Entrevista realizada por Luis Zarranz y Emanuel “Peroncho” Rodríguez en el programa Fuera de Contexto que se emite los sábados, de 16 a 18 horas, en El Destape Radio. Repite los domingos a la medianoche. FM 107.3 –http://eldestaperadio.com En Spotify: Fuera de Contexto Radio.
– Luis Zarranz: Tenemos el honor de poder conversar con el ex ministro de Educación de la Nación, cargo que ejerció entre los años 2009 y 2015, un querido compañero que nos va a permitir reflexionar sobre muchos temas. Bienvenido Alberto Sileoni.
– Alberto Sileoni: El agradecido soy yo, para mí siempre es un honor charlar con compañeros, y ustedes me están dando la posibilidad.
– LZ: ¿Cómo ves la situación de la educación en tiempos de pandemia?
– AS: Hubo escenas muy emocionantes en toda la geografía de la patria respecto a ese tema, sobre todo el año pasado. Ha habido una entrega total de parte de los y las educadoras. Mirando un poco para atrás, y con el debido respeto al diario del lunes, creo que podríamos haber salido y entrado de manera más flexible de algunas cuestiones relacionadas a la cuarentena escolar.
La pandemia ha puesto la lupa en las condiciones de desigualdad territorial y distributiva que existen en nuestro país, en algunos casos, desoladoras. La escena se trasladó al ámbito privado, es decir, a la casa, y sabemos que, el ámbito público, que en este caso sería la escuela, es un ámbito nivelador. Los pibes, al pasar el marco de la puerta de la escuela, son todos iguales.
“En el ámbito educativo, la pandemia acrecentó las desigualdades”.
Claramente, una escuela de Recoleta no es igual que una del fondo de La Matanza, aún así, en la escena presencial, son iguales. En el ámbito educativo, la pandemia acrecentó las desigualdades, no todo el mundo tiene 5 o 6 dispositivos tecnológicos con buena conectividad para llevar adelante las clases virtuales.
Por otra parte, decir que no hubo clases sería faltarle el respeto a los estudiantes y a los docentes.
– Emanuel Rodríguez: ¿Creés que es posible retornar al sistema educativo que se interrumpió allá por marzo del 2020?
– AS: Yo creo que sí. Este año se cumplirá el centenario del nacimiento de Paulo Freire, y si dijéramos que los asuntos son determinados y cerrados, se revolcaría en la tumba. Soy optimista, pero no de manera superficial, hay condicionamientos, pero no son determinantes. Personalmente, tengo una posición de alta expectativa. Creo que es posible revertir la situación actual del sistema educativo, siempre y cuando, la gradación de responsabilidades no se trastoque, y los Estados estén en la primera línea de esas responsabilidades. En primer lugar, el Estado nacional, e, inmediatamente, los otros 24 Estados, porque antes de que la responsabilidad recaiga en la familia, hay otro que debe proveer conectividad y condiciones favorables para el desarrollo educativo.
El ENACOM está haciendo un gran trabajo, pero las empresas miran para otro lado y esconden la tarifa social, porque no quieren que se masifique. Al mismo tiempo, estamos acusando recibo de cuatro años de macrismo, y, sin caer en la tentación de quedarme mirando para atrás, me parece importante siempre remarcar esta cuestión. Haciendo la cuenta, puedo afirmar que el neoliberalismo le debe 4 millones de netbooks al sistema educativo argentino. Dicho esto, me hago la pregunta, en este contexto de pandemia, ¿Cuánto más valor adquirirán 4 millones de netbooks? Probablemente, un valor mucho mayor al que tendrían en otro contexto.
– LZ: Teniendo en cuenta la dinámica volátil que adquirió la educación durante esta pandemia ¿De qué manera debemos pensar la escuela de acá al futuro?
