Entrevista realizada por Luis Zarranz y Emanuel “Peroncho” Rodríguez en el programa Fuera de Contexto que se emite los sábados, de 16 a 18 horas, en El Destape Radio. Repite los domingos a la medianoche. FM 107.3 –http://eldestaperadio.com En Spotify: Fuera de Contexto Radio.
– Luis Zarranz: El invitado del día de hoy es un amigo de la casa. Llega el querido Ari Lijalad a Fuera de contexto. Bienvenido Ari.
– Ari Lijalad: Gracias a ustedes por la invitación.
– LZ: Además de ser un amigo de la casa, Ari es periodista, politólogo, ha estado a cargo del área de Investigaciones Periodísticas en Radio Nacional, fue docente en la, por entonces, Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, actualmente renombrada como Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos y, desde el 2019, conduce el programa ´Habrá Consecuencias´ en el Destape Radio FM 107.3. ¿En qué momento decidiste que te ibas a dedicar al periodismo?
– AL: Fue de casualidad, yo no quería ser periodista. Lo que ocurrió fue que conseguí laburo de periodista, en realidad, conseguí laburo con una periodista. Tenía 18 años y, por aquel entonces, en la casa de mi viejo se hacían unos asados a los que, generalmente, asistía gente interesante. En la previa de uno de esos asados, mi viejo me dijo que había invitado a una persona que me iba a interesar, una vieja compañera suya de militancia que no veía hace 30 años debido al exilio. Esa vieja compañera resultó ser María Seoane y, efectivamente, fue muy lindo conocerla.
Yo recién terminaba el secundario, me había anotado en ingeniería, pero las actividades a las que más ganas les ponía eran trabajo social y música, y mi idea principal era conjugar esas dos pasiones. Al mismo tiempo, María necesitaba un pibe que le hiciera de asistente personal, que hiciera un poco de todo, desde ordenar la biblioteca hasta investigar sobre algún tema. Mi mamá habló con María y le dijo, textualmente: “El nene necesita trabajo”. Así fue como llegué al periodismo.
“No creo que exista el Messi del periodismo y tampoco creo que lo deba haber”.
Unos años después de haber arrancado a laburar con María, yo insistía con la idea de que se trataba de un trabajo pasajero, quería ser trabajador social y músico. Al plantearle mi dilema a María, me respondió que me olvide de todo, que yo iba a ser periodista. Con el tiempo, empecé a agarrarle el gusto al periodismo, terminé la carrera de Música y arranqué con Ciencias Políticas. Y acá estoy. Algunos de los que me conocen de chiquito, dicen que era obvio que iba a terminar siendo periodista. En mi cabeza, nunca estuvo ese destino.
– Emanuel Rodríguez: En tu etapa de formación periodística, ¿Quiénes fueron tus maestros y referentes?
– AL: No puedo dejar de nombrar a los libros como mis principales maestros. Después, obviamente María Seoane y Cecilia Fumagalli. Cecilia era la primera asistente de María y cuando ella se va para ser Directora periodística en la revista Caras y Caretas, quedo yo en su lugar. María me jodía y me decía que, en relación al periodismo, me había ahorrado 15 años de preparación, a lo que yo le respondía que no eran 15, eran 30.
También recuerdo a David ´Coco´ Blaustein, director cinematográfico. Además de ser un gran maestro en la temática audiovisual y periodística, fue un complemento muy grande del laburo conjunto que hacíamos con María Seoane.
Más que maestros, tuve muchos referentes, como pueden ser Rodolfo Walsh, Isidoro Gilbert, Horacio Verbitsky, Stella Calloni. Además, tuve la posibilidad de trabajar con estos dos últimos. Después, como referentes de una generación más cercana a la mía, puedo nombrar a Lucas Guagnini, responsable del portal ´Nuestras Voces´, con quién aprendí muchísimo. El mismísimo Daddy Brieva es alguien que me ha enseñado a hacer periodismo, sin ser periodista de profesión, de quien tomo la lógica de darle tanta importancia a la investigación periodística como al alcance de la noticia.
