En las paredes de su despacho, en el Congreso de la Nación, cuelgan tradicionales cuadros de Eva y de Perón, predecibles dibujos para la sobrina nieta de la abanderada de los humildes. Sobre el escritorio se levantan pequeñas imágenes de madera del presidente Alberto Fernández y de Néstor Kirchner, y un portarretrato muestra la foto de cuando Cristina Fernández de Kirchner asumió la primera presidencia. “Es una oficina principalmente de mujeres”, dice la reciente candidata a presidir la vicepresidencia del PJ, lugar que por primera vez será ocupado por una mujer.
En diálogo con Contraeditorial, Cristina Álvarez Rodríguez analizó el discurso del presidente, valoró las medidas impulsadas por el gobierno en el marco de la pandemia por Covid-19, criticó la deuda criminal macrista y cuestionó los tiempos con los que se maneja el sistema de justicia, al resaltar que “para algunas cosas se va rápido con las prisiones preventivas y para otras cosas no. Hay demoras para abordar denuncias por violencia de género, pero son rápidos para perseguir a Cristina Fernández de Kirchner”.
“El Poder Judicial es uno de los poderes menos democratizados de la República Argentina”.
En este sentido, la diputada nacional del Frente de Todos marcó las resistencias del Poder Judicial a una reforma, y en contraposición, hizo hincapié en la necesidad que existe por parte de la sociedad de que “la justicia se democratice, y tenga una mirada del feminismo y de la diversidad”.
Al respecto, Álvarez Rodríguez calificó de “interesante” comenzar a pensar una reforma judicial en clave de género, “que tenga la prioridad puesta en que las mujeres dejaron de ser tuteladas en la Argentina”.
Por otro lado, la legisladora nacional se refirió al grupo dentro de Cambiemos “que presenta una irracionalidad espantosa”, y que constantemente “busca el fracaso de las políticas nacionales”.
– ¿Considera que fueron un logro las medidas tomadas en el marco de la pandemia por Alberto Fernández?
– Alberto Fernández vino al Congreso a rendir cuentas sobre un año muy difícil para todos. Un año que viene a poner sobre la mesa un problema que estamos teniendo en todo el mundo y muy profundamente en Argentina, que es el tema de la salud, del Covid-19 y de todo lo que genera económicamente, que se viene a plegar a las consecuencias que dejó el macrismo gobernando. Todo esto devino en tener que reorganizar la economía argentina, volverle a poner sentido a la producción y el trabajo para atender la pandemia sanitaria. Alberto vino a rendir estas dos cosas ante el Parlamento, que en Diputados somos los representantes del pueblo y en el Senado los representantes de las provincias. Nos permitió escuchar lo que se avanzó. Dijo una frase que me pareció interesante: “Lo que venimos a ponderar es lo que no ocurrió”. Es difícil ponderar algo que uno no vio, que es que la gente hubiera muerto sin posibilidad de asistencia sanitaria en un país donde se había devastado el Ministerio de Salud, en un país donde la prioridad estaba puesta en la rentabilidad y en el sistema financiero y en lo económico de una macroeconomía que favoreció a unos pocos y que ahora tuvo que cambiar esa matriz. Vino a explicar eso, como se equiparon 4000 terapias intensivas, como se construyeron 14 hospitales modulares, como se avanzó con la vacuna en un mundo donde solo el 10 por ciento de los países se queda con el 90 por ciento de las vacunas. Hay una puja en el mundo por esto. Sin embargo, Argentina con el último arribo logró 4 millones de vacunas para que tengamos para distribuir. Esto de haber trabajado con todas las jurisdicciones, sin importar el color político, y de haber diagramado la campaña más grande de la historia.

– También hubo espacio para el reconocimiento de errores…
– Sí, cuando se cometieron errores inmediatamente al ministro se le pidió la renuncia, siendo (Ginés González García) el sanitarista más importante del país. Sin embargo, se decidió correrlo por esa equivocación y ese error que cometió. Entonces, me parece que es muy importante cómo se trabajó el problema de la pandemia. La oposición dijo cualquier cosa, que queríamos envenenar a la población, y en el recinto también dijo cualquier cosa. Pero nosotros sabemos que las medidas se tomaron a conciencia, cuidando la salud de los argentinos por sobre la mirada economicista que algunos querían aplicar.
– ¿Qué opina sobre esta actitud de obstaculizar y cuestionar de forma permanente que tuvo la oposición con relación a cada medida tomada para atender la pandemia?