– AS: Creo que es un gran momento para hacer cambios profundos en el sistema educativo. No soy partidario de la virtualidad absoluta de la educación, digo esto porque veo que en algunas provincias están coqueteando con esta idea, pero si soy partidario de la tecnología al servicio de la educación. Si el Estado dotara de tecnología a todos los chicos y chicas que van a la escuela, más que nada en el nivel secundario, la realidad sería otra. Para dar un ejemplo, te diría que, en el ciclo final del secundario, es decir, 4to, 5to y, en algunos casos, 6to año, podría pensarse en un esquema en el que no sea necesario tener que ir a la escuela los 5 días de la semana. Pienso que ese podría ser un esquema eficaz, y no estoy diciendo que en los días que queden libres de ir a la escuela no hagan nada, esos días podrían utilizarlos para estudiar, para recorrer el barrio o para ir a la biblioteca.

Hay algunas escenas que trajo la virtualidad que, creo, está bien que se queden. Me refiero a las reuniones entre padres, docentes y chicos, un campo muy interesante. Sin ir más lejos, en el año 2020, ningún chico repitió de año, lo cual me parece bien teniendo en cuenta el contexto. Dicho esto, pienso, ¿Por qué no pensamos la repitencia en todo el sistema educativo? Existe una gran cantidad de sistemas educativos de primer mundo, como dirían algunos de la derecha, que no tienen repitencia en todo el sistema educativo. El escenario actual, me parece propicio para pensar en un sistema educativo más flexible. Hasta los más reaccionarios saben que repetir un año no mejora tu biografía escolar. Este me parece uno de los elementos centrales a revisar, y tantos otros más, no quiero ser tecnofóbico, todo lo contrario, quiero darle la bienvenida, más que nada en la universidad, pero, en la educación escolar y secundaria, aferrarnos en exceso a algunas prácticas tecnológicas podría ser contraproducente.
– ER: ¿Por qué crees que en nuestro país tenemos tan arraigada culturalmente la idea de la repitencia como herramienta pedagógica?
– AS: Porque fuimos formados así. Se trata de una discusión de larga data, pero que, inevitablemente, fue reflotada durante los cuatro años del macrismo. Una de las primeras medidas de Vidal en PBA fue volver al aplazo, porque ellos, aferrados a la bandera del mérito, relacionaban esa herramienta al esfuerzo. Infelizmente, creo que está muy instalada en la sociedad esa idea de la meritocracia, y nos toca dar vuelta esa disputa conceptual y cultural. Bajo esa mirada meritócrata, la repitencia es una sanción concreta para aquel que no se esforzó lo suficiente, y, buena parte de la sociedad, advertiría que la no repitencia decantaría en un viva la pepa.
Debemos trabajar para que buena parte de la sociedad, que en principio es refractaria a los movimientos más populares, entienda que lo que planteamos nosotros no es un acto de demagogia educativa, sino un acto de justicia que, a la postre, mejorará la educación de sus hijos. A la vista está la dificultad de lograr esa premisa, no olvidemos que hay más de 1 millón de docentes que votan al neoliberalismo.
“Hasta los más reaccionarios saben que repetir un año no mejora tu biografía escolar”.
Recuerdo cuando Alejandro Finocchiaro, segundo ministro de Educación del macrismo durante su mandato, decía que había que terminar con la pedagogía de la compasión, y entendía que la inclusión mediante herramientas pedagógicas dentro del sistema educativo, era hacer pobrismo y caridad educativa. En un día como el de hoy, en donde Eva Perón cobra todavía más relevancia, me permito citarla y decir que, no se trata de caridad, se trata de justicia.
– LZ: Tu gestión en el ministerio de Educación fue histórica, no solo por la continuidad de ese período, sino también porque fuiste el ministro de las 17 universidades, de las casi 6 millones de netbooks, del mínimo histórico de analfabetismo, del presupuesto más elevado en términos porcentuales. ¿Qué representa para vos haber desarrollado este rol tan importante durante los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner?
