La editorial Foreign Languages Press publicó el cuarto libro de “Xi Jinping: La Gobernanza de China” (“The Governance of China, Vol. III”), una recopilación de 109 discursos y textos emitidos entre 2020 y 2022, en los que el presidente y secretario general del Comité Central del Partido Comunista (PCCh) enfatiza los logros del marxismo adaptado al contexto de su país y las contribuciones de China para la construcción de una “Comunidad de Destino para la Humanidad”.
Los escritos contienen las nuevas perspectivas del pensamiento de Xi Jinping, que ya cuenta con 18 centros de estudio, y están dirigidos a funcionarios, a los más de 90 millones de miembros del PCCh y al público chino, tanto como a la comunidad internacional.
Los tres primeros volúmenes del libro se han publicado en varios idiomas en los últimos años, mientras este volumen sólo está disponible aún en chino y en inglés.
Contraeditorial accedió al contenido y ofrece algunos de sus aspectos relevantes.

El “rejuvenecimiento” de China
Xi Jinping utiliza el término “rejuvenecimiento” de China. Sostiene que el país pasó por un periodo de senectud y opacidad y ha recobrado las riendas de su destino construyendo un socialismo a su estilo, para volver hoy al florecimiento de otras épocas.
“La economía de China no es un estanque, sino un océano”, advierte el autor. “El océano ciertamente tiene sus días de calma, pero también tiempos de vendavales y tormentas. Los vendavales y las tormentas pueden devastar un estanque, pero nunca un océano. Cualesquiera que sean los vendavales y las tormentas, el océano sigue ahí. Es lo mismo para China. Después de 5000 años de pruebas y tribulaciones, China todavía está aquí. De cara al futuro, China siempre estará aquí.”
El Partido Comunista Chino
Como secretario general del Comité Central del PCCh, enfatiza que el partido ha sido la organización que se ha dado a sí mismo el país para poder llevar adelante el proceso de “rejuvenecimiento”. Sostiene que sólo el pueblo chino, trabajando duramente y bajo la conducción del PCCh, es el responsable de la nueva vitalidad.
“El presente de China está siendo creado por las manos de cientos de millones de chinos”, asegura y hace un llamamiento: “el futuro de China será aún más brillante. Todos los miembros del Partido, las fuerzas armadas y el pueblo de todos los grupos étnicos deben unirse más”.

El rigor de la disciplina dentro del partido ha sido uno de los aspectos fuertes de Xi Jinping desde que fue nombrado presidente en 2012, lo que ha tenido una manifestación resonante en la lucha contra la corrupción.
“En tiempos de éxito, no es fácil protegerse de los peligros potenciales y mantener el espíritu trabajador y motivado que nuestro Partido tuvo en los primeros días de la República Popular China, o permanecer modesto y frugal y mantenerse fiel a nuestra aspiración original. Tampoco es fácil ejercer una disciplina estricta sobre los funcionarios y prevenir y combatir la corrupción en tiempos de paz”, por lo que “asegurar que nuestros funcionarios no se atrevan a ser, no puedan ser y no quieran ser corruptos, es la directriz fundamental para combatir la corrupción”, expresa Xi Jinping en uno de los pasajes de la obra.
Reducción de la pobreza: la clave
El presidente, quien posiblemente vuelva a ser elegido como primer mandatario en noviembre de este año, concentra la demostración de intención humanista del bienestar del pueblo chino en la reducción de la pobreza, un hecho social clave no sólo para China, sino para la Humanidad.
“Ver que los pobres y las áreas pobres ingresen a la sociedad moderadamente acomodada junto con el resto del país es una promesa solemne de nuestro Partido”, dice, y expresa la más rotunda de las máximas humanitarias: “que nadie se quede atrás”.
Xi Jinping explica que China ha alcanzado esa proeza por un camino propio, fundamentado en su historia. “La modernización de la capacidad de gobierno estatal también es un proceso dinámico”, sostiene y agrega que “el sistema socialista chino y el sistema de gobierno estatal no cayeron del cielo, sino que surgieron del suelo chino a través de un largo proceso de revolución, desarrollo económico y reforma. Son el resultado de una combinación de los principios del marxismo con las condiciones de China.”
Para el frente externo, advierte: “No existe un manual al que podamos referirnos para promover la reforma y el desarrollo, ni necesitamos instructores paternales que sermoneen a nuestra gente.”

