En el taller de Luis Viale –en Caballito- vivían 65 personas. 5 menores de edad y una mujer embarazada fueron víctimas del incendio del taller textil el 30 de marzo de 2006. Juana Vilca (de 25 años), Wilfredo Quispe Mendoza (15), Elías Carbajal Quispe (10), Luis Quispe (4), Rodrigo Quispe Carvajal (4) y Harry Rodríguez (3).
La Comisión por la Memoria y Justicia de los obreros de Taller Textil de Luis Viale convocan a participar a una Jornada de Lucha y Resistencia que se llevara a cabo este 30 de marzo desde el medio día en las puertas del ex taller textil, en Luis Viale 1261, Caballito, Capital Federal.
Lourdes Hidalgo, una de las sobrevivientes y convocante de esta jornada, en una entrevista para Bolivia Al Aire TV, pidió que la sociedad acompañe la actividad de lucha para que estas muertes no queden en el olvido y que otras tragedias puedan evitarse.
Vivían 65 personas y cinco menores de edad y una embarazada fueron víctimas del incendio.
“Estas muertes eran evitables porque se veía a plena vista las condiciones malas que estuvo el taller. Antes de ese 30 hubo otro incendio donde se prendió fuego uno de los cables del que mas bien no hubo accidentados porque todos estuvieron en el taller y nadie arriba”, recordó Lourdes, sobre cómo fue que esta masacre. Recordó que los organismos del Gobierno de la Ciudad en aquel entonces inspeccionaron el lugar pero no hicieron por las condiciones del lugar ni por la situación laboral.
El trabajo constaba de una jornada desde las 7 de la mañana hasta las 23 hrs de la noche en el que convivían 65 personas, entre ellos 25 niños. “Ellos (los capataces del taller, Juan Manuel Correa y Luis Sillerico Condori) sabían en las condiciones que estaba el lugar. Yo intente irme de ahí, pero cuando quise cobrar mi sueldo me dijeron que ahí pagan a los 3 meses de trabajo. En ese entonces no me quedo otra que quedarme porque no tenía donde ir sin dinero”. En ese entonces ella vivía en otro espacio pero como no le pagaban el sueldo ya no tenía como cubrir sus gastos de alquiler motivo cual decidió aceptar la propuesta de vivir dentro del taller en esas condiciones infrahumanas.
“Subí arriba, en el entre piso me dijeron. Había cuartos separados por cartón, tela y nailon donde varios vivían juntos”. Ahí, Hidalgo, dijo que para todos los residentes solo había un baño. Si bien había otro en refracción, estos le negaron la petición y le llamaron la atención; no por su trabajo sino por hacer un reclamo de tener más baños disponibles. “para ir a la ducha teníamos que hacer una cola larga de dos horas y no abastecía para todos”, dijo.
“Estas muertes eran evitables”, afirma Lourdes Hidalgo, una de las sobrevivientes.
Ella, junto a varios familiares, continúa con el reclamo justicia. El caso en la actualidad quedo en la impunidad. El 21 de junio de 2016 el Tribulan Oral en lo criminal nº 5 en Capital Federal condenó con prisión de 13 años por “estrago culposo seguido de muerte” y reducción a la servidumbre” a los capataces del taller en esos años: Correa y Sillerico. No fue el caso de los dueños del taller, Daniel Fischberg y Jaime Geiler, que están en libertad sin condena.
Esta tragedia a Lourdes aun le genera dolores, no solo de recuerdo sino secuelas en su salud. “El día del incendio yo entre a sacar a un niño del fuego, que estaba en medio un colchón zapateando sin saber cómo salir. Tome valor, entre a salvarlo y en ese entonces vi algo negro, pensé que era un televisor que se podía caer pero era un humo negro que me asfixio mucho”. Ella creyó que ese inconveniente que le generó aspirar eso iba ser pasajero pero al día de hoy le dejó secuelas que sigue en tratamiento médico.
La inexperiencia de hablar en español fue algo que sacaron provecho impunemente los responsables del taller. Los traían de Cohoni, departamento de La Paz, Bolivia, quienes solo podían hablar la lengua aymara y no podían comunicarse en español.
Los dueños del taller están en libertad sin condena.
Lourdes relató uno de los momentos más duros que vivió: la muerte de Luis, uno de los menores de edad, que no comprendió cuando le ofrecían ayudar para salir y él no comprendía nada. “Una de las chicas vio que él estaba atrapado en el fuego. Le ofreció ayuda para socorrerlo. Le dijo ¡Corre! ¡Vamos! Y como no entendía que significaba eso no salió”.
A 16 años de lucha de justicia y castigo para los responsables se conformó una Comisión por el caso de Luis Viale compuesto por distintas organizaciones sociales de la colectividad boliviana y argentina. Desde ahí impulsan dos proyectos de ley: Que el 30 de Marzo de 2016 se recuerde en las instituciones educativas tanto en Capital Federal como Provincia de Buenos Aires como el de la expropiación del lugar para convertirlo en un espacio de Memoria y que no se la ponga en venta a particulares.
“No queremos que la muerte de nuestros hermanos y hermanas, niños, quede en el olvido” finalizó Lourdes Hidalgo.