– AS: Representa un gran honor, algo que jamás pensé que me pasaría en la vida. Yo era profesor de historia de secundaria, y humildemente, nunca hubiese imaginado todo lo que me ocurrió. Si me permiten, pondría el punto de partida de los hechos que relatas allá por el año 2003, pero, en mi caso, nada hubiera sido posible sin Cristina Fernández de Kirchner. Un ministro puede tener buenas intenciones, pero si no las acompaña con conducción y con proyectos políticos de ampliación de derechos, de nada sirven.
La actual vicepresidenta, en aquel entonces presidenta, es una persona muy interesada por el sistema educativo, no se le pasaba ni el presupuesto ni las acciones que se iban sucediendo. Participó en la concepción de Conectar Igualdad, participó en la concepción y en el nombre del ´Plan Fines´, estaba absolutamente enterada de los libros que distribuíamos desde el Ministerio de Educación, estaba absolutamente enterada de los proyectos de ley relacionados a las universidades, de modo que, lo primero que debo decir, y creo que es la puerta de entrada más justa para entender el proceso 2003-2015, es que hubo dos presidentes, Néstor y Cristina, absolutamente interesados por el tema educativo.

En el caso de Néstor, con una retahíla de legislación educativa innovadora, duplicando el presupuesto, y, en el caso de Cristina, en un momento nuestro de más territorialidad, con construcciones de escuelas, distribución de libros y computadoras, entre tantas otras cosas. Pasando en limpio, creo que el proceso que tuvo lugar entre 2003-2015, fue mayoritariamente satisfactorio para el país, sabiendo también que no todo era color de rosas y existieron sombras durante ese período. Miro para atrás y siento que podríamos haber hecho algunas cosas de otro modo, pero es innegable que el sistema educativo argentino tenía un rumbo claro por aquellos años, y ese rumbo lo marcaba el Estado Nacional.
– ER: ¿Qué autocrítica harías de tu gestión en el Ministerio de Educación de la Nación?
– AS: Durante mi gestión, allí por el año 2013, hicimos un ciclo de formación docente muy importante, llamado ´Nuestra Escuela´, que tenía rango paritario. Muchos compañeros, con razón, nos dijeron que aquel ciclo había llegado un poco tarde. La realidad es que no teníamos las herramientas para hacerlo antes, pero eso no es excusa y podría ser una importante autocrítica de la gestión. Por otra parte, dentro de un gobierno tan legislador en materia educativa como fue el nuestro, y cito la ley de Educación Técnica, la Ley de Financiamiento, nueva ley de Educación, la Ley de Educación Sexual y obligatoriedad de la sala de cuatro, si no hubiésemos legislado nada de esto, no se hubiese notado, y si hubiésemos legislado mucho, así fue finalmente, cualquiera puede darse cuenta que faltó la ley de Educación Superior.
Tuvimos que maniobrar dentro de leyes que venían del menemismo, aún así, pudimos construir y darle entidad 17 nuevas universidades. Pienso también que podríamos haber ido más a fondo en una reforma del secundario. Esas son las autocríticas que haría respecto a la gestión. De todos modos, el escenario global en el que gobernó Cristina fue totalmente distinto al que le tocó a Néstor, siendo más adverso el escenario global durante los mandatos de Cristina.
– LZ: Así y todo, en el año 2010 surge el programa ´Conectar Igualdad´, un hito que fue reconocido por diversas instancias nacionales e internacionales. ¿Cómo surgió aquella iniciativa?
– AS: Las escuelas técnicas tenían una ley específica de educación técnico-profesional, esa ley creaba un fondo de la educación técnica, que terminó siendo de 7 mil millones de pesos de aquella época en total. Con una parte de ese fondo, habíamos comprado las primeras 250.000 netbooks para los chicos de las escuelas técnicas de los ciclos superiores. Cristina estaba al tanto de esa acción, y nosotros fuimos a decirle que, nos parecía relevante, duplicar el número para el año 2010. Siguiendo con esta lógica, era posible llegar a las 500.000 netbooks en el 2010, y lo que terminó ocurriendo fue que, en lugar de 500.000, tuvimos 6 millones de netbooks.
