En su histórico alegato en la causa “Contraofensiva montonera”, el abogado Pablo Llonto reiteró que el plan sistemático de torturas, desapariciones y asesinatos que puso en marcha la dictadura cívico-militar no fue consecuencia de una guerra, como argumenta la defensa de los genocidas juzgados. “Es un hecho totalmente falso y desmentido con todas las pruebas y sentencias que desde el Juicio a las Juntas en adelante han existido en nuestro país, destacó el letrado.
En la causa denominada “Contraofensiva montonera” se juzga a seis ex integrantes de los servicios de inteligencia del Ejército argentino por la privación ilegal de la libertad, tormentos y homicidios de 94 personas, entre 1979 y 1980. Ellos son: Jorge Apa, quien se desempeñó como jefe de la División Inteligencia “Subversiva Terrorista”, dependiente la Jefatura II de Inteligencia del Estado Mayor General del Ejército; Roberto Dambrosi, ex jefe de la Compañía de Actividades Psicológicas del Batallón 601 de Inteligencia; Juan Firpo, ex jefe de la Central Contrainteligencia y jefe de la División Seguridad del Batallón de Inteligencia 601; Jorge Bano, quien integró la Sección Operaciones Especiales (SOE) de la guarnición de Campo de Mayo; Eduardo Ascheri, otro integrante de la SOE de Campo de Mayo y Marcelo Sixto Courtaux, jefe de Actividades Especiales de Inteligencia y Contrainteligencia del Destacamento de Inteligencia 201.
El abogado Pablo Llonto representó a los familiares de 35 víctimas de la represión. Como hicimos con la primera parte de su alegato, Contraeditorial comparte la segunda de este verdadero documento histórico:

Nuestra querella y la de las Abuelas de Plaza de Mayo continuarán con su alegato. Inicialmente hablamos y dijimos que la defensa en este y en otros juicios, trata de envolver lo ocurrido bajo el discurso de que en aquellos años de terrorismo de Estado y de plan de exterminio, en la Argentina había una guerra. Hecho totalmente falso y desmentido con todas las pruebas y sentencias que desde el juicio a las juntas en adelante han existido en nuestro país, respaldadas las mismas también en juicios a genocidas argentinos en el exterior del país.
En este juicio volvió a aparecer este planteo en un material de prueba que ha presentado la defensa del imputado Apa, queriendo hacernos creer que hubo una guerra. Durante el tramo del alegato anterior, dijimos que en esta causa contábamos con un elemento de prueba muy poco utilizado, en relación al allanamiento que se hizo en la casa del dictador Jorge Rafael Videla, donde se encontraron papeles y un borrador en el cual Videla mantenía conversaciones con el periodista José Gobello. En ese borrador, Videla hace una referencia respecto al comienzo de una hipotética guerra, remontándose a los años 60, pero él mismo se pregunta:
“También podemos preguntarnos cuando finalizó esta guerra. Desde el punto de vista militar, podría decirse que concluyó en 1978”
Debido a este documento, podemos deducir que para el mismísimo Videla, durante los años 1979 y 1980 no existía guerra alguna.

Vamos a ir a nuestro séptimo caso, que son los secuestros, tormentos y desaparición forzada de Regino Adolfo González. Estos hechos se remontan al 13 de Septiembre de 1979. Por este caso, declaró en primer lugar su hija Mariana, quien nos contó que en el año 1979, momento del secuestro, ella tenía tres años, y nos dijo que su padre comenzó en la militancia política desde muy joven en Wilde, ingresando a la Juventud Peronista en el año 1968. Al principio, su militancia fue barrial, en 1973 fue candidato suplente a diputado por el FREJULI. En 1975 estuvo a cargo del Área Internacional de Montoneros, ligada a un departamento de vinculaciones con distintos gobiernos de Europa, África y Medio Oriente. En 1976, Regino pasa a hacerse cargo del departamento ´África y Medio Oriente´, razón por la cual su familia comienza a viajar a países de esos continentes. Montoneros tenía relación con gobiernos como el de Mozambique, Tanzania, Simbawe, y con organizaciones políticas de liberación nacional como el Frente Polisario. Mariana explicó que la familia se radicó durante un tiempo en Tanzania, y la misma estaba constituida por María Consuelo Castaño Blanco y sus tres hijas, Delia Teresa, Eva Judith y Mariana González. Luego de este recorrido internacional, Regino toma la decisión de regresar a la Argentina en el marco de la contraofensiva montonera.

Mariana nos explicó que su mamá acompañaba a Regino en algunas cuestiones, sin involucrarse en la militancia orgánica. Regino estaba a cargo de uno de los grupos TEA que se había formado en México, y Mariana nos contó que de ese grupo recordaba a la cordobesa Silvia Julis, a Jorge ´Yuyo´ Rubino, a ´La Chana´, al ´Negro Hugo´, al ´Poeta Berliner´, a ´Yacaré´, a ´Valentín´, a la mujer del ´Negro Hugo´, y agregó también al hermano de Regino, Juan Fernando González, como apoyo en la argentina, quien falleció en el año 2017 y acompañó muchas de las actividades militantes de Regino en la Argentina. Regino, a quien le decían ´El 8´, tenía este sobrenombre debido a que fue protagonista de un hecho publicado en la revista ´Evita Montonera´, que indicaba que él había estado rodeado por ocho policías y había logrado escapar de esa situación. Mariana contó que Regino entró al país mediante un micro proveniente de Brasil en Enero de 1979, y tomó contacto con su hermano Juan Fernando, quien lo alojó en Sarandí. Luego, el resto de sus compañeros del grupo TEA fueron ingresando a la Argentina. Todos ellos se instalan en Belgrano, en un departamento de la calle Amenábar. Mariana contó en su relato que Regino había empezado a preocuparse seriamente debido a la suerte que corrieron algunos militantes durante este período, y tenía algunas diferencias con la conducción de Montoneros, porque había visto en la Argentina que, si bien ocurrían algunos acontecimientos políticos-gremiales, los mismos no eran de la magnitud que se preveía.
