“Malvinas, tierra cautiva, de un rubio tiempo pirata. Toda la Pampa te llama. Seguirán las mil banderas del mar, azules y blancas, pero queremos ver una sobre tus piedras, clavadas. Para llenarte de criollos. Para cubrirte la cara hasta que logres el gesto tradicional de la Patria. Ay hermanita perdida. Hermanita, vuelve a casa.”
Atahualpa Yupanqui
Como un cabildo abierto, Malvinas nos ayuda a reconstruir nuestra propia historia, la que nos conforma como argentinos y que se reitera con el justo reclamo de soberanía que tiene la Argentina desde hace 189 años, avasallada por la posesión colonial de Gran Bretaña sobre nuestras islas. Esta fecha patria es una nueva oportunidad para reiterar el permanente y justo reclamo que sostenemos desde 1833. Exigir al Reino Unido la discusión sobre las Malvinas e Islas del Atlántico Sur, tal como lo establece la resolución 2065 de las Naciones Unidas desde hace 57 años, es un objetivo irrenunciable del pueblo argentino. En la dinámica de la política exterior, hay que buscar originar un quiebre sobre fórmulas y esquemas anteriores que fueron interpretados como entreguistas, posicionando la Cuestión Malvinas con el objetivo de revertir el statu quo británico imperante en el sistema geopolítico del Atlántico Sur.
El acuerdo firmado el 13 de septiembre de 2016 por el entonces vicecanciller argentino Carlos Foradori, entre copas y a escondidas, solo buscó satisfacer los pedidos de la Corona Británica en temas como explotación de recursos, pesca, hidrocarburos o vuelos aéreos, sin ningún beneficio para nuestro país. Esa actitud cipaya, que no fue casual, fue parte de la política exterior del Gobierno de Mauricio Macri, que actuó facilitando con total impunidad el avance británico sobre nuestro territorio marítimo, las riquezas de nuestro mar y suelo austral.
El acuerdo firmado el 13 de septiembre de 2016 por el entonces vicecanciller argentino Carlos Foradori, entre copas y a escondidas, solo buscó satisfacer los pedidos de la Corona Británica en temas como explotación de recursos, pesca, hidrocarburos o vuelos aéreos.
Hay que tener constancia y decisión política. El Reino Unido tiene su mirada puesta en la riqueza latinoamericana. Trabajan para fortalecer la base militar en “Monte Agradable”, la mayor que posee un aliado de la OTAN en el hemisferio sur. Multiplican el armamento de guerra en una zona de paz, pretendendiendo ocupar 1.639.900 kilómetros cuadrados de nuestro territorio marítimo. Intentan controlar nuestros pasajes bioceánicos Atlántico-Pacifico, por donde pueden circulan sus submarinos nucleares. Por estos días, los británicos están invirtiendo 85.000.000 de dólares en la construcción de un puerto de aguas mirando como eje el Continente Blanco; especulan que en un futuro no muy lejano disputarán por los alimentos, los hidrocarburos y la mayor reserva de agua potable que tiene el planeta en la Antártida.
Los habitantes de las islas reciben regalías pesqueras a cambio de la depredación de nuestra fauna ictícola. Este año se capturaron más de 95.000 toneladas del calamar. Entre 1983 y 2020, recaudaron solo de regalías pesqueras 187 mil millones de dólares. Uno se pregunta con ese dinero cuántas escuelas, hospitales, viviendas, rutas se podrían construir; cuántos planes alimentarios, créditos hipotecarios se hubieran otorgando o cuánto menos dinero le deberíamos al Fondo Monetario Internacional (FMI).



Este 25 de Mayo reafirmemos nuestro compromiso con el cumplimiento de la Cláusula Transitoria 1º de la Constitución Nacional y potenciemos el legítimo e imprescriptible reclamo por la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes. La Argentina debe desarrollar políticas soberanas en nuestra plataforma continental, profundizando la investigación científica, y ampliar los puertos patagónicos, en espacial el la ciudad de Ushuaia, en donde se construirá un Polo Logístico Antártico. Es necesario desarrollar una marina mercante más activa y fortalecer nuestras bases antárticas.
El Consejo de Malvinas, que depende de la Cancillería y fue creado por ley en el año 2020, es un ejemplo. En él todas las fuerzas políticas e instituciones, representantes del mundo académico y excombatientes tienen participación. Su objetivo es diseñar y llevar adelante las estrategias que permitan conducir con éxito el reclamo más allá de los calendarios electoralesymarcar con claridad los principales objetivos de esa política de Estado.
Malvinas es un rescate de lo colectivo, es ese lugar de pertenencia que tiene el pueblo argentino, es una causa nacional, popular y regional de lucha contra el colonialismo: no hay ciudad que no tenga un monumento, una plaza, una escuela, una calle, un monolito o un mural que recuerde a nuestros compañeros caídos. En innumerables canciones de rock o de folklores, en las banderas de las hinchadas de fútbol, en las remeras de los sindicatos se alude a esta parte de nuestra historia. Pero con eso no alcanza, tenemos que trabajar en cómo recuperamos las islas y eso debe ser una política de Estado que debe estar por encima de cualquier gobierno. En ese contexto, hay que mantener el proceso de malvinización, donde la integración con los países de la región es fundamental: volveremos a Malvinas de la mano de América Latina.
Nuestra reivindicación histórica por Malvinas es un faro que marca el camino hacia la construcción colectiva que tenemos sobre esta causa. Celebramos una nueva fiesta patria aún incompleta por no ver flamear la celeste y blanca en todo el territorio nacional.
Evoquemos lo pasado pensando en el futuro, recorriendo todos los caminos posibles en el reclamo bajo el signo de la paz. Debemos guiar a las generaciones venideras y, junto a ellas, generar la fuerza necesaria para que perdure la Causa Malvinas, que por historia y derecho nos corresponde.
Nuestra reivindicación histórica por Malvinas es un faro que marca el camino hacia la construcción colectiva que tenemos sobre esta causa. Celebramos una nueva fiesta patria aún incompleta por no ver flamear la celeste y blanca en todo el territorio nacional. Como decía Atahualpa Yupanqui: “Ay, hermanita perdida. Hermanita vuelve a casa”.
Verdad, memoria y SOBERANÍA.
* Edgardo Esteban es periodista, excombatiente de Malvinas y director del Museo Malvinas.