“Una de las primeras medidas de Vidal en PBA fue volver al aplazo, porque ellos, aferrados a la bandera del mérito, relacionaban esa herramienta al esfuerzo”.
De modo que, fue la cabeza de Cristina la que hizo posible esa ecuación, porque ella relaciona lo que yo nunca podría, relaciona el ANSES, relaciona el ministerio de Planificación e Infraestructura, y nos dijo que era hora de ir con todos los pibes y pibas del secundario. A esto, le propusimos incluir a la educación especial y estuvo de acuerdo. El programa ´Conectar Igualdad´ fue pura decisión y energía política, y el nombre no es aleatorio, se le ocurrió a la propia Cristina y une dos valores extraordinarios, el tecnológico y el político. Sabíamos que lo que perseguíamos era la igualdad rabiosa.
Hoy en día, este mismo programa se llama ´Juana Manso´, algo que me parece genial, y ojalá que dote de recursos a muchos chicos y chicas, pero permítanme decir que ´Juana Manso´ es un nombre de la pedagogía, y ´Conectar Igualdad´ es un nombre de la política. La virtualidad de ´Conectar Igualdad´, es una virtualidad política, ¿por qué?, porque era mucho más que un equipamiento tecnológico, era un rasgo de dignidad, la netbook portaba el nombre del estudiante que la recibía.
Recuerdo que la derecha decía que las netbooks eran maquinitas que revoleaba Cristina, probablemente desde casas de clase media y alta. Para el 50 y pico % de los pibes de los sectores más carenciados, se trataba de la primera computadora que recibían. Nunca voy a olvidar las escenas en las que aparecía la computadora abriéndose en la mesa de aquellas familias. Hicimos investigaciones con las universidades, y concluimos en que, aquellos pibes que habían hecho todo el secundario con la netbook, se encontraban en mejores condiciones para acceder a la universidad.

Estoy de acuerdo con que el que gana las elecciones por voto popular, tenga derecho a modificar lo que viene, pero lo único que no puede hacer es eliminar las conquistas de derechos, y a eso vino el macrismo. En esa eliminación de derechos es donde la derecha disemina su odio, e, impulsados por ese odio, apagaron las luces de Evita, destruyeron al personaje ´Zamba´, entre otros símbolos que destruyeron.
– ER: Hace unas semanas, Cristina, en un relanzamiento del programa ´Conectar Igualdad´ en Lomas de Zamora, trajo a colación una anécdota acerca de Elegante, un músico de cumbia, quien había declarado que empezó a hacer música mediante las netbooks que entregaba el gobierno de aquel entonces. ¿Cómo vivís esas historias personales relacionadas al programa ´Conectar Igualdad´?
– AS: Emocionado, pero no sorprendido, porque los pibes y las pibas tienen mucha capacidad. Nosotros hicimos varios congresos con producciones de los pibes, y había algunas de esas producciones que eran de alto nivel. Las sociedades van incrementando sus capacidades, y en aquel momento, era evidente que a muchos de nosotros nos hacía falta entender la tecnología, pero entenderla al servicio de la educación. Dentro de esa dinámica, creo que había que ir capacitando a lo largo del camino, porque si esperábamos a capacitar a 1 millón 200 mil de docentes para después proveer las netbooks, esa capacitación iba a quedar desactualizada. La gran mayoría de los docentes tuvieron una actitud extraordinaria respecto a la capacitación tecnológica que se daba a la par de la distribución de netbooks, eran muy pocos los que recibieron de mala manera aquella iniciativa.
