La conductora televisiva Viviana Canosa denostó la producción de nuestro Pan Dulce Peronista, al sostener: “Lo último que me falta es que le pongan esa porquería de las frutas abrillantadas y me terminan de cagar el pan dulce. El pan dulce es nuestro, no es de ustedes”.
La idea de un “nosotros” y de un “ustedes” deja expuesta una diferencia, y la verdad que Canosa tiene razón. La historia de cada una de las compañeras y de cada uno de los compañeros que puso sus manos, su corazón, su alma en la elaboración de esos pan dulces, en un esfuerzo que le puede constituir un ingreso que le permita tal vez pasar unas fiestas un poquito mejor, nos diferencia.
Su odio los margina, los deja en otro lugar, desprecian las emociones y nuestras imágenes, a nuestras referencias históricas y presentes.
Eso que “ustedes” piensan nos habla de algo que nos diferencia profundamente.

“Ustedes” se pueden burlar de cada fruta abrillantada que nuestras compañeras y nuestros compañeros le pondrán al Pan Dulce Peronista, y su burla los constituye a “ustedes”, a las y los que odian lo popular, a las y los que menosprecian el sentimiento de millones de argentinas y argentinos. Su odio los margina, los deja en otro lugar; desprecian las emociones y nuestras imágenes, a nuestras referencias históricas y presentes, carecen de ellos y pretenden que el pueblo no tenga ni memoria ni liderazgos, que solo vaya manso por el camino que le señala lo instituido desde los grupos hegemónicos dominantes.
Canosa es solo un exponente bizarro de ese interés de dominación. Nada se podría esperar de quien dijo consumir dióxido de cloro para evitar enfermarse de COVID-19, pero su exposición y su burla es la burla del poder real sobre el sentimiento popular, el odio histórico de clase.
Entonces, es bueno coincidir con Canosa: “nosotros” compartimos nuestras emociones con las referencias políticas, con quienes nos hicieron felices por un momento en nuestras vidas, y “ustedes” nunca lo podrán entender y harán lo posible por destruirlo.
Y seguiremos tercamente en ese camino, hasta que todo sea como los soñamos.