El sábado 2 de mayo de 2020, en mi programa de radio, entrevisté primero al artista plástico Daniel Santoro y luego a Horacio González. Al final de la charla con Horacio se dio este diálogo:
– Hace poco Daniel Santoro exhibió en Instagram el anticipo de una muestra que no se pudo realizar en el Palais de Glace. Uno de los cuadros es sobre el café La Paz. Es una mesa de intelectuales y uno de ellos sos vos.
“Sí, con Viñas, Germán García, Jorge Aleman, Casullo, María Moreno. Daniel es uno de los grandes artistas argentinos contemporáneos. Es parte de un pensamiento plástico, político, artístico y pinta mitos, y al mismo tiempo, los sacrifica y los revive.
Cuando ví ese cuadro, que es una escena imaginaria, me hizo llorar. Que yo sepa, esos personajes nunca se reunieron de ese modo, aunque cada uno, en distintas épocas, fueron a La Paz. Y que Viñas apareciera subrayando el diario La Nación me pareció algo extraordinario.
Además, Santoro, es un retratista perfecto, es riguroso acercándose a los rasgos expresionistas, tan verificables. Esa es una escena metafísica que representa mucho, no sabría bien decir qué. Tal vez los años 60 o los 70, la vida de cada uno arrojadas al suelo.
No sé si ahora estará escuchando Santoro, pero quiero contarle que cuando vi el cuadro me puse a llorar en silencio. Que es una forma austera de llorar, y que corresponde a los caballeros”.
Hace unos días volví a escuchar la entrevista y luego le hablé a Santoro y le pedí que me enviara una copia del cuadro que hizo llorar en silencio a Horacio González. El cuadro, aclaró Santoro, se llama “Teoría y praxis en el bar”, Oleo, 200 x 160 cm., año 2020.
*Texto extraído de @CarlosUlanovsky