Desde hace algunos días, venimos viendo que avanza como una locomotora un proyecto para crear una moneda única latinoamericana, idea defendida por el economista Gabriel Galípolo, expresidente del Banco Fator, quien ha colaborado con el programa de gobierno de Lula.
Se trataría de una moneda digital sudamericana que se llamaría SUR y “sería emitida por un Banco Central Sudamericano, con una capitalización inicial realizada por los países miembros, proporcional a sus respectivas participaciones en el comercio regional”, agrega el texto que firmó Galípolo y Haddad en un reciente artículo publicado en el diario Folha de S.Paulo.
Sin embargo, creemos que no es la solución y explicamos el porqué: no es otra cosa más que una dolarización invertida, es ingresar en una comunidad de economías que se encuentran en una posición de asimetría con la nuestra.
Solo basta recordar qué ocurrió con los países más pequeños que ingresaron a la Unión Europea y ver cómo los países éstos fueron los que peor la sacaron como el caso de España, Portugal y Grecia al intentar adoptar el marco alemán como moneda de curso legal.
Una moneda digital sudamericana no es otra cosa más que una dolarización invertida, es ingresar en una comunidad de economías que se encuentran en una posición de asimetría con la nuestra.
El euro es el marco alemán, no hay muchas vueltas para darle. Por la sencilla razón de que el país que posee la moneda más fuerte es el que termina imponiéndose, en este caso, era Alemania que era el que se encontraba en una posición de poder asimétrica con los demás países que integraban la Unión Europea. Los países europeos dolarizaron su economía, no con el dólar pero si con la moneda alemana.
Frente a esto, en la Argentina el debate que se viene dando frente a la devaluación del peso es si
debemos dolarizar, si debemos adoptar el bitcoin como moneda de curso legal o avanzar en una única moneda regional. Si hacemos esto último, sucederá lo mismo que en Europa, la diferencia que la moneda que se impondrá será el real brasileño.
Entre los beneficios que aportaría el denominado Peso Argentino Digital se encuentra el financiamiento de la inversión, la producción y el consumo, sin necesidad de recurrir a la emisión monetaria.
Sin embargo, lo que nadie puede ver ni está discutiendo es la defensa de nuestra moneda nacional, la que garantiza nuestra soberanía frente a intereses cipayos y foráneos. La única forma de hacerlo es con la digitalización del peso argentino.
Este proyecto que existe desde hace años fue denominado PAD (Peso Argentino Digital) y es la búsqueda de una moneda digital que reemplaza el circulante de pesos físicos por saldos en cuentas de Bancos, sobre las que se podrá operar mediante los medios analógicos con los que hoy cuentan las Entidades Financieras. En los hechos, es lo que comúnmente llamamos bancarización, no es una criptomoneda.
Entre los beneficios que aporta encontraríamos el de poder recuperar y volcar a saldos bancarios todo el circulante de pesos actuales que se encuentran desperdigados en los bolsillos de los argentinos y financiar la inversión, la producción y el consumo, sin necesidad de recurrir a la emisión monetaria.
La respuesta la tenemos acá, no la tenemos que ir a buscar a ningún país extranjero que siempre tendrá intereses propios.