El ajuste que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta planea para la ciudad de Buenos Aires en 2021 es mucho más profundo de lo que los números “gruesos” muestran a simple vista. Hacia el interior del recorte que el larretismo tiene en mente, con la puja por la coparticipación como coartada política, los más afectados son justamente los sectores vulnerables de la sociedad porteña, los mismos que vienen sufriendo de lleno el impacto de la pandemia.
“Las prioridades políticas del gobierno porteño quedan en evidencia cuando se observa a nivel desagregado cómo evolucionará el gasto por función”, resume un informe elaborado el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav). El estudio señala que, “en términos generales, el presupuesto porteño estima un ajuste real en el Gasto para el año 2021 del 3%”, pero que el golpe será mucho más fuerte si se mira con lupa, mientras que casi el 8% de los recursos se lo llevará el pago de deuda.
Los recursos para Servicios Sociales se reducirán un 6,3%, en términos reales, en el presupuesto que presentó el PRO.
Al concluir 2020, “partidas como Vivienda y Agua Potable y Alcantarillado, sufrirán un desplome inédito del 60% y 36,6%, respectivamente. Estas partidas tendrán un repunte en 2021 pero seguirán lejos de los valores reales del 2019”, detalla el trabajo del Observatorio que coordina Santiago Fraschina. Lo mismo pasará en Trabajo y Cultura: “Caerán un 2,8% y un 6,2% en 2020 con respecto al año 2019, continuando con el ajuste en 2021, un 10,8% y 16%, respectivamente”. En los recursos para Servicios Sociales, que en 2020 mostraron un aumento real del 3,2% en relación al 2019, en el presupuesto que presentó el PRO “se contraerán en términos reales un 6,3%”.
El informe destaca que dentro de un recorte global del 3%, con una inflación proyectada del 32%, “los gastos corrientes sufrirán un ajuste mayor, del 6,2%”, y si bien los gastos de capital crecerán un 20%, “se debe a que partirán de un nivel particularmente bajo, ya que por la pandemia las obras prácticamente se frenaron en 2020, cayendo un 33%”. Si se toma como referencia al 2019, el colapso de los gastos de capital llegará al 20%.
La Salud sufrirá un ajuste del 9,4 por ciento en 2021, según destaca el informe del observatorio de la UNDAV.
El estudio de la Undav también expone el contraste de prioridades de cara a 2021 entre el macrismo porteño y el gobierno federal y el bonaerense: “Los gastos de capital, muy relacionados a inversión en infraestructura, comparado con 2019, crecen un 73,7% en Nación y un 135,5% en la provincia de Buenos Aires, mientras que en CABA se contraen un 20%; todas las variaciones en términos reales”. En cuanto a los Servicios Económicos, aumentan un 43,7% en la Nación y un 28,4% en la Provincia, en tanto que en la Ciudad se reducen un 19,7% respecto de 2019.
Dos áreas de la administración larretista merecen una mirada en detalle. “La inversión en Educación aumentará un 0,5%”, indica el Observatorio, pero recuerda que “en 2020 los gastos en esta partida apenas crecieron un 0,2% en relación al año pasado”. En lo que toca a las partidas para Salud, “sufrirán un ajuste de 9,4% para el año 2021. A causa de la pandemia, está área aumentó en términos reales durante el corriente un 8,4%, en comparación al 2019”. El documento de la Undav considera que “el Ejecutivo porteño argumentará que este recorte en salud del año 2021 es a causa del gasto extraordinario por Covid durante 2020, aunque no está del todo claro que se termine la pandemia durante el año venidero”.
Además del ajuste en áreas claves, el gobierno de la Ciudad incorporará tres nuevos impuestos.
En 2021, el récord inverso lo tendrán las partidas de Ecología y Servicios urbanos, con caídas de 12,8% y 10,4%, respectivamente, mientras que el único gasto que no sufrirá ajuste, sino todo lo contrario, serán los Servicios de Seguridad, que seguirán aumentando en términos reales durante 2020, con 3,6%; y 2021, con 6,6%. Es decir, un acumulado en dos años del 10,5%. “Esto muestra a las claras que la forma de gobierno del ejecutivo porteño está orientado hacia una política represiva más que a un desarrollo económico con inclusión social”, concluye el equipo de la Universidad Nacional de Avellaneda que encabeza Fraschina.
Cabe recordar que, junto al ajuste, el larretismo también propone incorporar el año próximo tres nuevos impuestos: ingresos brutos a las Leliq y a las operaciones de Pases, y un tributo de 1,2% en los pagos con tarjetas de crédito. Para los dos primeros gravámenes, la Undav advierte que este aumento de las tasas activas traerá un “correlato negativo en la demanda de créditos para proyectos productivos y préstamos personales”, en tanto que la carga a las tarjetas “derivará en un desincentivo a la bancarización con efectos negativos sobre la actividad comercial y el consumo”.
Gracias a este combo de ajuste más impuestazo, el macrismo de la Ciudad “prevé una caída del déficit fiscal estimado para 2020 en $ 75 mil millones, generado en gran medida por los gastos propios de la pandemia. Este se reduciría hasta los $ 25 mil millones en 2021; lo cual permitiría reducir la deuda pública porteña”.