En Mayo de 1979, Regino le pide a su hermano que viaje a México, lugar donde había quedado su familia, para traerla al país, y además, vía Juan Fernando, envía una cinta con algunas críticas relacionadas al panorama político de aquel entonces en la Argentina. Luego de producirse el regreso de su familia al país, Regino realizó algunas citas, y a una de ellas, que tenía dos días después del secuestro con el militante ´Pancho´ Lingeri, quien era el ex esposo de Patricia Bullrich, nunca llegó.
El 13 de Septiembre de 1979, Regino sale del departamento y, si bien aún no es posible saber exactamente el lugar donde los militares lo secuestran, si tenemos claro qué ocurre ese día y es llevado a Campo de Mayo, porque ese mismo día su familia es secuestrada entre las 19:30 y las 20:00 horas.

Lo primero que tenemos que mostrar para confirmar lo de Campo de Mayo, es que el propio ejército, cuando ya empieza a sacar los comunicados sobre este hecho relacionándolo con el de Croatto y Mendizábal, y esto significa que en ambos casos, actuaron los mismos grupos de inteligencia.
En los días previos al 13 de Septiembre, Regino se había juntado con su hermano, y le había contado sus planes de comenzar a trabajar en un taxi de manera independiente, y una semana antes había sido visto por el Padre Luis Sánchez. Mariana habló con este sacerdote y él le contó que Regino estaba muy preocupado por el contexto, haciendo referencia a los secuestros que se venían sucediendo.
Regino le dijo al Padre Luis Sánchez que a él lo iban a tener que matar, que no iba a caer así nomás. El Padre Sánchez contó también que Regino había sumado al grupo TEA a un joven de 19 años llamado Daniel Crosta, a quien conocía del barrio. Mariana pasó a contar su propio secuestro, que es el secuestro de la familia, y relató que el 13 de Septiembre, se encontraba junto a su madre y su hermana en la casa de Munro, cuando su perra comienza a ladrar, la madre abre la puerta para ver qué pasaba y en ese momento ingresa la patota. Enseguida ponen a la madre contra el piso, la encapuchan, una de las hermanas de Mariana llora, luego la patota comienza a revisar la casa y a robar objetos, entre otras cosas, la guitarra de Regino, el televisor, diarios, en fin, el botín de guerra. Todos se encontraban vestidos de civil pero estaban armados. Sacan a las tres a la fuerza y son subidas a dos autos violentamente. Mariana relató que en ese momento perdieron el contacto con su madre, y contó que fueron llevadas a la brigada femenina de la localidad de San Martín, permaneciendo secuestradas hasta el 21 de Septiembre. Describió el lugar como una construcción antigua con una escalera de madera, la hermana mayor contó que había un piso de baldosas blancas y negras y que había otros chicos en el lugar. La madre fue llevada en otro auto a Campo de Mayo. En un momento, la madre es llevada a la brigada femenina de San Martín y logra ver a sus hijas junto a otros pequeños, episodio que cuenta en sus declaraciones.
El grupo de inteligencia que secuestra a la compañera de Regino, ya tenía al mismo Regino secuestrado, y Consuelo dice que cuando la secuestraron, no le preguntaron por Regino, señal clara que demuestra que Regino cae antes del momento del secuestro de su familia.
Durante su secuestro, Consuelo pasa por varios centros clandestinos y cárceles. Mariana contó que en la brigada femenina, había cuchetas, mujeres policías, y después cuenta cómo las devuelven al abuelo de la familia, por medio de un traslado donde interviene un policía inspector de apellido Caími, y dos mujeres policías, una de ellas identificada como Marta Sosa, y otro policía, llamado Norberto Díaz, reconocido por Juan Fernando González al momento que le devuelven a sus sobrinas, quien alegó haber sido compañero del secundario de Norberto Díaz.

Muchas de las precisiones surgen del documento que está en el Consejo de Guerra a fojas 84 del caso 110, donde yace una llamativa manifestación de Caími, quien dice:
“No me hicieron preguntas raras, salvo el abuelo, quien preguntó dónde estaba su hija”.
¿Por qué Caími manifiesta que no le hicieron preguntas raras?, evidentemente, sabía bien que las pequeñas estaban secuestradas producto de hechos ilegales anteriores, la privación ilegal de la libertad de Regino y de Consuelo.
Mariana nos cuenta luego que, cuando su tío Juan Fernando y su bisabuela van a la casa de Munro, encuentran las puertas abiertas, y una vecina les cuenta que había visto 5 autos Falcon que se llevaban a Consuelo y a sus hijas.