– LZ: No sé cómo hacer para que el micrófono te transmita la admiración que me genera la creación de 17 nuevas universidades, acción que fue llevada adelante durante tu mandato en el ministerio de Educación de la Nación. Esa admiración se acrecenta al contraponer ese hito con los recordados dichos de María Eugenia Vidal durante su gobierno en PBA, donde dijo que ningún pobre accedía a la universidad. ¿Qué pensás de esa concepción de la oposición?
– AS: Es un error garrafal, además de ser una concepción equivocada. El quintil que más creció en términos de acceso a la universidad, es el más bajo, es decir, el quintil 1 y 2, basta con ese dato para dar por tierra a esos dichos. Respecto a aquella reflexión de María Eugenia Vidal, debo decir que ni siquiera me genera odio, tampoco me genera realizar una diatriba, me genera dolor, y me permite hacer la reflexión de cómo el prejuicio de clase te puede enceguecer. No debemos olvidar que, una semana antes de las PASO en PBA, a Aníbal Fernández le inventaron una participación en el triple crimen de General Rodríguez, una de las causas que, junto con la de Nisman y otras tantas, permitieron que el macrismo acceda al poder.
“El prejuicio de clase y la ignorancia son tan altos en algunos casos, que ni siquiera son capaces de disfrazarlos de oportunismo político”.
Volviendo a la frase de Vidal, me resulta extraño que no tenga la capacidad de reflexionar antes de decir algo tan errado, más aún siendo una persona joven. El prejuicio de clase y la ignorancia son tan altos en algunos casos, que ni siquiera son capaces de disfrazarlos de oportunismo político.
Hace un año y medio que estoy dando clases virtuales, y, hasta en ese contexto desfavorable, veo a los pibes del barrio tomando clases de universidad, algo que también ocurría presencialmente.
– ER: En el mismo sentido, recuerdo cuando Macri criticaba la apertura de universidades en el país, ¿cuántas universidades pensás que todavía faltan abrir en la Argentina?
– AS: En algunos países, el índice es de una universidad es cada 250.000 habitantes, aunque algunas son de baja calidad. En PBA hay una universidad cada 500.000 habitantes, de modo que, tranquilamente podría haber más universidades. Hay muchos pibes y pibas que quieren estudiar, y debemos acercar la universidad para satisfacer esas necesidades, con lo cual, es imprescindible que sigamos abriendo universidades.
– LZ: Hace un rato destacaste la conducción política de Cristina. Recuerdo a un ex ministro que se atribuyó la potestad de los logros cosechados gracias a las políticas ferroviarias de aquel entonces. Estoy hablando de Florencio Randazzo. ¿Cómo evaluás esa conducta?
– AS: Para mí, Florencio ha sido un gran ministro en su área, tanto en el mandato de Néstor como en el de Cristina. Esa opinión la mantengo y no cambiará, dicho esto, creo que no entendió cuál es la naturaleza de un ministro, no entendió que la gestión de un ministro forma parte de un proyecto político que lo trasciende. Recuerdo también a un ex ministro de Ciencia y Tecnología que ocupó ese rol durante dos procesos políticos antagónicos. Las personas son importantes, pero no más importantes que los proyectos políticos. Atrás de la decisión, aparecen los recursos, y todo lo que no es presupuesto es ilusión, de modo que puede gustarte mucho una política u otra, pero sin presupuesto no podrá llevarse a cabo.
“Hay un momento en el que no debes creerte más importante que el proyecto en el cual estás metido, y lamento que eso haya ocurrido en el caso de Randazzo”.
Nosotros, desde el ministerio de Educación, distribuimos 92 millones de libros y construimos 2000 escuelas. Eso es presupuesto, acompañamiento y proyecto político. Hubo una presidenta que vigiló que esos libros llegaran a las escuelas, y eso tiene que ver con la gestión. Hay un momento en el que no debes creerte más importante que el proyecto en el cual estás metido, y lamento que eso haya ocurrido en el caso de Randazzo. No estaría bien que Cristina se sintiera más importante que el proyecto que lleva adelante, de todas maneras, no creo que nunca cometa ese error, y estoy seguro que ella sabe que es quien es porque hay un pueblo detrás que la sostiene.