– Yo creo que Cambiemos busca el fracaso de las políticas nacionales para poder volver a ser gobierno y gobernar como lo han hecho, chocando todos los parámetros que tienen que ver con el bienestar de las mayorías. Ellos claramente no gobiernan con las mayorías, gobiernan para las minorías privilegiadas que representan y a las que benefician cuando están en el poder. Sus vinculaciones son explícitas con los grandes medios concentrados de comunicación y con el poder económico de la Argentina y también con sectores empresariales. Hay dos datos que Alberto Fernández mencionó, y todos se horrorizaron y señalaron que vino a pelear. Hubo un fiscal de la nación que utilizó escuchas ilegales y no tuvo ninguna sanción. Lo citaron en la justicia. No fue. Se declaró en rebeldía, y a nadie le importó. Hubo un juez de la nación que antes de fallar sobre la libertad de otro argentino, fue a ver al presidente Macri dos veces, eso está probado. Pero nadie investiga, quiere decir que para algunas cosas se va rápido con las prisiones preventivas y para otras cosas no. En los casos de violencia de género tampoco se va rápido. Solo son rápidos para perseguir a Cristina Fernández de Kirchner. En el recinto se escucharon voces que se alzaban gritando cuando Alberto hizo referencia a este tema. Siempre son casi las mismas voces, hay un grupo dentro del bloque opositor que presenta una irracionalidad espantosa.

– El presidente anunció una querella por la deuda contraída durante el gobierno de Mauricio Macri. ¿Considera este anuncio como un hito histórico siendo que es la primera vez que el gobierno intenta investigar la responsabilidad de quienes nos endeudaron?
– Hay un montón de datos que se necesitarían que se estudien en relación con la deuda. Nosotros aprobamos el año pasado dos leyes muy interesantes. Una tiene más prensa negativa que la otra. La primera fue el aporte solidario de las grandes fortunas, por única vez excepcional en el marco de una pandemia que todavía sigue. Esa fue una ley muy importante del presidente de nuestro bloque Máximo Kirchner, que trabajó con Carlos Heller y los demás economistas del bloque del Frente de Todos. Y la otra fue que la Argentina no se pudiera endeudar nunca más sin pasar por este Congreso. Lo que vivimos durante el macrismo fue escandaloso en materia de deuda externa, es el mayor endeudamiento que tuvimos en la Argentina, comparable solamente al proceso militar cuando nos endeudaron salvajemente allá por el año 1976. Entonces, tenemos que tomar ciertas decisiones, que nunca más nos pase que la decisión de un ministro de economía o un presidente tire por la borda todo el esfuerzo que hicieron todos los argentinos y argentinas. Nosotros habíamos logrado desendeudarnos, quedaba solo el 7 por ciento en el año 2015 para renegociar y reestructurar. Llegó Mauricio Macri con su equipo económico y no solo que dolarizaron tarifas, generaron mayor desempleo e inflación, sino que generaron el mayor endeudamiento de la historia. Entonces, es importante que, hacia adelante, cada vez que se quiera endeudar o desendeudar al país pase por aquí, como lo había hecho Néstor Kirchner. Él trabajó para pagar una deuda que no había tomado. Sin embargo, mandaba la propuesta al Congreso, para que le opinen, y es lo mismo que va a hacer Alberto con la deuda del FMI, y como hizo con la estructuración de deuda de los tenedores privados. Nosotros tenemos que poder decidir entre todos, oficialistas y opositores, que queremos. Esta gente tomó deuda con el FMI con un plazo de cuatro años para el repago, es inviable. Como íbamos a pagar 44 mil millones de dólares que destinaron a la fuga. No nos quedó una sola obra visible. Como ahora se está reestructurando y renegociando lo que estamos pidiendo son plazos para que no paguen siempre los mismos: la clase media, los trabajadores y los sectores populares. Tenemos que hacer esa renegociación con el Fondo, y allí Martín Guzmán y Alberto lo están haciendo con mucha fuerza.

– En la apertura de sesiones sobre las bancas de los diputados estaba impreso el libro de Ley Micaela, que de alguna manera representa la capacitación que viene desarrollando el Poder Legislativo en la cuestión de género. Ahora, esa capacitación que debiera ser transversal en todo el Estado, que cuenta con el impulso del ejecutivo, no está avanzando en el poder judicial. ¿Le llama la atención esto?
– No me llama mucho la atención porque yo considero que el Poder Judicial es uno de los poderes menos democratizados de la República Argentina. Desde la selección de los jueces, porque el Ejecutivo es elegido por voto popular, los legisladores somos elegidos por el voto popular y en el Poder Judicial es difícil la manera de selección, es difícil el control sobre el acto de los jueces. De hecho, hay un proyecto que Alberto aviso que va a enviar que tiene que ver con el Consejo de la Magistratura para que la justicia deje de estar politizada y para que la política no esté tan judicializada. Es decir, intentar que podamos hacer una justicia más eficiente. La oposición está todo el día hablando de impunidad, pero impunidad es lo que siente el pueblo de a pie frente a la justicia. No es un problema de la política la impunidad. Cuando uno ve que a una joven como Úrsula la asesinaron en un femicidio terrible en Rojas, como ocurrió, donde había denuncias previas. Donde pesaba sobre ese sujeto una denuncia de una niña con discapacidad de otro lugar, y nunca se los escuchó, ni a Ursula ni a las víctimas anteriores. Cuando uno ve que la justicia no llega a tiempo o llega tarde, eso no es justicia. La Ley Micaela es una ley que es maravillosa, de unos padres que pelearon por esa ley, luego un colectivo de mujeres y diversidades peleamos por esa iniciativa. Tiene que ver con convertir el dolor de la pérdida de Micaela en amor y en futuro para una sociedad mejor en términos de violencia. Se publicó, nos capacitamos en el poder legislativo, y la justicia se resiste porque la justicia es patriarcal y se resiste a los cambios. Cuando Carmen Argibay había avanzado tanto con la oficina de violencia en la Corte Suprema, una vez que Carmen lamentablemente fallece, no solo que se reemplaza su lugar por un varón, sino que esa tarea que ella venía llevando con tanta fuerza, pierde ese liderazgo. Entonces, nosotros necesitamos que la justicia se democratice, y que la justicia tenga una mirada del feminismo y de la diversidad. Hoy tienen un profundo desconocimiento. La ley Micaela ayuda a reparar eso. Tampoco puede ser la Ley Micaela una conferencia que den. Esto también es una discusión que nos estamos dando. Cómo es la capacitación y la actualización permanente, porque sino se cumple con la formalidad sin ir a fondo con los problemas. Eso tampoco nos sirve.
