no de cualquier manera”. En ese sentido, subrayó que “tiene que haber un retorno seguro y una presencialidad cuidada, y es el gobierno de Rodríguez Larreta el que tiene que garantizar las condiciones vinculadas a la pandemia”.
“El gobierno de la Ciudad trata de dibujar una línea divisoria entre los padres y los docentes, para acumular políticamente sobre la polarización extrema” (Santoro).
Durante una conferencia de prensa de la que también participó el legislador porteño Leandro Santoro, Penacca insistió en lo que vienen reclamando muchos actores: “Debería haber habido una convocatoria al diálogo y no un anuncio apresurado que tiene que ver más con el marketing que con planificar el retorno efectivo a las escuelas”.
Para Santoro, a pesar de la negativa de abrir canales de negociación con los gremios docentes, el larretismo “sabe que finalmente se va a terminar sentando con esos sectores”. El legislador lo graficó de esta manera: “Es como que vos supongas que podés resolver el problema de la inseguridad sin hablar o sin tener en cuenta a la policía”. Por eso, sostuvo que con la dureza de su postura desde el PRO “le están mandando un mensaje a su electorado” y que por eso “lo que hay que hacer es ahorrarle a las familias más estrés del que tienen”.

De todos modos, Santoro buscó separar esta estrategia del macrismo de lo que consideró las condiciones reales. “Somos conscientes –remarcó– de que hay un presión social fuerte y que el gobierno tiene que responder. Los que somos papás sabemos que los chicos la han pasado muy mal por la falta de vínculo con sus pares, y que eso genera una angustia en el núcleo familiar”. A esto le sumó que “las familias de los docentes y las docentes también han sufrido mucho estrés y además sienten que una parte de la comunidad educativa y de la sociedad no les reconoció ese esfuerzo”.
En ese escenario, el dirigente aseguró que el Ejecutivo local “trata de dibujar una línea divisoria entre los padres y los docentes, para desviar la atención y acumular políticamente sobre un criterio que no suma, que es el de la polarización extrema”.

Un borrador cuestionado y un juez recusado
En cuanto al borrador presentado por la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, Penacca señaló que “está hecho a las apuradas, sin diálogo, si tener en cuenta las particularidad de la comunidad educativa y sin escucharla”, y que por eso de inmediato aparecieron objeciones elementales.
“Tiene que haber un retorno seguro y una presencialidad cuidada, y es el gobierno de Larreta el que tiene que garantizar las condiciones vinculadas a la pandemia” (Penacca).
“Por ejemplo –enumeró la diputada–, no todos los edificios permiten el distanciamiento de 1,5 metros, hay cuestionamientos a que los docentes compartan más de una burbuja y a que cada burbuja sea un aula, porque hay escuelas en el sur donde la matricula llega a 30 o más alumnos y alumnas”. A eso agregó que “también hay un planteo vinculado a que esto implicaría un aumento de los cargos docentes que no está contemplado en el protocolo, y que hay pocas precisiones sobre el ingreso y egreso de las escuelas, para evitar que se genere el amontonamiento habitual”.
Con respecto al expediente que lleva el juez porteño Andrés Gallardo, quien le pidió al macrismo precisiones sobre el protocolo y de inmediato fue recusado con argumentos que invocan generalidades, Penacca lo ubicó como una muestra más de un Poder Judicial de la Ciudad “que no es ecuánime”, sobre el que opera una evidente presión y que no es sino el capítulo local de un estado de situación nacional. “Tenemos un Tribunal Superior de Justicia hecho a medida para el Poder Ejecutivo. Es una justicia que está condicionada y creo que hay un primer paso para dar que es visibilizar esto, denunciarlo, que haya conciencia social”, señaló.
Por otro lado, sostuvo que en paralelo hay una discusión que trasciende al distrito: “Es cómo el proyecto político del que formamos parte encara un proceso de democratización de la justicia, porque sin duda no hay posibilidad de construir una democracia fortalecida si hay un Poder Judicial que no tiene autonomía suficiente no diría ya del poder político, sino de los poderes económicos que se expresan a través de los diferentes sectores políticos de nuestro país”.