Personalmente, creo en el periodismo como un hecho colectivo. No creo que exista el Messi del periodismo, y tampoco creo que lo deba haber. En ese sentido, puedo decirte que aprendo todos los días de Nicolás Llantos, un excelente colega y amigo. Cuando daba clases de periodismo, una de las cosas que siempre les decía a los alumnos era que abran el juego de lo que están haciendo, que lo compartan con otros.
“La investigación periodística consiste en contar cosas que alguien no quiere que se sepan. Todo lo demás, decía George Orwell, son relaciones públicas”.
Volviendo a María, hay una cosa puntual que me enseñó, relacionada a experiencias que no se aprenden en ninguna facultad de periodismo, y tiene que ver con el armado de la agenda, es decir, los contactos y, básicamente, la manera de persuadirlos para que te atiendan el teléfono. Yo tenía 19 años cuando María me dió su agenda entera, de modo que los contactos los tenía, pero, además de eso, yo llamaba y me atendían. Obviamente, llamaba de parte de ella.
– LZ: Llevaste adelante diversas investigaciones de gran repercusión. Además del proceso en sí de una investigación periodística, siempre me resulta interesante el germen de la misma, ese primer dato, parafraseando a Rodolfo Walsh, ese fusilado que vive. ¿A qué cosas le prestas atención a partir del primer dato?
– AL: A que nada cierre. Cuando me cae algo todo redondito, es cuando más dudo y menos le creo. A los periodistas nos acercan mucha información. Generalmente, esto ocurre porque hay gente muy interesada en que tal información salga a la luz. A Rodolfo Walsh le ocurrió algo rarísimo, mientras estaba jugando al ajedrez, escuchó algo que no le habían llevado a él para que lo supiera. Ese algo no lo dejó respirar, no lo dejó dormir, se sintió insultado, como dice en ´Operación Masacre´. En esa época, Walsh no era alguien cercano al peronismo, de modo que, ese algo que escuchó, ni siquiera lo interpelaba.
En la vida de los periodistas, generalmente, ocurre más bien lo contrario. Es muy frecuente que alguien te acerque información, algo que, en sí, no tiene nada de malo. Algunos, con ese tipo de informaciones, deciden transformarse en el agente de prensa de la fuente interesada, y otros, los periodistas, investigan. Algo que siempre les repetía a los alumnos cuando daba clases, era que, cuando estén involucrados en situaciones de esta índole, logren reconstruir todo por sus propios medios, es decir, por fuera de la fuente interesada en que esa información circule.
Mi punto de partida siempre es la incertidumbre, es algo que no cierra, es una pregunta. En muchas ocasiones, uno piensa que tiene al fusilado que vive, y, al final, resulta no ser así. Siempre queda algún cabo sin atar, incluso una vez finalizada la investigación. Además, este tipo de situaciones en las que aparecen fuentes que acercan información, difieren mucho de la veta investigativa del periodismo. Cuando una fuente te acerca algún dato, la única certeza que tenés es que alguien quiere que ese dato se sepa, y, en realidad, la investigación periodística consiste en contar cosas que alguien no quiere que se sepan. Todo lo demás, decía George Orwell, son relaciones públicas. Aquí yace el principal desafío de un periodista, porque es muy tentador publicar informaciones explosivas sin chequearlas previamente de manera exhaustiva, sobre todo en la actualidad, donde la fama llega de un día para el otro. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que eso no es periodismo, no es la esencia de la profesión, será otra cosa.
– ER: ¿Qué ocurre cuando una investigación genera un impacto mayor a las demás?, como sucedió, por ejemplo, con la de las visitas de los jueces a Olivos durante el gobierno de Macri. Imagino que es como meter un hit para un músico.