“Hay un grupo dentro del bloque opositor que presenta una irracionalidad espantosa”.
– A pesar de las luchas de las mujeres, y de una política de Estado que aborda las problemáticas vinculadas a la violencia de género, no se puede ver que bajen los casos de femicidios, ni de los denominados genocidios trans-travesti, hechos que se visibilizan menos aún. ¿No marca esto la urgencia de una reforma judicial feminista concreta?
– Sí, yo creo que tiene que haber una reforma judicial. Aquí se trabajó en el Congreso, nuestra vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, a cargo del Senado de la Nación, logró la media sanción de una reforma judicial que venía elaborada por expertos de diferentes espacios políticos. Pero en Diputados no pudimos ni empezar a debatirla porque la oposición claramente se opone a esto. Se opone a dar los debates centrales. Pensar esa reforma judicial en clave de género y que tenga la prioridad puesta en que las mujeres dejamos de ser tuteladas en la Argentina, me parece que es muy interesante, y creo que esta fue la pelota que Alberto dejó en la apertura de sesiones. Esa pelota que refiere a no tengan miedo a discutir los grandes debates que necesitamos dar. ¿El poder judicial en su totalidad va a pagar el impuesto a las ganancias como el resto de los trabajadores?, ¿la Corte Suprema va a presentar sus declaraciones juradas? Cuando ocurre un femicidio ¿vamos a ser capaces de ponerlo en el lugar de política de Estado como Memoria, Verdad y Justicia?; ¿toda la sociedad va a producir un repudio masivo a eso hecho?; ¿los medios cuando cuentan los casos de violencia -que uno lo ve uno tras otro- de la manera en la que los presentan no están promoviendo que haya más violencia? Entonces, es como si una sociedad tuviera que parir a una nueva sociedad, que no solo repudie, sino que enseñe a las mujeres, a los varones, a las diversidades, a pensar con concepto mucho más integrador, más respetuoso del otro, y con más igualdad. Otro tema que dejó en claro Alberto es el gran trabajo que desde el Ministerio de las Mujeres, Géneros y diversidades se está haciendo, como la construcción de 30 centros integrales de atención a las víctimas, y de promoción de derechos en las provincias.
“Somos nosotras las que vamos a protagonizar a la par, construyendo derechos e igualdad, la revolución social en paz que produce transformaciones”.
– Por primera vez en la historia del PJ una mujer será vicepresidenta del partido. Por primera vez hay paridad de género en la nómina. ¿Qué posibilita esto para las mujeres peronistas?– Con mis compañeras y compañeres, somos mujeres y diversidades peronistas que hace muchos años que construimos igualdad y paridad, solo que no logramos la fuerza para que esto tuviera la visibilidad que tuvo con la ley de una y uno, esa ley de paridad que nos permitió integrar las listas. Pero nosotras tuvimos a Evita; tuvimos a Juana Larrauri; a Delia Parodi; tenemos a Hebe de Bonafini; a Estela de Carlotto; tenemos a todas las mártires y víctimas de la dictadura; tenemos a las mujeres de los 90 que habían construido el cupo del 30 por ciento; tenemos en la espalda a la primera presidenta electa por el voto popular que es Cristina. Tenemos una cantidad de mujeres protagonistas de nuestra historia. También están las mujeres socialistas, las sufragistas y antes de ellas las de la colonia como Juana Azurduy, y antes las de los pueblos originarios. Por todas ellas es que tenemos que dar las discusiones hasta conseguir la paridad, y por nuestras hijas también. Pero, para mí es un honor enorme que mis compañeras y el presidente me dieran esta posibilidad. Siento que vamos a hacer un peronismo distinto de ahora en más, mucho más parecido al del origen. A ese peronismo de una época donde las mujeres no tenían ni documento, porque cuando Perón ganó en el 45 no teníamos libreta cívica, sin embargo, la conquistaron el día que votaron. Con el trabajo de Evita y sus compañeras la voz se empezó a escuchar de una manera que en el 55 estuvimos al borde de tener una paritaria. Me parece que vamos a hacer escuchar nuestra voz. Es una gran oportunidad y ahora somos nosotras las que vamos a protagonizar a la par, construyendo derechos e igualdad que es lo que para mi es el peronismo, la revolución social en paz, que produce transformaciones.