La parte nunca será más que el todo, aunque esa parte se llame Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner o Juan Domingo Perón. Puedo advertir que, los rasgos de genialidad y grandeza de personajes tan relevantes, son los que no les permiten caer en la tentación de creerse más que el todo.
– ER: ¿De qué manera se llevaron a cabo los proyectos que repasaban de manera pedagógica la historia argentina, como fueron ´Pakapaka´ y ´Zamba´? ¿Qué cambios crees que generaron respecto al aprendizaje de nuestra historia?
– AS: Para simplificarlo, podría decirse que ´Canal Encuentro´ es Néstor, y ´Pakapaka´ es Cristina. El primero que arranca con todo esto fue Néstor, y debo hablar de Daniel Filmus, quien, junto con Tristán Bauer, tuvieron la visión de hacer un canal para las escuelas, por eso el macrismo se lo sacó a las escuelas y hoy no depende del Ministerio de Educación de la Nación. Esos canales nacieron para las escuelas y para los docentes, y detrás de ellos existía una decisión ideológica.
Pakapaka dio un salto y se metió en una discusión epistemológica, discusión que, al fin y al cabo, es política, porque la derecha, la misma que tiene un diario como ´La Nación´ que desde 1970 te baja línea, cuando discutís esa línea, te dicen que estás haciendo política. Hace 150 años que hacen política todos los días, y para ellos, hacer lo que hacen no es hacer política, es su naturaleza.

Volviendo al punto, Zamba fue una revolución, y hoy está revitalizado, ya no es él solo, aparece un personaje como Nina, porque los tiempos actuales exigen abrirle la puerta a las reflexiones sobre el género y las sexualidades. Para que tomemos conciencia, Zamba logró que las pibas quieran el traje de Juana Azurduy para su cumpleaños, y que los pibes quieran el traje de San Martín o de Belgrano. Esa discusión en el corazón de la interpretación histórica, es una de las cosas que más ha molestado a la derecha.
Voy a contar algo que pinta de cuerpo entero lo que fue el macrismo. Los dibujantes pintaban a San Martín como un superhéroe, con una presencia descomunal, y, cuando el macrismo toma el poder, lo primero que le pidieron a los dibujantes es que le desinflen el pecho y le saquen el sable corvo.
– ER: No puede ser.
– Alberto Sileoni: Es increíble, desinflarle el pecho ya es toda una definición, pero sacarle el sable es evadir la historia argentina. Recuerdo la imagen de Zamba descabezado en Tecnópolis, durante la gestión de Hernán Lombardi, que decía, con la claridad que tiene la derecha, que Zamba estaba podrido por dentro. Yo creo que Zamba, Pakapaka, Encuentro y Conectar Igualdad, forman parte de la identificación popular, y la derecha tiende a bajarle el precio a ese tipo de símbolos. No nos olvidemos que Zamba le hablaba a los pibes de la dictadura y de los genocidios, incluidos el Holocausto, el genocidio armenio, el genocidio de Ruanda, el genocidio en Guatemala y en Centroamérica, y eso no es gratis en ningún lado.
– LZ: Impactante escucharlo tan descarnadamente, no solo lo que generaron aquellos proyectos culturales, sino también la destrucción planificada de la derecha, teniendo como motor ese odio, rasgo tan característico de ellos. Cuando hablás de Néstor y de Cristina, denotamos la admiración y el respeto que les tenés. ¿Qué representan para vos Néstor y Cristina?
– AS: Con Néstor tuve una relación política, lo conocí pero he trabajado menos tiempo con él, ya que su ministro fue Daniel Filmus, un gran ministro. Recuerdo dos escenas que son simétricas, una la viví, fue el sepelio de Néstor en la Casa de Gobierno, y la otra la vi por la tele, que fue aquella larga cola para despedir al comandante Hugo Chávez. En este último, recuerdo haber visto a una venezolana respondiendo a un cronista que Chávez le había abierto los ojos, y que estaba allí para agradecerle por eso. Ese abrir los ojos, para nosotros, fue Néstor Kirchner.