– AL: Así es, pero a los músicos les debe pasar que, después de hacer un hit, sacan 25 temas y no los escucha nadie. También ocurre que los músicos, al momento de escribir una canción, no saben si va a ser un hit o no, de hecho, a veces están seguros de que no van a ser hits y después terminan siéndolo. Los casos de investigación como Operación Olivos o Correo Argentino, que son los que me tocaron a mí, son la excepción que confirma la regla de que al momento de publicar investigaciones, hay que estar preparado psicológicamente para bajar las expectativas. Muchas veces ocurre lo inverso, uno publica notas que, previamente, le parecen de alto impacto, y al momento de sacarlas, no pasa nada. Sin ir más lejos, publiqué en la página web de El Destape, una nota relacionada con los balances de las prepagas en pandemia pensando que iba a ser una bomba, y, al final, terminó siendo una nota más.
“A los fondos buitres no les interesaba la causa Amia, les interesaba que Macri ganara las elecciones para beneficiarse”.
En la investigación del caso ´Operación Olivos´, mediante un pedido de acceso a la información pública, nos encontramos con las reuniones de Mauricio Macri con varios jueces y fiscales, siendo sus preferidos Mariano Borinsky, quien fue 16 veces, y Gustavo Hornos, quien fue 8 veces. ¿Por qué es importante diferenciar a estos dos jueces? Porque intervinieron en todas las causas clave contra ex funcionarios kirchneristas, entre ellas la causa del Memorándum con Irán.
Es interesante cómo el periodismo, muchas veces, termina haciendo el trabajo que, en realidad, debería hacer la política y el poder Judicial. Con nuestra investigación, logramos que la causa llevada adelante por Nisman se caiga. De todos modos, debería haberse caído hace 6 años. Nisman realizó la denuncia hace 6 años, denuncia que, por otro lado, fue rechazada en 6 instancias judiciales, es más, la presentó en feria judicial y la jueza Servini le dijo que no tenía nada, que vuelva después. Mariano Borinsky y Gustavo Hornos, gracias al apoyo de Mauricio Macri y a su connivencia con el poder Judicial, lograron reabrir la causa.
Respecto a la investigación ‘Operación Olivos´, lo que me interesa es explicar que el Lawfare no se trata meramente de una cuestión judicial, sino que se trata de una maniobra financiada por grandes corporaciones, con el único objetivo de proscribir dirigentes políticos por sus ideas económicas. Muchos de los medios, jueces y servicios de inteligencia involucrados, son solamente los ejecutores. Los autores intelectuales de las persecuciones son las grandes corporaciones, ellos mueven los hilos de los actores que mencioné anteriormente.
Las causas judiciales creadas mediante el lawfare no son un fin en sí mismo, son una herramienta de política económica, por eso querían condenar a Amado Boudou, por eso querían proscribir a Cristina Fernández de Kirchner, a Lula, a Correa, entre otros. El lawfare son las tarifas, es el precio de los alimentos, es el precio de los alquileres, es el precio de tu casa, es la inflación, es tu vida cotidiana. A los fondos buitres no les interesaba la causa Amia, les interesaba que Macri ganara las elecciones para beneficiarse con negocios perjudiciales para nuestro país, y lo lograron. Lo de Macri jugando al paddle con los jueces es el gancho de la nota, es lo que permite poner en discusión todo lo demás, lo que realmente nos importa. Les estoy contando el truco del mago.
– ER (Risas). ¿Qué te ocurre cuando ves las operaciones relacionadas a las visitas a Olivos durante la cuarentena?
– AL: Muchos me joden, me dicen: “Ves, vos fuiste el que empezó con esto de las visitas a olivos”. Con Navarro jodemos con que, finalmente, les enseñamos a hacer periodismo. Me gustaría saber qué información relevante encontraron los medios concentrados en lo de las visitas a Olivos.
– ER: Nada.
– AL: No encontraron ninguna información relevante, encontraron lo mismo que todos dijimos, un error del presidente. No tendría que haber sucedido nada de eso, fue un acto irresponsable y hasta ahí llega el tema. No lo quiero minimizar, pero el cumpleaños de Fabiola no iba a cambiar la gestión de la pandemia. Las reuniones de Macri con los jueces, muy por el contrario, cambiaron el rumbo económico de nuestro país durante cuatro años. La diferencia entre ellos y nosotros es la rigurosidad periodística, por eso nosotros elaboramos investigaciones relevantes, mientras ellos encuentran cumpleaños.