En aquel momento, el tío y el abuelo de Mariana, van a ver al Padre Eliseo Morales en la zona sur del Gran Buenos Aires, y él les aconseja que vayan a ver a Enzo Giustozzi, quien tenía compromisos en relación a la defensa de los derechos humanos y casos de desaparecidos. El 15 de Septiembre, el Padre Giustozzi les cuenta a ambos que Campo de Mayo podría ser el destino de Regino, y les aconseja a sus familiares que vayan a ver al periodista del ´Buenos Aires Herald´, Robert Cox. El periodista escucha el relato de los familiares y procede a hacerles el contacto con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que, durante Septiembre de 1979 se encontraba en la Argentina. La Comisión recibe los familiares, quienes denuncian los hechos y toman una dimensión pública muy particular, pero en las reuniones con la nunciatura, ¿Saben lo que le dicen a los familiares?, que se cuiden y de Regino tengan un buen recuerdo. La Comisión Interamericana le promete a la familia que van a hacer todo tipo de gestiones para averiguar lo acontecido. Finalmente, citan a los familiares el 19 de Septiembre y les dicen que la madre y las pequeñas van a aparecer, pero recién cuando la Comisión Interamericana se vaya del país. Osea, hay ya un reconocimiento respecto a que la dictadura y los aparatos de inteligencia tenían cautivas a Consuelo y a sus hijas. Luego de unos años, Consuelo le contó a Mariana todo lo que le había ocurrido mientras estuvo secuestrada, le asegura que estuvo en Campo de Mayo, que reconoció el lugar, que allí había aproximadamente unas 18 personas secuestradas en ese momento, que gran parte del tiempo estaban en silencio, que los otros secuestrados le dicen a ella que ese lugar era Campo de Mayo, que ella escuchó helicópteros sobrevolando, que a ella la sacaban del lugar reducido donde estaba trasladándola hacia un lugar donde había campo. Todo esto lo encontramos corroborado en el caso 110, el caso de Regino González.
Mariana además contó que su madre le contó sobre habitaciones pequeñas y personas encadenadas en un lugar con piso de tierra. Para valorar la prueba, debemos juntar lo que Mariana dijo que la mamá le contó, lo que está en el caso 110 y la lectura del propio Consejo de Guerra. La combinación de estas partes nos dará el conocimiento exacto del lugar al que fue llevada Consuelo luego de su secuestro. También hay menciones a paredes de madera, ruidos de botas, paradas militares, Consuelo recolecta estos detalles luego del Consejo de Guerra que le hacen en Campo de Mayo. Por las deducciones que se hacen a partir de la descripción, el lugar sería ´Las Casitas´, lugar que mostramos el otro día cuando hicimos el relato del caso Luján. Consuelo cuenta en su relato que estuvo en un lugar de gran extensión territorial, que fue interrogada y que tenían claro que el militante político era Regino, también contó que fue golpeada, que fue sometida a un simulacro de fusilamiento y se la obligó a escribir una confesión. Fue sometida al Consejo de Guerra, mientras los militares torturaban a una militante diciéndole que era su hermana. También le dijo a Mariana que había tenido que recorrer un pasillo grande en ese momento, y que durante su cautiverio había escuchado algunos nombres y apodos, el que más recordaba era Mariano, y en el caso 110 también aparecen los apodos ´Pato´, ´Negro´, y ´Mariano´, el nombre que había escuchado Consuelo.

En ese lugar había en cautiverio tanto hombres como mujeres, aproximadamente de entre veinte y treinta años. Allí, Consuelo escuchó una conversación entre dos militares, que se lamentaban que habían querido agarrar a Regino, quien había intentado escapar y hablaban de disparos en la escena. Consuelo estaba en un delicadísimo estado físico, y habló también del espanto que sentían los conscriptos por las condiciones en cautiverio, las torturas y vejaciones existentes allí. Todo esto ocurrió en Campo de Mayo, donde se le hace ese supuesto ´juicio´, con un supuesto ´abogado defensor´, que por supuesto, nunca la defendió. Consuelo contó que el abogado defensor no habló casi nada, la acusaron de propaganda subversiva, portación de armas, robo de un auto y se la condenó a 18 años de prisión.
Luego de Campo de Mayo, es trasladada a un centro clandestino que estaría en Morón o en La Matanza, donde estuvo un mes. En ese traslado, antes de ser llevada a Devoto, es cuando llevan a Consuelo al lugar donde estaban las hijas, donde logra verlas durante un lapso muy corto. Este episodio es recordado por la hermana mayor de Mariana.
Mariana nos habló de algo que aparece de forma abundante en cuanto a prueba documental, que es el registro de todo esto en los medios nacionales e internacionales, debido a que Consuelo tenía doble ciudadanía, argentina y española, y su familia había ido a varias embajadas denunciando la situación mediante una exhaustiva campaña.
Hay un texto del diario ´La Prensa´ del 26 de Septiembre que está agregado a la causa, donde la situación, en vez de ser contada como reclamos internacionales por la vida de personas secuestradas, es catalogada como ´Pedido de sediciosos africanos a Videla´. Todos los calificativos utilizados por los medios de comunicación de la Argentina de aquel momento estaban absolutamente ligados al trabajo de acción psicológica de la inteligencia del ejército.

Como dato para reforzar esta afirmación, podemos contar que el subdirector de la revista ´Gente´ en aquel entonces era Samuel ´Chiche´ Gelblung, autor de incontables acciones de inteligencia durante la dictadura, contando cada hecho desde la más fiel interpretación de los militares, es decir, falseando la realidad, mostrando como enfrentamientos hechos que en realidad eran secuestros, o calificando directamente como terroristas y subversivos a personas militantes que habían sido secuestradas. Esta era la prensa argentina en aquel momento.
Consuelo estuvo presa hasta el 2 de Diciembre de 1983, pasando por varias cárceles, siendo liberada 8 días antes de la vuelta de la democracia. En ese año, Consuelo, gracias a su ciudadanía española, logra exponer su caso y el de Regino ante los organismos de derechos humanos españoles acompañada del presidente Felipe González, tomando este caso repercusión internacional.
Mariana agregó que gracias a la ayuda de compañeros de militancia y otros hijos e hijas pudo hacer gran parte de esta reconstrucción, y relató lo difícil que fue para su familia haber sido secuestrada y obligada a recorrer el horror.