“Cristina tuvo que bancarse, y lo sigue haciendo, persecuciones a su persona, a sus hijos, y además, infinitas difamaciones”.
Con Cristina tengo una relación más cercana, debido a que fui su ministro durante seis años y medio. La valentía, el coraje, la preparación y la claridad política, son sinónimos de Cristina, además de la rigurosidad. Discutir con Cristina era posible, pero había que estar preparado, tenías que tener datos, propuestas e ideas. Se dice que Cristina habla bien, y de eso no hay dudas, pero hay muchos que hablan bien. Cristina no solo habla bien, dice lo que hay que decir y su presencia es impactante, siempre erguida. Tuvo que bancarse, y lo sigue haciendo, persecuciones a su persona, a sus hijos, y además, infinitas difamaciones. El privilegio que yo he tenido de estar esos años pensando políticas educativas en conjunto y aprendiendo a su lado es infinito, me cambió la vida para siempre.
– ER: ¿Cómo evaluás la actualidad del sistema educativo argentino?
– AS: Los cuatro años de desgobierno del neoliberalismo, sumados a esta pandemia, han traído cuestiones serias que hay que resolver. Fundamentalmente, me refiero a esa débil relación que está teniendo un porcentaje alto de pibes y pibas, sobre todo de los sectores más carenciados, que están teniendo con el sistema educativo. El Estado debe distribuir tecnología, debe ir a buscar a esos pibes a lo largo y ancho del país para traerlos a las escuelas. La cuestión es muy seria, hay que trabajar mancomunadamente y ojalá que lo puedan hacer, confío en que podremos hacerlo.
Antes de la pandemia, junto con muchos compañeros, compartíamos la idea de ir escuela por escuela con dos preguntas sencillas, y las preguntas serían, ¿qué sociedad querés? ¿qué escuela querés?. Esa sencilla interrogación no está resuelta en el sistema educativo argentino. Tenemos que entender que muchos docentes, obnubilados con la meritocracia y encantados con las neurociencias, votan a la derecha. Muchos piensan que se puede emocionalizar lo social, pero no es una cuestión que podamos reducir a esa frase, porque cuando hacés una política de emociones, le quitas densidad a las responsabilidades, porque las emociones son individuales, y ahí aparecen premisas que dicen, por ejemplo, te fue mal porque no te esforzaste lo suficiente. Esta discusión no está saldada en el sistema educativo, y creo que es momento de empezar a hacerlo.

– LZ: Más de la mitad de los chicos y de las chicas en nuestro país son pobres, esa es la triste situación actual. ¿Cuáles son los principales desafíos en términos educativos teniendo en cuenta esta preocupante realidad?
– AS: Debemos elevar el nivel de la conversación política en la Argentina. Viendo ese 57% de los pibes debajo de la línea de pobreza, no deberíamos hablar de otra cosa y tendría que ser la principal prioridad de la política. Es necesario diseñar una política económica que haga emerger a esas familias, y la mejor política educativa es una buena política económica. Si papá, mamá, o quien sea que esté criando a esos pibes y pibas, tiene trabajo, ese pibe tendrá la posibilidad de tener algún libro a su alcance y de poder comer. Si a eso le añadimos un Estado atento que lleve adelante políticas de fondo, la situación mejorará.
Creo que hay que repasar el proceso que se dio en la Argentina entre el 2003 y el 2015, y empezar a aplicar aquellas políticas transformadoras. Si me preguntas a mí, trabajaría mucho con los sectores más carenciados, es primordial reponer la tecnología con carácter nacional, porque una de las cosas que provocó el macrismo, en esa eliminación del programa ´Conectar Igualdad´, lo que hizo también fue romper la incipiente industria tecnológica que había en la Argentina. Es indispensable la presencia del Estado, y fundamental recuperar aquello que proveía y dejó de proveer.