“Nosotros elaboramos investigaciones relevantes, mientras ellos encuentran cumpleaños”.
– ER: Yo pensé que Alberto Fernández también jugaba al Paddle. Qué decepción.
– AL: Hay una foto de Alberto con Martín Guzmán en la que están jugando al Paddle. No sé si es actual.
– LZ: (Risas)
– AL: Cuando aparecen noticias como la de las visitas a Olivos o la de la foto del cumpleaños de Fabiola, lo primero que tenemos que entender es que estamos en plena campaña. En diciembre se cumplirá medio mandato del gobierno, y, te guste o no, es el gobierno que vino después de Macri, y es el gobierno que tuvo que lidiar con una pandemia global. Nosotros, desde El Destape, hemos tenido críticas contra el gobierno en materia económica, en materia de sistema de medios, en materia judicial, entre tantas otras. Lo que es indudable, es que el actual gobierno, tanto en voluntad como en intención, quiere un país más justo. Esa es la verdadera discusión que deberíamos tener en campaña, tenemos que dejar de discutir nimiedades y volver a discutir sobre los temas relevantes del país. Claramente, el Frente de Todos puede hacer un mejor papel debatiendo sobre política que debatiendo sobre nimiedades. Yo no voy a dejar de discutir sobre el precio de la comida, de los medicamentos, ni de las ganancias que las empresas alimenticias y farmacéuticas han tenido debido a ello por una fiesta de cumpleaños.
– LZ: En términos generales, ¿Crees que los periodistas representan a los medios en los que trabajan?
– AL: Yo sí. El Destape es un proyecto periodístico cuya ideología me representa, y, a esta altura de mi vida, no estoy seguro de poder trabajar en una empresa con la que difiero ideológicamente. Estoy seguro que hay muchos periodistas que trabajan en los grandes medios sin coincidir con su línea editorial, ya sea por necesidad o por querer formar parte de la clase dominante, aunque nunca lo logren. Quizás tengan un sueldo un poco más alto que el nuestro, pero, mal que les pese, siempre serán laburantes.
Camilo Taufic, periodista chileno, publicó en 1973 el libro ´Periodismo y Lucha de Clases´, libro que fue quemado por la dictadura de Pinochet. En ese libro, se explican muy bien algunas diferencias entre un periodista y un laburante convencional. Una de las principales diferencias radica en que, mientras que el laburante convencional reproduce el ingreso, la ganancia y la plusvalía que va hacia los dueños de los medios de producción, el periodista reproduce la ideología de esos mismos dueños. La ideología que reproducimos desde El Destape es la del laburante, es la de la pyme, la del comerciante, es decir, la ideología de las mayorías populares.
– ER: Suponete que un periodista que trabaja en Clarín te salude y te diga: “Me encantaría decir cosas similares a las que vos decís, pero, debido a la empresa en la que me encuentro trabajando, se me hace imposible”. ¿Qué le dirías a ese hipotético periodista de Clarín?
– AL: Le marcaría tres cosas que le están pasando. Primero, piensa cosas y no las puede decir, segundo, le hacen decir cosas que no piensa, y tercero, como consecuencia de las dos situaciones anteriores, comienza a desarrollar una tendencia casi inconsciente hacia la autocensura. En otros lugares del mundo existe algo llamado cláusula de conciencia, que tiene como finalidad evitar situaciones de subordinación de los periodistas frente a la empresa de medios para la que trabaja.
“Una información sin sentido o sin un contexto, no es nada”.
La principal enseñanza que quiero dejarle a mis hijas, es que se la jueguen por las cosas que quieren, y que no pongan de excusa a otros. Siendo fiel a ese principio, y sin juzgar los de los demás, puedo decir, sin temor a equivocarme, que jamás trabajaría para Clarín o para La Nación, ni por toda la plata del mundo.