El sentido de estos juicios, además de la búsqueda de verdad y justicia, es que no quede todo en el olvido, porque se trata de un hecho histórico que nos marcó y nos dañó, no solo a las familias involucradas en el juicio, sino a toda la sociedad.
El abuelo de Mariana había ido varias veces a Campo de Mayo, donde se quedaba en la puerta agarrado de las rejas y gritaba para que le abran, y nunca le abrieron.
También resultan esenciales para valorar y probar este hecho, los documentos desclasificados de los Estados Unidos que mostró el especialista Carlos Osorio cuando declaró, estamos hablando del Cable 862 de Octubre de 1979, donde se habla de Consuelo y se dice:
– “Desapareció durante la visita de la Comisión Interamericana. Se dice que fue detenida por su actividad en Montoneros. El gobierno de Argentina dijo que ella estaba en Campo de Mayo, pero no dijo donde precisamente. Los activistas de derechos humanos denuncian que el gobierno detiene gente bajo el delito de subversión en Campo de Mayo, y sugirieron la existencia de más de un centro de detención allí. Dicen que el señor Regino González no ha aparecido y se presume su muerte”.
Lo que queremos señalar sobre este tema, señor presidente, señor juez y señora jueza, es algo que va a formar parte de nuestra petición final, y tiene que ver con el delito de desaparición forzada de personas.
Si usted va hoy a cualquiera de las hemerotecas de la Argentina, o cualquier persona va a pedir los ejemplares de aquellos años, usted encontrará cosas del estilo:
“Amparo a tres hijas de subversiva detenida”, “Tres niñas hijas de una subversiva”, “Junto a sus abuelos, las tres pequeñas hijas de una extremista”.
Con eso se encontrará, porque los medios de comunicación que publicaron estas calificaciones, jamás hicieron una rectificación contando la verdad de lo ocurrido. Los diarios aún hoy siguen mintiendo, y esto vamos a verlo al repasar los demás casos.
Por ejemplo, dice Clarín el 22 de Septiembre de 1979:
“La detención fue necesaria para que, por su intermedio, no se pudiera alertar al delincuente terrorista Mendizábal”.
Así detallaba la prensa un secuestro violento. Otro ejemplo:
“Para evitar su desamparo, las niñas fueron llevadas a un establecimiento especializado”.
Así describían el cautiverio de niños y niñas buscados desesperadamente por sus familiares.
También tenemos como prueba el CONADEP 6789, las constancias de los Hábeas Corpus interpuestos por la abuela de Regino y por Andrés Castaño, padre de Consuelo. Castaño presentó un Hábeas Corpus ante el juzgado de instrucción número 1 de Capital Federal. En aquel momento, en plena dictadura durante 1979, el juzgado estaba a cargo de la jueza María Servini de Cubría, quien ocupa en la actualidad el puesto de jueza federal. Servini de Cubría rechazó el Hábeas Corpus, mandó los oficios para que las instituciones del Estado le contestaran si tenían a Consuelo Castaño Blanco, a las hijas y a Regino. El ejército primero le contesta que no tiene a Consuelo, y después contesta que sí, pero de Regino no dicen nada, y la jueza, en vez de preocuparse por el secuestro visibilizado por denuncias nacionales e internacionales, se queda en silencio y no mueve un dedo para averiguar dónde estaba Regino. Esta es la muestra de lo que decía Ulloa, ¿Qué puede hacer el torturado cuando del otro lado lo que debe funcionar no funciona y encima odia al que está siendo torturado?, ni la justicia, ni la prensa, ni las instituciones de ese Estado genocida estaban dispuestas a hacer algo, porque cada una formó parte del funcionamiento de ese plan de exterminio,
Sumamos a esto el informe de la jefatura número dos del ejército, donde están registrados los secuestros de Regino con el nombre de ´Juan Guillermo Avilés´ y el de María Consuelo. En el documento desclasificado, Viola, el jefe del Ejército de aquel momento, en una reunión con el embajador de Estados Unidos, Raúl Castro, luego de reconocer los asesinatos de Croatto y Mendizábal, dice:
– “La señora González fue detenida para evitar que alerte a los dos terroristas Mendizábal y Croatto. Viola negó cualquier conocimiento sobre la ubicación del esposo de la señora González. Viola fue evasivo sobre las otras desapariciones de Agosto y Septiembre, profesando no tener información. Especuló que algunos de ellos podrían reaparecer, y otros puede que no”.
Lo mismo que les había dicho la Comisión Interamericana luego de gestiones con la dictadura a los familiares.
Regino González fue llevado a Campo de Mayo y sometido a tormentos, nuestra querella lo considera en situación de desaparición forzada. Finalmente aparece el testimonio de Juan Fernando González, el hermano de Regino, donde cuenta que su hermano regresa al país para la contraofensiva en Enero, se aloja primero en su casa, luego él va a buscar a sus hijas y a la esposa a pedido de Regino, trayéndolas el 26 de Junio de 1979. El viernes 14 de Septiembre lo llamaron unas tías paternas para decirle que se habían llevado a Regino, situación que corroboró luego de entrar a la casa de Munro y ver todo revuelto, además del saqueo que llevaron los militares, porque eran ladrones, eso era lo que hacían cada vez que entraban a las casas de los compañeros. Contó también que el padre de Consuelo había hecho averiguaciones, debido a que en aquel momento ya se hablaba que los secuestros de Zona Norte iban a parar a Campo de Mayo, y contó también que reconoció a Norberto Díaz como uno de los policías que devuelve a las pequeñas a la casa de su abuelo.