– ER: El gremio docente es uno de los más estigmatizados por parte de los medios hegemónicos y de la dirigencia política neoliberal. ¿A qué le atribuís ese ensañamiento?
– AS: La estigmatización viene de un sector determinado, sigo pensando que el grueso de la sociedad aprecia la tarea de los y las educadoras, y los que tenían alguna duda, han dejado de tenerlas debido a la importancia que han cobrado los educadores durante esta pandemia. Si para algunos era una profesión de vagos que comen bizcochitos de grasa todo el día, espero que se hayan dado cuenta lo que significa un docente frente a 40 pibes, pibes y pibas que son nuestros hijos y nuestros nietos, están educando a todos ellos, ni más ni menos.
“Tenemos que entender que muchos docentes, obnubilados con la meritocracia y encantados con las neurociencias, votan a la derecha”.
Existe un núcleo duro en la derecha que estigmatiza a los docentes por prejuicios ideológicos, pero creo que con la pandemia, buena parte de la sociedad ha reconsiderado su visión en relación a los docentes. Néstor y Cristina me enseñaron que hay que discutir con los gremios, que no existe otra posibilidad. Durante mi mandato, tuvimos ocho paritarias, yo llevé adelante las ocho, en seis de ellas acordamos, y en dos no, en una de esas dos deberíamos haber hecho un esfuerzo más como Estado, y en la otra, quizás, el gremio docente podría haber hecho un esfuerzo. Aún cuando discutíamos con los gremios, muchas veces acaloradamente, tenía muy claro que la paritaria era fundamental, y que no existía otra instancia. Aún en los momentos de más tensión, seguimos con el diálogo, y esa es la mesa en la que hay que discutir, la de la paritaria.
Cuando hablo de diálogo y de discusión, no me refiero solamente a cómo te va en el cajero, estoy hablando de discusiones por la calidad educativa, por los aprendizajes, y de esas discusiones, yo he aprendido mucho. Los gremios son la columna vertebral, el único camino para el movimiento nacional y popular al que pertenecemos.
– LZ: No quisiéramos despedirte sin consultarte lo siguiente. ¿Tenés aspiraciones de participar en la gestión pública?
– AS: No tengo aspiraciones en ese sentido. Como siempre, estoy trabajando desde el Instituto Patria, además de estar en la Universidad Nacional de Hurlingham y dar clases de historia en varias universidades. Podría volver a la gestión pública, pero no a aquellos lugares en los que estuve. Creo en lo que Juan Domingo Perón llamaba trasvasamiento generacional, y creo que, en algún momento, los más grandes debemos dar un paso al costado, dejándoles el lugar a los compañeros y las compañeras más jóvenes. Seguiré opinando y discutiendo con ellos si consideran que es necesario, pero, citando una frase que usan los pibes, ya fue, hay algunas cosas que no pueden volver. La historia continúa y hay compañeros que tomarán las banderas para llevarlas hacia adelante.
– ER: Te hago la última pregunta, ¿Qué escenario imaginas en las elecciones legislativas que están a la vuelta de la esquina?
– AS: Soy optimista. Me gusta el armado de listas, me parece equilibrado. En CABA tenemos compañeros de mucho valor, como en el caso de Leandro Santoro, sabiendo que esa ciudad nos es adversa. En PBA también hay compañeros valiosos, como Victoria Tolosa Paz, Daniel Gollán, quien fue compañero mío en el ministerio, y también compañeros del sindicalismo federal. Entiendo que tenemos una representación bastante amplia, y esa unidad se ve reflejada en las listas. En Sergio Massa, Cristina, Alberto, Axel, hemos encontrado un frente amplio, de todos y democrático. Espero que podamos ratificar todo eso en el 2023.
*Producción: Camilo Caballero