Por primera vez, la Cámara de Diputados de la Nación incorporó a una trabajadora trans: Luz Aimee Díaz, quien ingresó en el marco del Programa de Empleo, Formación y Desarrollo para las Personas Travestis y Trans, una herramienta encaminada a saldar la deuda histórica del Estado con quienes integran uno de los colectivos más marginados, con menos expectativa de vida y sistemáticamente excluidos del empleo formal y estable.
“Marca el comienzo de un Congreso abierto y comprometido en construir una sociedad más inclusiva, que trabaje en la lucha contra la injusticia y discriminación”, sostuvo Sergio Massa, presidente de la cámara baja, durante un acto celebrado el miércoles último.

Luz Aimee es una joven salteña trans que en 2018 fue encarcelada, acusada de un crimen que no cometió, en un proceso donde se hicieron patentes las vulneraciones a las que de forma cotidiana son sometidas las personas trans. En Diputados, va a desempeñarse en el Departamento de Géneros y Diversidad Sexual que encabeza Laura Caniggia y que depende de la Dirección General de Recursos Humanos que dirige Agustín Torroba.
Entrevistado para conocer detalles del Programa de Empleo, Formación y Desarrollo para las Personas Travestis y Trans –creado por la resolución Nº 1098/20 de la presidencia de la cámara, el 26 de agosto–, Torroba reflexionó sobre el significado de este tipo de acciones en términos de políticas de reparación.
– ¿Cómo surgió la idea de impulsar este programa?
– Lo principal es destacar el apoyo político que tuvimos de parte del secretario Administrativo, Rodrigo Rodríguez. Cuando él nos convocó a hacernos cargo de la Dirección de Recursos Humanos, le planteamos como una de nuestras prioridades de gestión la creación de un programa de empleo para personas trans, y su apoyo y el de su equipo fue inmediato. En enero y febrero, junto a quien es la jefa del Departamento de Géneros y Diversidad Sexual, Laura Caniggia, mantuvimos una serie de reuniones con distintos referentes del colectivo: Ornella Infante, Alba Rueda, Luisa Paz; y con diputadas de la comisión de Diversidad Sexual, como Mónica Macha y Cristina Álvarez Rodríguez. Así es como, junto a ellos y ellas, fuimos elaborando el programa, que se elevó al presidente de la Cámara los primeros días de marzo, pero los tiempos de la pandemia lo demoraron un poco y finalmente se firmó a fines de agosto.

– ¿Por qué se lo presenta también como un programa de formación?
– Porque una de sus características es un acompañamiento integral. Antes de la firma del programa, ya habíamos iniciado tratativas con universidades, por ejemplo, la de Avellaneda, para realizar convenios orientados hacia la terminalidad secundaria y para darles a los compañeros y compañeras trans que ingresen la posibilidad de realizar estudios terciarios y universitarios. Esto está acompañado con un reconocimiento: a medida que ellos o ellas van avanzando en sus estudios, van progresando en su carrera administrativa. A mayor capacitación, a mayor formación académica, automáticamente hay un reconocimiento de una categoría superior. Otra característica del programa es la conformación del equipo interdisciplinario. De hecho, el ingreso de Luz Aimee está orientado a integrar el equipo interdisciplinario, que nos importa y nos preocupa, principalmente, en dos sentidos. Uno, como decía, es en cuanto a la formación académica, y el otro está orientado al tema de salud de todos los compañeros y compañeras que se incorporen. El programa tiene una concepción integral.
– ¿En qué sentido?
– Porque queremos, a partir de este equipo interdisciplinario, hacer un seguimiento y un acompañamiento de todos los compañeros y compañeras trans que vayan ingresando. Somos conscientes y sabemos de la enorme cantidad de barreras culturales y de prejuicios que vamos a tener que ir derribando y que ya comenzamos a derribar a partir de la firma misma de la resolución que crea al programa.

– ¿Qué significan este tipo de herramientas para el Congreso?
– Para la cámara significa, como parte del Estado, empezar a terminar con una injusticia. A quienes sostenemos que debe ser el Estado el garante de finalizar con estas injusticias, de bregar por una justicia social, y como trabajadores y trabajadores de la cámara, esto nos enorgullece y ese fue el mensaje que recibimos. Sinceramente, cuando a los compañeros y compañeras les comentábamos que estaba a la firma un programa de empleo para personas trans, incluso nos sorprendió el entusiasmo con que era recibido y el conocimiento que había de que este colectivo social es justamente, y sin dudas, el más excluido. Es momento, luego de cuatro años de retroceso en derechos, de que el Estado vuelva a hacerse fuerte y bregue por garantizarles derechos a las personas trans, a quienes no sólo se les han negado, sino que además se las ha reprimido y perseguido.
– ¿Cuál es la expectativa con el desarrollo del programa?
– El objetivo es cumplimentar en estos cuatro años de gestión el 1% que establece como mínimo de cupo laboral trans el decreto del presidente de la Nación. Ya hay otros ingresos en proceso. Desde el Departamento de Géneros se realizó una campaña de difusión hacia adentro, haciendo un relevamiento de las necesidades de cada área, y hubo algunas que han mandado solicitudes de ingreso por cargos vacantes. El área nos informa cuál es el perfil, el equipo interdisciplinario hace un relevamiento de los currículums ingresados y ahí se contacta a las personas cuyos perfiles coinciden con lo que estamos necesitando. Luego de un proceso de entrevistas que realizan los psicólogos del equipo interdisciplinario, se elevan las propuestas al área solicitante, para que entrevisten y finalicen el proceso de selección. Tenemos en curso alrededor de cinco o seis pedidos más, que pretendemos ingresarlos en lo que resta del año.
Publicado en ICN