Así como la cobardía y el ocultamiento de los imputados, que denominan una supuesta guerra, pero cuando se les pregunta sobre lo que hicieron ellos durante eso que llaman guerra y nada dicen, también ocurrió en el ámbito del periodismo de aquel tiempo. Ninguna de las notas que están agregadas respecto a los casos de Regino, Consuelo y las tres chicas, lleva firma.
Virginia Croatto contó que el nombre de militancia de Regino era ´Gerardo´, que paralelo a su desaparición tuvo lugar la de Daniel Crosta, también militante de territorio y amigo de la familia de Regino, y que a estos secuestros también había que relacionarlos al de Quiroga, otro integrante del grupo. Virginia dijo:
– “Yo puedo dar fe de la fuerte relación que había entre Regino y mi papá, Regino y mi familia, Consuelo con mi papa y mi mamá, y también la de Regino con Daniel Crosta”.
También sumamos el aporte que hizo Silvia Julis, quien habló de ´Chana´ y de Regino. Silvia es una compañera que ha declarado aquí, y contó que comenzó a militar en 1974 en la Juventud Universitaria Peronista, fue estudiante de Letras hacia fines de 1974, cuando cierra la UBA viaja a Córdoba. Contó todo lo que pasaba en Córdoba respecto a la persecución, relatando la represión feroz en Córdoba llevada a cabo por los ´Comandos Libertadores de América´, las caídas de muchísimos compañeros en aquellos días, situación que precipita la decisión de Silvia de salir de Córdoba para venir a Buenos Aires, y salir del país el 1 de Agosto de 1976.
Todo esto está explicando lo que señalamos al comienzo, para poder entender la Contraofensiva, hay que entender todo lo que acontecía en el país. Estos compañeros y compañeras que salen, no salen tranquilamente sin pensar lo que pasaba en la Argentina, salen con la cabeza puesta en los compañeros y compañeras que quedaban.
Gracias a la agencia de migraciones judía, Silvia llega el 2 de Agosto de 1976 a Israel, donde permanece hasta Mayo de 1977 para luego irse a México, donde retoma el contacto con los compañeros de la organización Montoneros que estaban radicados en México.

Comienzan a nuclearse con el Comité de Solidaridad con el Pueblo Argentino (COSPA), también llamado Casa de Roma, dirigido por Rodolfo Puiggrós.
Todo esto también lo señalamos porque a veces se cuenta que se trataba de unos pocos militantes montoneros en el exilio, y no era así, había miles de argentinas y argentinos de distintas organizaciones políticas que estaban desparramados por el mundo, en mayor proporción en México y España. El exilio argentino, que es el que denuncia desde afuera y genera eso que luego la dictadura y la prensa llamaron ´Campaña Antiargentina´, no era otra cosa que la denuncia permanente casi desde el 24 de Marzo del genocidio en la Argentina.
Yulis formaba parte del equipo de prensa de la Organización que dirigía Miguel Bonasso, y contó que tenían un archivo de noticias de la Argentina sobre la represión y la actividad política y económica del país. Ese archivo empezó a funcionar en 1978 en la llamada ´Casa de Alabama´ en México. Contó que por esa casa pasó todo el mundo, y nombró a Jesús María Luján, para nosotros el ´Gallego Willy´, también conoció allí al poeta Marcelo Berliner, quien fuera pareja a finales de 1978 de Susana Solimano. En México conoció a Mendizábal, también a Regino González por el sobrenombre ´Gerardo´, describiéndolo como el jefe del grupo TEA, que contaba con 12 personas y eran los que iban a realizar las interferencias aquí en la Argentina. Describió el aparato de interferencias, el grabador con un casete, la conexión a una antena que se conectaba con la batería del auto, y emitían ondas que interceptaban el sonido de la TV, interrumpiendo las programaciones. Ella contó que entró con ´Yacaré´ a Río de Janeiro, que se encontró con ´Gerardo´ y viajaron por separado a Buenos Aires, y que a finales de febrero de 1979 todo el grupo se encontraba en Buenos Aires, menos Susana Solimano y Marcelo Berliner que llegaron a fines de Marzo de aquel año. Dijo que con ´Chana´ interfirieron varios programas de televisión, buscaban interferir partidos de futbol y novelas, y se acordaba de una interferencia en particular, cuando fue la huelga del 27 de Abril de 1979, interfirieron canal 13 y pasaron una convocatoria de Armando Croatto apoyando esa huelga. La primera interferencia la habían hecho el 11 de Marzo de 1979, al cumplirse un aniversario del triunfo de Héctor Cámpora en 1973. Conto que vivió con Regino en la Argentina, con ´Chana´ y también vio a Mendizábal. Dijo que Regino se veía directamente con Horacio Mendizábal, y ella hacía el contacto con ´Chana´. Cuenta que del grupo se quedaron en el país Regino, Chana y el Poeta, quienes fueron secuestrados y actualmente se encuentran desaparecidos, y otros compañeros salieron a finales de Julio hacia México. También explicó que tanto Gerardo como Chana decidieron que iban a seguir en el país, describió a ambos como compañeros que llegarían hasta las últimas consecuencias con su militancia. Ya en México, Julis recibió la noticia de que Regino González había sido secuestrado. Ella describió las interferencias como voluntarias, para remarcar la voluntad que había de llevar a cabo la contraofensiva, y dijo:
– “Nosotros éramos personas libres, si algún compañero quería abandonar, avisaba y se iba. Era deseable hacer eso y comunicarlo para que los compañeros no se preocuparan de que había sido secuestrado o asesinado. Fue tan brutal lo que pasó, que en los 80 me aparté de la militancia tan activa que había tenido. No fue fácil, se trataba de mis amigos, mis compañeros y los hijos de mis compañeros. De pronto pasamos de una militancia a buscarlos, no supimos mucho hasta que los propios hijos de los compañeros buscaron su propia historia”.
