En el marco de la semana del día del periodismo te dejamos algunos datos para reflexionar sobre cuál es la realidad que atraviesan las mujeres y disidencias trabajadoras de prensa tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales. El espiral de violencia y desigualdad sigue siendo el común denominador para la descripción de esta realidad. Una situación que, sin dudas, se vio agravada por la pandemia por Covid-19. Además, como lo demuestran las investigaciones sobre la participación de las mujeres en las redes sociales, la violencia aumenta a medida que aumenta la participación en el espacio público. A continuación, dejamos algunos elementos de análisis elaborados por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires y por Amnistía Internacional en referencia a salarios, tareas de cuidado y trabajo, violencia laboral y violencia en las redes sociales.

La encuesta integral sobre la situación de les trabajadores de prensa realizada por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) se realizó durante la primera mitad de 2021 y abarcó a 900 trabajadoras y trabajadores de 95 medios de comunicación (Públicos, Privados y Autogestivos) de prensa escrita, oral y televisiva de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Acceso a puestos de trabajo y salarios: desigualdad
Respecto a la Paridad en los medios de comunicación, los resultados arrojan que, del total, sólo el 38,59% son mujeres o disidencias sexuales. La cifra asciende en la rama Radio, donde el 52 % son trabajadoras, pero baja considerablemente en TV, donde sólo hay 26.3% de los puestos ocupados por mujeres y disidencias y en Prensa Escrita, con el 31,6%. “No es casual que en la rama donde hay mejores sueldos (TV) haya menor porcentaje de trabajadoras y que haya más en aquella con las condiciones más precarias (Radio)”, asegura el informe.
En torno a los Salarios, los resultados también arrojan desigualdad. Dentro de las mujeres y disidencias, el 57.8% cobra por debajo de la línea de pobreza. Esta situación agudiza la gravedad del cuadro que ya se vivía el año pasado, con la mitad (49,3%) bajo esta línea. No obstante, el empobrecimiento salarial respecto al año pasado también se vio en el segmento de varones que, si bien en 2020 estaba por debajo de la canasta básica en un 37,5%, este año lo hace en un 53%.
Entre las mujeres y disidencias, el 27,3% manifestó tener ingresos inferiores a los de varones que realizan la misma tarea. Más de 8 de cada 10 cree que se trata de una discriminación por cuestiones de género.

Pandemia, trabajo remunerado y tareas de cuidado
Sobre cómo impactan las tareas de cuidado en el marco de la pandemia, entre las mujeres y disidencias con hijes o personas a cargo, el 81% afirmó que le dedica más tiempo que antes de la pandemia a las tareas de cuidado y el 93,5% que su trabajo remunerado se vio afectado en alguna medida por esas tareas (trabajo no remunerado). Entre esa población, además, 3 de cada 10 afirmaron que se ocupan ellas solas de esas tareas.

Violencias en las casas, en los medios y en las redes
Según la encuesta realizada por el SIPREBA, el 9,4% de las mujeres y disidencias sexuales manifestó haber sufrido alguna situación de violencia de género desde que comenzó la pandemia. El 28,57% de las mujeres y disidencias que sufrieron violencia durante la pandemia la sufrieron en el hogar, a cargo de familiares, (ex) parejas o personas de su ámbito doméstico. El 71,42% de las mujeres y disidencias que sufrieron violencia durante la pandemia la sufrieron en el ámbito laboral. Y, entre esa población, más de 6 de cada 10 la sufrió por parte de un superior.
El espiral de violencia también se traslada a otro de los espacios que las mujeres y disidencias utilizan para trabajar, expresarse y dar el debate por mayor igualdad. Las Redes Sociales reproducen de manera alarmante las violencias contra mujeres y disidencias.
Amnistía Internacional, en el marco del debate público sobre el proyecto de ley de IVE, realizó la investigación “Violencia online contra las mujeres durante el debate por la legalización del aborto en argentina”. La investigación se realizó mediante una encuesta sobre violencia online contra las mujeres en Argentina y sobre una base de 1.200 mujeres, de 18 a 55 años, encuestadas en todo el país.

Este informe revela que “la violencia y el abuso online hacia la mujer se manifiesta a través de una variedad de vivencias, como amenazas directas o indirectas de violencia física o sexual; el abuso sexista y misógino; el acoso dirigido, la violación de la privacidad en forma de doxing o la difusión de imágenes sexuales o privadas sin consentimiento”.
Según esta encuesta, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia en las redes sociales en Argentina. De estas, un 26% de las mujeres víctimas de violencia o abuso en las redes sociales recibió amenazas directas y/o indirectas de violencia psicológica o sexual. Un 59% manifestó que fue objeto de mensajes sexuales y misóginos, mientras que un 34% recibió mensajes con lenguaje o comentarios abusivos en general. Durante el debate por la legalización del aborto, las encuestadas advirtieron que el lenguaje abusivo aumentó un 42%; las amenazas psicológicas de violencia sexual, un 12%; los comentarios racistas, un 14%; y los comentarios homofóbicos o transfóbicos, un 15%.
Twitter, violencia y silenciamiento
Respecto a Twitter como una de las redes sociales en las que más se manifiesta la violencia contra las mujeres, Amnistía Internacional publicó otro informe llamado “#toxictwitter violencia y abuso contra las mujeres en internet”. Este informe afirma que, si bien la violencia y el abuso contra las mujeres no están limitados a ninguna red social en particular, Twitter es una de las empresas del sector más grandes del mundo y su plataforma es una de las más influyentes a nivel global. Por lo tanto, es un componente crítico a la hora de iniciar cualquier tipo de iniciativa para enfrentar la violencia y el abuso en línea.

Los disparadores de la violencia y del abuso, según afirma el informe, se dan hacia las mujeres por diversas razones. A veces, es por hablar sobre cuestiones específicas (a menudo, temáticas feministas); a veces, porque son figuras públicas.
Además, asegura que “una declaración conjunta realizada por los Relatores Especiales sobre la violencia contra la mujer y sobre la libertad de expresión resaltó cómo la violencia y el abuso en línea contra las mujeres puede desanimar y disuadir la participación en línea de mujeres periodistas, activistas, defensoras de los derechos humanos, artistas y otras figuras públicas y personas privadas”.
La violencia busca el silenciamiento, busca que Twitter se transforme en un lugar vedado para la opinión de mujeres y disidencias. Pero, además, se busca transformar a la red social Twitter en otro no lugar para el trabajo periodístico de mujeres y disidencias. Como afirma el informe de Amnistía, muchas de las periodistas hicieron hincapié en la importancia que tiene Twitter para su trabajo. “A menudo, se espera que estén activas en la plataforma para promocionar su trabajo entre sus lectores y atraer a nuevas audiencias. De hecho, los periodistas utilizan Twitter para desarrollar su capital social al ser los primeros en informar las noticias a sus comunidades, lo que se traduce en nuevos lectores que pueden atraer a más anunciantes y, en consecuencia, ganancias económicas. Las periodistas enfatizaron que dependen de Twitter para construir sus redes de contactos y conseguir trabajo. Para muchas, no estar en Twitter no es una opción”
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Fuente: Piedra Libre Comunicación