Procesan por homicidio culposo a un colectivero que atropelló y mató a un ciclista. Reclamos a Larreta y quejas por la negligencia de la policía de la Ciudad.
La sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal, revocó el sobreseimiento de un chofer de la línea 134 que atropelló y mató a un ciclista el pasado 25 de diciembre y ordenó su procesamiento.
La medida fue dictada por los camaristas Ignacio Rodríguez Varela, Hernán Martín López y Julio Marcelo Lucini, este último en disidencia parcial, quienes consideraron a Walter Daniel Caballero autor penalmente responsable del delito de “homicidio culposo agravado por la conducción imprudente de un vehículo automotor”, al tiempo que le reprocharon no haber circulado con el debido cuidado ni “haber respetado la prioridad de paso” al ciclista.
El siniestro se produjo a las 6 menos cuarto de la mañana del día de Navidad, cuando el chofer de la línea 134 manejaba el interno 4720, por la avenida Del Barco Centenera al 1100, y mientras el semáforo funcionaba en modo intermitente, lo que impone al conductor mayores recaudos en el manejo, que no cumplió.
Todo ocurrió en el cruce de Centenera y Estrada, en el barrio de Parque Chacabuco. El colectivo embistió con el lado derecho de su parte frontal al joven Mariano Luna, de 26 años, quien circulaba con su bicicleta mountain bike de rodado 26 por la ciclovía, en dirección a la calle San José de Calasanz, en la siguiente cuadra. Tras el impacto, el joven murió en el lugar. Debido a que la ciclovía cambia de mano al llegar a Centenera, el joven debió cruzar la calle Estrada por la senda peatonal, lugar donde fue atropellado.
Negligencia policial
Según constató de inmediato un oficial policial, la calzada se encontraba en buen estado y la visibilidad era óptima. Si bien no se obtuvieron imágenes de lo ocurrido pues no había cámaras del Centro de Monitoreo Urbano instaladas en el lugar, el juzgado a cargo de la instrucción y la policía que labró las primeras actuaciones omitieron recoger las imágenes de las cámaras de los edificios particulares, que las almacenan durante un mes.
“Esa falso que las cámaras privadas de la zona no graban. Es lo que pone la policía en sus actas, y el juzgado nunca corrobora”, advierte Claudia Conteris, madre de Mariano. “Había cámaras que enfocaban la esquina y grababan, sólo que cuando yo fui ya había pasado más de un mes desde el accidente y se había borrado todo”.
No obstante esta negligencia pericial, la resolución judicial destacó que las sendas de paso contaban con la debida señalización de “bicisenda” y “ceda el paso”.
Para el tribunal, las pericias demostraron que “la actuación de Caballero no se ajustó a su deber de cuidado”, dado que incumplió con su deber de “ceder siempre el paso en las encrucijadas al que cruza desde su derecha”.
Respecto de la intermitencia programada del semáforo, el tribunal consideró que, en vez de ser un atenuante de la responsabilidad del conductor del colectivo, “obligaba al causante a detenerse o al menos disminuir su marcha en ese cruce”, por lo que “la muerte de Luna se le debe adjudicar por lo que dejó de hacer y le era exigible, en el caso detenerse o reducir considerablemente la velocidad”.
El conductor había sido inicialmente sobreseído por la jueza Ángela Mariana Gómez Maiorano, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 49. Sin embargo, el beneficio procesal para el colectivero fue revocado por la Cámara tras la apelación interpuesta por el fiscal Martín Mainardi, titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 25.
Reclamos
El pasado 18 de abril, la Asociación Civil Madres del Dolor, junto al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y familiares de Mariano Luna, colocaron una estrella amarilla en el lugar donde el joven fue atropellado. Semanas antes, sus familiares, amigos e integrantes del colectivo Masa Crítica, habían colgado sobre un poste de luz ubicado en la esquina del siniestro una bicicleta blanca.
En el homenaje, sus promotores exigieron al gobierno de la Ciudad que “eduque y capacite a los que manejan transporte de pasajeros, porque estamos un poco hartos que siempre los ciclistas tengan que morir en el tránsito, por culpa de ellos, por su violencia vial”.
En un comunicado, el colectivo que reúne a ciclistas que el primer domingo de cada mes parten del Obelisco y recorren diferentes barrios de la Capital, señaló que “Mariano cruza correcto, pero aparece un colectivo de la línea 134 y su chofer, viendo que el semáforo no funcionaba, que hay una ciclovía con la senda pintada de verde, que hay carteles que indican que hay una vía protegida, no detiene su veloz marcha, lo embiste y lo mata”.
Además de la terrible pérdida, la familia de Mariano estuvo en vilo durante cinco días posteriores al accidente, en los que no tuvo información sobre el paradero del joven.
“Sólo dos veces vino la policía a casa, tocaron el timbre y como no encontraron a nadie no volvieron y no me notificaron de lo que había pasado, mientras nosotros estábamos desesperados buscando saber algo de Mariano”, relata Claudia, quien al momento del siniestro se encontraba en Uruguay. El hermano y el padre de Mariano, en tanto, se encontraban en Mar del Plata. “Estábamos lejos, pero nunca nos buscaron, siendo que tenían nuestros datos y podrían haberlo hecho”, agrega.
La morosidad policial en la notificación contrastó con la celeridad judicial para el sobreseimiento, dictado en marzo y recientemente revocado, a pesar de que en el medio estuvo la feria judicial de enero y la actividad tribunalicia se encuentra afectada por la pandemia.