Contó cómo se reencontró con Martín Mendizábal en 1995 mediante una gestión de Abuelas de Plaza de Mayo, también la contactaron con Diana Zermoglio, con Benjamín Ávila, y empezaron a reconstruir lo que había pasado. Ella habló de Martín, y dijo:
– “Habían matado a sus dos padres en el lapso de dos meses, él mismo había sido secuestrado y tuvo que convivir de una manera traumática con todo esto. Traté de que me reconociera, recordarle situaciones de la escuela, de cuando éramos chicos y jugábamos, y me encontré con una persona que había padecido horrores. En esa charla pasábamos de la risa al llanto. Militábamos porque queríamos cambiar el mundo, tan sencillo como eso, y nos enfrentamos a situaciones extremadamente dolorosas, por eso yo, más allá del aporte que pueda hacer con este testimonio, me siento conforme de estar aquí porque nosotros siempre esperamos saber qué había pasado con nuestros desaparecidos”.
Volvemos a insistir, no solos los familiares, sino también las compañeras y los compañeros de militancia hablaron durante el debate de este tema central para nosotros, dijo Yulis:
– “Nuestros compañeros fueron desaparecidos, torturados, masacrados y tirados al mar. Los chicos tienen hoy más de 40 años y siguen sin saber qué fue de sus padres. Por eso, me parece muy valioso llegar a la verdad, y conocer mínimamente el destino para que un chico pueda encontrarse con una tumba a donde ir a dejar una flor. Ojalá alguno tenga el valor de contarnos lo que pasó, que mínimamente puedan decir donde están, y que no se vuelva a repetir lo que aconteció por querer vivir en un mundo más justo”
A fojas 76 y 107 del caso 110, se ve como la inteligencia del ejército deja puesto sus dedos sobre algunos documentos. Cuando la interrogan a Consuelo en el Consejo de Guerra, le dicen:
– “El listado de los elementos que le fueron secuestrados en su domicilio en el momento de su detención son los que se le muestran en este acto”
Es decir, hacen un Consejo de Guerra y reconocen que saquearon la casa, elementos a los que se le sumaban armas y explosivos por parte de la misma inteligencia militar, accionando con total impunidad.
Es importante valorar el propio comunicado del ejército cuando quiere disfrazar la realidad de los hechos al contarle a la sociedad mediante la prensa cómplice, porque allí admiten que las han secuestrado, cuando afirman que se trata de una detención relacionada al caso Croatto – Mendizábal, pero no dicen nada del caso de Regino. Por ende, el comunicado es prueba del secuestro de Consuelo y las hijas, y al mismo tiempo, el silencio del mismo comunicado es la admisión de la desaparición de Regino.
Por los tormentos y la desaparición forzada de Regino González, esta querella va a pedir condena de Jorge Apa, Roberto Dambrosi, Juan Firpo, Jorge Bano, Eduardo Ascheri y Marcelo Sixto Courtaux.

Pasamos al caso 8 de esta querella, el secuestro y la desaparición forzada de Jorge Osvaldo Quiroga, ocurrida entre el 14 y 15 de Septiembre de 1979. Jorge Osvaldo Quiroga era el compañero ´Juan´ o ´Pichi´, tenía 26 años. Declararon por él su hermana Haydée Quiroga y su hermano Florencio Gabriel Quiroga. Florencio nos contó cómo se componía la familia, eran cinco hermanos, todos vivían en Mar de Ajó, dos de ellos estaban desaparecidos. Nos contó que provenían de un hogar fuertemente politizado. Su madre era parte de la Fundación Eva Perón, su padre simpatizante del Partido Socialista, y para que podamos entender la militancia de los jóvenes de aquel momento, contó que Beatriz Mariana, una de sus hermanas, había sido detenida por ´militante´ en 1972 y liberada en 1973 al asumir Cámpora. Luego de su liberación, pasó a vivir en La Plata con su hermano Jorge Osvaldo y su esposo César Porfidio, hasta que Montoneros pasa a la clandestinidad. La primera desaparición es la de la compañera Marta Nélida Ferreyra, delegada de la fábrica de fósforos Ranchera, pareja de Jorge Osvaldo. En Junio de 1976, allanan la casa de Mar de Ajó. En Octubre de 1976, secuestran en La Plata a Beatriz Mariana, quien continúa desaparecida. La hija, María Cecilia Porfidio, es recuperada en Septiembre de 1977, pero el padre, Cesar Porfidio, es secuestrado en Noviembre de 1976. Ya sin poder tolerar esta situación de persecución, Jorge Osvaldo sale del país con destino a Brasil en Agosto de 1978, luego se va a España y a fines de Julio de 1979 mantiene la última comunicación telefónica con su familia y les cuenta que no van a tener contacto con él por dos meses por un viaje que debía hacer. ¿Cómo se entera la familia del secuestro de Jorge Osvaldo Quiroga?, Florencio dijo:
– “A fines de 1979, nos llamó una amiga de Jorge desde España y nos comunica que Jorge había dejado nuestro número de teléfono. Esta compañera nos dijo que todo esto estaba ligado con lo que había pasado con el grupo de Croatto y Mendizábal”
La familia también recibió un llamado de un compañero de militancia de Jorge Osvaldo, que no dijo su nombre pero confirmó que Jorge no había ido a las citas en un lapso de veinte días, días en los que no lograron tener ningún contacto con él.
Este llamado fue en la primera semana de Octubre de 1979, por lo tanto, restando los veinte días, deducimos que el secuestro se produjo entre el 14 y 15 de Septiembre de 1979 aquí en la Argentina. Quiroga formaba parte del grupo TEA, al que ya hicimos referencia anteriormente.