Hace muchos años escribo sobre los dueños de Clarín, y, cada vez que me toca hacerlo, lo hago sabiendo que mis enemigos ideológicos son los dueños del grupo, no sus trabajadores. También es cierto que algunos son periodistas y otros no lo son, aunque se identifiquen de tal manera, y, por obvias razones, los que no son periodistas no son colegas míos.
– LZ: Anteriormente hablabas de la necesidad de volver a discutir sobre temas relevantes para nuestro país. Respecto a la cuestión comunicacional, ¿Qué aspectos crees que deben cambiar?
– AL: En la actualidad, nosotros tenemos una primera línea de dirigencia política analógica, que todavía no se dio cuenta que estamos en el 2021. Tanto la comunicación como la política, tienen que adaptarse al siglo XXI, digo esto entendiendo a la política como parte de la comunicación. Pienso que la creación de un ministerio de comunicación ayudaría a jerarquizarla, y permitiría que todos entendamos su importancia, porque es desde allí donde se legitiman todas las otras decisiones. Una información sin sentido o sin un contexto, no es nada. Ese es el laburo que hacemos nosotros desde El Destape.
Hoy en día, la comunicación es absolutamente fragmentaria, porque las personas ya no se informan todas por la misma vía, y menos que menos los jóvenes. Incluso, si tu principal objetivo es que te entiendan, el mensaje que querés enviarle a cada persona debe ser distinto, a partir de allí es de donde se conciben los casos como el de Cambridge Analytica o los casos relacionados a la Big data. Nosotros, desde El Destape, no hemos criticado la utilización de estos mecanismos en sí, lo que hemos criticado ha sido la utilización de estos mecanismos con el fin de mentir. Personalmente, les he preguntado a varios funcionarios del gobierno sobre cómo iban a trabajar respecto a este tema, y la respuesta automática era que eso lo hacía Marcos Peña, que ellos no eran lo mismo. Lo que no entienden es que, por ejemplo, para llevar a cabo la comunicación de una campaña de vacunación, el mensaje dirigido a los jóvenes de 18 a 25 años debe ser distinto al que debe emitirse para la población de riesgo. A esto me refiero cuando hablo de las características analógicas de buena parte de la dirigencia política. En la actualidad, a los medios públicos les está faltando el impulso que supieron tener durante la última etapa del kirchnerismo, sobre todo a partir del año 2010.
“Sigue existiendo una relación privilegiada para los medios hegemónicos mediante la pauta oficial”.
En términos económicos, sigue existiendo una relación privilegiada para los medios hegemónicos mediante la pauta oficial. Lo único que se logra con esto es agrandar la brecha, cuando en realidad, el Estado tiene la obligación de achicar esa brecha. Por último, pienso que, para democratizar el sistema comunicacional, debemos rediscutir una Ley de Medios. Entre otras cosas, porque ya han pasado 13 años de la última vez que discutimos una ley de esta índole, y, lamentablemente, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se encuentra derogada por un decreto del macrismo.
– ER: Recién hablabas de cómo el sistema de medios actual condiciona a la democracia Argentina. ¿Le vamos a ganar algún día al Grupo Clarín?
– AL: Sí. Si no pensara esto, ya me hubiese jubilado. De todos modos, la pelea no es solo con Clarín, porque el sistema de medios no es el único poco democrático y concentrado, el sistema económico en la Argentina tiene las mismas características. De hecho, el sistema de medios reproduce el modelo económico.
Clarín no es solo Clarín, también es el vocero de las grandes corporaciones de la Argentina, corporaciones que, por otra parte, financian al grupo. Tenemos que entender que los medios de comunicación tienen la línea editorial de sus financistas. Si Magnetto dijera cosas que no le gustan a Paolo Rocca, Paolo Rocca no pondría plata en Clarín. ¿Por qué razón las grandes empresas ponen plata en multimedios como el Grupo Clarín?, para comprar silencios. Voy a explicarlo con otro ejemplo. Paolo Rocca no va a vender más caños por poner publicidad en el programa de Joaquín Morales Solá, los caños los vende igual. Lo que hace Rocca es poner plata para comprar silencios, y, sobre todo, para comprar silencios relacionados a la política económica del país.
