Discurso de Máximo Kirchner, diputado nacional y presidente del Partido Justicialista bonaerense, durante el acto por el Día de la Lealtad en Plaza de Mayo.
Compañeros, compañeras: feliz 17 de octubre, día de la Lealtad para cada compañero peronista y compañera peronista y también para cada argentino y argentina que ama esta patria.
Antes de comenzar, sí quiero acercarles el saludo y el abrazo de la compañera Cristina que les manda a cada uno y a cada una de ustedes cuando les dije que nos veníamos para la Plaza. Qué lindo, qué lindo que es cuando las compañeras y los compañeros cantan más allá de los nombres o de los apellidos. Qué lindo es escucharlas y escucharlos cantar con esperanza. Quiero agradecer a cada compañero y compañera de las organizaciones sociales, sindicales, políticas y culturales que me honran con la posibilidad de estar hoy aquí en esta plaza hablando con Uds. Les puedo asegurar que no hay más grande orgullo, para un hijo de un hogar peronista que un 17 de octubre poder hablar con sus compañeros y compañeras en esta inmensa asamblea popular.
“La Argentina necesita un respiro, no necesita lecciones de economistas, de ideas obsoletas, arcaicas y que sólo benefician a unos pocos”
También, entender y comprender a mí, hace seis años me tocaba también hablar en esta plaza. En la marcha de resistencia de las Madres. Allá por abril, mayo, del 2016. Había mucha pero mucha menos gente que hoy. Y llovía y parecía que nunca iba a parar de llover. Ese día fue muy clara la postura, fue muy claro aquello que dijimos sobre las políticas que se iban a desarrollar en nuestro país y en la oscuridad que se avecinaba para una sociedad que entre el 2003 y el 2015 había entendido que el sacrificio tenía un sentido. Y que era que lentamente y paulatinamente mejoraban sus condiciones de vida. Podía aspirar con trabajo, con sacrificio a un futuro mejor para su familia, sus hijas, sus hijos, sus vecinas, sus vecinos.
Dijimos claramente ese día que no había un plan de gobierno. Que Mauricio Macri no contaba con un plan de gobierno, sino que lo que se iba a llevar adelante era un verdadero plan de negocios donde lo que menos contaba era la educación de los ciudadanos y las ciudadanas. La salud de los ciudadanos y las ciudadanas. La seguridad de los ciudadanos y las ciudadanas. Destrozaron el Estado. Rompieron algo que al pueblo le había costado mucho construir porque muchas veces, muchas veces se dice que fue Néstor el que canceló la deuda con el FMI. Y lo real, y la verdad, es que los que cancelaron esa deuda fueron los 45 millones de argentinos y argentinas que aún con necesidades trabajaban, pagaban sus impuestos para sacar este país adelante.

Consciente que la independencia económica es la que permite el diseño de políticas públicas que tengan que ver con la realidad del día a día que se vive en Argentina y no en oficinas que están muy lejos de nuestra patria. Entonces ese daño, ese retroceso que muchos denunciamos antes de las elecciones del 2015 se produciría si ganaba Macri. Finalmente, y lamentablemente, sobre todo, sucedió en nuestro país.
Son las trabajadoras, son los trabajadores ya sean formales, de las economías populares, o de los que la yugan todos los días si no pueden terminar el día, aunque sea, ya no el mes, los que siempre han puesto el hombro. Durante la última pandemia. Un hecho inaudito que no estaba en el menú de nadie pero que se abalanzó sobre el mundo y sobre la Argentina y en particular el nuestro un país sin crédito, endeudado hasta la cabeza. Esos trabajadores y trabajadoras que arriesgaron sus vidas muchas veces. Médicos, médicas. Enfermeros, enfermeras. Los compañeros que levantaban la basura por todos lados. Todos los compañeros y compañeras de las actividades esenciales. Dieron una gran mano, mientras AEA y otros hacían zoom para ver qué hacían con la Argentina.
“Sé que la inteligencia del pueblo será superior a cualquier nueva traición que anide en el poder”.
Y son los mismos trabajadores y trabajadoras los que aceptaron, durante la pandemia, un descuento en el salario entendiendo que al no asistir a su lugar de trabajo era la mejor manera de colaborar con la patria. Esos trabajadores y trabajadoras que dan su vida. Que aceptaron durante la pandemia ganar menos. Son los que hoy están esperando de una buena vez por todas que dejen, que dejen de traicionarlos.
Porque miren, son difíciles las peleas y con conocimiento de causa les puedo decir que entre el 25 de mayo de 2003 y el 10 de diciembre de 2015 todos los días era peldaño por peldaño para salir del infierno que nos hubiera gustado hacer mucho más de lo hecho pero que cada cosa que se hizo siempre fue teniendo en cuenta que en el centro de la acción del Estado y las políticas públicas debe estar el ser humano para así poder desarrollar un país, para así poder desarrollar sueños, anhelos que tiene nuestra sociedad ante esas demandas que muchas veces uno escucha como sucediera en estos días. Cuando las grandes cerealeras de la Argentina, lejos del ejemplo de los trabajadores que en la pandemia aceptaron ganar menos, tenían que ayudar a la Argentina hubo que hacerles un precio especial porque sino, no liquidaban los granos.