Florencio Gabriel Quiroga, el testigo, dio cuenta brevemente del tema de los vuelos de la muerte, porque él fue bombero en la costa y le tocó como tal ir a recuperar cuerpos en la playa, nos contó que una vez se encontraron con una persona en estado de descomposición con las manos atadas con un alambre. El olor que desprendía el cuerpo debido a su descomposición molestó a los vecinos, quienes llamaron a las fuerzas armadas, quienes fueron con un camión municipal, tapando con cal el cuerpo, llevándolo a un entierro clandestino en el cementerio de Gral. Lavalle. Esto sucedió en lo que hoy es el partido de la costa, y hubo otros cuerpos que aparecieron en zonas aledañas. Todo esto lo llevaron a cabo de forma clandestina, y Florencio Gabriel habló de 49 hallazgos, de los cuales fueron identificados la mitad. Nuestra querella aquí hace una aclaración, esta causa tramita actualmente en el juzgado federal de Dolores, donde se trata de encontrar a los responsables del ocultamiento del hallazgo de esos cuerpos, situación que muestra la realidad del sistema de exterminio en Campo de Mayo en aquellos años.
Siguiendo con el relato de Gabriel, señaló que Haydée fue quien señaló los casos de sus dos hermanos desaparecidos en la CONADEP, y dijo que el compromiso político que tenía su familia era el de ayudar a los que menos tenían, militando por un mundo mejor y por el sueño de un país sin distinciones de clases sociales, el sueño de una patria socialista que no se pudo llevar a cabo. Finalizó, como muchos otros familiares, diciendo que al no aparecer los cuerpos, el duelo se hace eterno, y la familia no encuentra un espacio a donde llevar una flor para cerrar estas heridas de la historia.

El otro testimonio fue el de Haydée Quiroga, quien en el debate dio cuenta de la militancia de su hermano en La Plata, y cómo fue la despedida con Jorge previa al viaje a Brasil. Haydée fue a la CONADEP a hacer las denuncias por las desapariciones, y dijo que cuando mataron a Beatriz y a Roberto, Jorge estaba en la Argentina. También contó que Jorge se encontraba en el interior, y lo pudo corroborar luego de recibir varias cartas de él desde España.
Como prueba de este caso, también tenemos el documento mostrado por el Ministerio Público Fiscal, donde se observa que la inteligencia del ejército tenía identificado al grupo TEA, y en estos mismos documentos aparece el dato que tenía la inteligencia del ejército, de que Jorge tenía a su compañera Ferreyra secuestrada. No hay duda entonces de que Jorge Quiroga integraba el mismo grupo de Regino, y que ambos fueron trasladados a Campo de Mayo.
Por los tormentos y la desaparición forzada de Jorge Quiroga, esta querella va a solicitar la condena de Jorge Apa, Roberto Dambrosi, Juan Firpo, Jorge Bano, Eduardo Ascheri y Marcelo Sixto Courtaux.

Seguimos con el caso 9 de esta querella, el caso de Daniel Crosta, secuestrado y desaparecido el 14 de Septiembre de 1979. Apodado como el compañero ´Lele´, tenía 19 años. Por la suma de pruebas e indicios como en otros casos, está claro que fue trasladado a Campo de Mayo.
Cuatro han sido los testimonios que se han dado por su caso, uno de ellos es el de su hijo Nicolás, querellante en el juicio, y hemos tenido que incorporar por fallecimiento el de Diana Kraitzman, la mamá de Nicolás y compañera de Daniel, también aparecen los testimonios del Padre Sánchez y de Juan González, el hermano de Regino, fallecidos también los últimos dos.
Vamos a arrancar con la referencia del testimonio de Diana Kraitzman, quien declaró en el juzgado de instrucción y que nos contó quién era Daniel en los años 70. Nos dijo que Daniel había militado en la Unión de Estudiantes Secundarios, que se pusieron de novios en 1975. En 1976, ante el peligro de los secuestros que ya existían en todo el país, Daniel se fue por un tiempo a la zona sur, donde se relaciona con el sacerdote Eliseo Benítez, quien era parte del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Diana y Daniel se casaron en 1976, año en el que nació Nicolás. Fueron compañeros de militancia de Damián Cabandié y Alicia Alfonsín, padres de Juan Cabandié secuestrados en 1977 y trasladados a la ESMA. En 1979, Daniel Crosta retoma la militancia, durante la época de la Contraofensiva Montonera, mientras Nicolás y Diana permanecían en Capital Federal. Daniel les contó a Diana y a su hermano que estaba haciendo interferencias de sonido de los canales de televisión, recordando Diana en su declaración la frase textual de Daniel, que decía:
– “Qué fácil es pinchar canal 2”
El miércoles 12 de Septiembre de 1979, Daniel se encuentra con Diana y le transmite su preocupación debido al secuestro de Norma Valentinuzzi, a quien llamaban ´María´, y formaba parte del grupo TEA. Daniel y Diana quedaron en encontrarse el 15 de Septiembre de 1979, pero Daniel no apareció. El viernes 14 de Septiembre, luego de salir de su trabajo en una empresa de Barracas, Daniel fue interceptado y secuestrado por grupos de tareas del ejército. Estos grupos venían siguiendo a todos estos grupos de militantes que ingresaban o estaban en el país para la Contraofensiva. Daniel no había salido del país.
Otro testimonio es el del hermano de Regino, Juan, que en instrucción él sabía que había un joven que pertenecía al grupo de interferencias de TEA, y al ver la foto que ahora mostramos en pantalla, reconoció a Daniel Crosta.