Si no cambiamos la estructura económica de la Argentina, siempre va a existir un Grupo Clarín, porque, de seguir con el mismo modelo, siempre va a haber un sector concentrado de la economía al que le convenga que un medio de comunicación exprese sus intereses, y, más concretamente, para amedrentar a la dirigencia política. Como no van a elecciones, generan miedo. Desde ese lugar discuten los Paolo Rocca, los Bulgheroni, los Mindlin, es decir, los verdaderos dueños de la Argentina.
– LZ: En el libro ´No nos han vencido´, vos escribiste un artículo en donde decías que la dictadura no hubiera sido posible sin Clarín, y que tampoco hubiera sido posible para el grupo constituir su posición dominante sin la dictadura. Además de lo de Papel Prensa, ¿Qué fue lo que más te impactó de la relación entre Clarín y los genocidas?
– AL: En el capítulo 5 del libro ´El Dictador´ de María Seoane, aparece un fragmento en el que Videla reconoce que si ellos hubieran contado lo que estaban haciendo, no duraban ni 5 minutos. Videla decía que no se podía fusilar públicamente, porque si hacían eso, la sociedad argentina no lo hubiera bancado. Así explicaba por qué durante la dictadura desaparecían personas y por qué inventaban enfrentamientos, ¿Desde dónde comunicaban los enfrentamientos inventados? Desde la prensa. Clarín, con títulos como el de ´Total normalidad´, ayudó a normalizar una dictadura. ¿Quién fue el autor de ese título? Marcos Cytrynblum, quien todavía vive, y era jefe de redacción de Clarín en aquel momento. Él fue el responsable de la normalización del terrorismo de Estado, por ende, es un genocida.
“Las grandes empresas ponen plata en multimedios como el Grupo Clarín para comprar silencios”.
Si leen el Clarín de los años de la dictadura, se van a dar cuenta de la relación simbiótica que tenía Clarín con la dictadura. Era tal la complicidad, que en el año 1979, Clarín y la dictadura militar coorganizaron un partido en la cancha de River por el cumplimiento del primer aniversario del campeonato mundial de 1978. Para ponerlos en contexto, esa organización conjunta fue posterior a la entrega de Papel Prensa por parte de la dictadura a Clarín, La Nación y al diario La Razón.
Todos los grandes diarios de Latinoamérica apoyaron a sus respectivas dictaduras militares. ¿Saben cuál fue el único diario que no pidió disculpas? Clarín. Hasta O GLOBO en Brasil y El Mercurio en Chile pidieron disculpas. Este último, no solo fue parte, sino que se sentaba en la mesa chica de Pinochet. Una vez Carlos Ulanovsky me contó que, cuando trabajaba en Clarín, cometió un error y, al querer publicar la fe de erratas, el editor le dijo: “El diario líder no mira para atrás”
– ER: Todo dicho.
– AL: Clarín no sería lo que es hoy sin su connivencia con la dictadura militar, se ayudaron mutuamente. La idea de qué Papel Prensa S.A quedara en manos de Clarín fue de Martínez de Hoz, él fue quien le acercó el plan a la dictadura militar. Luego de ese episodio, secuestraron y torturaron a toda la familia Graiver y violaron a Lidia Papaleo, cónyuge del entonces dueño de Papel Prensa, David Graiver, quien murió en circunstancias muy sospechosas.
Los dos grandes booms económicos de Clarín fueron los clasificados de la década del 50, y el otro fue la adquisición de Papel Prensa S.A durante la dictadura militar. Sin Papel Prensa S.A, Clarín no se hubiera posicionado a la vuelta de la democracia como el principal diario de la Argentina. Si otro diario pensaba en publicar algo que Clarín no quería, se quedaba sin papel. Sin la alianza con la dictadura genocida, Clarín no sería lo que es hoy en día. Clarín van a tener que pedir disculpas algún día.
– ER: ¿Cómo imaginás al Grupo Clarín sin Héctor Magnetto?