Les pido compañeros y compañeras que Uds. tengan el mismo grado de conciencia que tienen los dueños y las dueñas del país a la hora de defender sus intereses. Esa deuda de 44 mil millones de dólares con el FMI y otros 60 mil millones de dólares con los acreedores privados yo les quiero preguntar argentinos y argentinas: ¿Ustedes vieron esa deuda en sus barrios? ¿Vieron mejores hospitales, mejores escuelas, más patrulleros? Nada. Lo que hubo fue nada.
Nos han dejado una cuenta que es impagable de la manera que está organizada. Cuando como presidente de bloque, porque acá muchos hablan de me voy o me quedo. Pero que cuando hay que poner las convicciones y realmente irse nadie lo hace. Entendí que la palabra empeñada, que la historia nuestra de desendeudamiento que habíamos llevado durante años debía ser respetada. Ahora digo, porque por ahí uno escucha algunas personas diciendo que el tema de la deuda está solucionado. No está solucionado, compañeros y compañeras. La curva de vencimientos que tiene nuestro país, para cualquier candidato que aspire a ser presidente y gobernarlos es un verdadero problema.
“Cuando uno escucha a Macri hablar de que la sociedad argentina es una sociedad fracasada…Maleducado. Si alguien fracasó no fue la sociedad, fue Macri que no estuvo a la altura de las circunstancias”.
Pero cuando se planteaban estas cosas en las negociaciones, nos decían “no importa, habrá que renegociar de vuelta. Habrá que hacer más roll over”. Y así siempre, nunca vamos a poder planificar el país que deseamos. Y si el Estado nacional no puede planificar, menos van a poder planificar las familias argentinas. La Argentina necesita un respiro, no necesita lecciones de economistas, de ideas obsoletas, arcaicas y que sólo benefician a unos pocos.
Creo también que nada debe llamarnos la atención. Que a veces cuando uno en estos días leía y veía, por ejemplo, yo no sé si recuerdan el nombre del “Messi de las finanzas”, como le decían los grandes medios argentinos al señor Toto Caputo, gran tomador de deuda argentina en favor de sus antiguos empleadores. Ese mismo señor, su familia y su hermana son los mismos que financian grupos de extrema derecha que eran los que amenazaban a la dos veces Presidenta y Vicepresidenta, de muerte. Estas cosas que me gustaría ver… No compañeros, acá no. Yo estoy muy feliz de ver esta plaza, de verlos a ustedes que siempre son condenados por los medios de comunicación, de verlos sin guillotinas, de verlos sin horcas, de verlos sin antorchas, sino con sus banderas, sus remeras, con la frente en alta, dignos, dignos sobre todo. Sin odio, con amor, con dignidad y con fortaleza. Porque la denigración a la que el poder mediático y económico somete a quien no piensa o demuestra docilidad frente a sus intereses es la práctica que venimos viendo.

Creo que de cara a lo que viene, de lo que necesitamos como argentinos y argentinas, los desafíos por delante no es ver quién tiene lugar en las listas de concejales, diputados y senadores. Con la situación en la que está nuestro pueblo, juntarse para pedir una banca y después cuando tienen la banca, el día que hay que votar fondos buitres en contra, no aparecen. Este es el problema.
Quiero agradecerles y decirles que nuestros trabajadores, los que ganan menos, aparte de sus paritarias, aquellas que recuperaron durante el gobierno de Néstor Kirchner, se necesita una suma fija que los saque del ahogo al que están sometidas sus familias.
Compañeras, compañeros: sé y siento y muchas veces, les veo esas caras apesadumbradas o que están cerca de la desazón. No podemos darnos el lujo de la tristeza. No podemos darnos el lujo del no se puede. Tiene que haber esperanza y hay esperanza. Esta plaza demuestra que vamos a poder salir adelante, ofrecer en el 2023 a la sociedad argentina un proyecto de país que realmente la interprete, la contenga, la proteja, la promueva. Porque del otro lado se avecinan tres flexibilizaciones: la flexibilización laboral, la flexibilización impositiva y la flexibilización ambiental.
“El tema de la deuda no está solucionado y la curva de vencimientos que tiene nuestro país, para cualquier candidato que aspire a ser Presidente y gobernar, es un verdadero problema”.
Estos tres ejes son el punto nodal de negociación que el poder económico y financiero quiere sobre nuestro país porque sabe de la necesidad que tiene la banca y el Estado nacional para afrontar las deudas contraídas por el señor ex presidente Mauricio Macri. Aprovechándose y para que entendamos por qué se endeudó el país y para ponerlo de rodillas. Para que no pueda cuidar sus bienes naturales comunes como el litio. Ustedes se imaginan y acá lo veo a Paco y a Smata… De los tres países, por ejemplo, que más litio tienen, uno solo tiene industria automotriz y esa es la República Argentina. Esas son las cosas que muchas veces nos ocultan.
O cuando uno escucha a Macri hablar que la sociedad argentina es una sociedad fracasada. Maleducado. Maleducado. Si alguien fracasó no fue la sociedad, fue Mauricio Macri que no estuvo a la altura de las circunstancias ni lo que la hora demandaba. Maleducado. Alguien que lo ha tenido todo en la vida ¿por qué tratar así a su propio pueblo que confió en él para llevarlo adelante.
Los voy a dejar ahora en este gran día con el compañero Paco pero, quiero que tengan ganas, que tengan esperanza, que debatan, que abran las básicas, que abran sus casas, que se fijen cómo está la persona que está al lado de ustedes. Son días difíciles, complejos, pero juntos, organizados, debatiendo, desde nuestra verdad relativa para buscar una síntesis superadora, sé que la inteligencia del pueblo será superior a cualquier nueva traición que anide en el poder.
Muchas gracias. Los quiero mucho. Siempre con ustedes. Siempre a su disposición para lo que ustedes manden. Muchas gracias compañeros, muchas gracias compañeras. Orgullo por la oportunidad que me han dado. Muchas gracias.