Inmediatamente, las averiguaciones que empieza a ser la familia luego de tomar nota de que había sido secuestrado, implicaron la concurrencia de la familia, en especial de Tilsa Albani, madre de Daniel, a la empresa de Barracas donde trabajaba, pero no solo eso, también se contactaron con choferes de la línea 37, colectivo que tomaba Daniel al salir del trabajo, trabajo que no dejaremos nunca de agradecerle. Tilsa fue a Wilde para hablar con el cura Sánchez, quien le dijo que el día 14 de Septiembre, Daniel efectivamente no había regresado.
En las publicaciones periodísticas relacionadas a esta causa, el nombre de Daniel Crosta aparece ligado a los secuestros de Regino González y familia, por eso hay que hacer una unificación de estos casos en la valoración de toda esta prueba.
El 19 de Septiembre de 1979, en el ´Buenos Aire Herald´ aparece en inglés la noticia del secuestro de un estudiante de electrónica. El propio padre Sánchez fue quien informó a la familia la relación de Daniel con Regino, contándoles que se trataba de una relación muy cercana. El consultorio del psicólogo a donde iba Daniel el día de su secuestro fue allanado, esto se lo contó a Diana su psicólogo, Jorge Franco, quien era amigo de Barreto, psicólogo de Daniel. Diana, luego del secuestro de Daniel, sufrió persecuciones y seguimiento de autos.

Cuando declaró Nicolás, nos contó que Daniel había pedido una licencia en la Organización luego de su nacimiento, y en el verano de 1979, retomó la militancia reenganchándose para la Contraofensiva. También nos contó la relación de su padre con los sacerdotes de zona sur Eliseo Álvarez y Luis Sánchez, y también señaló la amistad de su padre con Regino González. Diana contó que Daniel, cuando hacía las interferencias, pasaba canciones de Paco Ibáñez, sobre todo una canción llamada ´Palabras para Julia´, para que la madre al escucharla supiera que quién estaba detrás de esas interferencias era él. Daniel en el año 1973, cuando tenía 13 años, había querido ir a recibir a Perón a Ezeiza, pero sus padres no lo dejaron, demostrando la potente militancia en su familia. Nicolás tenía dos años y cuatro meses cuando secuestraron a su padre. Hizo referencias a recuerdos que tenía de la vigilancia y la persecución que sufrió tanto su madre como su padre, incluyendo un episodio en 1982, en el que detuvieron a Diana a la salida de un Café-Concert, llevándola a la comisaría 19, donde un policía le dijo:
– “Te salvás porque estamos en 1982”
Nicolás terminó su testimonio pidiendo saber la verdad, y apelaba a la dignidad humana de quien corresponda, policías, militares, pero parece que la estrategia es ocultar la verdad, y finalizó:
– “A esta altura buscamos que aporten los datos. Nunca hemos levantado ninguna bandera de venganza, siempre buscamos la justicia. Personalmente, quiero que nadie quede parado en ningún pedestal moral de nada, pero aquí hay hechos muy concretos, y estaría bueno que los responsables hablen”
Todo esto fue confirmado por los dichos del Padre Sánchez, cuyo testimonio data del 2013, y confirmó que Daniel vivía y dormía en la casa parroquial de Wilde durante 1979. Ratificó la circunstancia del secuestro, dijo que Daniel era técnico electrónico, que probablemente se desempeñara en las interferencias, y que Daniel conocía de antes a Regino, quien había sido seminarista. También contó que Daniel conocía a Armando Croatto. Confirmó que en ese grupo de militancia social se encontraba el padre Eliseo Benítez.
El Padre Sánchez había intervenido ya en las gestiones por la esposa de Regino, y mencionó también en su declaración, haber ayudado a que se contactaran con el sacerdote llamado Giustozzi.
Otra declaración que se incorporó fue la de Juan Fernando González, hermano de Regino, quien reconoció a Daniel Crosta como integrante del grupo TEA.
Uno de los Hábeas Corpus presentados por Tilsa Albani, que figura en el documento que ha enviado la PDH desde ´Memoria Abierta´, se lee que el juez que lo rechaza en 1980 es Diego Pérez.
Otra prueba del caso para valorar es el desclasificado de la embajada de Estados Unidos, el 7866, que dice:
– “Durante este período nos anoticiamos de seis casos sólidos más de desapariciones, incluyendo la detención de Regino González, su mujer y sus tres hijas el 13 de Septiembre. Una fuerza de seguridad nos dijo que los González eran montoneros con un largo historial. El comunicado del gobierno del 21 de Septiembre dice que González es un montonero, que las tres hijas fueron tomadas en custodia y ya liberadas, y también nos informaron la desaparición de un trabajador de 19 años, identificado como Daniel Crosta, aquí se dice el 15 de Septiembre”
Sumamos a la valoración los recortes con las denuncias de aquel momento, a foja 187 del legajo de prueba, dice:
– “Se lee la denuncia que el estudiante de electrónica Daniel Crosta se unió en las últimas a una lista de casi veinte personas secuestradas desde principios de Agosto en la Argentina”
El recorte de foja 191 del legajo de documentos aportados en el debate y el informe de inteligencia de la jefatura dos, elaborado con los datos enviados desde Campo de Mayo, aparece mencionado Daniel y su fecha de secuestro el 14 de Septiembre.
Por los tormentos y la desaparición forzada de Daniel Crosta, esta querella pide la condena de Jorge Apa, Roberto Dambrosi, Juan Firpo, Jorge Bano, Eduardo Ascheri y Marcelo Sixto Courtaux.
*Desgrabación: Camilo Caballero
Algunas imágenes fueron extraídas de la transmisión realizada por La Retaguardia