– AL: Es muy difícil imaginarlo. Magnetto es, claramente, uno de los tipos más brillantes de los últimos 50 años de la historia argentina. Tan brillante para la lectura política como para la perversidad. Si me preguntás a mí, no quisiera ser como Magnetto, pero es innegable que es un tipo que está por encima de la media.
Héctor Magnetto entró a Clarín en 1972 como militante del Movimiento de Integración y Desarrollo, de Arturo Frondizi Rogelio Julio Frigerio. A medida que pasaba el tiempo, iba creciendo en la empresa, hasta que en un momento, Magnetto se da cuenta de que el partido era un lastre. Cuando entendió eso, se sacó de encima a todos los militantes del desarrollismo que todavía estaban en Clarín. A partir de ahí, Clarín se convierte, en términos corporativos, en una máquina de hacer plata, pero lo más importante, es que se constituye como un actor político con una ideología propia. Magnetto logró que las bases pantanosas sobre las que se construyó Clarín, se vean muy sólidas en la actualidad. Ojalá que, luego de su partida, se nos dé la oportunidad de ganarles de una vez por todas.
– LZ: ¿Cómo ves el escenario electoral para estas PASO?
-AL: Deseo que al gobierno le vaya muy bien, porque necesitamos un Congreso ágil, al punto de que lo acusen de ser una escribanía. No me preocupa de qué lo acusen mientras que, en los dos años que le quedan de mandato, pueda cumplir con lo que se propuso al inicio. Logrando una mayoría en el Congreso que permita sancionar leyes, y doy por descontado que serán leyes para ampliar derechos, al gobierno le irá muy bien.
“Sin la alianza con la dictadura genocida, Clarín no sería lo que es hoy en día”.
Creo en que este gobierno quiere redistribuir la riqueza para que todos vivamos mejor. ¿Estoy de acuerdo con todas las medidas que toma? No, pero eso no hace que lo deje de apoyar en ningún momento, y, teniendo en cuenta que Macri está del otro lado, mi apoyo será todavía más fuerte.
Si el gobierno quiere que le vaya bien en estas elecciones, tiene que hacer una campaña ideológica. En comunicación, el que pega primero, pega dos veces, por eso, si te pegan, tenés que pegar, no tenés que quedarte dando explicaciones. Nadie se enamora de un gobierno que se pone a la defensiva y contesta operaciones. Si queremos ganar la elección, hay que enamorar a la gente contándole lo que queremos hacer. Yo voy a votar al gobierno, y desde mi lugar de periodista, voy a intentar contagiar mi mirada ideológica a la mayor cantidad de gente posible.
El contexto en el vamos a votar es terrible, porque venimos de un país en el que no pudimos velar a 110.000 muertos del COVID-19 y, esos 110.000 muertos tenían como mínimo 10 amigos cada uno. Casi todos los argentinos tenemos a alguien que no hemos podido velar, habrá que ver cómo juega esto en el cuarto oscuro. Las personas se van a vacunar y salen contentas, pero después van a la carnicería para hacer un asado de festejo, y se encuentran con que no lo pueden pagar. Este tipo de cosas también juegan su papel.
Es fundamental que el gobierno gane las elecciones para que pueda gobernar con más tranquilidad los dos años que le quedan. Ojalá ya sin pandemia.
– ER: Si hay un movimiento en la Argentina que ha llevado adelante una lucha constante en relación a los duelos, es el movimiento nacional y popular. En la tradición de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, hay una enseñanza para poder atravesar este momento de duelo permanente en el que nos encontramos actualmente.
– AL: Totalmente.
-ER: ¿Las PASO fueron un acierto o un error del kirchnerismo?
– AL: Para cuestiones legislativas, las PASO son una gran idea, porque permiten una democratización interna de los partidos muy compleja de lograr de otra manera. Para las decisiones ejecutivas y las elecciones presidenciales, las PASO me parecen poco útiles. En Argentina votamos cada un año y medio, lo que, a la larga, termina siendo desgastante. Pienso que hay que buscarle la vuelta para que la frecuencia electoral sea más espaciada.
*Producción: Camilo Caballero