Parado en el centro del socialismo, el presidente chino asegura que “nuestro sistema estatal de gobierno estatal siempre está dirigido a realizar, proteger y desarrollar los intereses fundamentales de la mayor mayoría posible de personas, garantizar y mejorar su bienestar y compartir los frutos de la reforma entre todo nuestro pueblo de manera justa.”
En este sentido, explica el modo en que su gobierno está comprometido a “que las personas pobres de las zonas rurales no tengan que preocuparse por la alimentación y el vestido y tengan acceso a la educación obligatoria, servicios médicos y vivienda segura” y sintetiza: “Esta es la clave para el éxito de la etapa final de nuestra lucha contra la pobreza.”
En diciembre de 2020 China informó que había erradicado la indigencia. La noticia, de alcance universal, no parece relajar al líder de China, que advierte a sus compatriotas: “debemos recordar que estamos en la mitad del río, donde la corriente es más fuerte”.
Anima a sus compañeros del PCCh exhortándolos a nunca perder “nuestro espíritu revolucionario. Los éxitos de ayer no garantizan éxitos futuros, y las glorias del pasado no garantizan glorias en el futuro. Estamos sometidos a las pruebas que plantea esta era, y la gente revisará nuestros resultados.”
Una cultura del pueblo
Compensando el desarrollo económico, Xi Jinping también habla de la cultura, concibiendo que “nuestro país prosperará solo si nuestra cultura prospera, y nuestro país será fuerte solo si nuestra cultura es fuerte. Sin plena confianza en nuestra cultura, sin una cultura rica y próspera, la nación china no podrá rejuvenecerse.”
Xi Jinping pide a escritores y artistas que “miren más allá de sus propias vidas y profundicen en la vida de la gente común para contar historias sobre ellos, escuchar sus voces y celebrar sus méritos.”

Sin miramiento, exhorta a que “las personas que trabajan en los círculos de filosofía y ciencias sociales” miren “más allá de su torre de marfil y realicen una amplia investigación de campo para ver cómo vive y piensa la gente, y luego aborden sus dudas e inquietudes de una manera que se haga eco de su mundo interior.”
Así, el mandatario exige que las creaciones culturales y las investigaciones académicas, “para ser valiosas y significativas, reflejen y respondan a la realidad, aborden problemas prácticos y cuestiones reales”.
Hong Kong, Macau y Taiwan
Entre el plano nacional y el internacional, el libro contiene la posición del presidente chino respecto de Hong Kong y Macau, que enmarca en el concepto de “Un país, dos sistemas”.
“Mantener una prosperidad y estabilidad duraderas en Hong Kong y Macao y lograr la reunificación total de China son esenciales para lograr el rejuvenecimiento nacional”, sostiene en el último tomo de “La Gobernanza de China”.
Asimismo, indica que la reforma y apertura de China “establecieron un escenario más amplio” para el desarrollo de Hong Kong y Macau, así como “las estrategias nacionales, como la Iniciativa de la Franja y la Ruta y la Gran Área de la Bahía de Guangdong-Hong Kong-Macao, le presentan nuevas e importantes oportunidades.”

