Desde que alumnos y alumnas de Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) tomaron las escuelas como forma de protesta por las miserables condiciones materiales en que estudian, muchos periodistas les salieron al cruce no solo para cuestionar sus “modos” de protesta, sino también para instalar la intriga sobre sus móviles políticos.
La pregunta recurrente era ¿por qué en la provincia de Buenos Aires no hay escuelas tomadas y sí en CABA? La respuesta en todos los casos era explícita: seguramente La Cámpora está detrás de estas tomas, manipulando al estudiantado para hacerle la vida imposible al pobre intendente Horacio Rodríguez Larreta.
Como de costumbre, estos periodistas, poco afectos a la investigación, a levantar un teléfono o preguntar al menos a “San Google”, nunca exhibieron prueba alguna que respaldara esos dichos (sus motivos no los vamos a analizar en este espacio). Por lo cual, aquí, gracias a una humilde tarea investigativa –que solo costó un llamado telefónico a un conocido que trabaja en una escuela de provincia de Buenos Aires– pudimos tener una pequeña muestra de cómo son atendidos los y las alumnas de dichas escuelas.



Y como para muestra basta un botón, aquí les ofrecemos dos, para que juzguen por ustedes mismos y mismas por qué al gobernador Axel Kicillof no le hacen este tipo de reclamos. Le dije a este trabajador que me enviara una foto de un almuerzo en esa escuela y muy atento me mandó durante varios días fotos de los distintos menúes que prepararon y sirvieron en dicho establecimiento.
Para no cansar ni abusar del espacio, solo elegí dos: la vez que sirvieron polenta con estofado de carne y cuando el plato fue pan de carne con puré de zapallo. Si esto no es estar preocupado y ocupado por la salud del estudiantado, no sé cómo se lo puede calificar con el fin de retorcer la realidad. Por lo pronto prefiero definirlo como lo que es: una buena gestión para asignar partidas presupuestarias.
Los y las periodistas que pusieron toda la carga de la responsabilidad por la “forma” de protesta sobre las espaldas del estudiantado, ¿no deberían preguntarse por la responsabilidad que le corresponde afrontar a las autoridades de CABA? Cuando se habla de sanciones, ¿no correspondería ante todo una sanción para aquellos y aquellas funcionarias que no cumplen con las responsabilidades impuestas en normas y leyes? Resulta muy incomprensible que se exija seriedad con tanta vehemencia a menores de edad antes que a adultos con cargos tan importantes en el Estado.
* La autora es licenciada en Comunicación Social.