El despliegue del tema de Hong Kong y Macau tiene en su horizonte la situación de Taiwan.
Xi Jinping habla de “promover el desarrollo pacífico de las relaciones a través del Estrecho, profundizar la cooperación económica y los intercambios culturales entre los dos lados del Estrecho, y alentar a los compatriotas chinos de ambos lados a oponerse a todas las actividades separatistas y trabajar juntos”.
Con firmeza plantea que la reunificación de China es una “tendencia histórica y el camino correcto, mientras que la ‘independencia de Taiwán’ va contra la corriente de la historia”.
Para el frente interno dice que “como chinos, no debemos pelear entre nosotros”, mientras que advierte al mundo: “No renunciamos al uso de la fuerza” si fuera necesario “protegerse contra la interferencia externa y un pequeño número de separatistas”.
“Las personas de ambos lados debemos trabajar juntos para buscar la paz, proteger la paz y disfrutar de la paz”, sostiene.
La “Comunidad de Destino Compartido”.
La advertencia de que China no admitirá la injerencia de otros países en sus asuntos internos es la contracara de la propuesta de China, a través de Xi Jinping, de una “Comunidad de Destino Compartido”.
Xi Jinping asegura que los países necesitan mejorar los intercambios y la cooperación. “Necesitamos derribar muros en lugar de levantarlos. Necesitamos mantenernos firmes contra el proteccionismo y el unilateralismo. Necesitamos derribar continuamente las barreras comerciales, mejorar el valor global y las cadenas de suministro, y crear conjuntamente la demanda del mercado.”
El presidente chino propone al mundo un crecimiento compartido a través de una “gobernanza global”: “Deberíamos reformar y mejorar el sistema de gobernanza global”, sostiene, argumentando que nuestro planeta “es el hogar de más de 200 países y regiones, más de 2500 grupos étnicos y más de 7000 millones de personas. Ningún intento de borrar sus diferencias funcionará. Tales diferencias no son un obstáculo para los intercambios, y menos aún un motivo de confrontación.”

Desde el fundamento del pensamiento chino que concibe las totalidades no desde la homogeneidad sino desde el concierto de fuerzas heterogéneas, Xi Jinping asevera que “la armonía en la diversidad y el aprendizaje mutuo entre civilizaciones, sistemas sociales y caminos pueden proporcionar un fuerte impulso para el progreso humano.”
“Debemos”, dice, “abrazar la diversidad de nuestro mundo”, presentándose como un líder de dimensión histórica y global. En sus discursos se tiene la impresión de que se podrán leer sus pensamientos dentro de varios siglos, como hoy se lee a Tocqueville, Maquiavelo, Saint Simon o Tomás de Aquino.
La Iniciativa de la Franja y la Ruta
Xi Jinping fundamenta la propuesta china con el ejemplo de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), la que “está diseñada para movilizar más recursos, fortalecer la conectividad, aprovechar los posibles impulsores de crecimiento y conectar mercados.”
“La BRI”, sostiene, “puede ser idea de China, pero sus oportunidades y resultados beneficiarán al mundo. China no tiene motivos geopolíticos, no busca bloques excluyentes y no impone acuerdos comerciales a los demás.”

Asimismo, asegura que “China nunca buscará el desarrollo a expensas de los intereses de otros, ni renunciará nunca a sus propios derechos e intereses legítimos. China sigue una política de defensa nacional que es de naturaleza defensiva. China no representa una amenaza para ningún otro país. No importa qué etapa de desarrollo alcance, China nunca buscará la hegemonía.”
El medioambiente
Más allá de la dimensión económica, Xi Jinping se refiere a urgencia por cooperar en material ambiental, ya que “la humanidad y la naturaleza son una comunidad de vida”. Cita palabras de antiguos sabios chinos: “El cielo y la tierra coexisten conmigo; todas las cosas y yo somos uno”, “El cielo y la tierra no hablan, pero las estaciones cambian y todo crece”.
“Debemos proteger el medio ambiente ecológico como protegemos nuestros ojos”, dice , y sostiene que “el desarrollo sin pensar en el futuro de la Tierra no es una forma sostenible de progreso”.